China ejecutó el lunes 20 de enero al autor de un atropello masivo que acabó con la vida de 35 personas en noviembre en la ciudad de Zhuhai, informó la prensa estatal. Un tribunal de esa ciudad “ejecutó a Fan Weiqiu conforme a la orden de ejecución emitida por la Corte Popular Suprema”, anunció la televisión estatal CCTV.

El 11 de noviembre de 2024, Fan Weiqiu arrolló deliberadamente, a bordo de su todoterreno, a una multitud que estaba haciendo ejercicio delante de un complejo deportivo de esta ciudad del sur de China, dejando 35 muertos y 43 heridos. Se trató del peor ataque cometido en ese país en una década.

El hombre de 62 años fue detenido en la escena del crimen tras autolesionarse con un cuchillo, anunció la policía en ese momento. El tribunal lo condenó a finales de diciembre a la pena capital por un acto realizado de una manera “extremadamente vil”, informaron entonces los medios estatales.

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Según la justicia, Fan Weiqiu “decidió descargar su ira” por “su matrimonio roto, sus frustraciones personales, y su descontento por el reparto de propiedades tras el divorcio”, de acuerdo a la misma fuente. China sufrió en 2024 varios incidentes mortales, desde apuñalamientos hasta atropellos, que ponen en entredicho su reputación en materia de seguridad pública.

En todos los casos, las autoridades censuraron las publicaciones en línea y desmantelaron los memoriales en los lugares de las tragedias. Pekín mantiene sus cifras oficiales sobre la pena de muerte bajo el sello del secreto de Estado. Pero grupos de derechos humanos, entre ellos Amnistía Internacional, estiman que miles de personas son ejecutadas cada año en el país.

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Ejecución en Taiwán

Taiwán llevó a cabo su primera ejecución de un reo en casi cinco años, una medida denunciada por oenegés como un “enorme revés” a los derechos humanos en esta isla que se congratula de su modelo democrático. El ejecutado por afusilamiento fue Huang Lin-kai, un hombre de 32 años declarado culpable de estrangular mortalmente a su exnovia y la madre de esta en 2017.

“Los crímenes en los que Huang estaba implicado eran crueles y desalmados”, señaló el Ministerio de Justicia tras su ejecución el jueves 16 de enero. Taiwán evolucionó de una dictadura a una de las democracias más progresistas de Asia, pero las encuestas revelan un apoyo mayoritario de la población a la pena capital.

Desde 2010, cuando terminó una moratoria en estas penas, se han llevado a cabo 36 ejecuciones, la mayoría bajo el poder del partido de centroderecha Kuomintang, ahora en la oposición. Esta es la primera bajo la presidencia de Lai Ching-te, del Partido Progresista Democrático, que asumió el cargo en mayo de 2024.

El Tribunal Constitucional decretó en septiembre que la pena capital debía estar “limitada a circunstancias especiales y excepcionales”. La directora para Taiwán de Amnistía Internacional, E-Ling Chiu, dijo que la ejecución del jueves fue “un evento cruel e impactante” que representa “un enorme revés para los derechos humanos”.

La Unión Europea expresó su rechazo a la pena de muerte “en todas las circunstancias” y reclamó a Taipéi “una moratoria de facto”. En cambio, el opositor Kuomintang reclamó al gobierno aplicar las sentencias de 36 presos en el corredor de la muerte cuyos procesos judiciales ya culminaron.

Fuente: AFP.

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