El Vaticano indicó este lunes que ordenará a dos obispos polacos, acusados de encubrir abusos sexuales, a pagar a un fondo de víctimas y se les prohibirá además celebrar misa en público.
La embajada de la Santa Sede en Polonia también dijo que Edward Janiak, exobispo de Kalisz, y Slawoj Leszek Glodz, exarzobispo de Gdansk, tendrán que abandonar sus antiguas diócesis. Ambos ya habían renunciado a sus cargos por una serie de revelaciones en los últimos meses que sacudieron la muy influyente Iglesia católica en Polonia.
El comunicado de la Nunciatura Apostólica dijo que castigaban a Janiak y Glodz “en base a las disposiciones del Código de Derecho Canónico” y las nuevas normas del papa Francisco para combatir los abusos sexuales del clero. En agosto de 2020, el pontífice argentino aceptó la renuncia de Glodz, conocido por su lujoso tren de vida, tras las acusaciones de que había intimidado a sacerdotes y guardado silencio sobre los abusos.
En octubre del año pasado, el embajador del Vaticano anunció la renuncia de Janiak, que también fue acusado de encubrimiento. Las acusaciones contra el último protagonizaron un documental que generó un debate nacional sobre los abusos del clero, un tema que durante mucho tiempo había sido tabú en Polonia.
Fuente: AFP.
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“Emilio Barreto: ángeles y demonios” cosechó aplausos en Cracovia
El conmovedor cortometraje documental “Emilio Barreto: ángeles y demonios”, dirigido y guionado por la cineasta paraguaya española Cris Arana, tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Cracovia, en Polonia, el pasado 30 de mayo, acompañada por la productora ejecutiva Vicky Ramírez (“7 cajas”).
“Me sorprendió la acogida del público, después de acabar la película, la gente aplaudió mucho. ¡Y no eran amigos! Eran personas totalmente ajenas a nosotras, de Polonia y de otros países. Para mí, era muy importante estrenar este cortometraje documental en un festival de clase A, es una historia que se merecía este gran estreno; a mis compañeros de trabajo, a Vicky y a mí nos toca mucho el alma. Estoy deseando estrenarlo en Paraguay”, dijo la cineasta.
Por su parte, Vicky Ramírez dijo: “Creemos que lo que más se ha valorado de nuestra participación ha sido la historia, el relato de amor y de dolor, a la vez. La autenticidad y la profundidad emocional del corto. Creo que la historia, el estilo y la mirada en la manera de narrar cinematográficamente de Cris Arana han capturado la atención y por eso hemos llegado hasta ahí”.
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El corto documental Emilio Barreto: ángeles y demonios está basado en la historia de Emilio Barreto, actor y director de teatro paraguayo, humanista que combatió la represión con la cultura: teatro, poesía y música. Emilio pasó trece años en prisión durante el régimen militar paraguayo de Alfredo Stroessner, sin haber sido juzgado por ningún delito.
Para Vicky Ramírez el Krakow Film Festival fue una oportunidad para establecer contactos valiosos, intercambiar visiones y experiencias con colegas. “Estamos contentas porque la respuesta del público fue muy positiva y nuestro siguiente paso es participar en otros festivales nacionales e internacionales para seguir aumentando la visibilidad de Emilio Barreto: ángeles y demonios. También estamos explorando estrenos, considerando proyecciones y charlas para conectar directamente con el público y discutir los temas que aborda el corto”.
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¿La contraola?
Las violencias –reales y simbólicas– sacuden el mundo. Lo desangran. No solo por situaciones bélicas. También por las acciones que desarrollan organizaciones delictivas transnacionales de alta complejidad. O por líderes que dejan de lado los preceptos democráticos y desde el fundamentalismo de mercado proponen abolir la justicia social.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista - X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
“Muchos chicos de Ucrania (que) vienen aquí (al Vaticano) no saben sonreír (o) se olvidaron de sonreír y esto es muy duro”, dijo el papa Francisco a la colega periodista Norah O’Donnell, conductora, presentadora y editora jefa del programa “Evening news”, de la cadena televisiva norteamericana CBS. Triste. Muy triste. Luego, cuando O’Donnell –a propósito de la situación bélica en Ucrania– le propuso enviar un mensaje al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, el pontífice impetró: “¡Detengan la guerra! Busquen la negociación. Busquen la paz. Siempre es mejor una paz negociada que una guerra sin fin”.
La entrevista es extensa. La producción muy prolija, sobria, con la entrevistadora vestida de negro. Francisco no esquivó ningún tema. En Europa la guerra es una preocupación cierta y concreta. En algunos países se reimplanta el servicio militar obligatorio. Los presupuestos para la defensa crecen. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) retoma con enormes despliegues las ejercitaciones conjuntas sobre hipótesis de conflicto en fronteras sensibles.
Vientos nacionalistas comienzan a soplar sobre territorios que a lo largo de la historia fueron arrasados por enfrentamientos interminables e incomprensibles, tanto en nombre de la política como de las ideologías o las religiones. Donde no hay guerras, las violencias llegan de la mano de líderes emergentes que se nutren en el liberalismo y la ortodoxia. Misoginia. Contrarios a las cuestiones de género. Refractarios con la Agenda 2030. Ninguna simpatía por la diversidad ni lo diverso.
Esos pensamientos tienen fuerte impacto en la sociedad civil. Las personas en situación de tránsito (los migrantes) sufren de estigmatizaciones. Son blancos de sospechas, de explotaciones, de todo tipo de violencias. “Los migrantes a veces sufren mucho”, dice Francisco a Norah. “¡Sufren mucho!”. Y agrega: “¡La gente se lava las manos!” y destaca en tono de queja que “hay tanto Poncio Pilato suelto… que… ve lo que está sucediendo, las guerras, las injusticias, los crímenes… y se lava las manos”.
Diagnostica que “cuando el corazón se vuelve duro” emerge la indiferencia y sentencia que “la globalización de la indiferencia es una enfermedad (social) muy fea”. Creo percibir que no solo habla críticamente de las guerras. Francisco, como algunos otros líderes globales, busca respuestas a tantos interrogantes. Dentro y fuera de las 44 hectáreas del Vaticano donde es jefe de Estado.
LIDERAZGOS EMERGENTES
Guy Sorman (80), intelectual francés de estirpe liberal, también se preocupa por algunos liderazgos emergentes. Hace foco en nuestra región y lo hace saber. El pasado 29 de abril, en el diario monárquico español ABC, sostiene que “de la misma manera en que el general Pinochet (Augusto, dictador chileno entre el 11 de setiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990), al reivindicar el liberalismo económico, lo convirtió en ilegítimo” y advierte que “ahora estamos ante una situación similar, aún más peligrosa” con el presidente Javier Milei en Argentina.
Sorman, luego de dejar claro que espera “que tenga éxito, pero lo dudo”, considera que ese presidente “entiende el liberalismo al revés de lo que realmente significa” y estima que, si ese gobierno “fracasa, el liberalismo no se recuperará hasta dentro de una generación” que, en su opinión, será “el tiempo que tardemos en olvidar a este presidente extravagante”.
A otros analistas e intelectuales también les preocupa el expresidente norteamericano Donald Trump, quien se propone volver a la Casa Blanca con las presidenciales del 5 noviembre próximo, porque pocos días atrás no trepidó en señalar que, si llega a ser electo, gobernará “como un dictador desde el primer día”. En las encuestas aparece como posible triunfador. Pese a que la justicia norteamericana lo investiga por 91 presuntos casos reprochables judicialmente. Más aún, el Servicio Secreto estudia desde hace semanas –como hipótesis– qué tipo de dispositivo deberá establecer en una prisión si el señor Trump fuera condenado, encarcelado y debiera gobernar desde la prisión. Aunque usted no lo crea, nada impide que así suceda en la legislación estadounidense.
¿Por qué se producen estos fenómenos? Como Guy Sorman, el papa Francisco procura saberlo. Hace foco sobre la educación y, en especial, en el uso del lenguaje. Entre los pasados días 10 y 11 de mayo, el pontífice participó activamente del II Encuentro Mundial sobre Fraternidad Humana. Treinta ganadores del Premio Nobel estuvieron en Roma para ese diálogo del que participaron economistas, empresarios, deportistas galardonados, científicos, dirigentes de todo sector, trabajadores. La sociedad civil en su conjunto que se distribuyó en una docena de mesas para debatir temáticas precisas estuvo allí. A los nobel, el papa les agradeció “el compromiso” para reconstruir una “‘gramática de la humanidad’, una ‘gramática de lo humano’, en la que (se puedan) basar las opciones y los comportamientos”.
Días después, el intelectual Rodrigo Guerra López, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina en la Santa Sede, respecto del concepto gramática de lo humano, señala que “si la libertad es un ‘lenguaje’ que expresa lo que somos, es preciso determinar su gramática (y, para ello, establecer) las leyes que permiten el uso inteligente de los significados que se comunican a través de nuestras decisiones” y destaca que Francisco con ese mensaje se propone “impulsar la necesidad de enriquecer nuestra conciencia a través de un redescubrimiento del significado profundo que habita en la condición humana”.
ILIBERALISMO
Las violencias –reales y simbólicas– sacuden el mundo. Lo desangran. No solo por situaciones bélicas. También por las acciones que desarrollan organizaciones delictivas transnacionales de alta complejidad. O por líderes que dejan de lado los preceptos democráticos y desde el fundamentalismo de mercado proponen ajustes, desempleos, alejarse de aquel Estado de bienestar que ya está bastante atrás, abolir la justicia social, dejar de lado los derechos humanos, imponer el iliberalismo apoyándose en el discurso vacuo de libertarismo excluyente.
No vamos bien. Miles de personas temen por sus vidas. Habitan en la incertidumbre. Por caer en el desempleo. Por ingresar en la pobreza o en la indigencia. Por no poder acceder a la salud, a la educación. “¿No future?”. Tampoco tienen certezas sobre el amanecer que vendrá ni si llegarán a la noche de este día. ¿Estaremos con vida cuando se ponga el sol? ¿Podré amamantar? ¿Podrán nuestros hijos crecer? ¿Podré ver cómo crecen? ¿Esta es la vida que supimos conseguir? “¿No future?”, aquella duda social profunda de entonces que expandieron desde las puertas mismas del Palacio de Buckingham, en Londres, 1977, Johnny Rotten, Steve Jones, Glen Matlock, Paul Cook y el fallecido Sid Vicious –The Sex Pistols– parece reinstalarse.
Unas sesenta guerras se desarrollan –en algunos casos desde varias décadas– en nuestro maltratado mundo. Desde poco más de dos años atrás –el 24 de febrero de 2022– Rusia está en guerra con Ucrania. Ese día, el presidente Vladimir Putin ordenó avanzar a sangre y fuego. Su homólogo en Kiev, Volodímir Zelenski, organiza la defensa, consigue contener al invasor, lo daña y articula con algunos gobiernos que le aportan pertrechos de todo tipo. Miles de muertos, miles de heridos, miles de huérfanos, miles de prisioneros, ciudades destruidas, infraestructuras inutilizadas. ¿Dónde está la paz?
Desde el 7 de octubre del año pasado la muerte se instaló en la Franja de Gaza. Un ataque terrorista inesperado de combatientes irregulares de Hamás contra la población civil en el sur de Israel dejó como luctuoso saldo cerca de 2.000 personas asesinadas. Dos centenares fueron secuestrados y en su mayoría así permanecen. Angustia. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, contraataca impiadoso. ¿35.000 muertes? Con el tiempo se sabrá.
¿Dónde está la paz en esa geografía a la que tres religiones llaman Tierra Santa? La guerra debe detenerse. ¡Ya! Algunos retoman la idea de “un territorio, dos Estados” para que coexistan y alcancen la paz Israel y Palestina. Un primer acuerdo en ese mismo sentido firmó en Oslo en 1993 el primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, junto con el jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat. En 1995 se avanzó para definir y delimitar las áreas administrativas que corresponden a Israel y a Palestina. Un avance hacia la paz, sin dudas. De hecho, así lo reconoció el Comité de Oslo. Arafat, Rabin y el entonces ministro israelí de Asuntos Exteriores, Shimon Peres, en 1994 fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz.
TIEMPOS VIOLENTOS
En estos tiempos violentos se retoman aquellas ideas y políticas que se definieron y aplicaron en los últimos siete años del siglo pasado. ¿Volver al futuro? ¿Y las violencias del presente? Shlomo Ben Ami, diplomático e historiador israelí, sostiene y caracteriza esa disputa como “una tragedia hegeliana entre dos causas legítimas”. ¿Es un conflicto del siglo XX o una repetición constante que llega hasta nuestros días en el silgo XXI?
Algunas tragedias no saben de espacio ni de tiempo. La física y la filosofía, la que se conoce como cosmología filosófica, van por senderos muy alejados cuando de violencias permanentes se trata. Confieso que por años he deseado dialogar con Eric Hobsbawm (1917-2012). Leer su obra –su trilogía de las tres edades– me deslumbró. “La era de la revolución: Europa 1789-1848″ (1962), “La era del capital: 1848-1875″ (1975) y “La era del imperio: 1875-1914″ (1987) fueron parte importante de mi nutriente intelectual. Pero, sin dudas, “Historia del siglo XX” (The Age of Extremes), que se publicara en 1994, me determinó y fue una suerte de hoja de ruta para comprender cada país que visité, recorrí, estudié y estudio desde la última década formal de la centuria pasada que, desde la perspectiva de Hobsbawm, solo tuvo 77 años.
A partir de ese paradigma, Eric Hobsbawm llama al XX “el siglo corto”. Cuando soñaba e intentaba como periodista organizar un encuentro con él imaginaba que habría de conversar con un testigo secular que revisó como muy pocos lo hicieron los sucesos de cada uno de sus días. Hasta después de su muerte jamás lo asumí como un historiador. No. Lo que narraba y exponía Hobsbawm –como lector, curioso irredimible, académico y periodista– siento que no eran hechos incrustados en el pasado, sino que acaecían –sucedían– en aquellos días que convivíamos.
Con cada uno de sus trabajos sentía que estaba frente a una suerte de investigación-acción sincrónica con sus relatos y la vida cotidiana en un planeta inseguro. Como miles, aquel maestro también había peleado en la Segunda Guerra Mundial. La generación de sus padres combatió en la Primera. Aquellos conflictos nos marcaron. “El siglo XX no puede concebirse disociado de la guerra, siempre presente aun en los momentos en los que no se escuchaba el sonido de las armas y las explosiones de las bombas”, dijo Eric alguna vez. Coincido.
Y desde ese contexto es que comprendo que en su análisis pusiera fin a aquel “siglo corto” en 1991, luego de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) dos años después de que se derrumbara el Muro de Berlín. La idea de la bipolaridad ordenadora de la posguerra perdió fuerza. Otros catedráticos creyeron que se encontraban frente al fin de la historia. Nada es tan lineal cuando de la humanidad se trata.
OLAS
Fabián Bosoer, colega periodista, académico y escritor, en el diario Clarín de Buenos Aires preguntó “¿Qué quedó de la tercera ola?” de la democratización que propuso Samuel Huntington (1927-2008). Tengo la convicción de que Bosoer también está entre los preocupados, como bien lo explica, por “el crecimiento (exponencial) de fuerzas “antisistema”, (de) líderes con retóricas iracundas y (con) políticas extremistas”, lo que entiende que “representa un nuevo desafío a las democracias”.
En el plano de las dudas, se pregunta y nos pregunta si acaso tales emergencias son “¿respuesta a las promesas incumplidas, un síntoma más del malestar (social) o un indicador de su resiliencia? Repasa el último medio siglo y finalmente recuerda que 30 años atrás, el propio Huntington sentencia que “la tercera ola, la ‘revolución democrática mundial’ de fines del siglo XX, no durará siempre” y prevé que “podría sucederla un nuevo rebrote del autoritarismo que constituyera una tercera contraola”.
Pese a tal hipótesis, aquel académico abrió paso a la esperanza y señaló que si así fuera “no (se) cerraría la posibilidad de que alguna vez en el siglo XXI se desarrollara una cuarta ola de democratización”. Que así sea.
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Cuáles son los dos milagros atribuidos al “influencer de Dios”
El beato Carlo Acutis, un adolescente italiano nacido en Gran Bretaña que dedicó su corta vida de 15 años a difundir la fe en línea y ayudar a los pobres, será proclamado santo, con fecha aún por determinar, después que el papa Francisco aprobara ayer jueves su segundo milagro atribuido a su intercesión, en una costarricense de 21 años, Valeria Valverde, que superó un accidente craneoencefálico.
Nacido el 3 de mayo de 1991 en Londres (Reino Unido), Acutis era un joven loco por Internet y por las computadoras, que amó profundamente la Eucaristía y que murió de leucemia a los 15 años, el 12 de octubre de 2006. Fue declarado Venerable en 2018 al considerar que salvó, en el 2013, a un niño brasileño con una anormalidad pancreática. Para la santidad era necesario que se le atribuyera un segundo milagro.
El 10 de octubre de 2020 fue beatificado en la ciudad italiana de Asís, casa de su ídolo San Francisco, quien dedicó su vida a los pobres. Acutis, apodado “el ciberapóstol de la Eucaristía”, “el apóstol de Internet” o “el influencer de Dios”, nació en Londres de padres italianos y se mudó con ellos a Milán cuando era niño. “Era considerado un genio de la informática... ¿Pero, qué hacía? No usaba estos medios para charlar, para divertirse”, dijo su madre Antonia Salzano en una entrevista con Vatican News.
En cambio, “su celo por el Señor” lo llevó a crear un sitio web sobre milagros, dijo. El millennial, cuyo cuerpo yace en Asís, vestido con un chándal y zapatillas de deporte, también advirtió a sus contemporáneos que Internet podría ser tanto una maldición como una bendición. El Papa Francisco se refirió a él advirtiendo a los jóvenes que las redes sociales podrían fomentar el odio.
“(Acutis) vio que muchos jóvenes, queriendo ser diferentes, terminan realmente siendo como todos los demás, corriendo tras lo que los poderosos les ponen por delante con los mecanismos del consumismo y la distracción”, dijo Francisco. “Por eso, dijo Carlo, ‘todo el mundo nace como original, pero muchos acaban muriendo como fotocopias’. ¡No dejes que eso te pase a ti!”.
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Amable con los pobres
Acutis fue religioso desde muy joven, a pesar de que su madre decía que su familia rara vez asistía a la iglesia. Cuando no escribía programas de ordenador o jugaba al fútbol, Acutis era conocido en su barrio por su amabilidad con quienes vivían en los márgenes de la sociedad.
“Con sus ahorros compró sacos de dormir para personas sin hogar y por la noche les llevaba bebidas calientes”, dijo su madre esta semana, según la Agencia Católica de Noticias. “Dijo que era mejor tener un par de zapatos menos si eso significaba poder hacer un buen trabajo más”, agregó.
También trabajó como voluntario en un comedor social en Milán. “Cuando murió, en el funeral, la iglesia estaba llena de gente pobre. Todos se preguntaban qué hacían allí. Bueno, Carlo solía ayudarlos en secreto”, dijo Nicola Gori, que representó el caso de beatificación de Acutis. Su cuerpo yace en el Santuario de Asís en una tumba de vidrio, donde puede ser venerado de forma permanente.
Con información de AFP.
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El corto sobre el actor Emilio Barreto se estrena en Polonia
El cortometraje documental “Emilio Barreto: ángeles y demonios”, dirigido por la cineasta paraguaya-española Cris Arana, fue seleccionado para competir en la categoría de mejor corto documental en el Festival Internacional de Cine de Cracovia, a realizarse en Polonia del 26 de mayo al 2 de junio.
El material audiovisual, que cuenta con la producción ejecutiva de Vicky Ramírez Jou (“7 cajas”), está basado en la historia del actor paraguayo Emilio Barreto, quien pasó trece años en prisión durante el régimen militar paraguayo de Alfredo Stroessner, sin haber sido juzgado por ningún delito.
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“En plena pandemia, un equipo de cuatro personas y yo buscábamos historias que contar y, por casualidad, llegamos a Emilio Barreto, memoria e historia viva de Paraguay. Fue secuestrado, torturado, aislado de su familia, padeció lo peor que un ser humano puede vivir y, aun así, sigue luchando, sigue creyendo en la vida, sobre todo en el ser humano”, comentó Arana.
Radicada en España hace casi dos décadas, la directora ha escrito y dirigido cortometrajes como “Package”, con cinco nominaciones en La Jolla International Fashion Film Festival 2019 y premio a mejor concepto creativo 2019. También “Workingay”, que participó en la selección oficial en el III Certamen Muestra de Videoarte Faenz 2020 en Bogotá; así como “Transición” (2019), seleccionado en más de diez festivales internacionales y que obtuvo el premio a mejor actriz para su protagonista María Barranco. Actualmente se encuentra trabajando en el guion de su primer largometraje.
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