Acusando a grupos proiraníes, el presidente estadounidense Joe Biden prometió responder al ataque con drones en Jordania en que murieron tres militares estadounidenses y más de treinta resultaron heridos y en el que Irán negó el lunes cualquier responsabilidad.

Es la primera vez que mueren soldados estadounidenses en Oriente Medio desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, el 7 de octubre, lo que vuelve a hacer temer una escalada de las tensiones con el conflicto latente entre Israel e Irán como telón de fondo.

En este contexto, el gobierno iraquí condenó el lunes este ataque en pleno desierto en la frontera entre Jordania, Irak y Siria, pidió que “cese la espiral de violencia” y se declaró dispuesto a ayudar en “la elaboración de reglas de compromiso fundamentales para evitar nuevas repercusiones en la región e impedir que el conflicto se extienda”.

El Mando Central estadounidense informó el domingo por la noche que un ataque había alcanzado una base de apoyo logístico situada en la Torre 22, en el noreste de Jordania, y había herido al menos a 34 miembros del servicio, ocho de los cuales tuvieron que ser evacuados del país.

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En la base hay unos 350 efectivos del ejército y la Fuerza Aérea estadounidenses que llevan a cabo “una serie de funciones clave de apoyo”, entre otras, para la coalición internacional contra el grupo yihadista Estado Islámico, precisó.

“Responderemos”, dijo Biden al margen de una visita a Carolina del Sur. “Hoy, el corazón de Estados Unidos está apesadumbrado. Anoche, tres militares estadounidenses murieron, y varios resultaron heridos, en un ataque con drones contra nuestras fuerzas basadas en el noreste de Jordania, cerca de la frontera con Siria”, afirmó.

“Sabemos que fue llevado a cabo por grupos de combatientes radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Irak”, dijo Biden. “No tenga ninguna duda: haremos que los responsables rindan cuentas, cuando y como creamos conveniente”, agregó.

Sin embargo, Irán respondió por boca de su representación permanente ante la ONU que “no tiene ningún vínculo ni nada que ver con el ataque a la base estadounidense”, que atribuyó a un “conflicto entre Estados Unidos y los grupos de resistencia de la región”, según un boletín de la agencia oficial iraní Irna.

“Estos grupos responden a los crímenes de guerra y al genocidio cometidos por el régimen sionista”, declaró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Naser Kanaani, refiriéndose a Israel. “Deciden sus acciones en base a sus propios principios”, agregó, citado por Irna. Irán también anunció el lunes la ejecución en la horca de cuatro hombres acusados de espiar para Israel.

Reivindicación

En este año electoral en Estados Unidos, los adversarios republicanos de Biden se apresuraron a criticar su actuación. Donald Trump denunció el domingo la “debilidad y el abandono” del demócrata. Por su parte, el portavoz del gobierno jordano, Muhanad Mubaidin, fustigó “el ataque terrorista que tuvo como objetivo una posición avanzada en la frontera con Siria”, golpeando a las tropas estadounidenses “que cooperan con Jordania para hacer frente al terrorismo y asegurar la frontera”.

Los gobiernos de Bahréin y Egipto también condenaron el ataque, así como el del Reino Unido, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, David Cameron, pidió a Irán que “desescale en la región”. En su cuenta de Telegram, la Resistencia Islámica en Irak, una alianza de grupos armados vinculados a Irán que rechaza el apoyo de Estados Unidos a Israel, reivindicó los “ataques perpetrados el domingo al amanecer con drones” contra tres bases en territorio sirio, entre ellas las de Al Tanf y Rukban, muy cercanas entre sí, en la frontera con Jordania.

El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, dijo que la muerte de los soldados “es un mensaje para el gobierno estadounidense, de que a menos que el asesinato de inocentes en Gaza se detenga, podría enfrentarse a toda la nación” musulmana. “La continuación de la agresión estadounidense-sionista en Gaza podría causar una explosión regional”, añadió.

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Estados Unidos y las fuerzas aliadas en Irak y Siria fueron blanco de más de 150 ataques desde mediados de octubre, según el Pentágono. Se trata de una repercusión directa de la guerra en Gaza entre Israel, aliado de Washington, y Hamás, respaldado por Irán. Muchos de estos ataques contra personal estadounidense fueron reivindicados por la Resistencia Islámica en Irak.

Por otra parte, desde este enero, Estados Unidos bombardea, con apoyo del Reino Unido, posiciones de los rebeldes hutíes de Yemen, un grupo proiraní que ataca a buques mercantes internacionales en el mar Rojo y el golfo de Adén. Además de la guerra en Gaza, Israel sostiene intercambios armados prácticamente a diario con el Hezbolá proiraní en Líbano. Israel intensificó asimismo sus ataques contra Siria y contra los grupos proiraníes allí instalados.

Fuente: AFP.

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