El presidente de Argentina, Javier Milei, admitió que las Islas Malvinas están actualmente “en manos de Reino Unido” y que “no existe una solución instantánea” para recuperarlas, según dijo en una entrevista con la BBC.km.
El mandatario ultraliberal reconoció también que podría llevar “décadas” intentar recuperar la soberanía de las Malvinas, pero dejó claro que Argentina “no busca un conflicto” con Reino Unido. El archipiélago, situado a 400 kilómetros de las costas argentinas y a casi 13.000 km de Reino Unido, fue escenario de una guerra entre Argentina y Reino Unido en 1982, que se saldó con la rendición del país sudamericano y un balance de 649 argentinos y 255 británicos muertos.
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El canciller británico David Cameron visitó las islas en febrero y afirmó que espera que este territorio quiera seguir bajo administración del Reino Unido “mucho tiempo, posiblemente para siempre”. “Si ese territorio está ahora en manos del Reino Unido, tiene derecho a hacerlo. No lo veo como una provocación”, afirmó Milei, preguntado al respecto en la entrevista publicada en inglés este lunes en la web del medio británico.
Su posición difiere de la de su predecesor de izquierda, Alberto Fernández (2019-2023) que en 2022 afirmó que “Las Malvinas fueron, son y serán argentinas”. Argentina afirma que las islas, heredadas de la corona española después de la independencia, fueron ocupadas por tropas del Reino Unido en 1833 y expulsados al continente el gobernador y los pobladores argentinos.
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De su lado, Londres señala que casi un 100 % de los 2.000 pobladores del archipiélago aprobó continuar bajo control británico en un referendo realizado en 2013. “No vamos a renunciar a nuestra soberanía, ni vamos a buscar un conflicto con Reino Unido”, declaró Milei, añadiendo que esto “tomará tiempo” e implicará una “negociación a largo plazo”. “Puede que no quieran negociar hoy. Puede que más adelante quieran hacerlo. Muchas posiciones han cambiado con el tiempo”, señaló.
Fuente: AFP
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Hermana de Milei fue nombrada presidenta de La Libertad Avanza
El partido político y oficialista La Libertad Avanza ha nombrado ayer domingo como su nueva presidenta a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y hermana del actual mandatario, Javier Milei, tras un acto en el parque Lezama, situado en la capital del país, Buenos Aires.
“En el día de ayer volvimos a encontrarnos en Parque Lezama, emblemático lugar que, de alguna manera, nos vio nacer. Nunca dudamos de la gran hazaña que podíamos llevar a cabo, así como siempre tuvimos en claro los enormes desafíos que esto conlleva”, reza un comunicado del partido en el que aparece firmado por Karina Milei, cuyo nombre aparece junto a su nuevo puesto.
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La Libertad Avanza ha recordado como en sus inicios eran “solamente un puñado de personas” que pretendían “llevar adelante la transformación más profunda e importante de la historia contemporánea del país” y que hoy “está gobernando los destinos” del país con 2la mayor de las responsabilidades”. Tras ello, ha recordado los “grandes desafíos” que aún tienen por delante y ha instado a sus seguidores a unirse a la formación política para “dar la batalla cultural en todos los rincones” de Argentina.
Otros puestos que han sido confirmados son Sebastián Preja como presidente del partido en la provincia de Buenos Aires, Pilar Ramírez como presidenta de la formación en la Ciudad de Buenos Aires, Gabriel Bornoroni como presidente de la organización en Córdoba, Marín Menem como presidente del partido en La Rioja, José Peluc como presidente de la formación en San Juan y Romina Diez como presidenta de la organización en Santa Fe.
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Fuente: Europa Press.
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Milei promete “solo buenas noticias”
- Buenos Aires, Argentina. AFP.
El presidente de Argentina, Javier Milei, ratificó el rumbo de su gestión y aseguró que a futuro solamente habrá buenas noticias, tras conocerse que la pobreza en el país alcanza a más de la mitad de la población.
El mandatario, que llegó al poder en diciembre con posturas ultraconservadoras en lo social y libertarias en lo económico, hizo esta promesa al lanzar a nivel nacional su partido La Libertad Avanza (LLA), actualmente minoritario en ambas cámaras, pero con el que se propone ganar las elecciones legislativas dentro de un año.
“De acá para adelante solo vamos a tener buenas noticias y en 2025 vamos a dar un batacazo electoral”, dijo Milei en el Parque Lezama de Buenos Aires, icónico en su carrera política. Frente a unas 3.000 a 5.000 personas, según estimaciones de las fuerzas de seguridad, Milei defendió su gobierno, desafiado por la publicación del índice de pobreza, que afecta al 52,9 por ciento de la población, y por su reciente veto a un aumento de las jubilaciones, refrendado por el Congreso en medio de protestas y disturbios. “La pobreza no se genera de un día para el otro, tampoco se puede eliminar de un día para el otro”, advirtió, al acusar a los gobiernos kirchneristas de generar una crisis “que iba camino a dejar 95 por ciento de pobres”.
Milei destacó que en nueve meses la inflación haya pasado “del 17.000 por ciento anual al 28 por ciento anual”, y se deshizo en alabanzas a su ministro de Economía, Luis Caputo, a quien consideró “un coloso” en medio de ovaciones de la multitud. También resaltó la presencia de sus ministros de Seguridad, Patricia Bullrich, y de Defensa, Luis Petri, excandidatos a la presidencia y vicepresidencia que lo apoyaron en el balotaje el año pasado.
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Javier Milei va por más desde la Argentina empobrecida a la ONU y tal vez a la China
- Por Ricardo Rivas
- Corresponsal en Argentina
- X: @RtrivasRivas
En la Argentina parece ser una práctica constante de las élites decir que se encuentran ante una misión histórica. Sin embargo –y sin dudar de ellos y mucho menos de las intenciones con las que lo dicen– pareciera que se ocupan tanto de hacer historia que dejan de lado la vida cotidiana.
Entre ellas, las cosas de todos los días que son las que la ciudadanía tiene que imaginar y hacer para llegar hasta fin de mes. Los ingresos de una buena parte de las y los asalariados no alcanzan más allá de una veintena de amaneceres.
Que los bolsillos se agotan en sus recursos una decena de anocheceres antes de que finalice cada mes ha dejado de ser una expresión irónica para ser parte de una ajustada descripción de lo que transita esta sociedad en el plano de la realidad concreta.
El resultado de las gestiones desarrolladas y en desarrollo protagonizadas por una retahíla de sucesivos líderes y lideresas brevemente angeladas en cada periodo que supieron disponer de micropoderes efímeros y volátiles que tuvieron y malgastaron hoy se revelan por los resultados que emergen de las que ahora sabemos fueron insostenibles promesas desmesuradas de campaña primero y de gobierno después: 52,9 por ciento de pobres y 18,1 por ciento de indigentes, según lo reportó oficialmente el gubernamental Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el jueves pasado.
Para que quede claro: el 71 por ciento de esta sociedad está en graves problemas hoy y nada permite imaginar que mañana –en el corto plazo o mediano plazo– será de otra forma porque la pauperización compromete el presente y el futuro de la Argentina que viene porque 66,1 por ciento de quienes ahora son niños y niñas transitan la pobreza de este país que, sin padecer de ninguna patología terminal, ha sido puesto en coma inducido por sus máximos administradores para tratar de volver a estar bien y recibir el alta.
“De acá en adelante solo tendremos buenas noticias”, asegura el presidente Milei en el primero de los actos de campaña para las elecciones de medio tiempo que serán nunca ante de octubre de 2025. Dentro de un año. “Estamos mal, pero vamos bien”, dijo el expresidente Carlos Menem (1989-1999), cuando comenzaba la primera de sus presidencias sin que aquella profecía se concretara. Ahora lo sabemos. Vale el recuerdo porque –vaya paralelismo– es una expresión muy parecida la del actual mandatario que el 14 de mayo último públicamente sostuvo que aquel es “el mejor presidente de los últimos 40 años”.
“La paciencia tiene límites”, sostiene el dicho popular. El clima social, según coincidentes encuestas realizadas por las principales consultoras locales, comienza a dar cuenta de algún grado de agotamiento respecto a las políticas de ajuste que aplica el gobierno del presidente Milei que, en “imagen” y “gestión del gobierno”, reporta descensos desde los picos alcanzados semanas atrás en torno del 56 por ciento. “Nada es para siempre”, canta como nadie Fabiana Cantillo junto con Los Perros de la Calle. El señor Milei recibe esos datos con descreimiento y los rechaza. Pero en su cercanía hay alguna preocupación.
Con insultos de grueso calibre va contra quienes lo confrontan. Periodistas, encuestadores, opositores, dirigentes sindicales, organismos multilaterales como lo hizo la semana que pasó desde el hemiciclo de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde rechazó tanto la Agenda 2030 como el flamante Pacto del Futuro que tendrá vigencia entre 2030 y 2045.
“Por esta razón queremos expresar oficialmente nuestro disenso sobre el Pacto del Futuro (…) e invitamos a todas las naciones del mundo libre a que nos acompañen no solo en el disenso de este pacto, sino en la creación de una nueva agenda”, a la que Milei aludió como la “agenda de la libertad”.
Coincidentes analistas de la política transnacional, inmediatamente después de esas palabras, destacaron críticamente que el presidente argentino no solo “se alejó de los objetivos estratégicos de los países centrales”, sino que “se ubicó, entre otras autocracias, alineados en esos puntos con Nicaragua, Corea del Norte, Bielorrusia, Venezuela y Rusia”. El señor Milei no respondió. Desde su perspectiva la agenda de la ONU es “colectivista”.
El presidente evidencia no sentirse obligado a dar explicaciones a nadie. “Para aquellos que no lo saben, yo no soy político, soy un economista, un economista liberal libertario que jamás tuvo la ambición de hacer política”, expresó para presentarse ante la Asamblea General y sostener que “fue honrado con el cargo de presidente de la República Argentina frente al fracaso estrepitoso de más de un siglo de políticas colectivistas que destruyeron nuestro país”. Llamativa presentación, por cierto. Quien ejerce el más importante cargo político en este país no es un político.
La historia –que siempre es una fuente de consulta y conocimiento– revela que en la antigua Grecia categorizaban con la palabra “hybris” a quienes socialmente tenían el vicio de lo que hoy se suele llamar soberbia y por aquellos lejanos años tan lejanos –quienes así se pensaban– desafiaban a los dioses para modificar sus vidas disconformes con aquello de lo que la naturaleza los había dotado.
Con el correr de los milenios –en el siglo XX– hybris le da nombre a un síndrome que se les diagnostica a personas poderosas y proclives a aceptar solo ser juzgados por los electores antes que por la historia o por Dios, en el caso de los creyentes. ¿Allí se ubicará, junto con varios de sus antecesores, el señor Milei? ¿Cómo saberlo?
“La vida te da sorpresas”, canta Rubén Blades en la segunda parte de “Pedro Navaja”, aquella obra maestra de su autoría. La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei –hermana presidencial– se apresta para viajar a la República Popular China junto con el ministro de Economía, Luis Caputo.
El destino que se sacuden informalmente los portavoces presidenciales que viajarán a Shanghái donde se desarrollará la Feria Internacional de Importaciones. “Un evento privado”, dicen en las cercanías del máximo poder político local.
Sin embargo, en la agenda bilateral algunos otros temas sobresalen. El acuerdo swap de monedas que la administración de Cristina Fernández (presidenta 2007-2015) rubricó en 2011 y luego amplió Mauricio Macri (presidente 2015-2019) para sostener las comprometidas reservas del Banco Central (BCRA) es una de ellas.
Pero también incluyen las dos represas que se construyen en la patagónica provincia de Santa Cruz, cuyas obras están paralizadas y una base de observación espacial que el Ejército Popular de Liberación opera en la provincia de Neuquén, también en la Patagonia.
Tres fuentes seguras de la Casa Rosada (sede del Gobierno argentino), consultadas por La Nación, con reserva de sus identidades, admitieron que “el viaje de Karina y Toto (seudónimo del ministro Caputo) también es exploratorio para una posible visita oficial a Beijing que acordaron telefónicamente un par de meses atrás el presidente Milei con su homólogo chino, Xi Jinping”. ¿Otra sorpresa? No. Desde tiempos muy lejanos los presidentes argentinos viajan a China. ¿Por qué el señor Milei no habría de hacerlo?
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Milei deslinda responsabilidad por salto en la pobreza
El gobierno del presidente argentino Javier Milei deslindó responsabilidad en el abrupto salto de la pobreza, que aumentó hasta 52,9 % de la población, según declaró ayer viernes un vocero presidencial. El número “es la consecuencia de 20 años de populismos y destrucción (...) tomamos el desastre y lo estamos corrigiendo”, evaluó el portavoz Manuel Adorni en conferencia de prensa.
La pobreza en Argentina alcanzó al 52,9 % de la población en el primer semestre de 2024, un fuerte aumento de 11,2 puntos porcentuales en relación a igual período de 2023, según informó el jueves el estatal Instituto de Estadísticas. La indigencia aumentó además 6,2 puntos para ubicarse en 18,1 %.
El portavoz aseguró que, según datos no divulgados del ministerio de Capital Humano, la pobreza tocó “picos máximos de casi 55 % en el primer trimestre” y, en base a esa afirmación, sostuvo que el gobierno había logrado reducirla en el trimestre siguiente. “Veníamos del abismo”, dijo al relativizar el impacto social de las medidas de ajuste fiscal del gobierno.
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En los primeros tres meses del año, Argentina registró un superávit fiscal de 0,4 % del Producto Interno Bruto, aunque a costa de una contracción que hizo caer el PIB 1,7 % en el segundo trimestre en comparación al anterior, profundizando la recesión y el desempleo.
Consultado si las cifras de pobreza harán calibrar futuras medidas, Adorni subrayó que “el gran ajuste ya se hizo”. “Hoy ese ajuste va a ser mucho más quirúrgico, área por área”, explicó. Sin embargo, aclaró, para el gobierno “la motosierra no tiene fin”. La motosierra fue un símbolo de la campaña electoral de Milei para promocionar su política de rigor fiscal.
“Todo lo que podamos recortar lo vamos a ir recortando hasta el último día de nuestra existencia en nuestro gobierno”, subrayó Adorni. Milei llegó al poder en diciembre de 2023 con una muy alta popularidad, pero ha comenzado a caer en los últimos tiempos. El índice de confianza en el gobierno está en 2,16 puntos en una escala de 0 a 5, el nivel más bajo hasta ahora, según un estudio de la privada Universidad Torcuato Di Tella.
¿Qué piden los universitarios?
Estudiantes, profesores y empleados de universidades públicas de Argentina llaman a resistir el veto anunciado por el presidente Javier Milei a una ley que mejora el presupuesto universitario pero que choca con su política de déficit fiscal cero. Matriz de cinco premios Nobel, presidentes y referentes de la ciencia, las letras y el arte, la universidad pública, orgullo de los argentinos, está en peligro de degradarse por el ajuste, dijeron a la AFP alumnos, profesores y funcionarios.
La ley, aprobada por el parlamento el 13 de septiembre, establece un incremento del presupuesto universitario, incluidos sueldos, para contrarrestar la inflación (236 % interanual en agosto). Su impacto fiscal sería de 0,14 % del Producto Bruto Interno, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Ante la amenaza del veto, los universitarios anunciaron una marcha para el 2 de octubre, similar a la masiva manifestación del 23 de abril tras la cual el gobierno concedió un refuerzo de presupuesto. El ministerio de Capital Humano aseguró el miércoles que “hay diálogo y compromiso”, aunque los representantes de las universidades lo cuestionan. El sistema de 66 universidades públicas concentra el 80 % de la matrícula del país, unos 2,1 millones de estudiantes.
“Una inversión”
Ornella Sol Fritzler, de 27 años, está a un paso de graduarse como odontóloga. “Tenemos gastos grandes de instrumental y nos cuesta comprar los materiales descartables. La facultad provee lo que puede, pero siempre tenemos que ‘tarjetear’ (pagar a crédito) los gastos para continuar la carrera”, cuenta en una pausa en la atención a pacientes en el hospital escuela de la Universidad de Buenos Aires.
Este año se interrumpió la entrega de un kit de insumos para las prácticas. “Esa ayuda económica que nos daba la facultad en instrumental la dejó de dar porque tuvo que poner esa plata en cosas como pagar luz, gas y todo lo que necesita para mantener el edificio”, un gigante de 17 pisos con más de medio millar de sillones de atención a pacientes en el centro de Buenos Aires.
Fritzler dice sentir “miedo” a que el ajuste acabe excluyendo a los alumnos a los que no les alcance para pagar materiales. Y discrepa con el presidente cuando se refiere al presupuesto educativo como un gasto. “Soy la primera universitaria en mi familia y estoy segura de que soy una inversión”, afirma sonriente.
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“Un bien ganado”
Jorge Aredes tiene 48 años y 25 como docente en la facultad de Odontología. “Lo que sostiene esta facultad es el compromiso (...), lo cual no quita que el trabajo deba ser correctamente remunerado”, dice. En su opinión, sin una ley de financiamiento universitario “va a ser muy complejo mantener toda la estructura y los servicios”.
Aunque prefirió no revelar su salario, Aredes afirmó que “históricamente” las remuneraciones son bajas. Pese a ello, rechaza enseñar en la educación privada. “Hay una cuestión de pertenencia y de devolución a la sociedad de lo que nos ha dado. Ningún profesor piensa en dejar la UBA”, asegura. “La educación universitaria pública es para la sociedad un bien ganado, un derecho adquirido, un motor de movilidad social ascendente”, añadió.
“La única salida”
Rafael Fernández tiene 59 años y desde hace 28 trabaja en la recepción de la facultad. De prosperar el veto de Milei, perderá la posibilidad de que su salario remonte frente a la inflación, que acumuló casi 95 % en los primeros ocho meses del año. “El golpe más fuerte fue en diciembre”, dice, refiriéndose a la devaluación de más de 50 % tras la asunción de Milei.
“En un primer momento el golpe lo asimilas restando compras, salidas o gastos secundarios. Pero en los gastos que no se pueden evitar ha habido una inflación incluso mayor”, afirma. Se trata del costo de transporte y las tarifas de electricidad y gas, que se multiplicaron dos y tres veces por aumentos y quitas de subsidios. “Y lo tenés que solventar con los mismos ingresos”, remarca Fernández.
Si prospera el veto “sería casi imposible seguir viviendo de este trabajo y sostener una vida normal”, dice, temiendo problemas de funcionamiento en la universidad. “Si perdemos la educación pública vamos a degradar la calidad de la herramienta fundamental que tiene el trabajo que son las personas. Es la única salida”, dice.
Fuente: AFP.