Entre los objetivos propuestos por Netanyahu están que el ejército en Gaza desmantele a Hamás y a la Yihad Islámica y que libere a los rehenes que siguen retenidos. Foto: AFP
Israel expone un primer plan que aplicaría en Gaza tras la guerra contra Hamás
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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, presentó su primer plan de “posguerra” en la Franja de Gaza, que propone que Israel mantenga el “control de seguridad” en ese territorio y en Cisjordania ocupada, un planteamiento rechazado tanto por Hamás como por la Autoridad Palestina. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, también reaccionó y afirmó que su país se opone a la “reocupación” de Gaza.
El documento, que Netanyahu presentó al gabinete de seguridad del gobierno el jueves por la noche y que la AFP pudo consultar este viernes, recuerda los objetivos del ejército en Gaza: desmantelar a Hamás y a la Yihad Islámica y liberar a los rehenes que siguen retenidos desde el 7 de octubre, cuando se inició el conflicto.
Las fuerzas israelíes “ejercerán un control de seguridad en toda la zona al oeste de Jordania, incluida la Franja de Gaza”, “para impedir el fortalecimiento de elementos terroristas” y contener “las amenazas contra Israel”, subraya. Israel conservará además “su libertad de acción operativa en toda la Franja de Gaza, sin límite de tiempo”, añade.
Desradicalización
En el sur de la Franja de Gaza, fronterizo con Egipto, Israel “mantendrá un cerco” en “cooperación con Egipto y Estados Unidos”, para evitar el rearme de las organizaciones palestinas, prosigue el documento.
También prevé “la desmilitarización total de Gaza” exceptuando el material requerido para mantener el orden, así como la “desradicalización de todas las instituciones religiosas, educativas y sociales” de la Franja.
En lo que respecta a la administración del territorio, Netanyahu preconiza confiarla a “funcionarios locales con experiencia de gestión” y “sin vínculos con países o entidades que apoyan al terrorismo”. Ese proyecto es similar al presentado a inicios de enero por su ministro de Defensa, Yoav Gallant.
El documento no hace mención alguna de la Autoridad Palestina de Mahmud Abás, que administra parcialmente Cisjordania ocupada, aunque tampoco excluye explícitamente que esa entidad rival de los islamistas de Hamás participe en la gestión de Gaza.
Y sobre todo no hace referencia alguna a la creación de un Estado palestino independiente, una opción que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia. “Los planes de Netanyahu buscan perpetuar la ocupación israelí de los territorios palestinos e impedir la creación de un Estado palestino”, declaró Nabil Abu Rudeineh, portavoz de Abás.
“Si el mundo quiere seguridad y estabilidad en la región, debe poner fin a la ocupación israelí de los territorios palestinos y reconocer el Estado palestino independiente con Jerusalén como capital”, agregó.
“Netanyahu presenta ideas que sabe perfectamente que nunca tendrán éxito”, declaró por su lado Osama Hamdan, un alto cargo de Hamás en Beirut.
La divulgación de ese plan se produce en momentos en que las negociaciones se intensifican para lograr una tregua de varias semanas en Gaza y conseguir la liberación de unos 130 rehenes.
Una delegación de Israel encabezada por el jefe del Mosad (agencia exterior israelí de inteligencia) viajó el viernes a París para seguir negociando ese acuerdo.
El plan de Netanyahu también prevé el desmantelamiento de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), después de que Israel acusara a varios de sus empleados de estar implicados en el sangriento ataque de Hamás del 7 de octubre.
Tomar el desayuno y correr al búnker en 90 segundos
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Cuando empiezan a sonar las sirenas de alerta sobre los cielos de Tel Aviv, la familia Weisman y millones como ellos buscan refugio de los misiles en camino y hoy continúan recogiendo los escombros de sus vidas.
Vera Lucía Papaterra, de origen dominicano, reportera del periódico estudiantil The Independent Florida Alligator (Gainesville, EE. UU.) busca ser una corresponsal internacional y fue invitada a Israel por la agencia de noticias del Medio Oriente para el mundo hispano parlante, Fuente Latina, para adentrarse a lo más profundo de un país que sigue en guerra pero que una vez más, da muestra de resiliencia, tras los ataques sufridos desde Irán, semanas atrás.
Una de sus entrevistadas fue una mujer israelí residente en Tel Aviv, Hadar Weisman, quien le relata como es la vida casi cotidiana bajo el sonar de las sirenas.
El decir por favor y gracias. Cómo usar cubiertos. Respetar a los mayores. A esa lista de lecciones básicas, la israelí Hadar Weisman añadió una que sus hijos repiten sin dudar: qué hacer en los 90 segundos después de que suenan las sirenas que indican que algún o varios misiles vienen en camino.
El 22 de junio de 2025 fue uno de esos días. En la llamada “Guerra de los doce días”, Israel y Estados Unidos habían atacado instalaciones nucleares iraníes e Irán había devuelto el fuego, lanzando decenas de misiles contra Israel. Varias zonas residenciales de Tel Aviv y en otras ciudades resultaron impactadas; 30 personas fallecieron y al menos 23 personas quedaron heridas. En Tel Aviv resultaron con daños severos varios edificios de Ramat Aviv,incluido el de Weisman. Fue una mañana de concreto roto y vidrios pulverizados que dejó a miles de israelíes sin casas, aunque con vida.
Hadar Weisman frente a lo que solía ser el panel de electricidad de su hogar. Foto: Gentileza
Misma sirena, diferente final
Aquella mañana, a las 7:23, tocaron a la puerta de Weisman. Eran los repartidores de un gavetero que había pedido una semana antes. Lo pusieron en el dormitorio. Apenas salieron, sonó la alerta. “Estamos muy acostumbrados a entrar al cuarto seguro”, cuenta Weisman. “Con los niños lo hacemos desde antes del 7 de octubre (del 2023 cuando terroristas de Hamás atacaron Israel)”.
Todos en casa de Weisman estaban ya vestidos y despiertos por el ruido de los obreros, así que caminaron con calma hacia la mamád, la habitación reforzada que muchos israelíes tienen en sus casas para protegerse de los misiles. El impacto llegó minutos después. El misil cayó entre los edificios de la cuadra. Ninguna estructura recibió un golpe directo, pero el golpe de la onda expansiva convirtió la casa en escombros. “Todo el edificio se sacudió y se cortó la luz”, recuerda Weisman, doctora en economía y profesora de microeconomía en la Universidad de Tel Aviv que vivía en ese apartamento desde 2019. “Nos quedamos 45 minutos en la oscuridad, sin saber qué habría cuando abriéramos la puerta”.
Los misiles iraníes golpearon todo lo que tenía el apartamento, reventando cristales y paredes. Foto: Gentileza
Sentados con una bolsa de caramelos
Dentro del cuarto seguro, un detalle dominguero: la tapa plástica del conducto del aire acondicionado salió volando y por ahí entraron polvo y residuos del edificio tras el impacto. Sentados en un colchón, con el teléfono en una mano y una bolsa de caramelos en la otra, los padres usaron el tiempo para hacer llamadas y tranquilizar a los niños. El mayor, de nueve años, lloró pensando en sus juguetes.
El impacto en el más pequeño, su hijo de tres años y medio, se mide más allá de una preocupación por sus cosas. En sí, el niño siempre pregunta la ubicación del cuarto seguro —como quien pregunta por el baño— cuando llega de visita a una casa desconocida. “Es una forma de vida y no debería serlo”, dice visiblemente emocionada Weisman. “No es manera de criar a nuestros hijos”.
Parte del techo del departamento, el cual fue mayormente impactado. Al salir del búnker, Weisman dijo que temía que el techo completo se cayera. Foto: Gentileza
Afuera, el grupo de WhatsApp del edificio se convirtió en un mapa humano. Vecinos reportaban quién estaba adentro y quién estaba en la calle para que los equipos de rescate no perdieran tiempo en búsquedas inútiles. Policías, bomberos y la unidad de rescate de la Fuerza de Defensa israelí subieron piso por piso. Forzaron la puerta acorazada del quinto piso, que quedó doblada, del apartamento de los Weisman. “Menos mal que esperamos”, dice. “Si hubiéramos intentado salir, el corredor estaba cubierto de muebles y cosas caídas. Nos habrían caído encima”.
Hay que mantener la rutina
El edificio de Weisman es uno de los más nuevos en el barrio y sus cimientos resistieron mejor que otros. Otros en la cuadra, no tanto. La familia pasó dos semanas en un hotel y luego consiguió un subarriendo en el mismo barrio para que los niños siguieran asistiendo a su misma escuela y su kínder. “Volveremos, dicen que para Pascua”, explica, con ese optimismo que nace de una rutina resistente. “Creo que será más tarde, quizá en julio”, añade con una sonrisa corta, como quien ya aprendió a negociar con la incertidumbre.
Uno de los baños de la casa, donde el impacto afuera derribó paredes y quebró cerámica.
El ataque del 22 de junio fue parte de una escalada de doce días que cruzó fronteras y agendas políticas. Para Weisman, sin embargo, la política se traduce en una caminata sabatina. Ella asiste cada sábado a las manifestaciones por la paz que se llevan a cabo en la avenida Begin de Tel Aviv, donde discurso tras discurso pide el fin de la guerra y el retorno de todos los rehenes. “Voy desde antes de octubre”, cuenta, refiriéndose al 7 de octubre del 2023. “Esto no puede seguir así. Incluso si alguien creyó que al principio había justificación, ya no se ve un final ni resultados positivos. Es la forma equivocada de hacer las cosas”.
Su crítica tiene varios destinatarios. A su gobierno, que a su juicio no ha ofrecido una salida real ni ha priorizado un acuerdo para los rehenes capturados en el ataque del 7 de octubre. A Hamás, “una organización terrible, mala para Israel y aún peor para los gazatíes”. Y a cualquiera que crea que “disparar es mejor que hablar”, o que la vida de alguien vale menos que “un pedazo de tierra”. “Es inexcusable porque es obra humana”, dice Weisman, y la frase le tiembla en la garganta.
El impacto de los misiles quebró el horno de Weisman. Foto: Gentileza
La confianza, admite, ya estaba dañada antes de octubre. “Siguen intentando cambiar el Estado de derecho en medio de la guerra”, señala Weisman sobre las modificaciones constitucionales que el gobierno trata de implantar para fortalecer los poderes ejecutivos y legislativos a expensa del judicial, algo que ha creado malestar en sectores de la sociedad israelí. Weisman escucha rumores sobre comicios, sospechas de fraude y un clima que erosiona las instituciones. Aun así, la decisión íntima no es simple. “Si nos paramos y decimos que esto es demasiado y nos vamos, ¿quién se queda? ¿Los que creen que esto está bien? Tampoco quiero que mi hijo cargue con esto”. Lo discuten en casa, una y otra vez.
Los vecinos de Weisman perdieron toda la estructura externa de su hogar. Según ella, la razón por la cual ella y su familia se salvaron de esta experiencia fue por la antigüedad de su hogar. Foto: Gentileza
Como casas de muñecas
Al volver a su apartamento en ruinas para recoger papeles y ropa, Weisman mira por la ventana y ve fachadas abiertas como casas de muñecas. Luego baja la mirada al pasillo, donde antes no se podía caminar sin tropezar, y recuerda la lección que repite a los niños: Hay una alarma. Se hace lo que toca. La vida va primero. “Estamos bien”, les dice. “La casa es solo cosas”.
La normalidad se despega a veces en pequeños gestos. Volver al subarriendo con mochilas y bolsas. Hacer la tarea de matemática. Preparar una cena sencilla. Y sí, repetir las reglas: por favor y gracias, respetar a los mayores, así se agarra un tenedor. Y esa otra, más urgente y aprendida a la fuerza, que suena como un juego pero enseña a sobrevivir: Sirenas en el aire. Un minuto y medio. Respira. Vete al búnker. Cierra su puerta reforzada. Espera. Vuelve a salir. Sigue adelante.
El embajador paraguayo en Israel, Alejandro Rubin, abordó con el primer ministro Benjamin Netanyahu proyectos bilaterales de cooperación.FOTO: GENTILEZA
El embajador paraguayo Alejandro Rubin mantuvo ayer un encuentro con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Durante la ocasión, conversaron sobre la necesidad de potenciar los proyectos bilaterales de cooperación para el desarrollo de ambas naciones.
La reunión fue desarrollada en la ciudad de Jerusalén. “Abordamos diversos temas de interés común y dialogamos sobre el fortalecimiento de nuestras relaciones bilaterales. Coincidimos en la importancia de seguir trabajando de manera conjunta para impulsar proyectos que beneficien a ambos países y consoliden los lazos históricos que nos unen”, indicó Rubin.
Paraguay e Israel mantienen una creciente cooperación en áreas de la salud, educación, agricultura, turismo, defensa y comercio. Las relaciones diplomáticas entre ambos países basada en valores y principios compartidos se establecieron en el año 1949.
En 1947, Paraguay fue uno de los trece países latinoamericanos que votó a favor de la resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), que dio lugar a la creación del Estado de Israel.
Nuestro país, bajo la presidencia de Santiago Peña, ha mostrado un acercamiento significativo a Israel, lo que ha generado tanto nuevas oportunidades como desafíos en su política exterior. Un gesto importante que demostró el apoyo incondicional entre ambos países, fue la reapertura de la embajada paraguaya en la ciudad de Jerusalén, el pasado 12 de diciembre del 2024, luego de que el gobierno de Mario Abdo Benítez haya tomado la decisión de trasladar la sede diplomática a Tel Aviv.
Netanyahu defiende su nuevo plan para “terminar la guerra” en Gaza
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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el domingo que su nuevo plan militar para Gaza “es la mejor forma de terminar la guerra” contra Hamás, a pesar de los llamamientos para poner fin a los combates en el devastado territorio. En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU inició una reunión urgente sobre el conflicto, durante la cual un alto cargo de esta organización advirtió que el plan israelí “probablemente desencadenará otra calamidad”.
Después de 22 meses de guerra, Netanyahu enfrenta una fuerte presión en Israel por el destino de los 49 rehenes todavía en manos del movimiento islamista palestino Hamás. También recibe presiones del extranjero para que termine con la guerra en la devastada Franja de Gaza, donde más de dos millones de palestinos están amenazados de una “hambruna generalizada” según la ONU.
“Hemos completado gran parte del trabajo. Tenemos entre el 70% y el 75% de Gaza bajo control militar israelí”, declaró el dirigente durante una rueda de prensa en Jerusalén. “Pero nos quedan todavía dos bastiones: son Ciudad de Gaza y los campos” del centro de la Franja de Gaza, agregó.
Este plan “no tiene como objetivo ocupar Gaza, sino desmilitarizar Gaza”, repitió Netanyahu. “Esta es la mejor forma de terminar la guerra y la mejor forma de terminarla rápido”. “En primer lugar, desarmar a Hamás. En segundo lugar, liberar a todos los rehenes. En tercer lugar, desmilitarizar Gaza. En cuarto lugar, Israel ejercerá un control de seguridad preponderante. En quinto lugar, una administración civil pacífica no israelí”, resumió.
Netanyahu afirmó que permitirán a la población civil “abandonar con toda seguridad las zonas de combate para ir a zonas seguras designadas” y que se le entregará víveres “en abundancia”. También prometió “corredores protegidos” para la distribución de ayuda y “aumentar el número de puntos de distribución de ayuda de la GHF”, la fundación privada apoyada por Estados Unidos e Israel.
“Hablamos en términos de plazos bastante cortos porque queremos poner fin a la guerra. (...) Vamos a ganar la guerra con o sin el apoyo de otros”, aseguró, tras las críticas a su plan por parte de la comunidad internacional. España y otros siete países europeos condenaron en un comunicado conjunto el plan israelí, asegurando que podría ocasionar “una cifra inaceptablemente elevada de víctimas mortales” y “comprometer aún más la vida de los rehenes”.
El anuncio del plann suscitó el horror de las familias de los cautivos secuestrados durante el sangriento ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, quienes lo ven como una condena a muerte de sus seres queridos. Hamás advirtió que la nueva ofensiva terminaría con su “sacrificio”.
El sábado por la noche, decenas de miles de personas volvieron a salir a las calles de Tel Aviv, exigiendo un acuerdo que garantice el regreso de todos los rehenes -incluidos los cuerpos de los 27 declarados muertos por el ejército israelí- a cambio del fin de las hostilidades.
Al mismo tiempo, la ultraderecha, que integra la coalición gubernamental, expresó su desacuerdo. “El primer ministro y el gabinete se han rendido a los débiles”, criticó el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. “Quiero toda la Franja de Gaza, la transferencia (de su población, NDLR) y la colonización”, añadió el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, otra figura de la ultraderecha.
El líder de la oposición, Yair Lapid, también estimó que el plan de Netanyahu es una “catástrofe”. “Van a movilizar a última hora a 430.000 reservistas (...) Están desmantelando el país desde dentro”, insistió el domingo en los medios. “El gabinete decidió el destino de los rehenes: los vivos serán asesinados y los muertos desaparecerán para siempre”, acusó por su parte Einav Zangauker, madre de uno de ellos y figura de la movilización de las familias.
Algunos padres de rehenes llamaron a una huelga general el próximo domingo. En la radio del ejército, el especialista en asuntos militares Doron Kadosh estimó que “el plan podría no comenzar hasta octubre”. Hasta entonces, “la pelota está en el lado de los mediadores”, cuya última tentativa de resolución fracasó en julio, subraya el diario Ma’ariv.
En en terreno, la Defensa Civil de Gaza afirmó que el ejército israelí mató a 27 personas este domingo, entre ellas 11 por disparos cuando esperaban la distribución de comida. El ataque del 7 de octubre, que desencadenó la guerra en Gaza, causó la muerte de 1.219 personas en el lado israelí, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP realizado a partir de datos oficiales. La operación israelí en Gaza ya ha causado 61.430 muertos, en su mayoría civiles, según los datos del Ministerio de Salud del territorio -gobernado por Hamás-, considerados fiables por la ONU.
Manifestantes despliegan grandes banderas israelíes con imágenes de rehenes israelíes retenidos desde el 7 de octubre de 2023. Foto: Ahmad Gharabli/AFP
Israel aprueba un plan para “derrotar” a Hamás en Gaza
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El gabinete de seguridad de Israel aprobó este viernes de madrugada un plan del primer ministro Benjamin Netanyahu para “derrotar” a Hamás y “tomar el control” de Ciudad de Gaza, en el norte de ese territorio palestino asolado por la guerra y en crisis humanitaria. Netanyahu había dicho a la cadena estadounidense Fox News que Israel quiere controlar totalmente la Franja de Gaza, pero “no gobernarla” o “mantenerla”.
Según el plan aprobado, el ejército israelí “se prepara para tomar el control de Ciudad de Gaza, al tiempo que distribuye ayuda humanitaria a la población civil fuera de las zonas de combate", aseguró en un comunicado la oficina del primer ministro. “El gabinete de seguridad, por mayoría de votos, ha adoptado cinco principios para poner fin a la guerra”, añade.
Los precisa como “el desarme” del grupo islamista Hamás, “la devolución de todos los rehenes, vivos y muertos; la desmilitarización de la Franja de Gaza; el control de seguridad israelí en la Franja de Gaza y el establecimiento de una administración civil alternativa que no sea ni Hamás ni la Autoridad Palestina”. Actualmente, el ejército de Israel ocupa u opera sobre el terreno en casi el 75 % del devastado territorio palestino, principalmente desde sus posiciones permanentes a lo largo de la frontera.
Bombardea todos los lugares que considera necesarios desde el inicio de la guerra, desatada el 7 de octubre de 2023 tras el sangriento ataque de Hamás en Israel que causó 1.219 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales. Las represalias israelíes han dejado de su lado 61.258 fallecidos, también en su mayor parte civiles, según datos del Ministerio de Salud de Hamás, considerados fiables por la ONU.
“Los planes de Netanyahu para escalar la agresión confirman sin lugar a dudas su deseo de deshacerse de los cautivos y sacrificarlos en busca de sus intereses personales y su agenda ideológica extremista”, aseguró el jueves Hamás en un comunicado. De los 251 rehenes capturados durante el ataque de Hamás en 2023, todavía 49 están retenidos en Gaza, incluidos 27 que, según el ejército, están muertos.
Denunciando “un giro flagrante en el proceso de negociación (...) a pesar de la proximidad de un acuerdo final”, el movimiento proiraní advirtió que “cualquier escalada (...) no será un camino de rosas y tendrá un costo elevado y doloroso” para Israel. Por su parte, el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, denunció en la red social X la decisión del gabinete, al calificarla de “catástrofe que traerá muchas otras catástrofes”.
Según él, el plan provocaría “la muerte de los rehenes, la de numerosos soldados, costaría decenas de miles de millones a los contribuyentes israelíes y supondría un fracaso diplomático”. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), el 86,3 % del territorio está militarizado por Israel y sujeto a órdenes de evacuación. Antes de la decisión, medios locales habían reportado desacuerdos entre el gabinete y el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, quien se opondría a los planes de reocupar completamente Gaza.
En Gaza, crecen los temores sobre lo que implicaría una expansión de las operaciones de combate, que ya suman un gran número de víctimas día a día. El portavoz de defensa civil de Gaza, Mahmud Basal, informó que al menos 35 personas murieron el jueves en ataques aéreos en Gaza. “Las operaciones terrestres significan más destrucción y muerte. No hay lugar seguro en ninguna parte”, dijo Ahmad Salem, de 45 años.
La presión internacional es cada vez mayor ante el sufrimiento de los más de dos millones de habitantes palestinos de Gaza, después de que la ONU advirtiera de una “hambruna generalizada” en el asediado territorio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que al menos 99 personas han muerto este año a causa de la desnutrición en Gaza, aunque la cifra probablemente esté subestimada.