Unicef advirtió este viernes que cerca de un millón de niños de menos de cinco años podrían sufrir este año desnutrición aguda en Níger, Malí y Burkina Faso, tres países de la inestable zona africana del Sahel.
“Unos 970.000 niños” pueden verse afectados en estos tres Estados que registran amplia pobreza y donde suelen producirse ataques yihadistas, indicó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en un comunicado. Níger es el país que podría sufrir una mayor hambruna infantil, con una previsión de hasta 430.000 niños con desnutrición aguda.
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Se trata, sin embargo, “de 60.000 niños menos que en 2022, una disminución que puede atribuirse a la fuerte movilización del gobierno de Níger, de Unicef y de sus socios”, indicó la agencia de ONU. Malí, en cambio, verá cómo aumenta un 18,4 % la hambruna infantil, con previsión de que alcance a 367.000 menores de 5 años.
“La inseguridad y los conflictos crecientes comportan que la vulnerabilidad aumente en la región y que sea cada vez más difícil ayudar a las comunidades en las zonas aisladas”, que sufren ataques yihadistas, aseguró Marie-Pierre Poirier, directora regional de Unicef en África del Oeste y del Centro, según declaraciones citadas en el comunicado.
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La agencia de la ONU pide a los gobiernos de esa zona del norte de África que “hagan de la nutrición infantil una de sus principales prioridades nacionales” y que “aumenten las inversiones nacionales en la previsión, la detección y el tratamiento precoz de la desnutrición”.
Fuente: AFP.
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Pobreza
- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Constituye una de las situaciones más dolorosas y angustiantes, no solo de nuestro país sino de nuestros propios vecinos, quienes nos tocan más de cerca, como el caso de Argentina, en donde el índice actual de pobreza es del 38 %, lo que significa que no menos de 11 millones de personas siguen viviendo en situación de vulnerabilidad económica, aun considerando que ha disminuido el año pasado, pues en el gobierno anterior superaba el 50 %.
En Paraguay, el nivel de pobreza ha mostrado una disminución en los últimos años, pero sigue siendo un desafío importante, pues lo que se palpa en la calle es diferente.
La pobreza monetaria se ubicó en 20,1 % de la población en 2024, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) de Paraguay (aproximadamente 1,2 millones de personas), en tanto que la pobreza extrema por encima del 4 % (aproximadamente 250 mil personas).
La pobreza multidimensional, que considera múltiples dimensiones como salud, educación y nivel de vida, afecta a un 20,76 % de la población, con una incidencia mucho mayor en áreas rurales (40,94 %) que en áreas urbanas (8,98 %).
Miles de compatriotas viven en la indigencia, no permitiéndoles tan siquiera poder cubrir sus necesidades básicas como seres humanos.
La carencia de poder adquisitivo, falta de trabajo digno, drogadicción, entre otros males, hacen que miles de personas sigan siendo pobres, constituyéndose en uno de los factores que contribuyen al incremento de la delictividad, pues mucha gente delinque al no tener fuentes de ingresos, incrementándose los índices de violencia e inseguridad.
La pobreza en su acepción amplia no constituye solamente falta de ingresos, sino carencia de acceso a educación y a una salud de calidad, pues dentro del PGN lo que se destina cada año sigue siendo insuficiente, incluida la seguridad, otro gran flagelo que nos acucia día a día.
Muchas personas siguen siendo pobres porque seguramente así lo desean. Como ejemplo, tenemos familias enteras que habitan en la ribera del río Paraguay desde hace más de 40 años.
Nacieron pobres y luego de cuatro décadas siguen siendo pobres, quizás por falta de oportunidades, pero también porque muchos de ellos no tienen afán de superación en sus vidas y sus hijos y nietos también viven así, pudiendo esforzarse para salir adelante, pero no los hacen, salvo honrosas excepciones, con la excusa de ser pobres.
Si bien uno de los objetivos del actual gobierno es la lucha contra la pobreza, que permita sacarlos de la situación de vulnerabilidad en que viven, se hace necesario que se les enseñe y capacite en oficios para que puedan tener una profesión y posibilidades más ciertas de salir de dicha situación.
Solo con subsidios no dejaremos de ser pobres, salvo los adultos mayores quienes ya por su edad difícilmente puedan acceder a un puesto de trabajo y aquellos más jóvenes que por razones de salud no puedan trabajar.
El Ministerio de Trabajo, a través de las entidades que dependen del mismo, como el SNPP, deben encarar fuertes y dinámicas campañas de capacitación en todos los departamentos para que miles de compatriotas que hoy pululan de un lado a otro mendigando por su pobreza puedan tener un oficio que le permita una fuente de ingreso para mantener dignamente a sus familias.
Mencionamos mucho que nuestro país es rico tanto en recursos naturales como en población en su mayoría joven en edad económicamente activa, siendo de suponer que deberían estar trabajando y produciendo.
Necesitamos más proactividad, dinamismo y visión de futuro para que toda esa masa de gente pobre que no produce pueda insertarse al mundo laboral en diversos segmentos de negocios, a través de la generación de nuevas fuentes de trabajo, pues de otra forma todo podría quedar en una simple expresión de deseo.
Se hace necesario que nuestras autoridades salgan de su zona de confort, desechando los meros trabajos de gabinete, pues deberían estar fuera de sus oficinas viendo qué pueden hacer para que a través de un trabajo en equipo coadyuven a superar la situación de pobreza de nuestros compatriotas.
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Clase media crece, pero con retos para la población vulnerable
La situación financiera y económica del país se encuentra bien en términos generales, pero en las particularidades la situación depende, según el economista Jorge Garicoche, quien señaló que actualmente existe un incremento de la clase media, pero también de la clase vulnerable.
Afirmó que tal incremento de la clase media se observa en la ampliación de centros comerciales y otros negocios centrados para tal población.
De acuerdo con el economista, la clase media en Paraguay muestra signos de crecimiento, pero a la par también crece la población vulnerable. Señaló a la 1020 AM que el crecimiento en estos segmentos tiene indicios y puede observase en el ámbito comercial. “Cada vez hay más cafés de especialidad, lo cual es una muestra que hay un segmento de clase media creciente. Pero también en los supermercados encontrás productos con gramajes más pequeños, incluyendo el café, que es para un solo día. Muchas personas en los últimos años salieron de la pobreza, pero se quedaron en una situación vulnerable”, ejemplificó.
Dijo que el desafío del Estado es hacer que la población vulnerable alcance la clase media y que no retroceda debido a cuestiones políticas y económicas. Recordó que en el 2000 se manejaba que 1 de cada 2 paraguayos era pobre y actualmente la relación es de 1 de cada 5.
INVERSIÓN EXTRANJERA
Sobre la situación de la inversión extranjera, el economista reconoció que el país atrae mucho capital extranjero en el orden de USD 5 a 50 millones. Mencionó que con el reglamento de fondo de inversiones no se buscan proyectos de inversiones menores a los USD 300 millones y consideró que se debe apuntar principalmente a las apuestas económicas de USD 50 millones.
“Apuntaría más bien a traer 10 inversiones de USD 50 millones que a seguir buscando una inversión de USD 500 millones”, recomendó Garicoche. Consultado sobre la mano de obra capacitada como atractivo para la inversión, sostuvo que Paraguay ya cuenta con ella en los rubros en los que se está desenvolviendo, ejemplificando que en 1994 solo el 17 % de las exportaciones del país eran manufacturadas y hoy llega al 52 %.
“Estamos creciendo, nos estamos diversificando. Estamos ofreciendo cada vez más productos al mundo, la maquila dio un gran empuje en esto. Paraguay debería salir a buscar más regiones a donde vender”, afirmó.
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La pobreza en Uruguay se ubica en 17,3 %, los niños los más afectados
La pobreza en Uruguay alcanzó al 17,3 % de la población en el 2024, según una medición por ingresos que cambió la metodología utilizada el año anterior, cuando el índice se ubicó en el 10,1 %, informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esto significa que cada 1.000 personas, 173 no superaron el ingreso mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas alimentarias y no alimentarias consideradas por la nueva metodología, que utilizó una canasta que incluye muchos productos que la anterior no contenía.
El índice de pobreza de 2024 en relación al año anterior “es difícil (de) comparar porque hay cambios en la canasta y cambios metodológicos”, explicó el director del INE, Marcelo Bisogno, al presentar el informe.
“Los elementos más sofisticados en los no alimentarios pesan más” en la canasta que se utilizó para determinar la pobreza en 2024, “por ejemplo telecomunicaciones o automóviles”.
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El director de la entidad explicó que es imposible comparar los datos presentados con las mediciones internacionales de pobreza, como las de Cepal y el Banco Mundial, donde el país aparece con índices inferiores al 10 %.
El monto de la canasta básica definido para establecer el umbral de pobreza varía según la zona del país y si el hogar alquila o no.
La pobreza fue levemente mayor en la capital Montevideo (17,5 %) que en el resto del país (17,1 %), mientras que medido por edades los uruguayos menores de edad son los más pobres.
La pobreza alcanzó al 32,2 % de los menores de seis años; al 28,1 % de los menores de 6 a 12 años, y al 27,5% de los adolescentes de 13 a 17 años, mientras que en adultos de 18 a 64 años las personas bajo la línea de pobreza representan el 15,4 %.
Para los mayores de 65 años, la estimación de pobreza es de 6,3 %. También hay una mayor afectación en la población afrodescendiente (28,7 %).
En cuanto a indigencia - la capacidad de cubrir las necesidades alimentarias básicas-, el indicador se ubicó en 1,5 %. Montevideo registró una indigencia de 1,9% y en el resto del país de 3,4 millones de habitantes fue de 1,2 %.
En 2023, con la anterior metodología, las personas que no pudieron acceder con sus ingresos a la alimentación básica representaban apenas el 0,2% para todo el país.
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En Latinoamérica, más de 67 millones de niños no cumplen con el esquema de vacunación
En los últimos 10 años América Latina presenta una baja en la tasa de vacunación considerada de gravedad, según un reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Esta situación deja a más de 67 millones de niños y niñas sin un esquema completo de vacunación, lo que representa un retroceso y que se resentirá en los próximos años.
En el marco de la Semana de la Vacunación de las Américas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), especialistas hacen un llamado a la población a reforzar los esquemas de inmunización. Actualmente, más de 67 millones de menores no cuentan con el esquema de vacunación completo y que de este número 48 millones no han recibido ni una sola dosis de vacunas.
“En 2021 la cobertura de la primera y tercera dosis de la vacuna contra difteria, tétanos y tos ferina en las Américas alcanzó su nivel más bajo en 20 años, con 87 % y 81 % respectivamente, resalta el reporte de la Unicef”, explicó la Rodrigo Alberto Restrepo González, de Colombia, durante el webinar “Inmunizar para Prevenir: Un llamado a la acción”.
En la actualidad ya se comienzan a observar los resultados de este retroceso porque en América Latina se presentan brotes de enfermedades, que pueden ser prevenidas con la inmunización, como tos ferina, sarampión y poliomielitis, a raíz de las bajas coberturas vacunales en la región.
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“Cuando las tasas de vacunación bajan, las enfermedades prevenibles encuentran espacio para reaparecer. Lo estamos viendo con la tos ferina, el sarampión, poliomielitis, la fiebre amarilla y otras infecciones que habíamos logrado controlar en gran parte de la región. Los efectos ya son evidentes”, detalló la doctora María Luisa Ávila infectóloga pediatra de Costa Rica.
Agregó que en 2012 se reportaron más de 72.000 casos de tos ferina a nivel mundial, y desde entonces se venía registrando una disminución progresiva, llegando a un mínimo de 3.293 casos en 2022. “Sin embargo, en 2024 se ha observado un repunte en varios países, entre ellos Brasil, México, Perú y Estados Unidos”, acotó.
Afirmó que la disminución de coberturas no solo representa una amenaza para la salud individual de los niños y niñas, sino que compromete la inmunidad colectiva.
“El reto es alcanzar los objetivos de la Agenda de Inmunización 2030 y garantizar que ningún niño se quede sin su primera dosis y no sufra las consecuencias de una enfermedad prevenible por vacunación”, puntualizó.
Del 26 de abril al 3 de mayo, se llevó a cabo la Semana de la Vacunación en las Américas, donde instituciones públicas y privadas se unieron al llamado para fortalecer los esquemas vacunales de la región. Se ha demostrado que las vacunas salvan vidas, fortalecen el sistema inmune y son una herramienta clave para prevenir la propagación de enfermedades.
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