El científico estadounidense David Julius y el estadounidense de origen libanés y armenio Ardem Patapoutian ganaron este lunes el Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre la forma en la que el sistema nervioso percibe la temperatura y el tacto.
Sus “descubrimientos revolucionarios” nos han “permitido comprender cómo el calor, el frío y la fuerza mecánica pueden desencadenar impulsos nerviosos que nos permiten percibir y adaptarnos al mundo”, informó el jurado del Nobel en Estocolmo. Nuestra capacidad para sentir el calor, el frío y el tacto es esencial para sobrevivir y de ella depende nuestra interacción con el mundo que nos rodea.
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David Julius, de 65 años, profesor de la universidad de California, usó capsaicina (o capsicina), un compuesto activo de los pimientos picantes que causa una sensación de ardor, para identificar un sensor en las terminaciones nerviosas de la piel que responde al calor. Ardem Patapoutian, profesor de Scripps Research en California y nacido en 1967, utilizó células sensibles a la presión para descubrir un nuevo tipo de sensores que responden a estímulos mecánicos en la piel y los órganos internos.
Entre los principales candidatos a ganar el Nobel de Medicina de este año figuraban las vacunas de ARN mensajero, así como investigadores en adhesión celular, en epigenética o resistencia a los antibióticos y nuevas formas de tratamientos en reumatología, según expertos en premios científicos consultados por la AFP.
El año pasado, el galardón recayó en tres virólogos por el descubrimiento del virus de la hepatitis C. El martes se anunciará el Nobel de Física y el miércoles el de Química, antes de los esperados premios de Literatura, el jueves, y de la Paz, el viernes, el único otorgado en Oslo. El de Economía cerrará la temporada de los Nobel el próximo lunes.
Fuente: AFP.
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Nobel de Medicina para vacuna contra el covid
La bioquímica húngara Katalin Karikó y el investigador estadounidense Drew Weissman ganaron este lunes el Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre el ARN mensajero que abrieron la vía para el desarrollo de las revolucionarias vacunas contra el covid-19. Los científicos “contribuyeron al desarrollo a un ritmo sin precedentes de una vacuna durante una de las mayores amenazas para la salud de la humanidad en los tiempos modernos”, indicó el jurado.
Al elegir a estos investigadores, que estaban en la lista de favoritos, el Comité del Nobel en Estocolmo rompió con su tradición de reconocer trabajos con varias décadas de trayectoria. Karikó, de 68 años, y Weissman, de 64 años, trabajan juntos en la Universidad de Pennsylvania en Estados Unidos y ya ganaron varios galardones por sus investigaciones, incluyendo el premio Lasker Award que es percibido como un precursor del Nobel.
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También ganaron el Premio Princesa de Asturias en 2021, que compartieron con otros científicos. La tecnología premiada este lunes data de 2005 pero las primeras vacunas que utilizaron ARN mensajero fueron desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna contra el covid-19.
A diferencia de las vacunas tradicionales que usan virus debilitados o piezas de proteínas de virus, la técnica del ARN mensajero utiliza moléculas genéticas que indican a las células qué proteínas producir. Este proceso simula una infección y esto entrena al sistema inmune para cuando se enfrente a un virus verdadero.
“Desde el cielo”
Karikó dijo a la radio sueca SR que al principio no se creyó la noticia y siguió en directo la ceremonia con emoción. Entonces, su primer pensamiento fue para su madre, ya fallecida, que solía escuchar el anuncio del ganador con la esperanza de que nombraran a su hija. “Lo escuchaba todos los años. Desafortunadamente hace cinco años murió a los 89 años. Quizás nos escucha desde el cielo”, afirmó.
Weissman dijo que pensó que se trataba de una broma cuando su colega “Katie” le comunicó la noticia. “Estaba sentado en mi cama escuchando”, contó a SR. “Nos preguntamos si alguien nos estaba gastando una broma”, relató. El año pasado, el Nobel de Medicina fue para el sueco Svante Pääbo por el desarrollo de la paleogenética y sus descubrimientos sobre la evolución humana.
Pääbo, hijo de un bioquímico también reconocido con el Nobel, trabajó en la secuenciación del genoma de los neandertales y descubrió que compartimos parte de nuestros genes con este homínido extinto. A lo largo de la historia, el premio de Medicina distinguió descubrimientos mayores como los rayos X, la penicilina, la insulina o el ADN. Pero el Nobel también premió a la lobotomía y al insecticida DDT, hoy caídos en desgracia.
Irán, Ucrania, cambio climático
La temporada de los Nobel seguirá el martes con el de Física, que puede tener como protagonistas al grafeno retorcido, el observatorio de neutrinos IceCube en la Antártica o el desarrollo del almacenamiento de datos en alta densidad en el campo de la espintrónica. Para el Nobel de Química del miércoles, el dirigente de Clarivate, empresa especializada en investigación científica, estima que la secuenciación de nueva generación del ADN puede llevarse los honores.
Lars Brostrom de la radio NR, destaca al biólogo residente en Estados Unidos Omar Yaghi y su trabajo sobre las redes metalo-orgánicas y sus propiedades porosas que permiten absorber gases peligrosos, “un sector importante para el futuro”, en particular en el medioambiente.
Entre los nombres que despuntan para el Nobel de Literatura del jueves aparecen la escritora rusa disidente, Liudmila Ulítskaya, el escritor vanguardista chino Can Xue o el célebre y amenazado escritor británico Salman Rushdie. La sombra de la guerra en Ucrania y las divisiones en la comunidad internacional se ciernen sobre el Nobel de la Paz, que debe ser anunciado el viernes en Oslo.
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Algunos abogan por recompensar a las mujeres iraníes que manifiestan contra el uso obligatorio del velo después de la muerte de la joven Mahsa Amini en septiembre de 2022. Otros proponen reconocer a quienes investigan los crímenes de guerra cometidos en Ucrania.
“Pienso que el cambio climático es una excelente elección para el premio Nobel de la Paz este año”, estima el director del Instituto Internacional de la Investigación sobre la Paz en Estocolmo (Sipri), Dan Smith. El premio Nobel de Economía -como se conoce popularmente al Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel, creado en 1969 por iniciativa del banco central sueco- cerrará la temporada de anuncios el 9 de octubre.
Fuente: AFP.
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Los diez últimos ganadores del Premio Nobel de Medicina
La siguiente es la lista de los ganadores del Premio Nobel de Medicina de los últimos 10 años, a la que este lunes se sumaron el científico estadounidense David Julius y el estadounidense de origen libanés y armenio Ardem Patapoutia por sus descubrimientos sobre receptores de temperatura y tacto.
2021: David Julius y Ardem Patapoutian (Estados Unidos) por sus descubrimientos sobre la forma en la que el sistema nervioso percibe la temperatura y el tacto.
2020: Harvey Alter y Charles Rice (Estados Unidos) y Michael Houghton (Reino Unido) por el descubrimiento del virus de la hepatitis C, una enfermedad que mata a 400.000 personas cada año. Sus investigaciones han contribuido a tener test sanguíneos y tratamiento eficaces.
2019: William Kaelin y Gregg Semenza (Estados Unidos) y Peter Ratcliffe (Reino Unido) por sus investigaciones sobre la adaptación de las células al aporte variable de oxígeno, lo que permite luchar contra la anemia y el cáncer.
2018: James P. Allison (Estados Unidos) y Tasuku Honju (Japón) por sus investigaciones sobre la inmunoterapia especialmente eficaces en el tratamiento de cánceres violentos.
2017: Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young (Estados Unidos) por sus descubrimientos sobre el reloj biológico interno que controla los ciclos vigilia-sueño de los seres vivos.
2016: Yoshinori Ohsumi (Japón) por sus investigaciones sobre la autofagia, cruciales para entender cómo se renuevan las células y la respuesta del cuerpo al hambre y las infecciones.
2015: William Campbell (de origen irlandés), Satoshi Omura (Japón) y Tu Youyou (China) por haber desarrollado tratamientos contra infecciones parasitarias y la malaria.
2014: John O’Keefe (Estados Unidos/Reino Unido), May-Britt Moser y Edvard Moser (Noruega) por sus investigaciones sobre el “GPS interno” del cerebro, que podría permitir avances en el conocimiento de la enfermedad de Alzheimer.
2013: James Rothman, Randy Schekman y Thomas Südhof (Estados Unidos), por sus trabajos sobre los transportes intracelulares, que ayudan a conocer mejor enfermedades como la diabetes.
2012: Shinya Yamanaka (Japón) y John Gurdon (Reino Unido) por sus investigaciones sobre la reversibilidad de las células madre, que permite crear todo tipo de tejidos del cuerpo humano.
Fuente: AFP.
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El Nobel de Medicina será para tres científicos
Estocolmo, Suecia. AFP.
En plena pandemia de covid-19, el premio Nobel de Medicina fue atribuido el lunes a los estadounidenses Harvey Alter y Charles Rice y al británico Michael Houghton por el descubrimiento del virus responsable de la hepatitis C. Los tres virólogos fueron galardonados por “su decisiva contribución a la lucha contra esta hepatitis, un importante problema de salud mundial, que causa cirrosis y cáncer de hígado”, explicó el jurado del Nobel, en plena carrera mundial para hallar los secretos de otra pandemia viral, la del covid-19. A finales de los años 1970, Harvey Alter, que hoy tiene 85 años, identificó que durante las transfusiones tenía lugar un contagio hepático misterioso, que no estaba ligado ni a la hepatitis A ni a la hepatitis B, señaló el jurado. Años más tarde, en 1989, se le atribuyó a Michael Houghton y su equipo el descubrimiento de la secuencia genética del virus.
PRUEBA FINAL
En cuanto a Charles Rice, de 68 años, “aportó la prueba final de que el virus de la hepatitis C podría causar por si solo la enfermedad”, precisó Patrick Ernfors, el presidente del comité que elige a los premiados. Rice analizó igualmente durante años la manera en la que el virus se replicaba, en investigaciones que condujeron al surgimiento de un nuevo tratamiento revolucionario a principios de los años 2010, el sofosbuvir. “Creo que es bastante fácil vincularlo con la situación actual”, subrayó Ernfors. “Lo primero que hay que hacer es identificar el virus implicado, y una vez hecho, es el punto de partida para el desarrollo de tratamientos de la enfermedad, así como vacunas. Por lo que el descubrimiento viral es un momento crítico”, agregó Ernfors. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en unos 70 millones el número de infecciones por la hepatitis C, que causa 400.000 muertes al año, incluso si en los últimos años se han desarrollado tratamientos eficaces, aunque muy costosos.
UNO DE LOS MÁS LONGEVOS
“¡Es el mejor despertador que he tenido!”, celebró el galardonado Harvey Alter, que contó que hacia las 04H30 de la mañana le despertaron las llamadas de la Fundación Nobel, antes de finalmente responder a la tercera. “Es algo que piensas que nunca va a suceder [...] y finalmente sucede”, declaró a la Fundación Harvey Alter, que con 85 años se convierte en uno de los premiados más longevos del Nobel de Medicina. El récord se sitúa en los 87 años. El premio es el primero directamente relacionado a un virus desde el 2008. En 1976, el Nobel fue para las investigaciones sobre la hepatitis B. Con este, son ya 222 los laureados con el premio de “fisiología o de medicina” desde su creación, entre los que figuran únicamente 12 mujeres. El año pasado, el Nobel de Medicina recompensó a los estadounidenses Willial Kaelin y Gregg Semenza, así como al británico Peter Ratcliffe, especialistas del impacto del oxígeno sobre las células.
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Frenar al COVID-19 requiere “voluntad política”, dicen nuevos Nobel de Medicina
Los avances tecnológicos y la cooperación internacional han acelerado la comprensión científica del COVID-19, pero se precisa “voluntad política” para frenar los brotes del virus, dijeron el lunes los premiados con el Nobel de Medicina. Los estadounidenses Charles Rice, de la Universidad Rockefeller, y Harvey Alter, de los Institutos Nacionales de Salud, fueron premiados junto al británico Michael Houghton por el descubrimiento del virus de la hepatitis C.
En conferencias de prensa separadas, los laureados subrayaron cuánto tiempo les había llevado alcanzar sus resultados. “Es una historia larga, una saga de como 50 años”, dijo Alter, de 85 años, que comenzó su investigación en los años 60. Pero destacaron que las mejoras tecnológicas han acelerado los resultados.
“Hay una gran diferencia entre los años 70 y 80 y ahora. La tecnología es tan avanzada que es asombroso”, señaló Alter. Rice, de 68 años, recordó que le llevó “meses y meses de trabajo duro aislar la secuencia de un único genoma viral”.
“Ahora la gente puede hacer eso en horas. Y la tasa a la cual la gente puede lograr progresos en la comprensión del (...) COVID-19 es sencillamente espectacular”, añadió. Para Houghton estos avances tecnológicos, especialmente en el desarrollo de vacunas, “son el lado bueno de la nube de COVID”. Rice dijo que la cooperación científica mundial en respuesta a la pandemia de coronavirus es “tranquilizadora” para batallas contra futuros virus.
Sostuvo que esa cooperación ha modificado “cómo funciona la ciencia para tornarla más en un esfuerzo comunitario que en algo que hace unos años hubiera sido realizado por un par de laboratorios de forma aislada”. Pero Alter consideró que la carrera para hallar una cura no debe ocurrir a expensas de una investigación propiamente hecha.
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“Se necesita planificar a largo plazo, pensar a largo plazo y tener la libertad de buscar cosas que no tengan un efecto inmediato. Y actualmente si no quieres llegar a un punto final, es difícil conseguir financiamiento”, lamentó. Alter dijo que la ciencia para combatir la hepatitis C, que mata a unas 400.000 personas cada año, es tal actualmente que no se precisan mejores tests ni medicamentos.
“Lo que necesitamos es la voluntad política para erradicarla”, precisó. Alter dijo que se precisa lo mismo para el coronavirus. “Principalmente lo que debe hacerse es testear y tratar. Si tuviésemos un gran test rápido para COVID y un gran tratamiento para COVID, sería lo mismo, el mismo principio”, dijo.
Houghton añadió que también es necesario respetar las reglas sanitarias básicas. “Es desconcertante cuando ves que no todo el mundo está haciendo lo que sabes como virólogo que tiene sentido, que es distanciarse socialmente y usar un barbijo”, dijo.
Fuente: AFP.