El papa Francisco inició este jueves la misa solemne por el funeral de Benedicto XVI, fallecido el sábado a los 95 años, ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro, una ceremonia inédita en la historia moderna de la Iglesia católica.

El sencillo ataúd de madera donde yace el cuerpo de Joseph Ratzinger, que lleva encima una copia de los evangelios, fue colocado en el altar instalado en el atrio de la basílica, desde donde preside la misa en silla de ruedas el papa Francisco. La presencia de un papa en el funeral de su predecesor es algo poco común en la historia reciente.

Francisco está rodeado por cinco cardenales en el altar que domina la inmensa explanada. Entre los fieles figuran muchos sacerdotes y monjas, quienes hicieron fila para entrar desde la madrugada a la plaza. “Para mí es un gran ‘doctor’ (título para los santos eruditos, ndlr) de la Iglesia. Siempre lo he pensado”, aseguró a la AFP la religiosa mexicana Erica Merino Peña, entre las primeras en ingresar.

Las exequias del pontífice alemán, quien renunció al trono de Pedro en 2013 tras 8 años de pontificado, serán “solemnes pero sobrias”, había adelantado el Vaticano, tal como era su deseo. La ceremonia comenzó a las 9:30 (8:30 GMT) y asisten además de cardenales y religiosos de todo el mundo, varios jefes de Estado y de Gobierno, incluido el canciller alemán Olaf Scholz.

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En total, 195.000 personas desfilaron durante tres días, de lunes a miércoles, ante los despojos de Joseph Ratzinger, cuyo cuerpo yacía en un catafalco cubierto por una tela dorada, rodeado por dos guardias suizos vestidos de gala, frente al altar mayor de la basílica de San Pedro.

El primer papa alemán de la historia moderna, quien se retiró sus últimos 10 años de vida en un monasterio del Vaticano, será enterrado sucesivamente en una ceremonia privada en la cripta de la basílica, en la que fuera la tumba de Juan Pablo II hasta 2011. Solo dos delegaciones, de Alemania e Italia, han sido invitadas oficialmente por la Santa Sede, pero muchos líderes políticos, dignatarios, religiosos y monarcas de todo el mundo han confirmado su presencia a título personal.

Reúne a más de 4.000 religiosos

Entre ellos figuran el rey Felipe de Bélgica, la reina emérita española Sofía, los presidentes de Italia, Polonia y Togo y probablemente el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien el martes rindió homenaje al cuerpo expuesto de Benedicto XVI en el Vaticano. La misa, de unas dos horas, se llevará a cabo con el rito latino, contará con oraciones en todos los idiomas y reunirá a más de 4.000 religiosos, entre cardenales, obispos, sacerdotes y monjas.

Dado que Joseph Ratzinger renunció a su ministerio antes de morir, su funeral respeta parte de la liturgia reservada para los papas, pero “con algunas diferencias”, explicó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni. Se guardará, eso sí, la tradición de colocar en el féretro de ciprés las medallas y monedas acuñadas durante su reinado, así como los palios obtenidos. También se pondrá un breve resumen del pontificado dentro del ataúd, antes de ser sellado y colocado en uno de zinc.

Este féretro se introducirá a su vez en otro de madera para ser enterrado en las Grutas Vaticanas, en la tumba que perteneció a Juan Pablo II hasta que fue trasladado a una capilla en San Pedro tras su beatificación. Más de mil agentes han sido movilizados por las autoridades italianas, que han dispuesto el cierre de varias calles de los alrededores.

“Humildad”

En Alemania, la conferencia episcopal ha invitado a las iglesias del país a repicar las campanas a las 11:00 en homenaje al primer papa alemán de la era moderna. “A pesar de lo que piensa la gente común, para mí fue un padre en la fe y también un modelo de servicio y humildad”, aseguró a la AFP Marco Felini, un productor de vino italiano que oró la víspera ante los restos del papa emérito.

Nacido en 1927, Joseph Ratzinger enseñó teología durante 25 años en Alemania tras lo cual fue nombrado arzobispo de Múnich. Después de un pontificado marcado por múltiples escándalos e intrigas y de haber pasado los últimos 10 años de su vida rezando y estudiando, Benedicto XVI fue acusado a principios del 2022 de haber encubierto a cuatro curas pedófilos cuando era arzobispo en Alemania, una mancha que empaña su papado y un caso que negó hasta el final de su vida.

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Fuente: AFP.

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