- Roma. Laura Ramírez, enviada especial de Europa Press.
Los 133 cardenales electores entrarán este miércoles a las 16:30 (hora de Roma, 11:30 de Paraguay) a la Capilla Sixtina, para dar comienzo al Cónclave, y la primera fumata, previsiblemente negra, podría verse entre las 18:00 y las 19:00 (14:00 a 15:00 de Paraguay). El nuevo Papa sólo saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios del cuerpo cardenalicio, es decir, necesitará 89 votos para ser elegido.
Las votaciones tendrán lugar en la Capilla Sixtina, que cerró sus puertas al público el pasado lunes 28 de abril, para preparar el Cónclave, según confirmaron a Europa Press desde los Museos Vaticanos. Desde entonces, los operarios se han encargado de colocar las dos estufas, para quemar las papeletas de los escrutinios y para hacer el humo negro o blanco, y han realizado algunas adaptaciones.
Los cardenales electores estarán a las 16:15 horas de este miércoles en la Capilla Paulina, Primera Logia del Palacio Apostólico Vaticano. Los cardenales de rito latino vestirán la túnica roja con la faja, el roquete, la muceta, la cruz pectoral con cordón rojo y dorado, el anillo, el solideo y la birreta; mientras que los cardenales de las Iglesias orientales vestirán su propio hábito coral.
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Desde la Capilla Paulina, al canto de las Letanías de los Santos, los cardenales electores se dirigirán en procesión a la Capilla Sixtina donde, tras el canto del Veni Creator, pronunciarán el juramento prescrito. A continuación, cada cardenal elector pronunciará su nombre y, poniendo la mano sobre los Evangelios, dirá: “Prometo, me obligo y juro”.
Según la fórmula del juramento, recogida en la ‘Universi Dominicis Gregis’, los cardenales prometen “observar con la máxima fidelidad” el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno se compromete, en caso de ser elegido, a desempeñar fielmente el ‘munus Petrinum’ de Pastor de la Iglesia Universal.
A continuación, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Diego Ravelli, pronunciará el “extra omnes” (todos fuera) y todos los ajenos al Cónclave deberán salir de la Capilla Sixtina. Tras la meditación, el eclesiástico encargado de pronunciarla saldrá de la Capilla junto al Maestro de Celebraciones Litúrgicas.
Los cardenales deberán emitir su voto secreto frente al fresco pintado por Miguel Ángel en la pared del altar de la Capilla Sixtina, el ‘Juicio Universal’. Según la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta, el ‘Juicio Final’ de la Capilla Sixtina es “una advertencia” para los cardenales electores reunidos en el Cónclave ya que deberán depositar su voto justo en el altar colocado antes.
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Durante el periodo de escrutinios, los purpurados deberán abstenerse de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del Vaticano. Además, en esta ocasión, los sistemas de transmisión de señales de telecomunicaciones de telefonía móvil se desactivarán a partir de este miércoles 7 de mayo a las 15:00 horas, y hasta que concluya el Cónclave para garantizar que este transcurre bajo el más estricto secreto, según ha anunciado la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Según las normas, “quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro medio”, incurrirían en “la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica”. Asimismo, las reglas marcan que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos de común acuerdo. La forma de elección se realizará únicamente por escrutinio. Si eso no ocurre en la tarde del primer día, es decir, en la primera votación, se continuará en la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por la tarde.
Este miércoles solo habrá un escrutinio por lo que el humo se podría ver en torno a las 19:00 horas. A partir de este jueves, alrededor de las 7:45 horas los cardenales electores abandonarán sus alojamientos y se dirigirán hacia el Palacio Apostólico. A las 8:15 horas se celebrará la misa en la Capilla Paulina y a las 9:15 horas comenzará la primera votación de la jornada, seguida, si es necesario, de una segunda. Las señales de humo se esperan después de las 10:30 horas (solo si fuera fumata blanca) y sobre las 12:30 horas. Si no sale fumata blanca, los electores regresan a Santa Marta para comer.
Por la tarde, la votación continúa a las 16:30 horas en la Capilla Sixtina y, de nuevo, pueden sucederse dos rondas de votación. El humo podría presentarse después de las 17:30 horas (solo si es blanco) y alrededor de las 19:00 horas. Si ningún candidato ha obtenido los dos tercios de los votos, los cardenales rezan las Vísperas en la Capilla Sixtina y regresan a Santa Marta.
Desde la aparición de la fumata blanca hasta el anuncio de la elección puede pasar alrededor de una hora, porque se llevan a cabo el rito de la aceptación de parte del nuevo Papa, el cambio de los ornamentos, así como también el rito de obediencia por parte de los cardenales presentes en la Capilla Sixtina.
Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones durante tres días consecutivos, el proceso de elección se suspende durante un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores. Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría, sino que de nuevo se deberán alcanzar “al menos” dos tercios.
Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Si el elegido no tiene el carácter episcopal, será ordenado obispo inmediatamente.
Posteriormente, el nuevo Papa se dirigirá a la ‘habitación de las lágrimas’ donde debe elegir una de las tres sotanas blancas puestas a su disposición, de diferentes tallas, y rezar durante unos minutos. Poco después, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, pronunciará el ‘Habemus Papam’ y el nombre del nuevo Pontífice, el cual inmediatamente después impartirá la Bendición Apostólica Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica Vaticana.