Este domingo, Toni Roberto evoca la figura de Nuchy Marini Scavone, pintora y la primera publicista paraguaya, que realizara en su época emblemáticas campañas que quedaron en la memoria de muchas generaciones.
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
¿Quién dijo que todo está olvidado?, parafraseando al gran poeta y músico Fito Páez. Cuando Fátima Martini me planteó el desafío de viajar al desván del pasado para recordar a Nuchy Marini Scavone, me remonté a las veces que me encontraba con ella. María Constancia, conocida popularmente como Nuchy, me decía “vos sos mi hijo” por el cariño que le tenía a mi padre, con quien trabajó décadas en el viejo Laboratorios Catedral. Lo siguiente, ¿cómo analizarla?, ¡tamaño trabajo! ¿Como publicista o como artista? Yo prefiero simplemente llamarla Nuchy, aquella señorita que fuera criada por sus abuelos maternos, Laviero Scavone y Constancia Blasco, en la vieja Villa Scavone de la avenida Mariscal López y 22 de Setiembre, en los límites entre Ciudad Nueva y Las Mercedes.
NUCHY MARINI Y EL LOGO BINACIONAL
Por el camino, sus compañeras del Colegio Teresiano la recuerdan como una mujer de avanzada. A los 17 años estudió con el acuarelista Torné Gavaldá, con quien salía a recorrer para retratar Asunción. Luego, muy pronto, se convirtió en la primera mujer publicista del Paraguay, habiendo ganado el concurso para la realización del primer logo de la Entidad Binacional Yacyretá, donde compitió con más de 1.000 participantes, 100 paraguayos y 800 argentinos. Como quedó desierto el primer lugar y habiendo ganado el segundo puesto, se constituyó en virtual triunfadora de esa selección binacional. Recibió el premio en Buenos Aires de la mano de Zoilo Rodas Ortiz, director paraguayo de la entidad de aquellas épocas.
LAS TERESIANAS 1959
Las anécdotas son incontables y los archivos cuidados celosamente por su amiga Cristina Martinessi están amarillentos, pero bien conservados. El elenco de sus compañeras del Colegio Teresiano de la promoción 1959, al que accedimos gracias a Stella Pasmor Figueredo de Andrada y William Paats, a continuación lo publicamos in extenso: María Eloisa Bellassai, María Elena Buongermini, Denice Carvallo, Lucila Chenú, Edda de los Ríos, M. Esther Esculies, Fanny Feliú, Norah Ferrari, Irma Hetnsholek, Ángela Matteucci, Julia Matteucci, M. Teresa Morales, Stella Pasmor, Josefina Pirovano, Elisa Quevedo, Beatriz Rodríguez Alcalá, Teresa Sánchez, Gladys Schussmuller, Mirta Torres, Julia Vidal, M. Teresa Zárate y Zunilda Zarza. Además, contiene una foto artística en el tobogán del colegio, que hoy es imagen principal de estas páginas.
NUCHY, PIONERA Y PINTORA
Pero volviendo a esa vida entre publicista y artista, ¿podríamos llamarla simplemente creativa? Sí. Sus campañas de Stil Diva, la primera publicidad paraguaya hecha en cine. Aquella hermosa señorita llamada Giselle que llegaba en un tranvía a las escalinatas de una villa italianizante llamada Amada, sobre la avenida Mariscal López, donde se maquillaba. Las campañas de esta y otras varias marcas paraguayas con el tiempo quedaron en la memoria de muchas generaciones. El trabajo para empresas internacionales como Marlboro o la producción de los primeros programas en vivo del antiguo Canal 9, conjugadas con su vuelta al mundo pictórico en 1986 en los talleres de Olga Blinder, una obra en la que se nota, de manera inmediata, una maduración interior, en silencio. A partir de aquel año es interminable el trabajo artístico de Marini Scavone con la realización de muchas muestras individuales y colectivas en importantes centros de arte de Asunción.
DESDE LA AMADA Y ODIADA TECNOLOGÍA
Al final de este artículo termino con la misma frase que empecé este domingo: ¿quién dijo que todo está olvidado? El rescate de la obra de cuatro mujeres paraguayas del siglo XX poco estudiadas, cuya punta de lanza fue la obra de Carmen Dora Pérez, seguida de la de Beba Caballero e Irma Barreto de Gorostiaga, a la que la llamamos la artista pop del barrio San Roque. Todo esto acercado por la amada y odiada tecnología, aglutinadas en las páginas digitales que la antropóloga y artista Fátima Martini nos propone en el mundo telemático.