El sencillo ataúd de madera donde yace el cuerpo de Joseph Ratzinger, que lleva encima una copia de los evangelios, fue colocado en el altar instalado en el atrio de la basílica de San Pedro, desde donde preside la misa el papa Francisco. Foto: AFP.
En una ceremonia inédita, el papa Francisco preside el funeral de Benedicto XVI ante miles de fieles
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El papa Francisco inició este jueves la misa solemne por el funeral de Benedicto XVI, fallecido el sábado a los 95 años, ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro, una ceremonia inédita en la historia moderna de la Iglesia católica.
El sencillo ataúd de madera donde yace el cuerpo de Joseph Ratzinger, que lleva encima una copia de los evangelios, fue colocado en el altar instalado en el atrio de la basílica, desde donde preside la misa en silla de ruedas el papa Francisco. La presencia de un papa en el funeral de su predecesor es algo poco común en la historia reciente.
Francisco está rodeado por cinco cardenales en el altar que domina la inmensa explanada. Entre los fieles figuran muchos sacerdotes y monjas, quienes hicieron fila para entrar desde la madrugada a la plaza. “Para mí es un gran ‘doctor’ (título para los santos eruditos, ndlr) de la Iglesia. Siempre lo he pensado”, aseguró a la AFP la religiosa mexicana Erica Merino Peña, entre las primeras en ingresar.
Las exequias del pontífice alemán, quien renunció al trono de Pedro en 2013 tras 8 años de pontificado, serán “solemnes pero sobrias”, había adelantado el Vaticano, tal como era su deseo. La ceremonia comenzó a las 9:30 (8:30 GMT) y asisten además de cardenales y religiosos de todo el mundo, varios jefes de Estado y de Gobierno, incluido el canciller alemán Olaf Scholz.
En total, 195.000 personas desfilaron durante tres días, de lunes a miércoles, ante los despojos de Joseph Ratzinger, cuyo cuerpo yacía en un catafalco cubierto por una tela dorada, rodeado por dos guardias suizos vestidos de gala, frente al altar mayor de la basílica de San Pedro.
El primer papa alemán de la historia moderna, quien se retiró sus últimos 10 años de vida en un monasterio del Vaticano, será enterrado sucesivamente en una ceremonia privada en la cripta de la basílica, en la que fuera la tumba de Juan Pablo II hasta 2011. Solo dos delegaciones, de Alemania e Italia, han sido invitadas oficialmente por la Santa Sede, pero muchos líderes políticos, dignatarios, religiosos y monarcas de todo el mundo han confirmado su presencia a título personal.
Reúne a más de 4.000 religiosos
Entre ellos figuran el rey Felipe de Bélgica, la reina emérita española Sofía, los presidentes de Italia, Polonia y Togo y probablemente el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien el martes rindió homenaje al cuerpo expuesto de Benedicto XVI en el Vaticano. La misa, de unas dos horas, se llevará a cabo con el rito latino, contará con oraciones en todos los idiomas y reunirá a más de 4.000 religiosos, entre cardenales, obispos, sacerdotes y monjas.
Dado que Joseph Ratzinger renunció a su ministerio antes de morir, su funeral respeta parte de la liturgia reservada para los papas, pero “con algunas diferencias”, explicó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni. Se guardará, eso sí, la tradición de colocar en el féretro de ciprés las medallas y monedas acuñadas durante su reinado, así como los palios obtenidos. También se pondrá un breve resumen del pontificado dentro del ataúd, antes de ser sellado y colocado en uno de zinc.
Este féretro se introducirá a su vez en otro de madera para ser enterrado en las Grutas Vaticanas, en la tumba que perteneció a Juan Pablo II hasta que fue trasladado a una capilla en San Pedro tras su beatificación. Más de mil agentes han sido movilizados por las autoridades italianas, que han dispuesto el cierre de varias calles de los alrededores.
“Humildad”
En Alemania, la conferencia episcopal ha invitado a las iglesias del país a repicar las campanas a las 11:00 en homenaje al primer papa alemán de la era moderna. “A pesar de lo que piensa la gente común, para mí fue un padre en la fe y también un modelo de servicio y humildad”, aseguró a la AFP Marco Felini, un productor de vino italiano que oró la víspera ante los restos del papa emérito.
Nacido en 1927, Joseph Ratzinger enseñó teología durante 25 años en Alemania tras lo cual fue nombrado arzobispo de Múnich. Después de un pontificado marcado por múltiples escándalos e intrigas y de haber pasado los últimos 10 años de su vida rezando y estudiando, Benedicto XVI fue acusado a principios del 2022 de haber encubierto a cuatro curas pedófilos cuando era arzobispo en Alemania, una mancha que empaña su papado y un caso que negó hasta el final de su vida.
El papa Francisco reclamó a los sacerdotes una iglesia de “puertas abiertas” y criticó a las comunidades eclesiales que permanecen cerradas y no han aprendido “esta sabiduría”. Foto: AFP
El papa llama a construir una iglesia de “puertas abiertas”
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El papa Francisco reclamó a los sacerdotes una iglesia de “puertas abiertas” y criticó a las comunidades eclesiales que permanecen cerradas y no han aprendido “esta sabiduría”. “Cuántas veces las comunidades no aprenden esta sabiduría de abrir puertas”, señaló.
En la ceremonia que presidió en la basílica de San Pedro del Vaticano, ante más de 5.500 fieles y en presencia de una delegación del Patriarcado de Constantinopla, el papa instó a que “en vísperas del año jubilar” la iglesia se detenga a pensar ante “la imagen de la puerta”.
“El Jubileo, en efecto, será un tiempo de gracia en el que abriremos la Puerta Santa, para que todos puedan cruzar el umbral de ese santuario vivo que es Jesús y, en él, experimentar el amor de Dios que vigoriza la esperanza y renueva la alegría. Y también en la historia de Pedro y Pablo hay puertas que se abren. Meditemos sobre esto”, remarcó.
En otro pasaje de la homilía, el papa advirtió contra una espiritualidad “solo intimista o consoladora” como presentan “hoy algunos movimientos de la Iglesia” o una “espiritualidad de salón”. Para Francisco, la verdadera espiritualidad nace del encuentro “con el Señor” y “enciende en la propia vida el celo por la evangelización”.
Figuras de San Pedro y San Pablo
Francisco -que como es habitual entregó el palio, una estola de lana blanca que simboliza la jurisdicción en comunión con la Santa Sede, a los arzobispos metropolitanos consagrados durante el año pasado- se detuvo en las figuras que la Iglesia celebra este sábado -San Pedro y San Pablo de Tarso, patrones de Roma- y aseguró que los “dos Apóstoles Pedro y Pablo tuvieron la experiencia de la gracia”.
“Tocaron la obra de Dios, que les abrió las puertas de su cárcel interior y también de las cárceles reales donde estaban encarcelados a causa del Evangelio. También abrió ante ellos las puertas de la evangelización, para que pudieran experimentar la alegría de encontrarse con sus hermanos y hermanas de las comunidades incipientes y poder llevar a todos la esperanza del Evangelio”, explicó.
La atención del sumo pontífice también se centró hacia los arzobispos metropolitanos nombrados en el último año, que como es tradición en este día reciben el palio. “En comunión con Pedro y siguiendo el ejemplo de Cristo, puerta de las ovejas”, aseguró el papa, “están llamados a ser pastores celosos, que abren las puertas del Evangelio y que, con su ministerio, contribuyen a construir una Iglesia y una sociedad de puertas abiertas”.
En la ocasión, Francisco saludó “con afecto fraterno a la delegación del Patriarcado Ecuménico: gracias por haber venido a manifestar el deseo común de la plena comunión entre nuestras Iglesias. Envío un saludo a mi querido hermano Bartolomé”.
En cumbre atípica con presencia del papa, hubo abrazos y miradas asesinas en el G7
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Desde grandes abrazos hasta miradas asesinas, los líderes del G7 mostraron sus sintonías y diferencias durante su cumbre anual en el sur de Italia, pese a la unanimidad de sus declaraciones oficiales.
Las imágenes de los líderes cantando “Feliz cumpleaños” al jefe de gobierno alemán Olaf Scholz a instancias del presidente Joe Biden fueron la muestra perfecta de la cooperación del Grupo de los Siete.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, también fue invitado a la reunión en la región sureña de Apulia, donde anunciaron un nuevo préstamo de 50.000 millones de dólares al país en guerra, confirmando su apoyo a su lucha contra la invasión rusa.
A nivel bilateral, el abrazo de bienvenida entre la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, anfitriona de la cumbre, y el británico Rishi Sunak fue tan entusiasta que se volvió viral.
“Giorgia es fantástica”, dijo Sunak a los periodistas el viernes, destacando su cooperación en temas de migración y defensa.
Pero no hubo tal sintonía entre Meloni y el francés Emmanuel Macron, que tienen una relación tensa y tiene posiciones enfrentadas por el derecho al aborto.
Macron lamentó el estado del acceso al aborto en Italia, lo que llevó a Meloni a acusarlo de utilizar la cumbre del G7 para su campaña electoral antes de las legislativas anticipadas previstas en Francia en pocas semanas.
Abrazos al papa
Los italianos también estaban irritados porque Francia se apresuró a anunciar el acuerdo con Ucrania antes de que se sellara, dijeron fuentes diplomáticas.
Cuando Macron llegó a una cena formal el jueves por la noche, Meloni fue filmada lanzándole una mirada asesina.
Biden, de 81 años, no asistió a la cena y sus asesores explicaron que tiene una agenda apretada, aunque los medios italianos aseguran que el presidente demócrata estaba cansado.
La salud de Biden es un tema central en la campaña en las elecciones de noviembre, aunque su rival republicano, Donald Trump, cumplió 78 años este viernes.
Los medios filmaron a Biden alejándose de los otros dirigentes aparentemente desorientado en unas imágenes que dieron la vuelta al mundo.
El papa también fue protagonista en la cumbre, a la que acudió a hablar de inteligencia artificial.
Llegó en helicóptero y le preguntó a Meloni cómo estaba. “Todavía viva”, bromeó. “Bueno, ya somos dos”, respondió el pontífice argentino de 87 años.
Más tarde incluso compartió con la primera ministra italiana su papamóvil donde viajaron juntos para hacerse una foto de grupo.
El presidente argentino Javier Milei, que había criticado muy duramente a Francisco, se acercó a su silla de ruedas para darle un gran abrazo, igual que hizo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Y Meloni también mostró de nuevo su buena sintonía con Milei, con el que tuvo una reunión bilateral. “Has hecho un viaje increíble para estar aquí”, le dijo en perfecto español al recibirle.
El papa Francisco el 10 de mayo pasado durante el II Encuentro Mundial sobre Fraternidad Humana junto con 30 premios nobel para reconstruir “la gramática de la humanidad”
Las violencias –reales y simbólicas– sacuden el mundo. Lo desangran. No solo por situaciones bélicas. También por las acciones que desarrollan organizaciones delictivas transnacionales de alta complejidad. O por líderes que dejan de lado los preceptos democráticos y desde el fundamentalismo de mercado proponen abolir la justicia social.
Por Ricardo Rivas
Periodista - X: @RtrivasRivas
Fotos: Gentileza
“Muchos chicos de Ucrania (que) vienen aquí (al Vaticano) no saben sonreír (o) se olvidaron de sonreír y esto es muy duro”, dijo el papa Francisco a la colega periodista Norah O’Donnell, conductora, presentadora y editora jefa del programa “Evening news”, de la cadena televisiva norteamericana CBS. Triste. Muy triste. Luego, cuando O’Donnell –a propósito de la situación bélica en Ucrania– le propuso enviar un mensaje al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, el pontífice impetró: “¡Detengan la guerra! Busquen la negociación. Busquen la paz. Siempre es mejor una paz negociada que una guerra sin fin”.
La entrevista es extensa. La producción muy prolija, sobria, con la entrevistadora vestida de negro. Francisco no esquivó ningún tema. En Europa la guerra es una preocupación cierta y concreta. En algunos países se reimplanta el servicio militar obligatorio. Los presupuestos para la defensa crecen. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) retoma con enormes despliegues las ejercitaciones conjuntas sobre hipótesis de conflicto en fronteras sensibles.
Vientos nacionalistas comienzan a soplar sobre territorios que a lo largo de la historia fueron arrasados por enfrentamientos interminables e incomprensibles, tanto en nombre de la política como de las ideologías o las religiones. Donde no hay guerras, las violencias llegan de la mano de líderes emergentes que se nutren en el liberalismo y la ortodoxia. Misoginia. Contrarios a las cuestiones de género. Refractarios con la Agenda 2030. Ninguna simpatía por la diversidad ni lo diverso.
Esos pensamientos tienen fuerte impacto en la sociedad civil. Las personas en situación de tránsito (los migrantes) sufren de estigmatizaciones. Son blancos de sospechas, de explotaciones, de todo tipo de violencias. “Los migrantes a veces sufren mucho”, dice Francisco a Norah. “¡Sufren mucho!”. Y agrega: “¡La gente se lava las manos!” y destaca en tono de queja que “hay tanto Poncio Pilato suelto… que… ve lo que está sucediendo, las guerras, las injusticias, los crímenes… y se lava las manos”.
Diagnostica que “cuando el corazón se vuelve duro” emerge la indiferencia y sentencia que “la globalización de la indiferencia es una enfermedad (social) muy fea”. Creo percibir que no solo habla críticamente de las guerras. Francisco, como algunos otros líderes globales, busca respuestas a tantos interrogantes. Dentro y fuera de las 44 hectáreas del Vaticano donde es jefe de Estado.
El “siglo corto” llama Eric Hobsbawum a la centuria pasada, que considera se inicia en 1914 con la Primera Guerra Mundial y finaliza en 1991 con el derrumbe del Muro en Berlín y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)
LIDERAZGOS EMERGENTES
Guy Sorman (80), intelectual francés de estirpe liberal, también se preocupa por algunos liderazgos emergentes. Hace foco en nuestra región y lo hace saber. El pasado 29 de abril, en el diario monárquico español ABC, sostiene que “de la misma manera en que el general Pinochet (Augusto, dictador chileno entre el 11 de setiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990), al reivindicar el liberalismo económico, lo convirtió en ilegítimo” y advierte que “ahora estamos ante una situación similar, aún más peligrosa” con el presidente Javier Milei en Argentina.
Sorman, luego de dejar claro que espera “que tenga éxito, pero lo dudo”, considera que ese presidente “entiende el liberalismo al revés de lo que realmente significa” y estima que, si ese gobierno “fracasa, el liberalismo no se recuperará hasta dentro de una generación” que, en su opinión, será “el tiempo que tardemos en olvidar a este presidente extravagante”.
A otros analistas e intelectuales también les preocupa el expresidente norteamericano Donald Trump, quien se propone volver a la Casa Blanca con las presidenciales del 5 noviembre próximo, porque pocos días atrás no trepidó en señalar que, si llega a ser electo, gobernará “como un dictador desde el primer día”. En las encuestas aparece como posible triunfador. Pese a que la justicia norteamericana lo investiga por 91 presuntos casos reprochables judicialmente. Más aún, el Servicio Secreto estudia desde hace semanas –como hipótesis– qué tipo de dispositivo deberá establecer en una prisión si el señor Trump fuera condenado, encarcelado y debiera gobernar desde la prisión. Aunque usted no lo crea, nada impide que así suceda en la legislación estadounidense.
¿Por qué se producen estos fenómenos? Como Guy Sorman, el papa Francisco procura saberlo. Hace foco sobre la educación y, en especial, en el uso del lenguaje. Entre los pasados días 10 y 11 de mayo, el pontífice participó activamente del II Encuentro Mundial sobre Fraternidad Humana. Treinta ganadores del Premio Nobel estuvieron en Roma para ese diálogo del que participaron economistas, empresarios, deportistas galardonados, científicos, dirigentes de todo sector, trabajadores. La sociedad civil en su conjunto que se distribuyó en una docena de mesas para debatir temáticas precisas estuvo allí. A los nobel, el papa les agradeció “el compromiso” para reconstruir una “‘gramática de la humanidad’, una ‘gramática de lo humano’, en la que (se puedan) basar las opciones y los comportamientos”.
Días después, el intelectual Rodrigo Guerra López, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina en la Santa Sede, respecto del concepto gramática de lo humano, señala que “si la libertad es un ‘lenguaje’ que expresa lo que somos, es preciso determinar su gramática (y, para ello, establecer) las leyes que permiten el uso inteligente de los significados que se comunican a través de nuestras decisiones” y destaca que Francisco con ese mensaje se propone “impulsar la necesidad de enriquecer nuestra conciencia a través de un redescubrimiento del significado profundo que habita en la condición humana”.
Yasser Arafat (líder de la Organización para la Liberación de Palentina), Shimon Peres (ministro de Relaciones Exteriores israelí) y Yitzak Rabin (primer ministro de Israel) reciben el Premio Nobel de la Paz por los Acuerdos de Oslo
ILIBERALISMO
Las violencias –reales y simbólicas– sacuden el mundo. Lo desangran. No solo por situaciones bélicas. También por las acciones que desarrollan organizaciones delictivas transnacionales de alta complejidad. O por líderes que dejan de lado los preceptos democráticos y desde el fundamentalismo de mercado proponen ajustes, desempleos, alejarse de aquel Estado de bienestar que ya está bastante atrás, abolir la justicia social, dejar de lado los derechos humanos, imponer el iliberalismo apoyándose en el discurso vacuo de libertarismo excluyente.
No vamos bien. Miles de personas temen por sus vidas. Habitan en la incertidumbre. Por caer en el desempleo. Por ingresar en la pobreza o en la indigencia. Por no poder acceder a la salud, a la educación. “¿No future?”. Tampoco tienen certezas sobre el amanecer que vendrá ni si llegarán a la noche de este día. ¿Estaremos con vida cuando se ponga el sol? ¿Podré amamantar? ¿Podrán nuestros hijos crecer? ¿Podré ver cómo crecen? ¿Esta es la vida que supimos conseguir? “¿No future?”, aquella duda social profunda de entonces que expandieron desde las puertas mismas del Palacio de Buckingham, en Londres, 1977, Johnny Rotten, Steve Jones, Glen Matlock, Paul Cook y el fallecido Sid Vicious –The Sex Pistols– parece reinstalarse.
Unas sesenta guerras se desarrollan –en algunos casos desde varias décadas– en nuestro maltratado mundo. Desde poco más de dos años atrás –el 24 de febrero de 2022– Rusia está en guerra con Ucrania. Ese día, el presidente Vladimir Putin ordenó avanzar a sangre y fuego. Su homólogo en Kiev, Volodímir Zelenski, organiza la defensa, consigue contener al invasor, lo daña y articula con algunos gobiernos que le aportan pertrechos de todo tipo. Miles de muertos, miles de heridos, miles de huérfanos, miles de prisioneros, ciudades destruidas, infraestructuras inutilizadas. ¿Dónde está la paz?
Desde el 7 de octubre del año pasado la muerte se instaló en la Franja de Gaza. Un ataque terrorista inesperado de combatientes irregulares de Hamás contra la población civil en el sur de Israel dejó como luctuoso saldo cerca de 2.000 personas asesinadas. Dos centenares fueron secuestrados y en su mayoría así permanecen. Angustia. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, contraataca impiadoso. ¿35.000 muertes? Con el tiempo se sabrá.
¿Dónde está la paz en esa geografía a la que tres religiones llaman Tierra Santa? La guerra debe detenerse. ¡Ya! Algunos retoman la idea de “un territorio, dos Estados” para que coexistan y alcancen la paz Israel y Palestina. Un primer acuerdo en ese mismo sentido firmó en Oslo en 1993 el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, junto con el jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat. En 1995 se avanzó para definir y delimitar las áreas administrativas que corresponden a Israel y a Palestina. Un avance hacia la paz, sin dudas. De hecho, así lo reconoció el Comité de Oslo. Arafat, Rabin y el entonces ministro israelí de Asuntos Exteriores, Shimon Peres, en 1994 fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz.
El presidente argentino, Javier Milei, “entiende el liberalismo al revés de lo que realmente significa (...). Si fracasa el liberalismo no se recuperará hasta dentro de una generación, (que) será el tiempo que tardemos en olvidar a este presidente extravagante”, sostiene Guy Sorman, intelectual liberal
TIEMPOS VIOLENTOS
En estos tiempos violentos se retoman aquellas ideas y políticas que se definieron y aplicaron en los últimos siete años del siglo pasado. ¿Volver al futuro? ¿Y las violencias del presente? Shlomo Ben Ami, diplomático e historiador israelí, sostiene y caracteriza esa disputa como “una tragedia hegeliana entre dos causas legítimas”. ¿Es un conflicto del siglo XX o una repetición constante que llega hasta nuestros días en el silgo XXI?
Algunas tragedias no saben de espacio ni de tiempo. La física y la filosofía, la que se conoce como cosmología filosófica, van por senderos muy alejados cuando de violencias permanentes se trata. Confieso que por años he deseado dialogar con Eric Hobsbawm (1917-2012). Leer su obra –su trilogía de las tres edades– me deslumbró. “La era de la revolución: Europa 1789-1848″ (1962), “La era del capital: 1848-1875″ (1975) y “La era del imperio: 1875-1914″ (1987) fueron parte importante de mi nutriente intelectual. Pero, sin dudas, “Historia del siglo XX” (The Age of Extremes), que se publicara en 1994, me determinó y fue una suerte de hoja de ruta para comprender cada país que visité, recorrí, estudié y estudio desde la última década formal de la centuria pasada que, desde la perspectiva de Hobsbawm, solo tuvo 77 años.
A partir de ese paradigma, Eric Hobsbawm llama al XX “el siglo corto”. Cuando soñaba e intentaba como periodista organizar un encuentro con él imaginaba que habría de conversar con un testigo secular que revisó como muy pocos lo hicieron los sucesos de cada uno de sus días. Hasta después de su muerte jamás lo asumí como un historiador. No. Lo que narraba y exponía Hobsbawm –como lector, curioso irredimible, académico y periodista– siento que no eran hechos incrustados en el pasado, sino que acaecían –sucedían– en aquellos días que convivíamos.
Con cada uno de sus trabajos sentía que estaba frente a una suerte de investigación-acción sincrónica con sus relatos y la vida cotidiana en un planeta inseguro. Como miles, aquel maestro también había peleado en la Segunda Guerra Mundial. La generación de sus padres combatió en la Primera. Aquellos conflictos nos marcaron. “El siglo XX no puede concebirse disociado de la guerra, siempre presente aun en los momentos en los que no se escuchaba el sonido de las armas y las explosiones de las bombas”, dijo Eric alguna vez. Coincido.
Y desde ese contexto es que comprendo que en su análisis pusiera fin a aquel “siglo corto” en 1991, luego de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) dos años después de que se derrumbara el Muro de Berlín. La idea de la bipolaridad ordenadora de la posguerra perdió fuerza. Otros catedráticos creyeron que se encontraban frente al fin de la historia. Nada es tan lineal cuando de la humanidad se trata.
OLAS
Fabián Bosoer, colega periodista, académico y escritor, en el diario Clarín de Buenos Aires preguntó “¿Qué quedó de la tercera ola?” de la democratización que propuso Samuel Huntington (1927-2008). Tengo la convicción de que Bosoer también está entre los preocupados, como bien lo explica, por “el crecimiento (exponencial) de fuerzas “antisistema”, (de) líderes con retóricas iracundas y (con) políticas extremistas”, lo que entiende que “representa un nuevo desafío a las democracias”.
En el plano de las dudas, se pregunta y nos pregunta si acaso tales emergencias son “¿respuesta a las promesas incumplidas, un síntoma más del malestar (social) o un indicador de su resiliencia? Repasa el último medio siglo y finalmente recuerda que 30 años atrás, el propio Huntington sentencia que “la tercera ola, la ‘revolución democrática mundial’ de fines del siglo XX, no durará siempre” y prevé que “podría sucederla un nuevo rebrote del autoritarismo que constituyera una tercera contraola”.
Pese a tal hipótesis, aquel académico abrió paso a la esperanza y señaló que si así fuera “no (se) cerraría la posibilidad de que alguna vez en el siglo XXI se desarrollara una cuarta ola de democratización”. Que así sea.
Cuáles son los dos milagros atribuidos al “influencer de Dios”
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El beato Carlo Acutis, un adolescente italiano nacido en Gran Bretaña que dedicó su corta vida de 15 años a difundir la fe en línea y ayudar a los pobres, será proclamado santo, con fecha aún por determinar, después que el papa Francisco aprobara ayer jueves su segundo milagro atribuido a su intercesión, en una costarricense de 21 años, Valeria Valverde, que superó un accidente craneoencefálico.
Nacido el 3 de mayo de 1991 en Londres (Reino Unido), Acutis era un joven loco por Internet y por las computadoras, que amó profundamente la Eucaristía y que murió de leucemia a los 15 años, el 12 de octubre de 2006. Fue declarado Venerable en 2018 al considerar que salvó, en el 2013, a un niño brasileño con una anormalidad pancreática. Para la santidad era necesario que se le atribuyera un segundo milagro.
El 10 de octubre de 2020 fue beatificado en la ciudad italiana de Asís, casa de su ídolo San Francisco, quien dedicó su vida a los pobres. Acutis, apodado “el ciberapóstol de la Eucaristía”, “el apóstol de Internet” o “el influencer de Dios”, nació en Londres de padres italianos y se mudó con ellos a Milán cuando era niño. “Era considerado un genio de la informática... ¿Pero, qué hacía? No usaba estos medios para charlar, para divertirse”, dijo su madre Antonia Salzano en una entrevista con Vatican News.
En cambio, “su celo por el Señor” lo llevó a crear un sitio web sobre milagros, dijo. El millennial, cuyo cuerpo yace en Asís, vestido con un chándal y zapatillas de deporte, también advirtió a sus contemporáneos que Internet podría ser tanto una maldición como una bendición. El Papa Francisco se refirió a él advirtiendo a los jóvenes que las redes sociales podrían fomentar el odio.
“(Acutis) vio que muchos jóvenes, queriendo ser diferentes, terminan realmente siendo como todos los demás, corriendo tras lo que los poderosos les ponen por delante con los mecanismos del consumismo y la distracción”, dijo Francisco. “Por eso, dijo Carlo, ‘todo el mundo nace como original, pero muchos acaban muriendo como fotocopias’. ¡No dejes que eso te pase a ti!”.
El cuerpo del beato es resguardado en el Santuario de Asís, en Italia. Foto: AFP
Amable con los pobres
Acutis fue religioso desde muy joven, a pesar de que su madre decía que su familia rara vez asistía a la iglesia. Cuando no escribía programas de ordenador o jugaba al fútbol, Acutis era conocido en su barrio por su amabilidad con quienes vivían en los márgenes de la sociedad.
“Con sus ahorros compró sacos de dormir para personas sin hogar y por la noche les llevaba bebidas calientes”, dijo su madre esta semana, según la Agencia Católica de Noticias. “Dijo que era mejor tener un par de zapatos menos si eso significaba poder hacer un buen trabajo más”, agregó.
También trabajó como voluntario en un comedor social en Milán. “Cuando murió, en el funeral, la iglesia estaba llena de gente pobre. Todos se preguntaban qué hacían allí. Bueno, Carlo solía ayudarlos en secreto”, dijo Nicola Gori, que representó el caso de beatificación de Acutis. Su cuerpo yace en el Santuario de Asís en una tumba de vidrio, donde puede ser venerado de forma permanente.