En el marco de la operación León 23, que tiene por objetivo la captura del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, la Policía boliviana busca también a su hermanastro Diego Nicolás Alba Marset, de 21 años, quien tenía tres identidades presumiblemente falsas, incluyendo una cédula paraguaya, según la investigación.
“Diego Alba Marset también tiene tres identidades, una brasilera, una paraguaya y otra uruguaya. Hemos ingresado a su domicilio particular, lamentablemente no hemos dado con esta persona, creemos que está prófugo. Sin embargo, las acciones y los operativos continúan”, dijo el comandante de la Policía Boliviana, el general Álvaro Álvarez.
Tras emitirse la orden de aprehensión de la Fiscalía, las autoridades policiales realizaron la intervención del domicilio del hermanastro de Marset en Santa Cruz, donde se identificó a una empresa dedicada a la “venta de tickets”, informó la Policía, refiere una publicación de Los Tiempos.
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Según las autoridades bolivianas, Sebastián Marset ingresó por primera vez a Bolivia en 2018. En abril de 2019 habría gestionado diversos documentos en Bolivia; al año siguiente se radicó en Paraguay, de donde se fugó en 2021, y habría retornado al país andino en setiembre de 2022. En Santa Cruz llegó a jugar partidos de fútbol del torneo cruceño con una falsa identidad brasileña, hasta que el 29 de julio se lanzó un megaoperativo del que escapó una hora antes.
En conferencia de prensa, el general Álvaro Álvarez detalló que 13 familiares de Marset registraron ingreso en Bolivia. El esquema familiar incluye a sus padres Édgar Enrique Marset Díaz y Sandra Fabiana Cabrera López, sus hermanas Jimena Katherin y Cindy Stephanie Marset Cabrera, sus hermanastros Tatiana Verónica y Diego Nicolás Marset Alba, sus suegros Guillermo Octavio García González y Silvia Troche Seantes, y sus cuñados Federico y Mariano García Troche.
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Paraguay pide voluntad conjunta en la región para proteger el espacio aéreo
El mandatario Santiago Peña en su carácter de Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, encabezó este martes la apertura de la Conferencia de Jefes de las Fuerzas Aéreas Americanas 2025. En esta ocasión, la Fuerza Aérea Paraguaya propuso impulsar estrategias conjuntas para la vigilancia, control y la protección del espacio aéreo contra vuelos ilícitos y el crimen organizado transnacional.
“Hoy Asunción es el centro de integración de las Fuerzas Aéreas Americanas que tiene la responsabilidad de brindar seguridad desde el espacio a todos los habitantes de estas tierras. Valoro este foro porque en el mismo nos encontramos a pesar de nuestras diferencias, para unirnos y cooperar por encima de fronteras, ideologías o coyunturas circunstanciales. Hoy enfrentamos un mundo en constante transformación donde los desafíos a la seguridad no reconoce fronteras”, indicó Peña.
El jefe de Estado siguió sosteniendo que “reafirmamos con vigor los valores profundos que nos une, la solidaridad, confianza mutua y la búsqueda colectiva por la paz y la seguridad hemisférica. Paraguay valora inmensamente el rol del sistema de cooperación de las Fuerzas Aéreas Americanas como una herramienta técnica y operativa para la integración de nuestras capacidades”.
Peña señaló que el carácter apolitíco y profesional de las Fuerzas Aéreas Americanas es una garantía de “neutralidad, eficacia y permanencia incluso en contextos internacionales complejos como nos toca vivir hoy en día. Nuestro compromiso como Estado desde el Paraguay es firme, fortalecer la cooperación internacional en defensa aérea, apoyar el desarrollo de capacidades conjuntas y seguir apostando por el diálogo multilateral como vía para la estabilidad y la paz duradera”.
El mandatario acotó: “celebro muy entusiastamente el enfoque de esta conferencia contra nuestro enemigo principal en la actualidad. Estos desafíos nos exigen no solo firmeza interna, sino voluntad de actuar en conjunto con nuestros aliados de toda la región. El narcotráfico, el crimen organizado no respetan fronteras, límites ni países, es más se aprovechan de nuestras debilidades. Debemos unirnos y trabajar de forma coordinada y sistemática para enfrentar estos flagelos“.
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Esta actividad está organizada por el Sistema de Cooperación entre las Fuerzas Aéreas Americanas, compuesto por 23 Fuerzas Aéreas de América, incluyendo a Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
“La presencia del presidente de la República, Santiago Peña reafirma su compromiso con la seguridad nacional y regional así como la lucha contra el crimen transnacional organizado y el fortalecimiento de nuestras capacidades en materia de seguridad y defensa", comentó el comandante de la Fuerza Aérea Paraguaya, Julio Fullaondo.
El Sistema de Cooperación entre las Fuerzas Aéreas Americanas fue creado el 16 de abril de 1961. Su principal finalidad es promover y fortalecer los lazos de amistad, cooperación y apoyo mutuo entre sus miembros, orientándose hacia el intercambio de experiencias, medios, entrenamiento e instrucción de personal, facilitando así la elaboración de procedimientos para actuar de manera integrada, en cumplimiento de lo dispuesto por los respectivos gobiernos.
“Ponemos a consideración de los países miembros que en las reuniones bilaterales se pueda abordar el fortalecimiento de la seguridad del espacio aéreo regional, esto podría incluir las firmas de convenios o acuerdos referentes al intercambio de informaciones y la aplicación de protocolos de interceptación de vuelos ilícitos", indicó.
Asimismo siguió sosteniendo que “de esta manera lograremos robustecer nuestras capacidades para el trabajo conjunto y hacer frente a la lucha contra los vuelos ilícitos y el crimen transnacional organizado, un mal que afecta significativamente nuestra región sin respetar fronteras. La lucha contra los delitos transnacionales requiere de un esfuerzo coordinado y sostenido mediante la aplicación de tecnologías avanzadas para la vigilancia y protección de nuestro espacio aéreo para enfrentar las amenazas de manera efectiva“.
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Banda mexicana lanza canción antinarco tras enaltecer al cartel
- Guadalajara, México. AFP.
La banda mexicana Los Alegres del Barranco difundió una canción que advierte sobre los peligros del narcotráfico y con la que buscan suspender la acusación formal que enfrentan por, supuestamente, enaltecer a un capo de la droga. La canción se titula “El Consejo” y en sus versos alerta que una vez dentro del narcotráfico “solo quedan dos caminos: el del panteón o la cárcel”.
Hace un mes la Fiscalía del estado de Jalisco (oeste) acusó al grupo musical de “apología del delito” por haber interpretado una composición que ensalzaba a Nemesio Oseguera, líder del poderoso Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), denominado como “organización terrorista extranjera” por el gobierno de Estados Unidos en febrero.
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“Al emitir un mensaje positivo con una canción, se abre la posibilidad a la eventual suspensión al proceso”, informó la Fiscalía en un comunicado. Sin embargo, la Fiscalía aclaró que otras investigaciones contra el conjunto musical por operaciones con recursos de procedencia ilícita se mantienen vigentes.
A medida que crece la popularidad de los narcocorridos, un subgénero de la música regional mexicana, varios estados del país los han proscrito, lo que incluye su difusión pública. Los intérpretes de estas piezas también han sido blanco de violencia del crimen organizado. A finales de mayo cinco integrantes del grupo Fugitivo que días antes habían desaparecido fueron hallados asesinados en Tamaulipas (noroeste).
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El Chaco, el territorio que une y separa a dos países
- Jimmi Peralta
- Fotos: Gentileza/Archivo
El 12 de junio de 1935 fue firmado en Buenos Aires el protocolo de paz que dio por terminadas las acciones bélicas que enfrentaron a Paraguay y Bolivia desde 1932. Los historiadores Erasmo González y Herib Caballero Campos cuentan los pormenores de las arduas negociaciones y el contexto en el que se desarrolló el conflicto entre ambos países por la posesión del Chaco Boreal.
Luis Alberto Riart y Tomás Elío, cancilleres de Paraguay y de Bolivia, respectivamente, fueron los encargados de refrendar el documento para poner fin a las hostilidades entre ambas naciones mediterráneas, que se disputaron una salida fluvial al mar y sufrieron la falta del vital líquido durante varios tramos de la contienda, lo que infligió múltiples sufrimientos además de los propios de toda guerra.
A 90 años del histórico acuerdo, se celebra la hermandad entre pueblos que, si bien tienen amplias fronteras en común, en gran parte siguen separados por el gran territorio chaqueño.
ANTECEDENTES
La guerra del Pacífico (1879-1884) cercenó territorialmente a Bolivia y lo despojó de 120.000 km2 de superficie y 400 km de litoral marítimo. Este fue un momento clave que provocó que el Chaco paraguayo entrara en los planes estratégicos del país del altiplano.
En Bolivia, con la pérdida de su costa sobre el océano Pacífico en la guerra que tuvo contra Chile, desplazaron hombres para irrumpir en el Chaco fundando fortines, al tiempo que los tratados se realizaban, pero no se solucionaron las diferencias territoriales.
“Las incursiones generaron tensiones al punto de que en febrero de 1927 es muerto en el fortín Sorpresa el teniente paraguayo Adolfo Rojas Silva. A partir de ese episodio el conflicto contra Bolivia se desarrolló en un ambiente en el que amplios sectores de la ciudadanía paraguaya reclamaban mayor presencia del Estado paraguayo en el Chaco. Desde el llamado a la movilización en diciembre de 1928 luego del ataque de tropas paraguayas al fortín Vanguardia, donde los bolivianos fueron desalojados, la crisis diplomática afloró con la expulsión de sus respectivos representantes diplomáticos que cumplían funciones en ambos países”, explica Erasmo González, doctor en historia.
El 23 de octubre de 1931, registrado como un ícono del reclamo ciudadano por la protección del Chaco, quedó en la memoria por la masacre de manifestantes estudiantiles en los jardines del Palacio de Gobierno, que estaba ocupado entonces por el presidente José P. Guggiari.
SIGILO
“Lo sucesivos gobiernos paraguayos venían realizando una prudente campaña de reforzar y dotar de mayor armamento al Ejército, que se inició con las reformas realizadas por el presidente Eligio Ayala. Durante su gobierno se mandaron comprar armas e incluso las dos cañoneras adquiridas de Italia: El Paraguay y el Humaitá”, indica González.
“En los últimos años han sido varias las investigaciones históricas académicas que han permitido comprender el esfuerzo del Estado paraguayo para armar al país. Efectivamente, sin un préstamo internacional se pudo comprar armamento moderno y capacitar a los jefes y oficiales para enfrentar el conflicto a partir de los planes consensuados entre el Gobierno y los jefes del Ejército en agosto de 1924”, explica, por su parte, el historiador Herib Caballero Campos.
A pesar de estos esfuerzos, en comparación con el despliegue boliviano Paraguay se encontró con una preparación un tanto menor en efectivos y en armamento para el inicio de las hostilidades.
EL AGUA Y EL GUARANÍ
“La contienda se inició con la toma boliviana en Pitiantuta, casi al mismo tiempo en que el doctor Eusebio Ayala asumía la Presidencia. Era una etapa difícil e incierta, pero el presidente tuvo el tino de apostar por José Félix Estigarribia para el mando del Ejército. La estrategia del comando paraguayo de llevar la guerra al interior de la región chaqueña fue fundamental. Los bolivianos incursionaron en un territorio adverso por las condiciones naturales del territorio, alejados de donde existía agua; además, considerablemente lejos de su puesto logístico”, refiere González.
“La utilización del idioma guaraní por orden general del comandante Estigarribia fue estratégica para comunicarse y despistar a los enemigos con códigos que los jefes oficiales y los soldados paraguayos podían entender. Además, servía para identificarse entre paraguayos si se encontraban en un lugar determinado, evitando confusiones que podían llevar al enfrentamiento entre los mismos”, agregó.
UNIDAD Y ESTABILIDAD
La primera mitad del siglo XX en Paraguay se caracterizó por un sinfín de tragedias internas a consecuencia de la inestabilidad política con revoluciones, golpes de Estado, exilios, atropellos, proscripciones y muerte. La hegemonía liberal había arrancado en 1904, pero tanto los conflictos dentro del propio partido de gobierno como las confrontaciones con la oposición impedían el desarrollo de un proyecto nacional.
“En el contexto de la guerra se había generado una tregua política. Según se estableció por leyes aprobadas por el Congreso, se reprimió a los sectores socialistas y comunistas que eran antiguerreristas, pues consideraban que la guerra del Chaco era una guerra imperialista. Asimismo, importantes jefes políticos de los dos partidos tradicionales se movilizaron o apoyaron al gobierno de Eusebio Ayala”, señala Caballero Campos.
“El territorio chaqueño no conoció diferencias políticas entre los combatientes paraguayos. Diferentes sectores de la sociedad acudieron al llamado: campesinos, obreros, estudiantes y con ellos artistas, poetas, intelectuales, choferes, deportistas, enfermeras y médicos. Con ese esfuerzo mancomunado se pudo sobrellevar la guerra con el acompañamiento de las mujeres, que realizaron diferentes actividades tanto en retaguardia como en el frente. Se destaca la labor de las madrinas de guerra como apoyo emocional para el soldado combatiente”, explica González.
A renglón seguido, destacó la unidad que se logró en el Paraguay durante la guerra a pesar de las diferencias que lo separaban anteriormente.
“En general hubo un gran acompañamiento. Las personas hacían donaciones para las viudas y huérfanos de guerra; la Legión Civil Extranjera, conformada por miembros del comercio y la industria que eran de origen extranjero, colaboró con varias acciones para paliar las necesidades más urgentes. La Junta Nacional de Aprovisionamiento era una entidad gestionada por el Estado con fuerte colaboración de sectores privados, que proveían los alimentos básicos a las familias de los soldados combatientes que no tenían otros recursos para subsistir. La Cruz Roja Paraguaya, liderada por el Dr. Andrés Barbero, donó un avión ambulancia, así como también realizaron varias actividades para recaudar fondos, como el partido de fútbol en Buenos Aires en el que jugó Arsenio Erico, que finalmente fue fichado por el Independiente de Avellaneda”, citó Caballero Campos.
VÍA DIPLOMÁTICA
En el contexto de una guerra con fuertes bajas para ambos bandos, la vía diplomática no estuvo clausurada. Esto a pesar de que Paraguay fue sancionado por la Sociedad de Naciones (antecedente de las Naciones Unidas) por haber sido declarado país agresor.
“El grupo mediador liderado por el gobierno argentino del general Juan B. Justo fue el impulsor de abrir una negociación con el apoyo de los demás gobiernos de la región, pero el último actor clave en sumarse y muy necesario fue el gobierno del Brasil, cuyo presidente Getulio Vargas visitó Buenos Aires en mayo de 1935, dando su acuerdo para que se impulse un alto al fuego en el infierno verde del Chaco”, comenta Caballero.
“De una posición defensiva en los primeros meses del conflicto, Paraguay pasó a la ofensiva en 1934 logrando recuperar territorios que los bolivianos fueron ocupando. Para 1935 ya había cruzado el río Parapití. Sin embargo, no debemos olvidar que todo esto significó sacrificios humanos de padecimientos por sed, pestes, heridas, traumas emocionales, muerte y angustia por la distancia de los seres queridos. Para 1935 los recursos se extremaron. Cada día de combate representaba un gran costo para el país, por lo que la gestión diplomática también fue ardua”, apunta González.
En este sentido, fue destacado el rol del canciller argentino Carlos Saavedra Lamas en el contexto de las negociaciones diplomáticas, quien fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz en 1936 por su mediación en este conflicto y por haber inspirado un tratado antibélico que lleva su nombre.
RUMBO AL PROTOCOLO DE PAZ
“Las negociaciones comenzaron en mayo de 1935. Primeramente, el grupo mediador se reunía con cada canciller por separado. El Paraguay desde un principio estaba conteste en general con los términos del documento propuesto por los mediadores, pero Bolivia pretendía esperar el resultado de su contraofensiva, que fue detenida exitosamente por el Ejército paraguayo en la batalla de Ingavi, el 8 de junio de 1935. En ese sentido, ya el 11 se anunciaba en los medios de prensa asuncenos que se había acordado entre los países un alto al fuego, pero se estaban aún ultimando los detalles del documento final”, explica Caballero Campos.
De su parte, González subraya que el protocolo se firmó en un momento en el que ya no se podía continuar con la guerra por la dificultad para obtener recursos y el agotamiento de los combatientes. Por ello, de alguna forma la firma del protocolo de paz del 12 de junio era el camino obligatorio.
“Ya en los últimos meses de la guerra, el cansancio, la hostilidad de la naturaleza en el alto Chaco, el revés en las estribaciones andinas hicieron que la mayoría de la tropa paraguaya ya se encuentre agotada y agobiada, según se puede deducir de varios testimonios. Además, las arcas del Estado paraguayo ya estaban exhaustas luego de casi tres años de guerra. Por ello, el alto al fuego al mediodía del 14 de junio de 1935 (día en que se festeja la Paz del Chaco en Bolivia) fue celebrado por todos los combatientes, pues era algo que se anhelaba en ambos ejércitos ”, agrega Caballero Campos.
En agosto de 1935 se realizó el desfile de la victoria en Asunción, pero el país estaba con una economía extenuada, con la producción mayormente a cargo de ancianos, niños y mujeres. Todo esto fue terreno fértil para que afloren de nuevo las desavenencias, los golpes de Estado, revoluciones, persecuciones e inestabilidad política.
ACUERDO FINAL
El Tratado de Paz, Amistad y Límites definitivo se rubricó el 21 de julio de 1938. El documento final fue firmado por Cecilio Báez y José Félix Estigarribia por Paraguay, y Eduardo Díez de Medina y Enrique Finot por Bolivia. El acuerdo fue refrendado por un referéndum, que se realizó el 15 de agosto de ese año y tuvo una aprobación del 91 %.
En octubre de 1938, en cumplimiento de una de las cláusulas del tratado, se abrió una Comisión Mixta Demarcadora de Límites para señalizar la frontera en el terreno, que dio por concluidas sus tareas en 2007.
Por ello, recién en abril de 2009, con firma de Evo Morales por Bolivia y de Fernando Lugo por Paraguay, se oficializó el acta de cumplimiento y ejecución del mencionado tratado.
BARRERA
A poco de cumplirse el centenario de esta epopeya, la más grande del siglo pasado en el continente, que dejó cerca de 100.000 bajas, el vínculo entre ambos países sigue en parte separado por aquel territorio hostil.
“Evidentemente el Chaco hasta hoy en día es una barrera para que se dé ese relacionamiento más cercano entre bolivianos y paraguayos. Hoy la ruta Bioceánica es una oportunidad para mejorar esa integración, pero el Chaco aún hoy es un territorio despoblado, con muchas carencias y una necesidad de recibir políticas públicas que aseguren la educación, la salud y la movilidad a las poblaciones chaqueñas, tanto originarias como a las demás que habitan dicho territorio”, concluyó Caballero Campos.
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Canindeyú: Senad intensifica control por agua y tierra en contra del narcotráfico
Ciudad del Este. Agencia Regional.
La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) intensifica controles contra el narcotráfico, tanto en zonas de frontera como al interior del departamento de Canindeyú, mediante el despliegue de patrullas fluviales y terrestres, en coordinación con la Armada Paraguaya. Agentes del Departamento Regional n°4, con base en Salto del Guairá, están a cargo de las intervenciones, según informó la Senad.
Las patrullas fluviales se realizan sobre el río Paraná, en el tramo correspondiente a la zona de responsabilidad del Área Naval de Salto del Guairá, donde se llevan a cabo verificaciones "para detectar posibles puertos clandestinos y prevenir el uso de las vías acuáticas para el tráfico de drogas". El tramo citado es entre Salto del Guairá y Puerto Tigre, de Canindeyú.
A la vez, se ejecutan operativos terrestres en zonas consideradas estratégicas como la Aduana, la Línea Fronteriza del barrio 29 de setiembre, de Salto del Guairá y otros sectores urbanos y rurales, entre ellos, el Km 7, desvío a la colonia Guadalupe y sus adyacencias.
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Las patrullas se realizan de día y de noche, permitiendo “una vigilancia activa y sostenida, elemento clave en la estrategia de presencia permanente impulsada por el Plan de Acción contra el Abuso de Drogas - Sumar”, indica la institución antidrogas.
Los controles incluyen inspección de personas, vehículos y cargas, en puntos identificados por el personal como críticos para las estructuras criminales vinculadas al tráfico ilícito. “Esta línea de trabajo busca no solo detectar delitos, sino también brindar mayor seguridad a la población local y dificultar las operaciones logísticas del narcotráfico”, remarca el reporte.
Las acciones en Canindeyú forman parte de un plan de refuerzo en la incursión a nivel país, que se viene realizando en diferentes departamentos y zonas específicas, entre ellas las áreas de frontera y el Chaco.
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