Las campañas de vacunación en Estados Unidos y Europa recibieron el martes un revés. Autoridades sanitarias recomendaron suspender la administración de la vacuna contra el COVID-19 de la compañía estadounidense Johnson & Johnson por “precaución” ante la posible relación entre el medicamento y la aparición de un tipo raro de coágulo sanguíneo.
La Casa Blanca salió al paso y dijo que esta suspensión no va a tener un “impacto significativo” en la campaña de inmunización, pero la compañía anunció que va a retrasar la entrega de dosis a Europa, el continente más golpeado por la pandemia, que superó el millón de muertes desde el inicio de la crisis sanitaria.
Lea más: Rusia se queda atrás en la conquista espacial
La vacunación se ha convertido en la única esperanza para poblaciones hartas de restricciones. India autorizó este martes el uso de la vacuna rusa Sputnik V, al día siguiente de que este país registrara 161.000 contagios, superando por séptima jornada consecutiva la barrera de los 100.000 nuevos casos diarios.
Pero la campaña estadounidense sufrió un contratiempo el martes. Los principales reguladores recomendaron que se detuviera “por precaución” el uso de la vacuna de Johnson & Johnson, la única validada de una sola dosis.
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades están investigando seis casos reportados de un coágulo sanguíneo poco común en pacientes que recibieron esta vacuna. Estados Unidos ha administrado ya más de 6,8 millones de dosis de Johnson & Johnson. “Hasta que ese proceso esté completo, recomendamos esta pausa”, tuiteó la FDA.
“Feliz”
Según recuentos de la AFP, en el mundo se han administrado más de 800 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19, mientras el número muertos a causa de la pandemia se acerca a los tres millones. En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la pandemia de COVID-19 entró en una fase “crítica” con las infecciones disparándose pese a las restricciones y las campañas de vacunación.
Desde Indonesia hasta Egipto, millones de musulmanes inician el ayuno sagrado del Ramadán, uno de los cinco pilares del islam. La pandemia impone sin embargo restricciones, que varían de país a país. En Yakarta, la renovada mezquita Istiqlal -la mayor del sudeste asiático- acogió a los fieles por primera vez el lunes por la noche tras más de un año de cierre debido al coronavirus.
Mohamad Fathi, residente en la capital indonesia, afirma a la AFP que este año el Ramadán es más feliz que el de 2020, cuando no se permitió a los fieles participar en las oraciones de la tarde del ‘tarawih’.
“El año pasado fue muy triste que no se nos permitiera ir a la mezquita para el rezo del tarawih” afirma. “Pero este año estoy tan feliz de que podamos ir a orar a la mezquita, aunque sea bajo estrictas medidas de control sanitario” explica.
Lea más: El mundo asiste a aumento de restricciones y de obstáculos en la vacunación
El gobierno de Indonesia -la mayor nación de mayoria musulmana- ha impuesto límites al aforo de las mezquitas, que solo podrán acoger al 50 por ciento de su capacidad total. Además, los fieles deben portar mascarillas y traer sus propias alfombras de oración.
Muchas regiones indonesias han prohibido las reuniones habituales en las rupturas de ayuno, y los líderes religiosos alientan a la gente a orar en sus casas en las zonas con más contagios. Arabia Saudita, uno de los países con el mayor número de lugares santos del islam, anunció que solamente la gente inmunizada contra el COVID-19 podrá participar en la umrah, la pequeña peregrinación a La Meca, a partir del inicio del Ramadán.
En Egipto, las restricciones son mucho menos duras que el año pasado, y la gente pudo celebrar en las calles el inicio del mes de ayuno. En Pakistán, donde el ayuno empieza solamente el miércoles, la tercera ola del coronavirus se ha revelado hasta ahora las más mortífera. El gobierno ha urgido a las mezquitas a que únicamente acojan a fieles en zonas abiertas, y que hagan respetar estrictamente la distancia social.
India aprueba la Sputnik V
India autorizó, de su lado, la utilización de la vacuna Sputnik V contra el COVID-19 después de que el lunes superara por séptimo día consecutivo la barrera de los 100.000 nuevos casos diarios, lo que llevó al gobierno a decretar un toque de queda y a instaurar restricciones de movimiento.
La vacuna rusa es el tercera aprobada en India, junto con la de AstraZeneca y la Covaxin, de la firma india Bharat Biotech. En Europa, el gobierno de la Alemania acordó cambios en una ley nacional de control de infecciones, otorgando a Berlín más poder para imponer restricciones más duras.
Esas medidas incluyen el toque de queda de 21:00 a 5:00 y reglas más estrictas sobre reuniones privadas y deportes. En Brasil, que suma 353.000 fallecimientos, la mayoría de las personas ingresadas en cuidados intensivos tienen menos de 40 años, reveló un estudio de la Asociación Brasileña de Cuidados Intensivos (AMIB).
Lea más: Varias proezas científicas de Rusia, del Sputnik 1 a la Sputnik V
Varias organizaciones internacionales, entre ellas la OMS, pidieron este martes la suspensión en el mundo entero de la venta de mamíferos salvajes vivos en los mercados de víveres, a raíz de los importantes riesgos de transmisión al hombre de nuevas enfermedades infecciosas. La transmisión al hombre del virus del COVID-19 por esa vía es una de las hipótesis preponderantes de los expertos que trabajan para la OMS.
En su reciente informe sobre los orígenes de la enfermedad, destacaron que un mercado de Wuhan -la metrópolis china donde se registraron los primeros casos- parece haber sido uno de los puntos más importantes de difusión de la pandemia a finales de 2019.
Fuente: AFP.