No importa que el espacio sea tan pequeño en un departamento para que se subraye la frescura y la alegría que puede aportar el verde. Aquí van dos propuestas de las más resistentes a ese tipo de exigencias.

TRONCO DE BRASIL

También conocida como “palo de agua”, la drá­cena Fragans, que así se llama, se caracteriza por las distintas tonalidades de verde de sus hojas. Para crecer bien necesita una tempera­tura entre 15 y 25º, y luz natural, pero no sol directo. Le gusta la humedad alta, por lo que conviene pulverizar sus hojas un par de veces a la semana o colocar un plato con piedritas y agua debajo. No precisa demasiado riego, aun­que hay que mantener el sustrato algo húmedo, sin que quede empapado.

PALMERA DE SALÓN

Su nombre científico es Chama­deora Elegans y se caracteriza por su gran resistencia y su fácil cui­dado. Sus hojas son alargadas y estrechas y, aunque su floración puede darse durante todo el año, no es demasiado llamativa. Es una de las plantas de interior más alta: puede llegar a medir dos metros. Se adapta a cualquier entorno y es muy fácil de cuidar. Es de lento cre­cimiento y necesita temperaturas entre 18 y 25º, luz media indirecta y un riego moderado. El exceso de agua puede ser perjudicial, por lo que hay que tocar el sustrato antes de regarla. En tiempo de sequía o con mucho aire acondicionado, pul­verizar suavemente las hojas, y no ponerla cerca de la calefacción.

El secreto para que las plantas crezcan sanas y bellas, aunque estén en un monoambiente o un pequeño espacio interior, es tener unos cuidados mínimos.

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