Bajo la atenta mirada de fieles, la campana de la iglesia de Mar Tuma repicó este sábado en la parte antigua de Mosul, la primera inaugurada en la gran metrópoli del norte de Irak, siete años después de la llegada de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Frente a unas pocas decenas de personas, la mayoría cristianos que se desplazan desde localidades vecinas, el padre Pios Affas hizo sonar la campana del templo católico sirio, todavía en reconstrucción, constató un corresponsal de la AFP.
Instalada gracias a las donaciones de la oenegé francesa Fraternité en Irak, que ayuda a las minorías religiosas, la campana de 285 kilos se fundió en Líbano y se transportó desde Beirut en avión y luego en camión a Mosul.
“Después de siete años de silencio, la campana de Mar Tuma sonó por primera vez en la parte derecha de Mosul”, afirmó el padre Pios Affas en una alocución.
Capital del califato
Los yihadistas de EI convirtieron a Mosul en su “capital” en Irak en el verano del 2014, antes de ser expulsados por el ejército iraquí y una coalición internacional en el 2017.
“Es un gran día de alegría, y espero que esta alegría aumente aún más cuando no solo se reconstruyan todas las iglesias y mezquitas de Mosul, sino también toda la ciudad, con sus casas y sitios históricos”, declaró este sacerdote a la AFP.
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El regreso de esta campana “abre el camino, si Dios quiere, para que los cristianos vuelvan a su ciudad”, agregó el padre Pios Affas.
La iglesia de Mar Tuma, que data del siglo XIX, fue utilizada por los yihadistas, que la transformaron en prisión o tribunal. Las obras de restauración continúan y su suelo de mármol ha sido desmontado para rehacerlo por completo.
AFP.
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Oreshnik: ¿qué se sabe del misil hipersónico ruso?
El nuevo misil balístico de alcance intermedio que Rusia disparó contra Ucrania es un arma con capacidad nuclear, cuya existencia se ignoraba hasta ahora. Esto es lo que se sabe de este misil aún experimental bautizado “Oreshnik” (“avellano” en ruso).
Miles de kilómetros. Hasta el jueves, se desconocía que Rusia disponía de esta arma. El presidente ruso, Vladimir Putin, explicó que se trata de un misil balístico “de alcance medio”, lo que implica que puede alcanzar objetivos en un rango de 3.000 y 5.500 km.
Según Putin, el disparo fue una prueba en condición de combate, lo que significa que el arma aún está en fase de desarrollo. Cerca de 1.000 km separan la región rusa de Astracán, desde donde se disparó el misil, según Kiev, y la fábrica de misiles Pivdenmach en Dnipró, en el centro-este de Ucrania, que fue golpeada.
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“Oreshnik” no entra en la categoría de misiles intercontinentales (que pueden alcanzar objetivos a más de 5.500 km), pero si se dispara desde el Extremo Oriente ruso, podría alcanzar la costa oeste de Estados Unidos.
“Oreshnik [también] puede amenazar la casi totalidad de Europa”, afirmó Pavel Podvig, investigador para el Instituto de Naciones Unidas para la Investigación sobre el Desarme (Unidir) en Ginebra, en una entrevista con el medio Ostorozhno Novosti.
Hasta 2019, Rusia y Estados Unidos tenían prohibido poner en servicio este tipo de misiles, en virtud del tratado de fuerzas nucleares de alcance intermedio, firmado en plena Guerra Fría en 1987. Pero en 2019, el entonces presidente estadounidense Donald Trump retiró a Washington del pacto, acusando a Moscú de violarlo y abriendo la vía a una nueva carrera armamentística.
3 km por segundo
“Oreshnik” está “basado en un modelo ruso de misil balístico intercontinental RS-26 Rubezh”, explicó la portavoz adjunta del Pentágono, Sabrina Singh, a la prensa. “Este sistema es bastante costoso y no se produce de manera masiva”, afirmó en Telegram el experto militar Ian Matveyev, quien aseguró que el misil puede llevar una carga explosiva de “varias toneladas”.
El programa de armamento RS-26 Rubezh, cuya primera prueba exitosa se remonta a 2012, fue suspendido en 2018, según la agencia estatal TASS, por falta de medios para llevar a cabo este proyecto “simultáneamente” con el desarrollo de los sistemas hipersónicos Avangard de nueva generación.
Estos últimos son supuestamente capaces de alcanzar un objetivo en casi cualquier parte del mundo. Según Putin, el misil “Oreshnik”, disparado el jueves “en su configuración hipersónica no nuclear”, puede alcanzar la velocidad de Mach 10, es decir “2,5 a 3 km por segundo” (cerca de 12.350 km/h).
Ojivas
“Oreshnik” también estaría equipado con cargas de maniobra en el aire, lo que aumentaría aún más la dificultad de interceptación. “Los sistemas de defensa aérea actualmente disponibles en el mundo y los sistemas de defensa antimisiles creados por los estadounidenses en Europa no interceptan estos misiles”, dijo Putin, sin dar más detalles.
Un video del disparo ruso, difundido en redes sociales, mostró seis potentes destellos sucesivos que cayeron del cielo en el momento del ataque. Según los expertos, esto demuestra que el misil transportaba al menos seis cargas.Esta entrada múltiple consiste en equipar un misil con varias ojivas, nucleares o convencionales, que siguen cada una trayectoria independiente cuando ingresan a la atmósfera.
Fuente: AFP
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Clima, guerras y la vuelta de Trump marcan la apertura de la cumbre del G20
Los líderes del G20 abren este lunes una cumbre en Rio de Janeiro bajo presión para lograr un acuerdo en la COP29, en un contexto mundial de fuertes divisiones por las guerras de Ucrania y Gaza y la próxima vuelta de Donald Trump. Ya antes de la apertura de la cita en el Museo de Arte Moderno, con vistas sobre la bahía de Rio, no se auguraba un consenso fácil sobre los temas dominantes.
El texto final del G20 “ya está cerrado, pero algunos países quieren abrir algunos puntos sobre las guerras y el clima”, explicó este lunes una fuente diplomática brasileña. Los dirigentes de las principales economías, que representan el 85 % del PIB mundial y el 80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, buscarán avanzar en particular en el financiamiento de la lucha contra el cambio climático.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, les pidió el domingo que muestren “liderazgo” y hagan “concesiones” para permitir “un resultado positivo en la COP29″, la conferencia sobre el clima de Bakú, donde las negociaciones llevan una semana estancadas. “El fracaso no es una opción”, dijo Guterres, mientras el mundo se dirige a batir este año otro récord de temperatura global.
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Brasil reafirmó el sábado que los países emergentes se niegan a contribuir al financiamiento climático, pero espera que un avance en el G20 ayude a destrabar el diálogo en Bakú, de acuerdo con otra fuente diplomática brasileña. En esta cumbre anual que se celebra nuevamente con la ausencia del presidente ruso Vladimir Putin - en su lugar acudió su canciller, Serguei Lavrov -, la guerra de Ucrania y también la de Oriente Medio serán ineludibles.
Después de que Ucrania sufrió el fin de semana uno de los mayores ataques rusos de los últimos meses, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó a Kiev a usar misiles estadounidenses de largo alcance contra objetivos militares en Rusia, según dijo a la AFP un alto funcionario en Washington.
La agenda social de Lula
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cita, avisó sin embargo que su país no quiere concentrar los debates en las guerras. “Hice énfasis en no traer la guerra para el G20″, dijo el domingo al canal Globonews el mandatario izquierdista, un aliado de Occidente que a la vez mantiene una buena relación con Putin.
“Porque si no, no vamos a discutir otras cosas que son importantes para un pueblo que no está en guerra, que es el pueblo pobre, los invisibles del mundo”, añadió. Lula lanzará el lunes una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que reunirá a naciones e instituciones internacionales para liberar recursos contra esta lacra.
También espera avanzar sobre otra idea impulsada por la presidencia brasileña del G20: un impuesto global a los “súperricos”, que ya consiguió el visto bueno de los ministros de Finanzas para “cooperar” sobre este asunto.
El factor Milei
Sobre la cumbre pende una incógnita en cuanto a la posición de Argentina. Su presidente, el ultraliberal Javier Milei, se opone a lo que llama una “agenda ‘woke’” del multilateralismo y ha retirado a su delegación de las negociaciones climáticas en Bakú.
Buenos Aires ha hecho algunas objeciones y no tiene por qué “necesariamente” firmar el texto, indicó el domingo a la AFP el jefe de la delegación de ese país, Federico Pinedo, sin detallar los puntos en discordia. Esta será la primera cumbre del G20 de Milei. El argentino es un gran aliado de Trump, a quien visitó la semana pasada en Florida.
Xi, a reforzar el Sur global
Será en cambio la última de Biden, antes de ceder el poder al republicano en enero. El estadounidense realizó el domingo una visita histórica a la Amazonía para reforzar el compromiso de Estados Unidos contra el calentamiento y lanzar un desafío a Trump, que promete revertir sus políticas medioambientales.
“Algunos pueden intentar negar o retrasar la revolución de la energía limpia que está en marcha en Estados Unidos. Pero nadie, nadie puede revertirla”, dijo el demócrata. Biden se había reunido el sábado en Lima con el presidente chino, Xi Jinping, otro de los protagonistas de la cumbre del G20 y actor clave en la reconfiguración del tablero político mundial con la llegada de Trump.
Tras la cita de dos días, Xi se reunirá con Lula en Brasilia en un encuentro que pretende reforzar los lazos entre estos dos gigantes del llamado Sur global. “Entramos en un escenario global mucho más imprevisible, pero también con mucho más espacio para que los países del Sur (...) articulen sus propias visiones”, subraya Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas de Brasil.
Fuente: AFP
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Se amplía el frente: Irán amenaza a EE. UU. y desde Irak disparan drones hacia Israel
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, prometió este sábado tomar “rudas” represalias contra cualquier ataque de Israel y Estados Unidos, al tiempo que grupos proiraníes en Irak dispararon drones contra territorio israelí, que fueron interceptados.
El ejército israelí prosigue en paralelo su guerra contra Hamás en Gaza y Hezbolá en Líbano. Ambos movimientos islamistas están apoyados por Irán, que también se enzarzó en los últimos meses en un ciclo de ataques con Israel, haciendo temer una conflagración en Oriente Medio.
A tres días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y pese a la presión internacional, los esfuerzos por poner fin a las hostilidades no han dado sus frutos.
Israel prometió destruir a Hamás y lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza tras el ataque del grupo palestino contra su territorio el 7 de octubre de 2023. También quiere neutralizar a Hezbolá después de que el movimiento chiita abriese un frente en apoyo a Hamás.
En este tenso contexto, Estados Unidos anunció el viernes que realizará en los próximos días nuevos despliegues militares en Oriente Medio, incluidos medios de defensa contra misiles balísticos, aviones de combate, bombarderos B-52, que llegarán “en los próximos meses” para “la defensa de Israel” y como advertencia a Irán.
“Estados Unidos, como el régimen sionista (Israel), tiene que saber que sin duda recibirán una respuesta ruda por lo que están haciendo contra Irán, la nación iraní y el frente de resistencia”, declaró Ali Jamenei el sábado.
Ataque desde Irak
Además de a Hamás y a Hezbolá, Irán apoya a los rebeldes hutíes en Yemen y a grupos proiraníes en Irak, que forman parte de lo que Teherán llama el “eje de resistencia” a Israel, que ocupa territorios palestinos desde 1967.
Este sábado, la “Resistencia Islámica en Irak”, coalición de grupos armados proiraníes, reivindicó ataques con drones en dirección a Eilat, ciudad del sur de Israel a orillas del mar Rojo.
El ejército israelí declaró haber interceptado tres drones sobre el mar Rojo que se aproximaban desde el este.
El 26 de octubre, Israel atacó instalaciones militares en Irán en represalia por el ataque iraní con misiles contra territorio israelí del 1 de octubre.
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“La respuesta a la agresión [del 26 de octubre] del enemigo será firme, meditada y poderosa, e irá más allá de la comprensión del enemigo”, amenazó Ali Mohammad Naini, portavoz de los Guardianes de la Revolución.
Fuente: AFP
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Además de la guerra, ahora los ucranianos deben enfrentar el rudo invierno que viene
Con una manta gruesa y dos radiadores eléctricos, Volodimir se sentía preparado para enfrentar en su domicilio al duro invierno ucraniano a pesar de la destrucción infligida por Rusia a la infraestructura energética del país.
Pero una bomba rusa golpeó su viejo apartamento de la era soviética en Limán, en el este de Ucrania. Las ventanas saltaron por los aires, las paredes se fisuraron y uno de los radiadores se rompió.
A pesar de estos daños y del periodo gélido que se anuncia para las próximas semanas, este barbudo afable de 57 años no se plantea dejar su apartamento, ahora cubierto de hollín.
“Esto no es nada. Sobreviviremos. Vamos a repararlo”, asegura con optimismo a la AFP. “Lo esencial para mí ahora es arreglar las ventanas, encender los radiadores y que haya de nuevo”.
Este año, cientos de ataques de drones y misiles rusos contra la red energética ucraniana han inutilizado la mitad de la capacidad de producción del país.
Aunque el otoño ha sido clemente, el invierno se anuncia como el más duro desde el inicio de la invasión lanzada por Moscú el 24 de febrero de 2022.
Expuestos a las bombas
En ciudades y pueblos cercanos al frente oriental, donde el enemigo progresa más rápidamente, los combates han arrasado las infraestructuras. Pero los habitantes que decidieron quedarse aseguran que podrán aguantar los próximos meses gélidos, incluso si el ejército ruso continúa acercándose.
“Todos nos preparamos para el invierno. Hemos sobrevivido dos años y sobreviviremos el tercero, no se preocupen”, asegura a la AFP Yuri, un residente de 71 años de Limán.
Su ciudad natal, situada a unos 15 kilómetros de la línea del frente, ya estuvo ocupada por Rusia entre marzo y septiembre de 2022.
Actualmente quedan unas 8.000 personas, según la alcaldía, contra unas 20.000 antes de la guerra. La localidad no es más que una sombra de lo que fue y algunos de sus vecinos han optado por vivir en sótanos.
Viktor Krupko habilitó el sótano de su inmueble para protegerse del frío y de los proyectiles. “Hay cortinas, una cocina, calefacción, todo está allí”, afirma el septuagenario.
Su mujer, asustada, ya vivía en el sótano desde hace meses. No fue hasta que un ataque ruso golpeó su apartamento que Viktor se decidió a unirse a ella.
Pero si se corta la electricidad en el sótano y se queda sin calefacción, volverá a su apartamento para reinstalarse allí y enchufar la estufa, advierte el anciano.
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“Es imposible traerla aquí, porque no puedo encenderla”, explica. “No hay sitio donde ponerla ni donde colocar la chimenea”, agrega.
Fuente: AFP