En el primer aniversario del asesinato del afroestadounidense George Floyd a manos de un policía blanco, su familia urgió a realizar una reforma policial radical en ocasión de una reunión este martes con el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.
Biden y Harris, la primera vicemandataria mujer y negra en la historia de Estados Unidos, recibieron a varios familiares de Floyd en la Casa Blanca, quienes antes sostuvieron encuentros con legisladores para presionar por un avance de la reforma policial, que está atascada en el Senado.
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“Si puedes hacer leyes federales para proteger a los pájaros, al águila calva, puedes hacer leyes federales para proteger a las personas de color”, dijo Philonise Floyd, el hermano menor de George, al salir de la reunión a puertas cerradas, que duró más de una hora.
Terrence, otro de los hermanos Floyd, dijo que se sintió alentado por la “conversación productiva” en la que Biden y Harris estaban ansiosos por “escuchar nuestras preocupaciones”.
La madre de Floyd, sus hermanos y su hija Gianna, junto con los abogados de la familia, se reunieron previamente en el Capitolio con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y otros legisladores.
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Mientras los adultos discutían sus esperanzas de una reforma policial, fue Gianna, de siete años, quien, abrazando a su madre Roxie Washington, se refirió elocuentemente al legado duradero de su difunto padre, al afirmar que él “cambiaría el mundo”.
“Lo hizo”, dijo Biden en un comunicado tras la reunión. “La familia Floyd ha demostrado un valor extraordinario, especialmente su pequeña hija Gianna, a quien volví a ver hoy”, agregó Biden, quien ya se había reunido con ellos antes del funeral de George.
Asesinado el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis durante su detención por cuatro agentes de policía, Floyd se ha convertido en un símbolo en Estados Unidos y más allá. En esa ciudad del noreste del país, la tensión se mantenía alta este martes: una persona resultó herida por disparos en el lugar de la muerte de Floyd, donde la gente se congregó al cumplirse un año del drama.
Poco antes de las 10:00 locales, varias detonaciones sembraron el pánico y la gente corrió en busca de refugio, constató un fotógrafo de AFP. Varias vitrinas fueron destrozadas por balazos. El asesinato de Floyd provocó una ola de movilizaciones sin precedentes y su “ya no puedo respirar” se convirtió en un grito de guerra contra el abuso policial.
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La justicia avanza: Derek Chauvin, el agente que se arrodilló sobre el cuello de Floyd durante casi diez minutos, fue condenado por asesinato. La sentencia se conocerá el 25 de junio, pero los miembros de la familia Floyd, que se han transformado en portavoces de esta lucha, insisten en que las cosas deben cambiar en profundidad y presionan para que el Congreso apruebe un amplio proyecto de ley de reforma policial que lleva el nombre de George Floyd.
A pesar de que el proyecto no avanzó en los plazos esperados por Biden, la congresista Karen Bass, coautora del proyecto de reforma titulado George Floyd Justice in Policing Act, reiteró su voluntad de lograr un compromiso entre demócratas y republicanos. “Este proyecto llegará al escritorio del presidente Biden” para su promulgación, dijo Bass en la reunión con los Floyd. “Trabajaremos hasta que la tarea esté terminada, se hará por consenso” con los republicanos, agregó.
Pero por ahora, el ejecutivo estadounidense busca poner de relieve la empatía del presidente en lugar de la agenda legislativa, donde las cosas transcurren con mayor lentitud. La reforma pretende modificar el accionar de las fuerzas policiales, que según los críticos son cada vez más violentas en todo el país.
Biden dice que una cultura de impunidad y racismo subyacente ha hecho que tragedias como la muerte de Floyd sean cada vez más comunes, aunque los opositores a la reforma creen que la policía, que a menudo opera en comunidades fuertemente armadas, es un chivo expiatorio.
En una señal de que Biden quiere enfrentar lo que considera como racismo sistémico, la Casa Blanca anunció que el presidente viajará a Oklahoma el 1 de junio para conmemorar el centenario de la masacre racial de Tulsa, en la que se estima que 300 hombres, mujeres y niños negros fueron asesinados.
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El texto de la reforma, adoptado por la Cámara de Representantes, prevé en particular la prohibición del estrangulamiento y tiene como objetivo limitar la amplia inmunidad (“inmunidad calificada”) de la que disfrutan los agentes policiales.
La medida de mayor alcance sería poner fin a la protección legal actual que bloquea demandas civiles contra policías acusados de mala conducta. Si bien nada es fácil en un Congreso fuertemente dividido, Bass, el senador demócrata Cory Booker y el senador republicano Tim Scott emitieron una declaración conjunta el lunes citando “avances hacia un compromiso”.
Fuente: AFP.