El primer ministro de India, Narendra Modi, inauguró el lunes un templo que encarna el triunfo de su política nacionalista hindú, en un acto que constituyó de hecho el lanzamiento de la campaña para su reelección. “El 22 de enero de 2024 no es simplemente una fecha en el calendario, sino que anuncia el advenimiento de una nueva era”, declaró Modi ante el templo dedicado al dios hindú Rama, construido en un terreno donde durante siglos hubo una mezquita antes de que fuera demolida en 1992 por fanáticos hindúes incitados por miembros de su partido.
Ese incidente desencadenó los peores disturbios religiosos desde la independencia en 1947, que dejaron unos 2.000 muertos, la mayoría musulmanes, y sacudieron los cimientos del secularismo oficial del Estado. Fuera del templo, decenas de miles de devotos que cantaban y bailaban, abarrotaban las calles de la ciudad septentrional de Ayodhya, mientras helicópteros militares arrojaban pétalos de flores desde el cielo.
Pocos miembros de la comunidad musulmana de Ayodhya se unieron a la fiesta callejera. Pero para el partido de Modi, el Bharatiya Janata Party (BJP), la inauguración del templo Ram Mandir culmina una campaña de décadas para alinear las políticas gubernamentales con la fe mayoritaria del país. “El Señor ha hecho de mí un instrumento para representar a todo el pueblo de India”, dijo Modi antes de la inauguración, mientras rezaba a los pies de la estatua de tamaño humano, adornada con guirnaldas de flores y joyas.
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Magnates, deportistas y actores
Vijay Kumar, de 18 años, tardó cuatro días en llegar a la ciudad, después de recorrer a pie y en autostop 600 kilómetros. “Queríamos estar aquí”, dijo Kumar a la AFP. “Sólo deseamos ver el templo antes de marcharnos”. Unos 2.500 músicos tocan en más de 100 escenarios para la multitud de peregrinos que rodean el templo, construido con un coste estimado de 240 millones de dólares que, según los promotores del proyecto, proceden de donaciones públicas.
Entre las personalidades invitadas a la inauguración figuran el excapitán del equipo nacional de críquet Virat Kohli, la estrella de Bollywood Amitabh Bachchan y varios magnates del país. Desde su llegada al poder hace una década, Modi y el BJP intentan poner la fe hinduista en el centro de la vida pública.
Figuras destacadas del partido condenan regularmente épocas históricas de dominio islámico sobre partes de India como tiempos de “esclavitud”, en los que su propia religión era oprimida. Y Ayodhya ocupa un lugar central en esta narrativa. Los hinduistas devotos creen que Rama, una de las deidades más veneradas en esta religión, nació allí hace más de 7.000 años. Pero en el siglo XVI, un emperador musulmán ordenó erigir una mezquita sobre el presunto lugar del nacimiento.
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El BJP desempeñó un papel clave en la campaña que condujo a la demolición de la mezquita. La destrucción del templo presagió el surgimiento del BJP y de Modi como imparables fuerzas electorales, desplazando al partido secular Congreso Nacional Indio que había gobernado el país casi sin interrupción desde la independencia del Reino Unido.
La consagración del templo por Modi, junto a sacerdotes hinduistas, lo proyectará nuevamente como defensor de la fe, en vísperas de las elecciones generales convocadas para mayo. El BJP parte como favorito para una tercera victoria consecutiva, en parte gracias a la exitosa estrategia de Modi de apelar al sentimiento hinduista. Los partidos opositores boicotean la ceremonia en el templo y aseguran que es un mitin de campaña apenas camuflado.
Fuente: AFP.