El Transchaco Rally también tiene historias de pilotos que juntan hasta las últimas monedas para ser parte de esta cita, y que no piensan rendirse ante todas las dificultades que pone al frente una carrera tan exigente como esta.

Largando las etapas sin dormir, con el auto muy herido y con el cansancio de correr por todo, Arnaldo Duarte y Rodrigo Gómez han ejemplificado el espíritu de darlo todo para dar la vuelta al Chaco.

La travesía de Arnaldo “Lokillo” Duarte y Rodrigo Gómez con el rendidor Toyota Vitz, empezó ya de forma complicada en la clasificación en el Rubén Dumot, pues en la primera vuelta el coche sufrió un vuelco, obligándolos a largar muy atrás en la etapa 1.

En la etapa del viernes, el binomio encabezado por el ovetense ya se complicaría en los duros tramos de la etapa, llegando a Mariscal en horas de la madrugada y metiendo el coche a parque a las 3:00 AM, ya en sistema Rally2, lo que los obligaba a terminar sí o sí el recorrido para no abandonar.

La etapa 2 para esta dupla fue altamente exigente, con el binomio complicándose en varios sectores debido a que el coche ya venía herido. Con la mitad del recorrido por delante, siendo de noche, “Lokillo” no se inmutó en entrar a la Picada 40, a fondo, surcando los talcales en plena noche para cerrar ese sector. Posteriormente en la de León Piru, volvieron a ir tranquilos hasta llegar a Campo Karen, a las 3:15 de la madrugada.

Siendo las 22:00 del domingo, cuando los campeones se encontraban festejando en Plaza Madero, a 400 kilómetros, en Campo Rosa, el Vitz se metía a largar los últimos 25 kilómetros de carrera, venciendo de esta manera al rally más difícil del mundo y reafirmando que el espíritu del Chaco sigue muy vigente en los amantes de esta carrera.

A las 6:00 de la mañana del lunes, luego de 2.500 kilómetros, con la rampa ya desmontada en Plaza Madero, en un acto simbólico, de orgullo y amor propio, Duarte y Gómez llegaron a Plaza Madero siendo recibidos por sus familiares, tras una titánica demostración de agallas y de perseverancia. El Chaco demostró ser duro, pero no lo suficiente para doblegar el espíritu de estos dos gladiadores.

Portón cerrado y con tres cilindros

Al llegar a Campo Karen, en el cierre de la etapa 2 de la Rally del Chaco, “Lokillo” Duarte y su copiloto se encontraron con el portón de una estancia cerrada. Era uno de los caminos a atravesar, pero al ser ya de madrugada, los controladores ya estaban durmiendo.

Pero el binomio no se iba a rendir y lograron pasar cuando encontraron a uno de los hombres del control descansando en un costado del camino.

Luego, en el tramo, del otro lado de los 43 kilómetros del prime, los controles recibieron al Vitz a las 5:00 de la mañana. Cuando muchos ya se prestaban para comenzar el último día de carrera, la dupla cerraba su paso por la etapa 2, y sin tiempo, se aprestaron para subir a la rampa y largar la etapa final de rally.

En un esfuerzo titánico, Duarte-Gómez y el Vitz surcaron las últimas siete especiales como pudieron: en tres cilindros y con varios problemas en la máquina.

Cuando muchos ya se prestaban para comenzar el último día de carrera, la dupla cerraba su paso por la etapa 2.

Largando las etapas sin dormir, con el auto muy herido y con el cansancio de correr por todo, Arnaldo Duarte y Rodrigo Gómez han ejemplificado el espíritu de entregarlo todo para dar la vuelta al Chaco.


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