Reconectar con las raíces, lo orgánico, la naturaleza es la finalidad de este estilo. Para ello se usan materiales naturales, colores claros, muebles sobrios y se ambientan los espacios para habitar el lugar de forma relajada y feliz.

El término “raw” pro­viene de la gastro­nomía y se refiere a algo que está en “bruto” o “sin tratar”. Con la inten­ción de mejorar la calidad de vida y llevar un estilo más saludable, muchas personas se sumaron al “raw food” donde los alimentos se con­sumen crudos y sin proce­sar. Luego, esta misma pre­misa se llevó al ámbito de decoración de interiores.

Esta tendencia apuesta por los materiales en su estado más bruto y primario, añade elementos de bambú, fibra, madera, mimbre, piedras, ratán, corcho, entre otros. Aunque se la asocie con la tendencia rústica, no son lo mismo.

Si bien los elementos son parecidos, la rústica sí uti­liza acabados en sus ele­mentos, por ejemplo madera barnizada; diferenciándose también en que el estilo raw apunta al consumo respon­sable y sostenible.

ELEMENTOS

Como la premisa es reconectar con lo natural y hasta lo “primitivo”, los pro­tagonistas son la luz natural, los tex­tiles, el agua, los tonos claros como el beige y blanco, gris; los materiales como el barro sin tratar, los textiles sin coloran­tes, incluso las artesanías, básicamente elementos más humanos y menos indus­triales.

ARMONÍA

La atmósfera que se crea en cada ambiente del hogar, sin alteraciones artificiales, logra transmitir una sensación de calma y bienes­tar. Quienes eligen este estilo de decoración, aseguran que sienten su casa como un refu­gio seguro y calmado. Esto se consigue por el color y la forma de los elementos, matizan los diferentes rincones y se puede aplicar a gran escala o resaltar ciertos mobiliarios para darle un toque minimalista.

VERSATILIDAD

La tendencia raw se puede fusionar con otros estilos, sirve para romper con la frialdad de los espa­cios minimalistas o para darle vida y calor a lugares total­mente blancos y reducidos en espacio. Esto es un gran plus, ya que se puede apos­tar por una decora­ción diferente y apli­car los principios de esta tendencia.

Apuesta por los materiales en su estado más bruto y primario, elementos de bambú, fibra, madera, mimbre, piedras, ratán, corcho, entre otros.

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