El cambio climático es una realidad cuyos efectos sentimos día a día con las alteraciones del clima: frío intenso, olas de calor, tormentas, inundaciones, sequías y sus respectivos efectos.
- Por Carolina Vanni
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- Fotos: Archivo
“¡Por fin hace frío! A mi edad prefiero este clima. Me abrigo y estoy bien. Cuando hace calor no sabemos ni qué ponernos, salimos afuera y el sol quema”, dice Mercedes Lagraña, de 71 años, quien creció con las estaciones del año bien definidas. Ella es hipertensa y dice que en invierno está mejor, pero los médicos advierten sobre el aumento de las probabilidades de infarto en personas hipertensas en los días fríos.
En julio el invierno se hizo sentir en Paraguay con una semana de temperaturas muy bajas. En Pilar el termómetro marcó 0,2 °C, en San Juan Bautista, Caazapá y Paraguarí se registraron temperaturas de 1 °C, por citar algunos. El mes de agosto también registró varios días fríos.
Mercedes está en su casa tomando mate con su hija Melissa (41) y reflexiona: “El invierno de ahora ya no es tan frío”. Mientras, su hija le recuerda que mucha gente no tiene cobijo y que, quizás, es mejor que no baje tanto la temperatura: “Para ellos no debe ser agradable el frío”, le dice.
Para los días con temperaturas menores a 10 °C, la Secretaría de Emergencia Nacional tiene habilitados albergues para las personas en situación de calle. El frío golpea por igual y no todos tienen las mismas condiciones de abrigo, de transporte y de vida, por lo que muchas familias con recursos limitados deben soportar las bajas temperaturas en precarias condiciones.
INVIERNOS CÁLIDOS
El cambio climático es una realidad cuyos efectos sentimos día a día con las alteraciones del clima: frío intenso, olas de calor, tormentas, inundaciones, sequías y sus respectivos efectos. Paraguay emite 62 millones de toneladas de carbono, según el último inventario de 2019, lo que representa el 0,09 % a nivel global.
“Las alteraciones se manifiestan en eventos extremos, el frío extremo y el calor extremo. No podemos mirar solo Paraguay, hay que ver qué ocurre en el resto del mundo”, comenta el director de Cambio Climático y Políticas de WWF Paraguay, Óscar Rodas. Él atribuye a La Niña este invierno seco y frío, además de lamentar la falta de sistemas que puedan prevenir sobre el comportamiento del clima a largo plazo.
Paraguay sufre los efectos de la crisis del clima al ser un país en desarrollo, lo que hace que el día a día de la gente sea más penoso, afectando la calidad de vida y poniendo en peligro la producción primaria, lo que incide en la economía y en la seguridad alimentaria de la población.
Mercedes recuerda que en su juventud las primeras heladas venían a finales de mayo. Y su memoria es buena, pues el “Estudio del clima en Paraguay”, una investigación científica de Benjamín Grassi, resalta que en los últimos 30 años aumentó 1,5 °C la temperatura media en el país.
Por la inestabilidad climática, los inviernos se volvieron cálidos y aunque este año se registraron varios días fríos no fue por mucho tiempo. Esta es la característica del invierno paraguayo en los últimos 10 a 15 años: amaneceres y noches frescas, pero días agradables, señaló Eduardo Mingo, titular de la Dirección de Meteorología e Hidrología. En los años 2021 y 2020 se han tenido valores bastante bajos, pero “el invierno de este año mostró un frío persistente”, lo que resulta más llamativo, sostiene Mingo. Mercedes recuerda que aproximadamente hasta 1990 los desfiles estudiantiles con carrozas y flores que se realizan en setiembre por la llegada de la primavera tenían lugar todavía con temperaturas muy bajas. Dice que los meses de julio y agosto eran muy fríos y ella caminaba 5 km para ir a la escuela. “Llegaba con los pies congelados. Si había helada, iba más despacio, parecía que no podía moverme”, rememora.
ALTERACIÓN CLIMÁTICA
Mingo explica que la percepción de “normalidad” cambió, pero que no se debe confundir “lo normal con lo típico” al indicar que “lo normal es el frío en esta época del año”. “Este año se registraron algunas temperaturas extremas, al igual que en 2021 y 2022, incluso récord para un día, pero pronto volvió el calor”, asevera.
El clima ha cambiado tanto que “la alteración de las corrientes de viento de alto nivel en la atmósfera hace que el frío polar no se manifieste en los polos, sino en otras zonas del planeta”, como ocurrió recientemente en Argentina, donde hizo más frío que en la Antártica, explica Rodas.
Aunque las bajas temperaturas en Paraguay no sean “paralizantes” como en otros puntos del planeta, cuando se presentan tienen su impacto porque la gente ya no está acostumbrada. Este año se dieron varias jornadas frías, sumadas al cielo nublado y la lluvia, que resultaron en días intensos para mucha gente.
La gente consumió más calorías e hizo menos ejercicio al aire libre, acudió menos a los eventos sociales, aumentaron las enfermedades respiratorias agudas, afectando especialmente en los extremos de la vida: niños menores de 2 años y mayores de 60 años edad, además de las personas alérgicas.
La Dirección de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud informó que el virus sincitial respiratorio es el más común, seguido de los casos de influenza AH3N2. Pero no son los únicos virus que circulan, también están el SARS-CoV2, influenza, metapneumovirus y otros.
QUÉ HACER
La Convención Marco de Cambio Climático de 1992, de la que Paraguay es parte, anima a los Estados a reducir las huellas de carbono, a cooperar en investigaciones y tecnología para proteger los sumideros de gases de efecto invernadero.
La Ley N° 5875 “De cambio climático” establece un marco general normativo para planificar y responder, de manera urgente, adecuada, coordinada y sostenida, a los impactos del cambio climático. Mientras se fomentan comunidades más resilientes, la meta global de Paraguay es 20 % de reducciones con base en el comportamiento de las emisiones proyectadas al 2030.
“Pretender que una actividad no genere emisiones es imposible. El punto es cómo vamos a desarrollar esas actividades con la menor cantidad de emisiones y cómo podemos compensar: reforestación, mejores sistemas de reutilización de ciertos productos, etc.”, explica Ethel Estigarribia, directora de Cambio Climático del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades).
Una iniciativa bajo el “paraguas de cambio climático” es la provisión de agua a las comunidades del Chaco, donde el Mades, junto con el PNUD, están proveyendo de tanques de 5.000 litros a las familias indígenas de Alto Paraguay y Boquerón.
La titulación de los espacios de áreas silvestres y protegidas también forma parte de la política aplicada para atender la problemática. “Con la titulación de esos espacios les damos soberanía y protección jurídica”, asegura Ethel Estigarribia.
ACCIONES QUE SUMAN
Aunque la mayor responsabilidad para mitigar los efectos del calentamiento global está en manos de las autoridades, a quienes debemos exigir el cumplimiento de los acuerdos y metas, cada uno puede aportar su grano de arena desenchufando los electrodomésticos en desuso, evitar la quema de basura, usando racionalmente el agua, evitando tirar basura en los raudales, reciclando y reutilizando materiales, entre otras acciones.