La banda nacional presenta esta noche el segundo de los dos shows por el aniversario de su primer disco, “Ataraxia”. En diálogo con La Nación/Nación Media, sus integrantes analizaron estos últimos 20 años en cuanto al crecimiento y desarrollo tanto en conjunto como individualmente. Además, ya empiezan a calendarizar algunos planes a futuro.

  • Por Luis Ríos
  • Fotos Gentilezas

Que un conjunto musical pase toda su carrera sin cam­bios en cuanto a los instru­mentistas que lo componen es todo un logro. Además de estar hace más de dos déca­das juntos, Flou se destaca por tener apenas dos cam­bios de integrantes en su his­toria. Al principio eran cinco miembros con dos guitarris­tas hasta el demo. Después, el otro guitarrista decidió salir y quedaron en un cuarteto. El otro cambio es el de Gui­llermo Gayo por Ariel San­doval en la batería. “Creo que la base de esto es que todos tenemos muy clara la meta y el cómo llegar a ella”, sostiene el guitarrista Bruno Ferreiro.

Su ley, poner a la banda como prioridad, pero con la liber­tad de que cada uno de sus integrantes haga su vida como quiera. A eso se le suma el respeto ante todo. “Noso­tros tenemos muy claro que por más de que tengamos mil diferencias, por más de que nos peleemos, eso queda en la puerta de la sala de ensayo. No arrastramos los proble­mas, no nos cargamos nada en las espaldas y allí afuera tratamos de resolverlos como sea. Desde mi punto de vista, son las mejores herramien­tas que utilizamos para poder estar 20 años juntos”, destaca el guitarrista.

Las entradas para el segundo show aniversario de “Ataraxia” están agotadas

CLAVE

Walter Cabrera cree que la clave está en hablar mucho. “Se habla mucho. Habla­mos mucho. Todo el mundo se pelea y nosotros también solemos pelear entre noso­tros. Son momentos de discusiones más que de peleas y cuando sentíamos que esa discusión estaba escalando mucho y se volvía muy tenso el ambiente, nos sentábamos todos como si fuera terapia y nos decíamos las cosas”, cuenta el cantante.

Mezquinan tanto el proyecto que construyeron logrando navegar encima de las cues­tiones particulares. “Nos jun­tábamos en la sala y en lugar de tocar, nos decíamos las cosas. Mientras uno hablaba, nadie le podía responder hasta que termine. Luego le tocaba al otro y así nos sacá­bamos todo. Eso siempre fue sano para nosotros”, ilustra Cabrera.

Federico Wagener, Guille Gayo, Walter Cabrera y Bruno Ferreiro tienen por ley poner a Flou como prioridad, pero con la libertad de que cada uno de sus integrantes haga su vida como quiera

Antes eran más rígidos en cuanto a su disciplina. Si un día estaba marcado el ensayo y alguien no podía, era un problema. Hoy se acomodan más a los horarios de todos. “Antes de por ahí teníamos novias y ellas no tenían opción, tenían que entender que esto era así. Hoy, si alguien tiene que ausentarse un par de sema­nas por trabajo, lo entende­mos y tratamos de acomo­dar. Siempre manteniendo la premisa de que esto nos tiene que gustar a todos y tiene que seguir caminando”, expone Guille Gayo.

Para el baterista, tácitamente cada uno tomó la posta en diferentes roles dentro de la banda y se ocupa de eso. “El tiempo dio espacio para eso y los trabajos que son en común los organizamos para que converjan y todo camine y continúe evolucionando. Hoy es todo más fácil, nos cono­cemos hace mucho tiempo, conocemos bien nuestros temperamentos y sabemos cómo manejarlos”, rescata.

Sobre lo que cambió con­forme fueron entrando a la vida de adultos, con la llegada de hijos y formación de sus respectivas familias, Federico Wagener dice que qui­zás ya no salen a “farrear” juntos o ya no están tanto tiempo en la sala de ensayo juntos como antes, pero hay cosas que fueron mejorando con el tiempo. “Todos tienen una vida aparte de Flou, pero al mismo tiempo mantene­mos que Flou es prioridad en nuestra vida. El respeto entre nosotros es mayor, cada uno entiende cuál es su obliga­ción y lo que tiene que hacer. Eso hace que todo sea mucho más flexible ahora”, resalta el bajista.

La agrupación de metal alternativo toca hoy con dos bandas invitadas: La Mala Senda, de Chile, y Pornostars, de Paraguay

EL FUTURO

A finales de 2021 vio la luz “Encuentros únicos”, el quinto álbum de estudio de esta agrupación. Está com­puesto por las doce canciones que fueron lanzadas todas en forma individual con la inten­ción de extender el tiempo de espera por las restricciones pandémicas hasta que retor­naron los shows.

“Nuestro último disco sufrió la pandemia y estamos con un sabor un poco amargo porque no le pudimos dar el espacio y el crédito que se merecía porque no tuvo nada de promoción. El lanza­miento se hizo casi dos años después; entonces, todavía no cerramos ese ciclo. Es un disco que todavía falta tocarlo mucho en vivo y difundirlo correctamente después de que tuvo que dor­mir obligadamente casi dos años”, afirma Ferreiro.

Sostiene que todavía no están psicológicamente preparados para susti­tuir a “Encuentros úni­cos” por un disco álbum. Al menos no sin antes darle un poco más de reco­rrido. “Recién ahora estamos haciendo su gira nacional con los shows que estamos dando en el interior. Hay muchas ciudades a donde todavía no se presentó el disco en vivo. Le debemos aún un poco de espacio a ese trabajo; entonces, por eso todavía estamos lejos de componer nueva música”, dice el músico.

Aun así, admite que le encan­taría trabajar en nuevas ideas porque siempre es bueno refrescar el repertorio. “Sí, queremos empezar a pen­sar en un siguiente disco. Este show nos lleva tiempo de preparación, de ensa­yar, etc. Creo que después del aniversario podríamos relajarnos un poco y encon­trar más tiempo para compo­ner. Después de esto, segura­mente vamos a ver eso. Hay ideas que quedaron graba­das desde hace tiempo y que vamos a retomar”, resalta, por su parte, Walter Cabrera.

ENTRADAS AGOTADAS

Las entradas para esta noche en la sala García Lorca de la Manzana de la Rivera están agotadas. El show está previsto para las 19:00 y contará con las bandas invitadas La Mala Senda, de Chile, y Pornostars, de Para­guay. Así, esta banda continúa haciendo su camino, ya no como jóvenes entusiastas, sino como adultos consolidados que caminan juntos por la vida con la tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos en ese estado de ataraxia.

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