La buena alimentación es fundamental para fortalecer el sistema inmune. Esta debe ir acompañada de actividad física para evitar que cualquier enfermedad lo afecte. Foto: Ilustrativa
La buena alimentación es fundamental para fortalecer el sistema inmune. Esta debe ir acompañada de actividad física para evitar que cualquier enfermedad lo afecte, especialmente el COVID-19. La recomendación principal es controlar las porciones que se consumen.
El Dr. Pablo Peña mencionó que en primer lugar se debe entender que en una buena alimentación debe haber diversidad y mucho color. Aconsejó consumir hasta cinco porciones de frutas por día, preferiblemente las de estación. En el caso de los diabéticos, consultar e ingerir la cantidad que le recomienda su médico de cabecera.
Explicó que el exceso de la carne roja genera un desequilibrio a nivel de la microbiota del intestino, lo que genera un aumento de la protobacteria que son inflamatorias.
“Eso inflama el hígado y aumenta la interleucina 6, que también sube con el COVID-19, manteniéndose un estado inflamatorio, que puede ser peligroso en pacientes que consumen mucha carne”, expresó en comunicación con HOY.
Para entender mejor, el doctor detalló que la microbiota o flora intestinal son millones de bacterias que viven dentro de cada organismo y que están relacionadas con la nutrición. “Personas con poca flora intestinal se inflaman. Se ve que el coronavirus afecta mucho y de forma grave justamente al grupo conformado por personas diabéticas, obsesas y ancianos”, explicó.
El especialista reiteró que el secreto está en diversificar la alimentación y no comer siempre lo mismo, para evitar tener una microbiota pobremente diversificada, ya que eso inflama el cuerpo y debilita el sistema inmune. En ese orden, recomendó también consumir ensaladas verdes con diversas hortalizas (lechuga, rúcula, perejil, zanahoria, cebolla, repollo, remolacha, entre otros).
Indicó que no se deben eliminar los alimentos hechos a base de trigo o harina, a menos que se reciba una orden médica, sino que deben reducirse las porciones, además de consumir proteínas (pollo, pescado, carne) y evitar también las grandes cantidades. “El exceso de proteína también puede hacer mal”, especificó.
Alimentación y actividad física
Por su parte, el Dr. Atilio Castillo también recomendó una alimentación balanceada, acompañada de actividad física y mucha agua.
“No hay alimentos prohibidos, el secreto es consumirlos en la medida justa. Tratar de consumir menos azúcar, en el almuerzo puede ir una porción de proteína (pescado, pollo, carne), vegetales (ensaladas) y carbohidratos (arroz, fideo) pero en porciones controladas y casi lo mismo para la cena”, expresó en comunicación con GEN.
Para fortalecer el sistema inmune, aconsejó consumir alimentos naturales y evitar en lo posible los procesados, gaseosas y los dulces.
El profesor José Antonio López, del departamento de Psicobiología y Metodología en Ciencias del Comportamiento de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ha destacado el vínculo entre el estilo de vida, la alimentación y la salud física con las emociones y ha hecho hincapié en la importancia de la socialización durante las comidas, pues comer acompañado se vincula con un mejor bienestar emocional.
“Comprender cómo la socialización influye en nuestra relación con la comida es clave para entender los posibles beneficios de seguir una dieta equilibrada y saludable, así como para ayudar a las personas a alcanzar un bienestar integral”, ha señalado en su ponencia durante las Jornadas Internacionales de Nutrición Práctica de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación (SEDCA).
Aludiendo a diversos estudios, López ha recomendado la dieta mediterránea como un modelo de alimentación equilibrada y, más allá, como un estilo de vida. En este sentido, ha apuntado que, además del consumo de productos de temporada y cercanía, también da importancia a la socialización y la práctica de ejercicio físico diario.
“Una dieta saludable se refleja directamente en nuestro estado de ánimo”, ha explicado el experto, puntualizando además que los desequilibrios nutricionales no solo afectan al humor, sino que pueden derivar en problemas de salud más graves.
Así, el profesor ha insistido en la idea del equilibrio y el bienestar integral y ha reiterado que cada persona debe cultivar “pequeños placeres” en su día a día, como pueden ser practicar un deporte de su agrado o compartir una cerveza y un aperitivo con amigos y familiares.
Respecto al consumo moderado de bebidas fermentadas dentro de una dieta equilibrada, López ha remarcado la importancia de disfrutar de la cerveza en un contexto social y con moderación. En esta línea, ha recordado que las cantidades máximas recomendadas son 200-300 ml al día para mujeres y 400-600 ml al día para hombres adultos sanos.
La “piedra angular” para prevenir enfermedades cardiovasculares
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El estilo de vida y la dieta son la “piedra angular” para prevenir las enfermedades cardiovasculares y reducir sus factores de riesgo, siendo necesarios no solo los avances científicos y tecnológicos, sino que se debe tener como base la intervención individual y comunitaria, tal y como se desprende de un documento presentado ayer jueves por la Sociedad Española de Asteriosclerosis (SEA).
En los últimos seis años se han publicado más de 8.200 trabajos sobre dieta mediterránea, lo que ha permitido “perder el mito” de que solo las dietas bajas en grasa son buenas, tras lo que el presidente de la SEA, Carlos Guijarro, ha resaltado que España cuenta con el “privilegio de la cultura” de la dieta mediterránea, que sí es rica en grasas, y que es el “patrón idóneo” para prevenir las enfermedades cardiovasculares.
El médico de familia y miembro de la SEA Carlos Pascual ha resaltado que el aceite de oliva virgen extra es la grasa “más saludable” por sus beneficios a nivel cardiovascular, mientras que ha recomendado no usar los aceites de girasol, maíz o soja. Según el texto presentado, es aconsejable consumir cinco raciones al día de frutas y verduras, siendo preferible su variedad y que sean tanto de temporada como de proximidad, de forma que se reduzca su huella de carbono.
En cuanto a las patatas, deben servirse en platos mixtos con verduras, carnes o pescado hasta tres veces por semana; los cereales refinados, como el pan o el arroz blanco, han tenido controversia por aumentar el índice glucémico, pero, si se combina con otros alimentos, esto no ocurre por producirse una más lenta absorción, por lo que es “absolutamente recomendable” tomarlos acompañados.
Los frutos secos deben consumirse a diario o, al menos, tres veces por semana por una cantidad de 30 gramos o “lo que quepa en tu puño”, aunque siempre crudos y sin sal, pues permiten reducir el riesgo cardiovascular y son una fuente de proteínas y grasas saludables. El consumo de pescados y mariscos, por ser “muy ricos” en ácidos grasos y otros nutrientes, pueden ser consumidos hasta tres veces por semana, siendo recomendable que dos de estas raciones sean pescado azul, y en sustitución a la carne.
La guía también recoge la recomendación de dos raciones diarias de lácteos, tanto desnatados como enteros, y evitando los azúcares añadidos. A pesar de que los zumos de fruta sin azúcares añadidos gozaban de “mala” fama, ahora se ha demostrado que no son nocivos. En cuanto al cacao, es importante fijarse en que tenga una presencia de al menos un 70 por ciento, recomendando hasta 30 gramos diarios del mismo; los especialistas han considerado igualmente beneficioso tomar hasta cinco tazas de café al día, sin azúcar añadido.
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A pesar de las grandes controversias que ha provocado el consumo de huevos en los estudios, cocinarlo con aceite no se relaciona con un mayor riesgo cardiovascular y, si bien la yema tiene mucho colesterol, “no es tan nocivo como se pensaba”, y se trata de una fuente de proteína y de otros nutrientes de “primera calidad”. Legumbres como las alubias, los garbanzos o las lentejas, que son alimentos tradicionales en la cocina española, aportan beneficios a la salud cardiovascular si se consumen entre dos y tres veces por semana.
En el caso de las carnes, estas pueden consumirse hasta cuatro veces por semana, aunque han recalcado que es preferible la carne blanca a la roja, y retirando “toda la grasa que se pueda”. Además, han desaconsejado el consumo de embutidos y otros productos ultraprocesados. Del mismo modo, las nuevas carnes vegetales siguen siendo alimentos procesados, por lo que no están recomendados y “de momento no están considerados saludables”.
Esta recomendación se relaciona con la sal, que es uno de los alimentos que más influyen de forma negativa en la salud cardiovascular, razón por la que han aconsejado limitar su uso a cinco gramos diarios, además de promover alternativas como el zumo de limón, hierbas aromáticas, especias o ajo.
Si bien han desaconsejado el consumo de las bebidas alcohólicas por ser perjudiciales, sí han señalado que bebidas fermentadas como la cerveza o el vino son los menos dañinos para el organismo, siempre en consumo moderado y recalcando que el mejor consumo “es cero”.
El documento también deja “malparadas” a las bebidas azucaradas, pues incrementan el riesgo de obesidad, diabetes y de las enfermedades cardiovasculares; sustituir estas bebidas por aquellas con cero azúcar en favor de edulcorantes tampoco es beneficioso, destacando que también aumentan el riesgo de diabetes y de enfermedades cardiovasculares.
Foto: Archivo
Huella de carbono
Por su parte, el investigador emérito IDIBAPS Emilio Ros ha reseñado que “seguir una dieta vegetariana o de base vegetariana, como la mediterránea, puede reducir la huella de carbono en un 10 por ciento”, además de permitir alimentar “a mucha más gente” con las mismas superficies de cultivo. Ros ha citado un estudio de ‘Lancet’ que coloca a España como el país con mayor protección de esperanza de vida para 2040, algo que ha relacionado con el seguimiento de la dieta mediterránea.
Según el mismo texto, el factor dietético con mayor responsabilidad de fallecimiento por cualquier causa a nivel mundial es la ingesta excesiva de sal (tres millones), seguida de la baja ingesta de cereales integrales (tres millones), la baja ingesta de fruta (2,5 millones), una dieta baja en frutos secos y semillas (2 millones), una dieta baja en verduras (1,5 millones) y un bajo consumo de pescado (1,5 millones).
Por último, ha aseverado que la Inteligencia Artificial puede “revolucionar” las ciencias de la nutrición, y es que el desarrollo de aplicaciones de reconocimiento visual podría detectar de forma “inmediata, precisa y completa” de todos los alimentos y nutrientes de la dieta, incluso en platos combinados.
El dato que muchos desconocen: qué pasa con la grasa cuando se adelgaza
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Una de las consecuencias más evidentes de perder peso en la báscula es la reducción de grasa corporal. Pero ¿qué ocurre exactamente con esa grasa? ¿A dónde va? ¿Se transforma en energía? ¿Se elimina por el sudor o la orina? Aunque existen muchos mitos al respecto, la ciencia lo tiene claro: gran parte de la grasa que perdemos la acabamos exhalando al respirar.
La bióloga y divulgadora en redes sociales Mafer (@virtualdiva en TikTok) ha explicado este proceso en un vídeo con tono claro y didáctico. Y aunque parezca sorprendente, su explicación tiene todo el respaldo de la bioquímica: cuando perdemos grasa, la mayor parte se transforma en dióxido de carbono (CO2) que eliminamos a través de los pulmones.
En condiciones normales, el cuerpo utiliza la glucosa como principal fuente de energía. Pero cuando entramos en déficit calórico -es decir, cuando consumimos menos calorías de las que gastamos-, el organismo empieza a tirar de sus reservas. Y esas reservas, explica Mafer, son principalmente grasa acumulada en el tejido adiposo.
Ahí es donde comienza el cambio metabólico: las moléculas de grasa (triglicéridos) se descomponen en componentes más simples, como glicerol y ácidos grasos, que viajan por la sangre hasta las células que necesitan energía. Es entonces cuando se inicia un proceso complejo de reacciones químicas conocido como betaoxidación, que culmina en la producción de tres cosas:
CO* (dióxido de carbono), que se elimina al respirar
H*O (agua), que se elimina por la orina, el sudor o incluso la respiración
ATP, la molécula energética que permite que el cuerpo funcione
Mafer pone un ejemplo muy gráfico: una sola molécula de grasa con 16 átomos de carbono puede generar hasta 106 moléculas de ATP, 16 de CO* y 46 de agua. Es decir, la grasa no “desaparece” ni se convierte en músculo, sino que se transforma en energía y subproductos que el cuerpo elimina.
El dióxido de carbono, que se genera como parte del proceso, pasa a la sangre, llega a los pulmones y se expulsa al exhalar. Así que, cuando haces ejercicio o estás en déficit calórico, una parte de la grasa que pierdes literalmente la estás “respirando” fuera de tu cuerpo.
Uno de los mitos más extendidos es que la grasa se pierde a través del sudor, cuando en realidad el sudor solo refleja la pérdida de agua para regular la temperatura corporal. Aunque parte del agua generada al metabolizar la grasa sí puede salir por el sudor, la verdadera vía mayoritaria es la respiración, como explica un estudio publicado en 2014 en la revista médica The British Medical Journal, por los investigadores Ruben Meerman y Andrew Brown, que calcularon que más del 80% de la grasa perdida se exhala en forma de dióxido de carbono.
La OMS mantiene abiertas todas las hipótesis sobre el origen del covid
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¿Fuga en un laboratorio o transmisión animal? Después de tres años y medio de investigaciones, el origen del covid sigue siendo un misterio según la OMS, que lamenta la falta de información proporcionada por China.
La pandemia de covid-19 provocó millones de muertos -20 millones según la Organización Mundial de la Salud (OMS)- y estratos en la economía mundial.
Los primeros casos conocidos de la enfermedad surgieron a finales de 2019 en la ciudad china de Wuhan, donde está ubicado un instituto de virología conocido por sus investigaciones sobre los coronavirus.
Para muchos expertos entender el origen del covid es fundamental para aplicar contramedidas eficaces en el futuro y evitar nuevas pandemias.
“Todas las hipótesis deben permanecer sobre la mesa, incluida la propagación zoonótica y la fuga en un laboratorio”, declaró el director de la OMS el viernes tras la presentación de las conclusiones de un informe de expertos encargados de examinar el origen del covid.
Tedros Adhanom Ghebreyesus añadió que China les “envió información, pero no toda la solicitada”.
La larga investigación realizada a cabo por el Grupo Consultivo Científico de la OMS sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO) no permite esclarecer su origen.
“Nada se concluye con certeza absoluta”, reconoció María Van Kerkhove, epidemióloga estadounidense que dirige el departamento de Prevención y Preparación ante Epidemias y Pandemias de la OMS.
La pregunta de si el covid-19 se escapó accidentalmente de un laboratorio o si se propagó de un animal al ser humano sigue sin respuesta.
Una gran parte de la comunidad científica se inclina por la hipótesis de una transmisión al ser humano a través de un animal intermedio, probablemente infectado por un murciélago.
Fuga en un laboratorio
Pero la hipótesis de la fuga en un laboratorio, que en un momento fue tachada de teoría conspirativa, ganó popularidad recientemente en Estados Unidos. Agencias como el FBI o el Departamento de Energía la apoyan ahora con distintos niveles de certeza.
Incluso la Casa Blanca publicó en abril una versión revisada de su información disponible en su sitio de internet sobre el covid-19 que promueve esta teoría como el “verdadero origen” del virus.
La principal agencia de inteligencia de Estados Unidos, la CIA, también estimó en enero “con un bajo grado de confianza, que un origen de la pandemia de covid-19 relacionado con investigaciones es más probable que un origen natural”.
China califica esta hipótesis de “extremadamente improbable”.
En 2021 una misión de expertos designada por la OMS y enviada a China durante un mes pareció descartar la hipótesis de que el virus se hubiera escapado del instituto de virología de Wuhan.
Pero esa misión solo pudo entrar a China más de un año después del inicio de la epidemia, ya que Pekín se mostró muy reacio a permitir su llegada.
Sus conclusiones fueron recibidas con precaución e incluso escepticismo, especialmente en Estados Unidos.
La OMS solicitó a China “el acceso a cientos de secuencias genéticas de personas infectadas con covid-19 al inicio de la pandemia, información más detallada sobre los animales vendidos en los mercados de Wuhan, así como datos sobre los trabajos realizados y las condiciones de bioseguridad en los laboratorios de Wuhan”.
Pero “hasta la fecha, China no compartió esta información ni con SAGO ni con la OMS”, afirma la organización en un comunicado.
Dado que gran parte de la información necesaria para evaluar la hipótesis de una fuga en un laboratorio no fue transmitida a los expertos, “esta hipótesis no pudo ser ni estudiada ni descartada”, explicó la presidenta de SAGO, Marietjie Venter, ante los periodistas.
Los expertos también solicitaron información sobre este asunto a otros países, “incluidos Alemania y Estados Unidos”, pero tampoco obtuvieron respuesta, subrayó.