La Delegación del Parlamento Europeo responsable por las relaciones con el Mercosur cerró este jueves su última reunión de la actual legislatura sin esconder la “frustración” porque no se haya finalizado el ambicioso acuerdo entre los dos bloques.
“Debemos expresar nuestra frustración porque en esta legislatura no ha sido posible cerrar la negociación del acuerdo de Unión Europea con Mercosur”, dijo el eurodiputado español Jordi Cañas, el presidente de esa comisión.
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En la visión del legislador, “la principal responsabilidad de no haber concluido este acuerdo en los plazos correspondientes cabe a la Unión Europea y al conjunto de sus instituciones”.
Un nuevo Parlamento Europeo será constituido después de las elecciones del 6 al 9 de junio en los países del bloque, y Cañas expresó su expectativa que “en la próxima legislatura la responsabilidad vuelva en algunos actores decisivos”.
Las instituciones de la UE, dijo, “no han sabido estar a la altura del reto de lo que significaba ratificar un acuerdo de la magnitud” de este proyecto.
En la sesión de este jueves, la comisión presentó el informe de 11 páginas sobre la visita de una misión parlamentaria a Argentina, que ocurrió del 18 al 21 de diciembre del año pasado.
El acuerdo entre la UE y el Mercosur parecía estar muy cerca de ser cerrado a fines de 2023, pero a partir de 2024 el ímpetu se diluyó drásticamente, en medio de una oleada de protestas de agricultores europeos que arrojó un manto de incertidumbre sobre el pacto. Desde entonces las reuniones se mantuvieron solamente a nivel técnico.
Después de que el acuerdo fue anunciado en 2019, la UE pasó a exigir capítulos adicionales, en particular referidos a la protección ambiental y estándares de calidad, y en contrapartida por los países del Mercosur también formularon nuevas demandas.
“Con toda lógica y toda legitimidad, la contraparte del Mercosur también exigió modificaciones puntuales del acuerdo para satisfacer sus también legítimas necesidades”, dijo Cañas este jueves.
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En enero, los ministros de Relaciones Exteriores de los países del Mercosur emitieron una Declaración Conjunta donde defendieron la firma del acuerdo lo antes posible.
El acuerdo UE-Mercosur crearía un mercado integrado con casi 800 millones de habitantes.
Fuente: AFP
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Las discrepancias sobre el acuerdo UE-Mercosur que preocupan a la agricultura europea
El proyecto de acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur preocupa al sector agrícola europeo, especialmente en Francia, que teme que los productos latinoamericanos inunden su mercado. Pero ¿cuáles son las cifras? Bruselas asegura que solo serán “pequeños volúmenes”, pero esto ya eleva el riesgo de desestabilización en algunos sectores.
En la mesa de negociaciones
Hay todavía tres cuestiones sobre la mesa: la UE pide compromisos a los países del Mercosur --bloque formado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, aunque esta última no participa en el acuerdo-- sobre la deforestación y el clima, a la vez que Brasil reclama poder proteger sus industrias estratégicas, como el automóvil. La discrepancias sobre el sector agrícola siguen abiertas desde 2019.
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Volúmenes agrícolas
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, habla de “pequeños volúmenes” comparando las cuotas de importaciones previstas a las producidas anualmente por el bloque. El tratado reducirá o eximirá de tasas aduaneras a un máximo de 99.000 toneladas de carne bovina, lo que representa un 1,6 % de la producción de la UE. El límite será de 25.000 toneladas en la carne porcina (0,1 % de la producción comunitaria), de 180.000 toneladas para las aves de corral (1,4 %) y de 190.000 toneladas para el azúcar (1,2 %).
A cambio, Bruselas asegura que el acuerdo supondrá una oportunidad de mercado para productos europeos hasta ahora frenados en América Latina como el vino (tasado actualmente a un 27 %) o los quesos, que pueden beneficiarse del “auge de una clase media” en el subcontinente. El gobierno español, que respalda el acuerdo, destaca también el caso del aceite de oliva, pero los sindicatos agrícolas del país, especialmente los ganaderos, están preocupados.
Sectores expuestos
Aunque los volúmenes previstos son bajos respecto a la producción europea, ya sacuden algunos sectores. Patrick Bénézit, vicepresidente de la asociación interprofesional de carne bovina en Francia, señala que los países del Mercosur ya suministran la mayor parte de importaciones de solomillos, las piezas “nobles”. La producción de solomillos en Europa “es de 400.000 toneladas en razas bovinas, por lo que la irrupción de 99.000 toneladas ya tiene un impacto”.
Los productores de pollo también temen que sus homólogos brasileños se centren en las piezas más rentables, los filetes. Para el sector del azúcar, ya afectado por las facilidades aduaneras acordadas a Ucrania, el tope de 190.000 toneladas representa la mitad de las exportaciones a otros países de la UE de Francia, una de las naciones más contrarias al tratado.
Y los productores de etanol, de miel o de cerdo también están en riesgo, afirma Stefan Ambec, economista del instituto de investigación INRAE, que anticipa una caída de los precios pagados a los agricultores europeos. “Los costes de producción difieren y el problema es que las normas sanitarias y ambientales no son las mismas”, explica.
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Las normas
La Comisión rebate que “todo producto de Mercosur deberá respetar las estrictas normas de la UE en materia de seguridad alimentaria”. El acuerdo de libre comercio CETA firmado con Canadá, por ejemplo, no alcanza desde hace seis años las cuotas de exportación de carne porque no hay suficiente producción que cumpla con las normas comunitarias, destaca un funcionario europeo. Pero Bruselas admite que “las condiciones de producción” en el Mercosur no serán necesariamente las mismas que en Europa.
Por ello, los contrarios al tratado piden “cláusulas espejo”, es decir, que las reglas impuestos a los agricultores europeos en materia social, ambiental o de bienestar animal se apliquen también a los productores del Mercosur para evitar distorsiones de competencia. “Se vende como un acuerdo de nueva generación que tienen en cuenta los aspectos ambientales y climáticos, pero los compromisos son débiles: no hay ninguna condicionalidad”, advierte Ambec.
Los controles
Otra cuestión es cómo garantizar el cumplimiento de las normas sanitarias. “En teoría, la carne tratada con antibióticos u hormonas de crecimiento no puede entrar, pero en la práctica su trazabilidad es imperfecta”, dice Ambec.
“Hay inspecciones de mataderos organizadas con la Comisión, pero no es fácil controlar al ganado antes de esa etapa. El seguimiento desde el nacimiento hasta el matadero, en el Mercosur, solo existe en Uruguay”, explica este economista.
De hecho, una auditoría de la UE acaba de revelar fallos en los controles de la carne bovina en Brasil, incapaces de garantizar la ausencia de la hormona oestradiol, prohibida en Europa. A la espera de revisar estos procesos, Brasil ha suspendido sus exportaciones.
“Freno de emergencia”
El acuerdo incluye “una cláusula de salvaguardia”, una especie de “freno de emergencia” en caso de aumento repentino de las importaciones o de efectos perversos en el mercado, señala la Comisión Europea. Pero esta cláusula “no define” las condiciones precisas, apunta Ambec, lo que complica su activación y el restablecimiento de aranceles sin medidas de represalia.
Fuente: AFP.
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Agricultores europeos se manifestaron contra el acuerdo UE-Mercosur
Agricultores europeos protagonizaron ayer miércoles una protesta en Bruselas para expresar su oposición a la firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el bloque del Mercosur. Los agricultores sostienen que la firma del acuerdo representaría un golpe devastador para granjeros y criadores de ganado vacuno en la UE. Sylvie Colas, secretaria general de la entidad francesa Federación Campesina, dijo que “estamos aquí para decirle NO a los acuerdos con el Mercosur y a todos los acuerdos de libre comercio”.
El objetivo de la protesta, agregó, es “poner fin a la masacre de campesinos”. Al contrario de protestas de agricultores a inicios de este año, que literalmente paralizaron a Bruselas, la protesta de este miércoles escasamente alcanzó el centenar de personas. “Alimentos para la gente, no para el lucro”, se leía en uno de los carteles en la protesta, frente a la sede de la Comisión Europea, en el denominado barrio europeo de Bruselas.
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La eurodiputada francesa Manon Aubry, presente en la protesta, dijo que “los agricultores europeos están pagando durante años, incluso décadas, por una liberalización del mercado agrícola que los ha sometido progresivamente a una competencia desleal”.
“La realidad es que nuestros agricultores hoy ya no trabajan para alimentar a la población europea”, dijo la eurolegisladora. La UE y el Mercosur negocian desde hace poco más de dos décadas un acuerdo de libre comercio, cuya firma parece inminente, a pesar de la feroz oposición de Francia. De ser sellado, el acuerdo crearía la segunda mayor zona de libre comercio en todo el mundo.
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Fuente: AFP.
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Francia busca bloquear el acuerdo UE-Mercosur por “todos los medios”
Francia moviliza “todos los medios” para bloquear la adopción del acuerdo entre la Unión Europea y los países del Mercosur, afirmó este jueves su ministro de Economía, Antoine Armand, cuando los agricultores franceses preparan nuevas protestas. “Usamos todos los medios, incluso medios institucionales y de votación a nivel europeo, para que el [acuerdo del] Mercosur en su forma actual no se apruebe”, aseguró Armand durante una entrevista a SudRadio.
Figuras de todo el arco político y el sector agropecuario de la segunda economía de la UE se han movilizado, con una excepcional unanimidad, contra la firma de este acuerdo, en nombre de la defensa de la agricultura y el medio ambiente. La Comisión Europea, que negocia en nombre de todos los países de la UE, parece decidida a firmar antes de fin de año este tratado comercial con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que no se aplicaría a Bolivia, último miembro del Mercosur.
Para bloquear la decisión, Francia busca convencer a los otros 26 países de la UE para reunir una minoría de bloqueo en el Consejo, una instancia que reúne a los gobiernos del bloque, ante la presión de Alemania y España que presionan por aprobarlo. “Estamos trabajando con los países europeos para hacerles entender el peligro que representa este acuerdo”, subrayó el funcionario francés. “Es inaceptable e intolerable para nuestros agricultores”, agregó.
Más de 600 parlamentarios franceses (diputados, senadores y diputados europeos) escribieron el martes a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para manifestar su oposición al tratado. Los sindicatos agropecuarios están convocando manifestaciones a partir de la próxima semana, menos de un año después de una movilización histórica, contra este acuerdo, que se empezó a negociar hace más de dos décadas.
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En pie de guerra
Dirigentes de todo el arco político francés y el sector agropecuario se movilizan con una excepcional unanimidad contra la firma de un acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, en nombre de la defensa de la agricultura y el medio ambiente. La Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE) parece decidida a firmar antes de fin de año un tratado de libre comercio con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, aunque esta última no participa en el acuerdo), contra el parecer de Francia, que lo rechaza en los términos actualmente planteados.
El primer ministro francés, Michel Barnier, declaró en Bruselas este miércoles que “en las condiciones actuales, este acuerdo no es aceptable para Francia y no lo será”. “Recomiendo que no se ignore la posición de un país como Francia”, agregó tras mantener una reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Más de 600 parlamentarios franceses (diputados, senadores y diputados europeos) escribieron el martes a Von der Leyen para afirmar su oposición al tratado.
Para bloquear la decisión, Francia necesita una minoría de bloqueo, de por lo menos cuatro de los 27 países de la UE, en el Consejo, una instancia que reúne a los gobiernos del bloque. Alemania y España presionan por sacar adelante el acuerdo, Polonia y Austria expresaron su oposición y otros países --como Italia, Irlanda y Países Bajos-- se reservan su posición por ahora, según fuentes diplomáticas en Bruselas.
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El objetivo no es “bloquear” a Francia
Los sindicatos agropecuarios están convocando manifestaciones, menos de un año después de una movilización histórica, con bloqueos de carreteras en toda Francia, por reivindicaciones del sector. Los productores agrícolas, que siguen denunciando la burocracia y los bajos ingresos, están golpeados por las malas cosechas y las pérdidas relacionadas con nuevas enfermedades animales y en estado de alerta por la perspectiva de una firma del acuerdo con el Mercosur.
La alianza sindical agrícola mayoritaria formada por la FNSEA y los Jóvenes Agricultores (JA) lanzó el miércoles un llamamiento a una movilización nacional de agricultores “a partir del lunes” 18 de noviembre. Principalmente, quieren “hacer oír [...] la voz de Francia” durante el G20 que se celebrará este mes en Brasil. “Europa no debe convertirse en un colador y no puede importar productos que no respetan ninguna de nuestras normas”, declaró a la radio France Inter el presidente de la FNSEA, Arnaud Rousseau. “Nuestro objetivo no son las autopistas”, precisó y añadió que tampoco es “bloquear” ni “matar de hambre” a Francia.
Los sindicatos mayoritarios argumentan que los franceses encontrarían en sus platos más productos cultivados con pesticidas prohibidos en la UE o criados con antibióticos que activan el crecimiento de los animales. La Coordinación Rural, segundo sindicato más representativo, promete “una revuelta agrícola” a partir del 19 de noviembre”, con un “bloqueo del transporte de alimentos”. Un sindicato minoritario, Confederación Paisana, participó el miércoles en varias manifestaciones contra el Mercosur en Bruselas, París y en el sur de Francia.
Fuente: AFP.
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Brasil celebra propuesta de aplazar ley antideforestación de UE
El gobierno de Brasil saludó la propuesta de la Comisión Europea de aplazar la implementación de una ley antideforestación, en sintonía con productores asiáticos también críticos con esas reglas. El aplazamiento por un año propuesto el miércoles generó el rechazo de grupos de defensa del medio ambiente, pero la controvertida legislación era resistida por gobiernos y sectores industriales.
“El resultado refleja el diálogo internacional, en el cual Brasil tuvo un papel fundamental al destacar las preocupaciones de nuestros productores”, aseguró el Ministerio de Agricultura en una nota enviada a la AFP. “Brasil mantiene un compromiso firme con la preservación ambiental” y buscará “asegurar una adaptación justa a las nuevas reglas” europeas, añadió.
En setiembre, Brasil presentó a la Unión Europea un pedido en favor de un aplazamiento de la entrada en vigor de la ley contra deforestación (conocida por sus siglas EUDR), que estaba prevista para fines de 2024. La solicitud, formalizada en una carta entregada en manos por el ministro brasileño de Agricultura, Carlos Fávaro, al comisario europeo de Agricultura, Januz Wojciechowski, señalaba a la EUDR como “un instrumento unilateral y punitivo”. La iniciativa brasileña recibió el apoyo de Alemania, la locomotora económica de la UE.
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“Paso positivo”
Productores en Asia también saludaron el diferimiento de la ley, ideada para vetar la comercialización en la UE de determinados productos (cacao, café, soja, aceite de palma, madera, carne bovina, caucho, cuero, muebles, papel, entre otros) si proceden de tierras deforestadas después de diciembre de 2020. Es “un paso positivo”, dijo Nguyen Xuan Loi, jefe de la exportadora vietnamita de café An Thai Group.
El Consejo de Aceite de Palma de Malasia celebró una “victoria para el sentido común”. La decisión es un “bienvenido alivio para todas las empresas que subrayaron la necesidad de un aplazamiento”, declaró la directora del organismo, Belvinder Kaur Sron.
La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, propuso que la controvertida ley entre en vigor el 30 de diciembre de 2025 para las grandes empresas, y en julio de 2026 para las Pymes. Este aplazamiento deberá ahora ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo. En junio, Estados Unidos también pidió a la UE postergar la implementación de la ley, que suscita igualmente preocupaciones en países africanos.
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“Una traición”
Grupos medioambientales criticaron la iniciativa de Bruselas. “La UE cede al lobby del agro”, afirmó el brasileño Observatório do Clima, una red de organizaciones ambientalistas y de investigación que denunció la propuesta de la Comisión como un “retroceso vergonzoso” que pone en riesgo la reducción de la deforestación y la integridad de tierras indígenas.
“En un momento en que Suramérica se tuesta bajo el efecto de la peor sequía en décadas y Brasil es consumido por incendios, Europa renuncia deliberadamente a un instrumento que podría ayudar a reducir la presión sobre los ecosistemas naturales y las emisiones de dióxido de carbono por la deforestación”, señaló en un comunicado.
Aunque el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva consiguió reducir a casi la mitad la deforestación en la Amazonía en 2023 respecto a 2022, la mayor selva tropical del planeta sufre en estos momentos sus peores incendios en casi dos décadas.
Según las autoridades, muchos de estos fuegos son de origen criminal, provocados por ganaderos para ganar tierras de pastoreo. Para Julian Oram, director de política de la oenegé Mighty Hearth, la decisión de la Comisión Europea de postergar la ley es una “traición a las generaciones presentes y futuras de ciudadanos de la UE”.
Fuente: AFP.