Cuando nos dejamos llevar por el consumismo y adquirimos cada vez más productos, nos volvemos más “pesadas” y esto tiene un impacto en nuestro plano emocional.
Esta filosofía de vida apunta a deshacernos de los excesos, a tener lo justo y necesario, pero por sobre todo, a prestarle atención a las cosas que verdaderamente importan. Según el minimalismo, hoy en día vivimos en un entorno demasiado estimulante.
Ryan Nicodemus y Fields Millburn, creadores de este estilo de vida lo definen como una herramienta que sirve de catalizador para deshacernos de los excesos y, mediante él, llegar a la felicidad, la libertad y la realización personal.
Vivimos en un mundo donde todo apunta al consumismo y el sistema te lo ofrece como una necesidad. Los anuncios te dicen que es imprescindible que tengas esa última tecnología, esa última prenda de temporada, o el último lanzamiento en calzados.
Según el pensamiento minimalista, cuando nos dejamos llevar por el consumismo y adquirimos cada vez más productos nos volvemos más “pesadas”, esto tiene un impacto en nuestro plano emocional que se ve sobrecargado y dejamos de lado partes esenciales como la libertad.
LIBERARSE DEL PASADO
Retomando las líneas del apego, muchas veces pasa que nos encariñamos con los objetos porque nos recuerdan una vivencia feliz o a alguien que estimamos mucho. El minimalismo nos recuerda que todos esos momentos vividos están en una y no en los objetos, que lo mejor es centrarse en el presente y planear un futuro para no seguir prestando atención al pasado.
SIMPLE Y ORDENADO
Cuando tenemos demasiados muebles, adornos, accesorios y demás objetos sin utilidad el ambiente se puede sentir sobrecargado, perdemos tiempo ordenando y limpiando, y es más probable que nuestros espacios se vean desordenados con facilidad.
¿LO NECESITO O SOLO LO QUIERO POR CAPRICHO?
Esta es una pregunta que deberíamos hacernos cada vez que tenemos el impulso de comprar algo. El minimalismo valora el autocontrol respecto al consumo, promueve ser inteligentes a la hora de gastar nuestro dinero en cosas materiales, y en el caso que se decida comprar algo, este debe reemplazar un objeto que teníamos con anterioridad y que ya no cumple con su función. La intención siempre es evadir la acumulación.
¿CÓMO LLEVAR UN ESTILO DE VIDA MINIMALISTA?
Todas tenemos esas prendas guardadas en el closet que no usamos pero mezquinamos, muebles, objetos, incluso electrodomésticos que no cumplen ninguna función en nuestra rutina diaria, el minimalismo invita a que nos “liberemos” de todo esto que sobra en nuestras vidas, ya que el apego a lo material nos vuelve de alguna manera esclavos.
Sus creadores lo definen como una herramienta que sirve de catalizador para deshacernos de los excesos y, mediante él, llegar a la felicidad, la libertad y la realización personal.
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Un llamado a los afectos
- Por Marcelo Pedroza
- Psicólogo y Magíster en Educación.
- mpedroza20@hotmail.com
La declaración de afecto construye vínculos. Es una sintonía esencial para convivir. El mundo necesita afecto, no hostilidad. Karen Horney (1885-1952), psicóloga y psicoanalista alemana naturalizada estadounidense, debido a su propia experiencia en su niñez, abordó el estudio de los efectos de la hostilidad en los niños.
Al reprimir lo que sienten, lo que quisieran manifestar con lo que ven de los adultos, y ante la necesidad de ser atendidos, desplazan esos sentimientos hostiles en contra de su propio yo. Las consecuencias son inevitables, no solo en esa edad bella de la vida, también lo serán en las distintas etapas de su existir.
Cuando el niño no puede exponer su enojo, su dolor, para evitar ser ignorado, reprendido o sujeto a cualquier situación desagradable, ese niño, y lo más triste es que no lo puede saber en ese momento, siembra inconscientemente su propia angustia. Sufre. En vez de ser un niño feliz es un niño infeliz. Duro.Triste.
En una niña, todas las niñas. En un niño, todos los niños. Es la niñez una etapa maravillosa para crecer. Entonces, aquella niña llamada Karen supo lo que es el dolor. Las circunstancias particulares que vivió en el seno de su familia las pudo contar, las compartió y de aquel tiempo hizo un mejor devenir, se transformó en una referente en el abordaje del desarrollo de la personalidad, su teoría la practicó e hizo del universo personal de quienes fueron sus pacientes, un posible testimonio de superación.
“Los malos tratos y la traición abundan por la misma razón por la que en nuestra civilización es tan raro que el amor sea un afecto genuino”, escribió Horney. Dando lugar a lo que consideró la angustia básica, la que describió como una sensación de ser pequeño, insignificante, indefenso, abandonado, puesto en peligro en un mundo de abuso, engaño, ataque, humillación, traición y envidia.
La identificación de ese ambiente hostil era frecuente, aunque no era inevitable ni universal, expresaba Horney; por lo tanto, hay en esa manifestación un ápice de esperanza, un llamado a la responsabilidad de los padres y una ferviente vocación de defensa de los derechos de la niñez.
Entonces ante un mundo hostil, un niño se esfuerza en tratar de entender, de callar, y ante la rigidez de ese actuar, ante esa necesidad de aproximación a la vida misma, nacen las necesidades neuróticas, y en vez de vivir, sobrevive.
La profesora Horney sostuvo que la personalidad neurótica es regida por una o más de diez tendencias neuróticas, constituyéndose estas en estrategias asociadas para satisfacerlas, entre ellas se encuentran: la necesidad neurótica de poder, de controlar y de una fachada de omnipotencia, la necesidad neurótica de explotar a los demás y obtener lo mejor de ellos, la necesidad neurótica de admiración personal, que implica una imagen exagerada del yo o una necesidad de ser admirado, generada por el yo imaginado; la ambición neurótica de logro personal y la necesidad neurótica de perfección e invulnerabilidad, creando sentimientos de superioridad sobre los otros.
En una sociedad hostil, hay tantas preguntas vinculadas con lo expuesto, hay tantas respuestas; las voces, las miradas, las interpretaciones convocan a dar lo mejor de cada uno, para que desde la enorme diversidad de presentes, se produzcan conexiones orientadas hacia el bienestar del ser humano.
Es que lo social fluye desde lo singular. Es uno el que desde su más profundo andar puede transformar una sensación de hostilidad en una acción repleta de compasión.
Es tan delicado vivir, el cuidado debe ser intenso, tanto como el que debe darse a un bebé, a un niño o a una anciana. Cada uno puede construir ambientes impregnados de afecto, ese es un viable legado existencial.
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Slavoj Žižek: el filósofo del caos contemporáneo
- Gonzalo Cáceres
- Foto: Gentileza
Slavoj Žižek es un filósofo, psicoanalista, sociólogo y crítico cultural esloveno dueño de un inconfundible estilo que conjuga elementos del marxismo, la dialéctica hegeliana y el psicoanálisis lacaniano.
Provocador y sin filtros, hizo importantes contribuciones a la crítica contemporánea con obras como “El sublime objeto de la ideología”, “Bienvenidos al desierto de lo real” y “Violencia”, siendo acreedor de múltiples premios y un lugar de privilegio en importantes círculos académicos.
Nacido en 1949 en Liubliana (cuando Eslovenia aún era parte de la antigua Yugoslavia), Žižek ejerció de profesor invitado en instituciones de renombre como las universidades de Columbia, Princeton, Michigan y la New School for Social Research de Nueva York.
En 2012, una reseña de Foreign Policy lo llamó una “celebridad filosófica”, al tiempo de incluirlo en su lista de los cien mejores pensadores globales. Toda una revista académica, el International Journal of Žižek Studies, se fundó para comprender su trabajo.
Actualmente dirige el ala internacional del Instituto Birkbeck de Humanidades de la Universidad de Londres.
PENSAMIENTO
“El problema no es que la gente no entienda la realidad, sino que no soporta imaginarla de otra forma”.
Žižek ilustra sus supuestos sobre el capitalismo, la ideología y el poder con referencias de la cultura popular como las películas. Por ejemplo, todavía es recordada la entrevista cuando explicó el funcionamiento del capitalismo a través de “The dark knight”, al mostrar cómo la figura del Guasón encarna lo “real” y cómo Batman representa la “ideología” que necesita del “caos” para reafirmar el “orden”.
Este filósofo utiliza el humor y la ironía para estimular reflexiones sobre la política, que es su campo de especialidad. En este sentido, la “ideología” que, según su visión, opera en la sociedad actual a pesar de que ya no estamos en una época de corrientes tradicionales (como el comunismo o el liberalismo clásico), aduciendo que el capitalismo se presenta como natural, inevitable y deseable, lo cual oculta sus aspectos opresivos y destructivos.
Žižek retoma la frase “ellos no lo saben, pero lo hacen” y la amplía a “ellos lo saben, pero aun así lo hacen”, mostrando cómo incluso con conciencia de las estructuras ideológicas seguimos atrapados en ellas (y hasta preferimos convivir con ellas).
“El cinismo es la ideología de hoy: todos sabemos que el sistema es injusto, pero seguimos actuando como si no lo supiéramos”, dijo.
ENFOQUE
Su enfoque le hizo explorar la forma en que los deseos y las fantasías inconscientes de los individuos –y las colectividades– alimentan las estructuras de poder y el consumismo, dando a entender que existen “nuevas formas de subordinación”.
A su entender, el sujeto humano está irremediablemente dividido, siempre en conflicto entre lo simbólico, lo real y lo imaginario, porque la idea del “Yo” coherente es una ficción ideológica; lo real es la fisura, la falta.
Así también, en su libro “Violencia” distingue entre la violencia visible (crimen, terrorismo) y la violencia estructural (pobreza, exclusión), que el sistema produce pero invisibiliza, sosteniendo que a las personas “nos escandaliza la violencia subjetiva, pero ignoramos la violencia sistémica”.
POLÉMICAS
Žižek también jugó su parte en la política de Europa del Este con una postura crítica frente a la izquierda, a la que acusó de ser demasiado complaciente con las contradicciones del sistema capitalista.
Para el filósofo la política no es solo objeto de reflexión, ya que se presentó como candidato a presidente de su país en las primeras elecciones de la era democrática, a inicios de los años 90, pero no ganó.
Y, en una suerte de Foreman vs. Ali de la filosofía contemporánea, Žižek mantiene un ida y vuelta con el célebre intelectual Noam Chomsky, quien –en clara alusión a su persona– habló de “filósofos posmodernos oscurantistas” que “juegan con palabras sin aportar nada útil”.
Žižek respondió acusando a Chomsky de ser un “ingenuo” respecto al funcionamiento de la ideología, y de reducir la política a “hechos verificables sin entender los mecanismos simbólicos y psíquicos que sostienen el poder”.
APARIENCIA
El trabajo de Žižek ha sido blanco de los movimientos progresistas por sus críticas al multiculturalismo liberal, al que considera “una forma de mantener la desigualdad estructural” bajo la apariencia de “respeto a la diferencia”.
Leer a Žižek es como entrar a una sala donde suenan al mismo tiempo una clase de filosofía, una película de ciencia ficción y una sesión de psicoanálisis. Es seguir a un pensador que mezcla alta teoría con cultura pop sin pedir permiso.
A veces parece que se desvía, que se va por las ramas, pero de repente lanza una frase que atraviesa todo y revela el núcleo oculto de la idea. Su estilo es vertiginoso, lleno de humor y paradojas, pero detrás del desorden hay un método: empujar al lector a ver más allá de lo evidente.
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Extraordinarios universos
- por Marcelo Pedroza
- mpedroza20@hotmail.com
Socializamos, crecemos, construimos, hacemos y honramos la vida. Es silencioso el camino de las realizaciones, surge desde el sonido indescriptible que traen las noches, como también nace en los recorridos de los amaneceres, que avizoran la puesta de los sueños. En esas corrientes, que develan la proximidad entre uno y el universo, se constituyen los descubrimientos que impulsan a ahondar por los senderos de lo cotidiano.
Santiago Montserrat-Esteve (1910-1994), psiquiatra catalán, a la hora de abordar la estructuración de la personalidad sana, expuso, en 1969, que la egostasis o equilibrio del yo personal está en función de la interacción dinámica equilibrada de la sensorio o perceptastasis (función reguladora del equilibrio entre yo y el mundo exterior) y la homeostasis (función reguladora del equilibrio del medio interno), configurando las dos el yo psicológico y el yo corporal, respectivamente.
En la sociabilidad fluyen los vínculos, se destacan los dones personales, se multiplican las acciones que tienen como destino el crecimiento del otro. Es en esa tarea en donde el concepto del equilibrio se aproxima a su punto ideal, ese que solo puede percibirlo, sentirlo y vivirlo el que lo experimenta a través de sus propias conductas, en ellas la otredad, es la máxima expresión, aunque paradójicamente sea la fuente sustancial de la autorrealización.
Es contundente la manifestación recíproca entre la estima personal y la valoración del prójimo. Aquello identificado como el medio interno y el mundo externo. Hay silencios que unen esos extraordinarios universos. Incluso puede haber temporales que profundizan las convicciones personales, que develan las auténticas misiones y al paso de las tormentas, enseñan a disfrutar de las lloviznas de la vida.
Ambos caminos, tanto íntimo como público, desde los pensamientos hasta lo conductual, están impregnados por los aprendizajes transitados, por las lecciones recibidas, por las pérdidas vividas, por los sucesos acontecidos, además de las cimas alcanzadas y los anhelos logrados; es alucinante entender la vida como una maravilla natural, por lo tanto, su cuidado integral es trascendental.
En lo sensorial fluye la capacidad de representar lo que se vive, sonidos especiales, imágenes singulares, sensaciones inspiradoras, un abanico de vitales recursos se encuentran en el conjunto de la humanidad. De lo innato y lo aprendido se retroalimenta el pasaje terrenal.
Es admirable la manifestación de lo auténtico, la naturaleza es por excelencia una fuente ejemplar. En ella puede inspirarse la vida, y al contemplarla, iniciar el acceso hacia la enorme composición de las particularidades que nutren la existencia de cada ser.
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Sueños… siempre los sueños
- Ricardo Rivas
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
El Día Mundial del Sueño se celebra el viernes anterior al equinoccio de otoño, en el hemisferio sur, para concienciar sobre la importancia de un sueño saludable para mejorar la calidad de vida. No obstante, todo indica que crece el número de hombres y mujeres que dicen tener problemas para dormir.
“I have a dream...” (Yo tengo un sueño). Esas cuatro palabras resonaron con la fuerza de millones de personas que forzaron sus gargantas para hacerse oír en aquel mundo de entonces que era mundial y para nada global. Washington era el lugar desde donde Martin Luther King Jr. se hizo escuchar en el nombre de todas y todos aquel 28 de agosto de 1963.
El sol caía a plomo. El verano sofocaba. Entre 200 y 300 mil personas rodeaban el monumento a Abraham Lincoln. Los derechos civiles era el sueño. El reverendo King lo sabía y lo dijo, pero era lo que cada oprimido y oprimida soñaba para poner fin a la histórica violación masiva de los derechos humanos en los Estados Unidos, donde negros y blancos no eran sujetos sociales en condiciones de igualdad ante la ley.
Los supremacistas blancos padecían y padecen aquellas palabras como pesadilla. “Sueño”, para la Real Academia Española (RAE), es una “cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, (es un) proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse”.
¿Será así? Claramente, definir, significar o, más aún, producir sentido son cosas bien diferentes. Pero sueño también es el “acto o la gana de dormir”... o acaso son aquellos “sucesos o imágenes que se representan en la fantasía de alguien mientras duerme”. La palabra siempre presenta y (re)presenta. Por ello, sueño también puede ser “proyecto, anhelo, deseo, aspiración, ensueño”. Los sueños son una suerte de constante en la historia de la humanidad que, pese a todo, no deja de soñar ni de soñarse. No existe “ensueño angustioso y tenaz” alguno que pueda con los sueños. Que pueda derribarlos.
PESADILLAS
Si se llama pesadilla a la “presión del corazón y dificultad de respirar durante el sueño”, sin miramiento alguno me animo a significar el sueño como una forma de hiperoxia vinculante con el buen dormir que en modo alguno tiene sinonimia con la idea de dormir bien. Los sueños atraviesan las civilizaciones. Casi veinte años atrás, en el Museo de Antropología de Ciudad de México, un guía explicó que “para los mayas soñar era la apertura de un portal para llegar a otros mundos, donde estar más cerca de los dioses y de los ancestros”.
Aquel experto, mientras que con un grupo de colegas periodistas que en América Latina trabajábamos para la agencia de noticias Xinhua, recorríamos ese centro cultural y educativo, detalladamente, sobre la maqueta de una vivienda familiar como las que eran comunes en aquella civilización originaria, explicó que antes de dormir hombres y mujeres “limpiaban exhaustivamente el lugar donde habrían de descansar. Inmediatamente después esparcían incienso de copal para que la recámara se purificara. Luego, en el punto exacto donde apoyarían la cabeza al acostarse –siempre orientada hacia el este, hacia la renovación que llega con cada amanecer– colocaban trozos de jade o de cuarzo para protegerse. Finalmente, en algún lugar de ese recinto, ofrendaban a los dioses con alimentos y/o bebidas”.
En la cultura maya, siempre según aquel experto cuyas palabras atesoro en la memoria, “el sueño es el momento preciso en que el cuerpo se separa del espíritu para vivir una vida completa, mantenerse vivos y ver con el alma aquello que no es posible de entender con la mente”.
PRÁCTICA SOCIAL
En ese contexto, describió como una práctica social milenaria en los pueblos mayas el “preguntar cada mañana si soñaste”. Explicó también que “a niñas y niños se los alentaba para que soñaran y, más aún, para que contaran sus sueños porque pueden traer anuncios que el pixán (espíritu en maya yucateco) desentrañará para saber sobre el futuro cercano”.
¿Tenían pesadillas?, pregunté. “Sí, y las interpretaban como una llamada de atención para limpiar el pixán, para sanar, para alejarse de lo malo que hubo, que hay o podría haber en el entorno familiar o personal”.
Sueños… siempre los sueños. Alguna vez, durante una sobremesa en Oslo después de compartir un exquisito estofado de reno con colegas periodistas y luego de repetidos skål (expresión tal vez equivalente a salud en el instante de un brindis) cuando el descanso ya era una demanda física inevitable, un viejo y hospitalario mesonero explicó que en la cultura nórdica la creencia es que con algunos sueños se puede predecir el futuro y saber sobre el destino.
“Entre los vikingos –explicó también– el futuro se presenta como una especie de tapiz que en cada caso es tejido artesanalmente por las Nornas que, según la mitología, marcan el destino de hombres y dioses”.
Se cuenta por aquellas alejadísimas tierras para quienes habitamos en el sur del sur que culturalmente los sueños se asumen como vías de comunicación con otros mundos, con deidades, con antepasados, con espíritus diversos que, en algunos casos y situaciones particulares, bendicen a quienes sueñan.
REVELACIÓN ONÍRICA
“Desde siempre se cuenta que Bjorn, uno de los pioneros en Islandia, obviamente campesino y colono, durante un sueño recibió el mensaje de un espíritu que le aseguró prosperidad para él y su pueblo. Inmediatamente, decidió quedarse allí con su rebaño de cabras y, desde entonces, es conocido como Goat-Bjorn”, explicó el mesonero.
Sueños... siempre los sueños. Entre los griegos Hýpnos (sueño), es hijo de Nix (noche) que lo concibió sin intervención humana junto con su hermano gemelo, Tanatos (muerte). Los que se conocen como poetas latinos aseguran que Sueño vive en una profunda caverna al interior de una montaña donde jamás llegan ni habrán de llegar los rayos del sol. De Nix también se asegura que engendró una multitud de Ensueños (óniros) –”a los que dio a luz sin acostarse con nadie”– y conforman una “tribu alada de mil hermanos que duermen plácidamente en una caverna ubicada en el inframundo”. Sueños… siempre los sueños.
No fue un día más el viernes que pasó. Definitivamente, no. Desde su inicio. Exactamente a las 6:48 de esa mañana, salió el sol. Un par de calandrias, sin embargo, cantaban desde unas dos horas antes desde las ramas de un enorme cedro azul que reina en el parque de Posta Tachuela, en el barrio La Florida de Mar del Plata, unos 1.725 kilómetros al sur de mi querida Asunción. Por ellas estaba bien despierto. Un rato después, Alexa me confirmó, como lo hace cada día, que la llegada del otoño parece adelantarse. Unos segundos después me recordó que cada 14 de marzo –desde 2008– es el Día Mundial del Sueño.
Desde la pantalla del teléfono inteligente Constanza Cilley, directora ejecutiva de la consultora Voices, después de contarme y aportar información sobre los resultados de una encuesta de alcance global para saber cómo duermen los que duermen en nuestra insomne aldea global, me dice que “los datos (recolectados en este país) reflejan una realidad preocupante (porque) el 66 % de la población (argentina) admite que ha sacrificado horas de sueño por el uso de pantallas” y puntualiza que ese dato “nos ubica entre los países más afectados por este fenómeno en el nivel global”.
Dejé de escuchar a las calandrias que, a pesar de mi desatención, continuaban con el gorjeo porque, como lo aseguraba doña Juanita, nuestra querida abuela, “nos avisan que pronto cambiará el tiempo y hará frío”. La ciencia la desmiente, pero, así y todo, el viernes último, junto con el canto del sinsonte, la temperatura se desplomó.
INTERFERENCIA EN EL DESCANSO
Cilley precisa en su reporte que la afectación en el sueño “es particularmente alarmante entre las mujeres y los jóvenes de entre 18 a 24 años, ya que son quienes presentan los mayores niveles de impacto” y enfatiza que con “urgencia (es necesario) generar mayor conciencia sobre los efectos (que el) uso excesivo de la tecnología (afecta en) el descanso y (por ello es preciso) promover hábitos más saludables para mejorar la calidad del sueño”.
El #DiaInternacionalDelSueño fue impulsado por la Asociación Mundial del Sueño (WASM) para, justamente, concienciar sobre la relevancia que tiene un sueño saludable para mejorar la calidad de vida.
“El sueño es fundamental para el bienestar general, pero nuestros hallazgos muestran que cada año más personas están teniendo dificultades para dormir”, sostiene Richard Colwell, presidente de Worldwide Independent Network (WIN), quien además en tono de advertencia precisó que “el aumento de los problemas de sueño es una señal de alerta que no debe ser ignorada” porque, después de entrevistar a 34.946 personas en 39 países, asegura que “la calidad del sueño está en declive” y que esa situación es “una preocupante tendencia global”. Todo indica que crece el número de hombres y mujeres que dicen tener problemas para dormir. Voices y WIN reportan que “el 62 % de las personas afirman que duermen bien en la edición 2025 de la encuesta global. Esto quiere decir que lo hacen “siempre/ con mucha frecuencia o regularmente”.
Por su parte, quienes dicen tener problemas para dormir “aumenta constantemente” y detalla que “en los últimos cuatro años la secuencia es desde el 35 % en 2021 hasta el 38 % en 2025 entre entrevistados que manifiestan que rara vez, casi nunca o nunca duermen bien”.
TENDENCIA PREOCUPANTE
Las y los analistas consideran que se trata de una tendencia “especialmente preocupante” porque “en 35 de los 39 países analizados, más de una cuarta parte de la población dice tener problemas de sueño”.
En ese contexto, destacan que “Hong Kong registra el indicador más alto con un alarmante 59 % de personas con mala calidad de sueño, seguido de Chile (56 %), Brasil (52 %) y Turquía (51 %)”.
Por el contrario, resaltan que “solo cuatro países presentan menos de un cuarto de su población con dificultades para dormir” y detallan que son ellos “Indonesia (23 %), Paraguay (19 %); Vietnam (15 %) e India (15 %)”.
A la hora de buscar las causas de esos indicadores sociales, las y los pesquisantes coinciden en que “el mal descanso es un problema que afecta a todos los segmentos sociodemográficos en todos los países”, aunque “ciertos grupos (aparecen como) más vulnerables” porque “los factores sociales y personales influyen en la calidad del sueño” por múltiples causales. la hora de buscar las causas de esos indicadores sociales, las y los pesquisantes coinciden en que “el mal descanso es un problema que afecta a todos los segmentos sociodemográficos en todos los países”, aunque “ciertos grupos (aparecen como) más vulnerables” porque “los factores sociales y personales influyen en la calidad del sueño” por múltiples causales.
“El desempleo –se ejemplifica en el reporte al que tuvo acceso #ElGranDomingo– tiene un impacto significativo” porque “el 47 % de las personas sin trabajo responden que tienen problemas para dormir bien”.
La información además da cuenta de que son “las mujeres, las personas de entre 35 y 64 años y aquellas con menor nivel educativo las que responden que tienen un descanso más deficiente”.
COMBINACIÓN COMPLEJA
Por todo ello, el informe de Voices y WIN sugiere que “la calidad del sueño está determinada por una combinación compleja de factores sociales, económicos y personales”, por lo que “se hace necesario analizar más profundamente sus causas”. Pero, más allá de tal sugerencia, entre los motivos del problema puntualizan que se encuentra “el tiempo frente a las pantallas (que señalan como) un factor clave en la falta de sueño” porque “la mitad de la población mundial (52 %) reconoce que se ha quedado despierta hasta tarde usando el teléfono o la computadora siempre/con mucha frecuencia, regularmente o a veces”.
Asimismo, destacan que en el segmento social que se constituye “entre los jóvenes de 18 a 24 años, las cifras se disparan (porque) siete de cada diez consultados admiten que se desvelan por el uso de la tecnología siempre, con mucha frecuencia, regularmente o a veces”.
Consignan como dato “curioso” que “este comportamiento se incrementa con el nivel educativo”. La pesquisa global concluye que “en 28 de los 39 países analizados, no menos de la mitad de la población consultada declara que su calidad de sueño se ve afectada por la tecnología” y detalla que los más afectados son Marruecos (78 %), Chile (77 %), Malasia (72 %), México e India (69 %), Grecia (68 %) y Argentina (66 %)”, por lo que sugieren como “urgente necesidad” desarrollar políticas públicas para “monitorear la relación entre el uso de la tecnología y la salud del sueño, especialmente en las generaciones más jóvenes”.
Sueños… siempre, desde siempre, los sueños. Aunque con algunas novedosas interpretaciones que, en ciertos casos, procuran ser motivacionales. John Baldoni, educador y entrenador ejecutivo que interviene en el desarrollo de los liderazgos, habla y diferencia entre sueños y visiones. Explica que “si bien las visiones se componen de sueños, los sueños no son visiones (porque) son fantasías (en tanto que) las visiones son directrices”. Y va por más. Define que “los sueños son divagaciones de la imaginación”; los describe como “nubes imaginarias en el cielo” y, desde esa percepción, sostiene que “las visiones son esfuerzos planificados para lograr el cambio (que) ocurren (tanto) a nivel personal (como) organizacional”.