Motosierra en mano, Javier Milei promete aniquilar “la casta” argentina, al tiempo que Sergio Massa, ministro de Economía y candidato oficialista, anuncia subsidios para minimizar el efecto político de la mayor inflación en 32 años: falta un mes para las elecciones y nada está definido. A continuación, tres claves sobre este complicado proceso del 22 de octubre.
Milei dio la sorpresa en las primarias obligatorias (PASO) de agosto, con el 30 % de los votos, por delante de Massa, de centro-izquierda y abanderado de la expresidenta Cristina Kirchner, y la exministra del Interior, la derechista Patricia Bullrich, a quienes coloca como parte de la “casta política” argentina.
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El economista libertario de ultraderecha capitalizó el descontento en este país que registró en agosto la mayor inflación desde 1991, 12,4 % (124,4 % interanual), una moneda que queda sin valor y una pobreza que supera el 40 %. Milei ya apareció en sus mitines con guantes de boxeo y con una motosierra, con la que evoca los recortes que quiere hacer en servicios públicos, el tamaño del Estado y la “casta parasitaria” en general.
También apareció con un billete gigante de 100 dólares con su rostro, símbolo de la dolarización que preconiza. Pero desde su victoria en las PASO, ha moderado su discurso. La dolarización es ahora un “sistema de libre competencia de divisas”, del que está seguro el dólar será victorioso. Y la sierra se refiere una “reducción del gasto” dentro de un plan de “reformas de primera generación”. “Oscilan entre mostrarse como una opción antisistema y presentar un programa político viable”, apuntó el diario La Nación.
“Plan platita”
Las encuestas pronostican una elección a dos turnos entre Milei y Massa, responsable de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) del programa crediticio por 44.000 millones de dólares. Los sondeos colocan a Milei liderando la primera vuelta con 32 % a 35 % de los votos, por delante de Massa (29-32), que ha recuperado terreno con medidas para recuperar el poder adquisitivo desde la devaluación de 20 % en agosto, con subsidios y exenciones de impuestos que benefician a las clases más pobres y a los jubilados.
“Está repartiendo a trocha y mocha y creo que esta va a ser la política hasta entrar al balotaje” el 19 de noviembre, explicó el analista político Raúl Timerman. Massa, siguió Timerman, actúa como un “presidente que va por la reelección” con actos oficiales que se confunden con mitines de campaña. La oposición lo llama “plan platita”, que incluye una irresponsable emisión monetaria que destruye el ahorro. El FMI de hecho mostró preocupación por las “desviaciones de la política” y pidió mayor control en el gasto.
Los apoyos
Bullrich se ubica en un 25-28 %, según los sondeos, que ya antes se equivocaron. En las PASO -que sirven de termómetro para la nacional- Milei aparecía en torno al 20 %. Aquellos votos “furiosos” que fueron a Milei en las PASO, ¿los conseguirá en la elección presidencial? Y los electores de la derecha moderada que apoyaron al alcalde de Buenos Aires Horacio Larreta, el gran perdedor de las primarias, ¿van a Bullrich?
La candidata habla en su propaganda de “terminar para siempre” con el kirchnerismo, un enemigo común. Está también en duda el voto de la Unión Cívica Radical (UCR), el histórico partido socialdemócrata de 132 años, que ha ganado algunas gobernaciones en coalición con Bullrich. Pero su apoyo está dividido.
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“El radicalismo no tiene nada que ver con lo que ella representa o propone”, zanjó por ejemplo Ricardo Alfonsín, hijo del emblemático presidente radical (1983-89) del regreso a la democracia y hoy alineado con el oficialismo. “Es probable que algunos de ellos apoyen a Massa, que tiene radicales a su alrededor”, sostiene Pablo Tigani, politólogo de la Universidad de Buenos Aires.
Complica el pronóstico electoral, las elecciones de gobernadores pues la política regional y nacional en Argentina se rigen por lógicas distintas. La coalición gobernante perdió media docena, de 24, al tiempo que Milei -que se impuso en 16 provincias en las PASO- ha visto estrepitosas derrotas de sus candidatos provinciales.
Fuente: AFP.