Aunque no dejaron monumentos ni construyeron grandes ciudades como otros pueblos precolombinos, los guaraníes han dejado una rica tradición oral que no le va a la zaga a las grandes creaciones universales, además de legarnos valiosos conocimientos en materia de zoología y botánica.
- Por Arnaldo Casco Villalba
- arnaldo.casco@nacionmedia.com
- Fotos AFP
Para la cultura guaraní, la palabra (el lenguaje humano) lo es todo. Por ello, los estudiosos definen a los guaraníes como la “civilización de la palabra”. Muy especialmente para los mbyá, la palabra no se diferencia del alma humana, sino que juntas forman una misma esencia (palabra-alma), que es la que se encarna cuando un ser humano nace. Por eso, la idea de resucitar, en mbya, se dice “eepy”, que literalmente significa “rescatar el decir”, esto es, la vida vuelve si vuelve la palabra.
Los extraordinarios conocimientos de los que disponemos sobre la profundidad filosófica y belleza lírica de esta lengua se los debemos al antropólogo León Cadogan, autor de la compilación “Ayvu rapyta. Textos míticos de los mbyá-guaraní del Guairá”, una obra sin la cual, al decir del estudioso jesuita Bartomeu Melià, “el espíritu humano habría sido más pobre”.
Esta cultura guaraní, sabia, espiritual, profunda, que valora y respeta la naturaleza, con la que vive y convive en plena armonía, es la que ha sido vehiculizada desde hace miles de años a través de la rica, armoniosa, profunda y sabia lengua guaraní que nuestros ancestros nos han heredado a través de la transmisión de generación en generación.
Por todo esto, y por varias otras razones más que trataré de resumir en las siguientes líneas, el idioma guaraní debe ser siempre un motivo de orgullo para todos los paraguayos.
LA CONQUISTA
Tras la llegada de los conquistadores españoles en tierras americanas, hace más de 500 años, la provincia del Paraguay fue el único caso donde “la lengua de los vencidos se convirtió en la lengua de los vencedores”, como graficara alguna vez la situación el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Es decir, para la evangelización y gobierno de la población nativa –y mestiza posteriormente–, los españoles tuvieron que aprender el guaraní. Esto debido a la resistencia de los nativos a aprender el español, pues para los guaraníes perder la lengua hubiera implicado perder el alma misma.
El rol protagónico de las mujeres indígenas en el proceso de crianza de los hijos que tuvieron con los españoles jugó un papel fundamental para la conservación del guaraní en esos primeros años de mestizaje durante la Colonia. Fue tal la vitalidad del guaraní en aquellos tiempos que se convirtió en la lengua de uso normal en los ámbitos formales e informales, tanto en la oralidad como en la escritura.
Tras la Independencia –por motivos de los que no nos ocuparemos en este artículo–, el guaraní pierde el carácter de lengua escrita oficial y posteriormente incluso sufrió campañas de discriminación e incluso proscripción.
UN LEGADO QUE PERDURA
Sin embargo, estos hechos –aunque dejaron secuelas que siguen perdurando hasta hoy– nunca lograron su objetivo, que era eliminar para siempre el idioma.
Fueron cuantiosos los defensores y promotores de la lengua, que cultivaron su uso y difusión en distintos ámbitos. El guaraní unió a nuestro pueblo en situaciones extremas, tales como las dos guerras internacionales que enfrentó el Paraguay (la guerra contra la Triple Alianza y la guerra del Chaco) constituyéndose incluso en una herramienta estratégica para cifrar las comunicaciones secretas.
En Paraguay el guaraní nunca dejó de ser la lengua popular, la lengua de las conversaciones corrientes, afectivas, aquellas que nos unen con nuestra gente. Es el idioma que nos conecta con nuestra forma de ser, con nuestras costumbres y tradiciones, con nuestra historia.
El guaraní nos hace únicos a los paraguayos, nos acerca, nos cohesiona, nos identifica y nos diferencia del resto del mundo. Muchos compatriotas incluso aprendieron a hablar la lengua estando fuera del país, porque entendieron que el elemento más importante que nos conecta con nuestras raíces, sin importar la distancia, es el guaraní.
De hecho, esta lengua es admirada y estudiada por miles de personas en el mundo entero. El extranjero se queda maravillado cuando escucha a alguien hablar guaraní, porque es un idioma musical, expresivo, dulce y posee una entonación particular que gusta al oído.
En este mundo globalizado en que nos toca vivir, no podemos soslayar la importancia de aprender otra u otras lenguas, ya sean nacionales o extranjeras, porque manejar un nuevo idioma, aparte de permitirnos conocer nuevas culturas, nos otorga múltiples oportunidades.
No obstante, si hay algo que no podemos permitir como sociedad es que esto se dé en detrimento de nuestra mayor herencia cultural, que es la lengua guaraní.
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Chichén Itzá: un viaje a través de la historia y la arquitectura maya
- Por David Sánchez (texto y fotos)
Chichén Itzá, situado en la península de Yucatán, al sureste de México, es uno de los sitios arqueológicos más importantes de la civilización maya. Este vasto complejo arquitectónico, que data del periodo Clásico Tardío al Posclásico Temprano (600-1200 d.C.), ofrece una visión fascinante de las prácticas religiosas, funerarias y astronómicas de los mayas.
Cada estructura en Chichén Itzá tiene una historia que contar, y juntas proporcionan una comprensión más rica y compleja de esta antigua civilización.
Chichén Itzá es particularmente famosa por el Templo de Kukulcán, una pirámide escalonada que fue reconocida como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno el 7 de julio de 2007, gracias al voto de millones de personas en una iniciativa privada.
El dios principal de Chichén Itzá es Kukulcán, la versión maya de Quetzalcóatl, el dios serpiente emplumada del panteón tolteca. Este dios simboliza el conocimiento, el viento, el agua y la vida, y su influencia se ve en muchos aspectos de la arquitectura y los mitos de Chichén Itzá.
Una de las anécdotas más fascinantes de Chichén Itzá es el espectáculo que ocurre durante los equinoccios de primavera y otoño. En estos días, al atardecer, las sombras proyectadas sobre la escalera norte del Templo de Kukulcán crean la ilusión de una serpiente descendiendo de la pirámide. Este fenómeno demuestra el avanzado conocimiento astronómico de los mayas y su capacidad para integrar la ciencia en su arquitectura.
EDIFICIOS NOTABLES
Además de la pirámide de Kukulcán, Chichén Itzá alberga otros edificios notables como los que detallamos a continuación.
Cerca del castillo se encuentra el gran juego de pelota, con una longitud de 168 metros y una anchura de 70 metros. Flanqueado por dos muros altos, cada uno adornado con esculturas y relieves detallados que narran escenas del juego y sus significados rituales. En el centro de cada muro hay un anillo de piedra colocado a gran altura, a través del cual los jugadores debían pasar la pelota, una tarea extremadamente difícil debido a la altura y las dimensiones del aro.
La leyenda cuenta que dos líderes rivales, ambos reclamando el derecho al trono, decidieron resolver su disputa a través de un juego de pelota. El equipo del gobernante legítimo ganó el partido de manera espectacular, y el líder perdedor fue sacrificado en un acto que consolidó el poder y la autoridad del vencedor. Este relato refleja cómo el juego de pelota estaba entrelazado con la política y la religión, sirviendo como un medio para resolver conflictos y reafirmar la estructura social.
Más alejado tenemos el Osario, o Tumba del Gran Sacerdote, que es uno de los edificios más complejos de Chichén Itzá. Construido sobre una cueva, incluye un tiro vertical que desciende a 10 metros de profundidad, donde se encontraron restos óseos y artefactos. Su arquitectura, similar a El Castillo pero más elaborada, presenta frisos con representaciones de pájaros mitológicos y relieves de guerreros. Este edificio, fechado en el año 998 d. C., añade una dimensión temporal significativa a su importancia histórica.
Otra de las edificaciones importantes es el Conjunto de la Casa Colorada, ubicado entre el Grupo del Osario y Las Monjas, que se destaca por sus inscripciones jeroglíficas que detallan rituales de fuego y eventos importantes, proporcionando valiosa información sobre la vida política y religiosa de Chichén Itzá. Este conjunto incluye varias estructuras, como la Casa del Venado, y estaba delimitado por una muralla.
CONOCIMIENTOS ASTRONÓMICOS
No podemos olvidar el Caracol, conocido como el Observatorio, que refleja la avanzada comprensión astronómica de los mayas. Sus ventanas registran las puestas del sol en los equinoccios y el solsticio de invierno, y la torre circular con una escalera en espiral demuestra su uso para la observación de los movimientos celestes, fundamentales para la cosmovisión y ceremonias mayas.
También tenemos el Arco de Acceso al Conjunto de Casa Colorada y el marcador de juego de pelota recientemente descubierto, lo cual subraya la importancia del juego de pelota en la cultura maya, con inscripciones que datan de finales del 800 d. C.
Por otro lado, la Casa Colorada, conocida también como Chichanchob, es una estructura con inscripciones jeroglíficas que detallan eventos relacionados con rituales de fuego, destacando su importancia ceremonial. El Edificio de las Monjas, con tres niveles y numerosos cuartos, fue nombrado así por los conquistadores españoles debido a su semejanza con un convento. Alberga dinteles con escritura jeroglífica y fragmentos de pintura mural que muestran escenas de conflictos armados, subrayando su uso ceremonial.
Otro templo es el de los Tableros Esculpidos, con sus paneles que muestran escenas de numerosos personajes, animales y plantas dominados por guerreros, evidencia ceremonias relacionadas con el fuego. El Mercado, con un patio hundido y un sistema hidráulico, refleja una posible función ceremonial y su importancia en la vida comercial y religiosa de Chichén Itzá.
FUNCIÓN PÚBLICA Y CÍVICO-RELIGIOSA
Cerca del castillo nos sorprende el Palacio de las Columnas Esculpidas, que con su rica decoración y amplio espacio interior reflejaba la complejidad de la red de intercambio comercial de Chichén Itzá, subrayando su función pública y cívico-religiosa.
El Templo de los Guerreros, justo al lado del castillo, con sus pilares y relieves de guerreros y prisioneros, muestra el poderío militar de Chichén Itzá, subrayando su función como centro de ceremonias y simbolismo de poder.
Por un camino recto desde la cara norte del castillo llegamos al mítico Cenote Sagrado, principal centro de peregrinación y sacrificio, refleja la profunda conexión entre lo terrenal y lo divino en la cosmología maya.
Estos son solo unos ejemplos de elementos a visitar en Chichén Itzá. Cada estructura, cada inscripción y cada artefacto nos ofrece una ventana al pasado, permitiéndonos comprender mejor la riqueza cultural y espiritual de los antiguos mayas.
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La sanación a través de la palabra
Al cumplirse 48 años de la fundación de Alcohólicos Anónimos Paraguay, La Nación/Nación Media habló con tres referentes de la organización respecto a una enfermedad que destruye familias y a la sociedad misma, así como respecto a la labor que vienen realizando en nuestro país para ayudar a las personas que tienen el deseo y la voluntad de dejar de beber.
- Por Jimmi Peralta
- Fotos Gentileza / Cristóbal Núñez
Hace casi un siglo, Bill Wilson y el doctor Robert Smith abrieron un diálogo entre pares alcohólicos. La urgencia de poder resistir a una copa se convertía en palabras y escucha. Unidos por los mismos arrebatos y las mismas carencias, hallaron en el compartir una forma de llenar el tiempo y el espacio humano para poder posponer por un poco más las ansias de volver a beber alcohol. Así nacía Alcohólicos Anónimos en la ciudad de Akron, Ohio, Estados Unidos.
Con ese mismo principio, la palabra que sostiene el dolor y el tiempo del dependiente al alcohol germinó esta iniciativa en nuestro país, de las manos de la hermana Regina Sian. El pasado 23 de enero cumplió 48 años Alcohólicos Anónimos Paraguay, un espacio que pretende brindar una ayuda a las personas enfermas por el consumo de alcohol, a sus familias y, de esta manera, a la sociedad en su conjunto.
La psicóloga María Delia Delvalle, presidenta de la Junta de Servicios de Alcohólicos Anónimos Paraguay y especialista en trastornos derivados del consumo crónico de alcohol, explica cómo funciona el trabajo que vienen realizando para ayudar a personas y familias afectadas por esta problemática.
–¿Qué tipo de personería tiene AA?
–Alcohólicos Anónimos es una organización reconocida en más de 250 países en el mundo. Nace en 1935 en Ohio, utilizando una metodología de doce pasos que ha sido de comprobada eficacia en otras problemáticas como narcóticos, ludopatía, etc. Como reza el preámbulo de AA, es una comunidad de personas que comparten mutua experiencias y su deseo principal es el de dejar de beber.
SESIONES
–¿Cómo se denominan los espacios de encuentro de AA y en qué puntos del país se desarrollan esos encuentros?
–Se reúnen en sesiones llamadas grupos, autosustentados y autónomos, generalmente en lugares de concurrencia masiva como las parroquias. Están diseminados en gran parte del territorio nacional contando aproximadamente con 60 grupos.
–¿Tienen o reciben algún tipo de respaldo de la sociedad, sea del Estado o de algunas fundaciones?
–No reciben colaboración de ningún tipo, no tiene injerencia política con ninguna institución, tanto pública o privada.
–¿Qué protocolo de acción desarrollan dentro de AA?
–AA no ofrece terapias ni centros de rehabilitación. La modalidad de grupos de autoayuda es en sí misma terapéutica. En otros países hay evidencia comprobada de que la asistencia a los grupos favorece la adhesión a tratamientos clínicos.
LABOR
–¿Poseen algún tipo de registro o estadística respecto a la gente que asistió a las reuniones en estos años?
–No se llevan estadísticas. Quienes concurren no dejan registro de asistencia, pero el grupo sí lleva un registro de cantidad de asistentes.
–¿Y saben si el alcoholismo subió o bajó en proporciones o en algún rango de edades?
–Nos preocupa el aumento de consumidores muy jóvenes de alcohol. Muchos llegan a los grupos por orden judicial, pero difícilmente se quedan. De todos modos, la filosofía de AA queda en el participante y es bienvenido cuando así lo requiera. Estadísticas realizadas en el año 2017 por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) arrojaban datos de un aumento en el consumo en menores, mostrando un porcentaje de 50 % en niñas y niños, y edades muy precoces de aproximación al alcohol. Algunos contestaron que antes de los 11 años ya habían probado alcohol.
DEFINICIÓN
–¿Qué tipo de daños termina dejando en las personas y en la sociedad el consumo problemático del alcohol?
–El daño bio-psico-socio-familiar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) vincula más de 200 enfermedades relacionadas o subyacentes con el consumo de alcohol, los problemas de conducta son evidentes en cuestiones como violencia intrafamiliar y accidentes de tránsito. La atención de los afectados es un coste muy importante. La familia y su entorno son afectados emocional y económicamente. De hecho, se han hecho muchos trabajos en los que se ve los efectos a largo plazo en hijos de alcohólicos.
–¿Cuál es la definición médica o académica del alcoholismo?
–Intoxicación por consumo abusivo del alcohol. Por muchos años la visión social del borracho era aborrecible y de personas indigentes y desahuciados. Incluso actualmente cuesta posicionar al alcoholismo como una enfermedad, aunque la OMS en 1957 ya lo reconoció como una enfermedad bio-psico-social.
EL ANONIMATO
–¿Cuál es el sentido del anonimato en los grupos?
–El anonimato respalda a los miembros, y creo que les da un lugar sin juzgamientos y de encuentro con personas que pasan por lo mismo. El programa de los doce pasos es el corazón de la organización. La familia tiene su lugar también con los grupos para familiares y amigos, Al-Anon, donde también encuentran ese espacio de comprensión, independientemente a que su familiar enfermo participe o no en los grupos. Es muy importante conocer la enfermedad, cómo afecta al individuo y cómo lidiar con ciertas conductas. El enfermo es el hijo, esposo, amigo de alguien que sufre y desconcertantemente también hace sufrir a otros. Nosotros somos custodios no alcohólicos, no somos anónimos, y somos los únicos que podemos mostrar la cara en entrevistas.
–¿Es posible luchar contra el alcoholismo?
–El alcoholismo es una enfermedad crónica, progresiva, incurable y fatal. En el programa de Alcohólicos Anónimos mundialmente se cuenta con más de 2 millones de personas que han logrado dejar de beber y cambiar su calidad de vida, familias que han resignificado su vida. El programa es de comprobada eficacia y lo demuestran los casi 89 años de existencia.
“Jesús me dijo: ‘No temas. Es mi obra’”
La hermana Regina Sian es la fundadora y emblema de Alcohólicos Anónimos Paraguay. En charla con Nación Media, recordó el momento en que recibió el llamado para emprender esta cruzada de ayuda a las personas que necesitaban una voz de apoyo y ser escuchadas para salir del abismo en el que se encontraban.
“Estaba preocupada, limpiando alrededor del sagrario, limpiando con un trapo de lana y sale una voz, la de Jesús. Jesús me dijo: ‘No temas. Es mi obra’”, narra desde su más profunda fe la hermana Regina Sian sobre cómo terminó de asumir su llamado a hacer una luz para los enfermos de alcoholismo en todo el continente, siendo fundadora de muchas versiones de Alcohólicos Anónimos, incluyendo la de Paraguay.
Nacida en Formosa, Argentina, como religiosa de la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad de Don Orione, ella abrazó los votos que le correspondían: pobreza, castidad, obediencia y caridad. Pero ella no olvidó que desde que tiene memoria su idea era ser misionera en distintas partes del mundo.
Padeció ser lo que décadas atrás se denominaba hija natural, quedó huérfana de su padre a los 16 años, quien la criaba, y conoció a su madre a los 22 años. “Don Orione me abrió las puertas y así le agradezco”, señala quien a sus 92 años sigue trabajando y recibiendo gente todo el tiempo en la residencia que comparte con otras hermanas en Lambaré.
Entre su proceso de formación y su tarea misional vivió 12 años en España, donde trabajó con niños. Después la vida la llevó a cuidar a otros indefensos. “Mis niñitos enormes”, como señala respecto a las personas con problemas con el consumo de alcohol con los que trabajó por más de 50 años.
PREJUICIOS
En 1968 empezó en esta labor y para 1974 creó su primer grupo de Alcohólicos Anónimos en Paraguay en el contexto de una sociedad conservadora que llenaba de prejuicios y juzgamientos los espacios de reunión de los participantes.
“Antes el enfermo alcohólico era un mal nacido, un mal hombre, un mal padre, era el criminal en la calle. Cuando yo llego, traigo una nueva idea y hago otro Paraguay. El alcohólico es un enfermo. Necesita tratamiento y aquí está el tratamiento, alcohólico anónimo”, señala.
La hermana Regina habla sobre lo necesario y sanador de la palabra compartida entre pares. El alcohólico encuentra en las reuniones un espacio, la libertad del anonimato y la posibilidad de no ser juzgados.
“A veces hay que decirle a la familia que no se meta, porque no entiende que es una enfermedad, no muevan el avispero. ‘¿Por qué tomás? ¿Por qué hiciste? Me prometiste, me juraste. Dijiste que no lo ibas a hacer más’, esas son acusaciones. No es que le están ayudando, lo están acusando. La familia acusa cuando no sabe que esto es una enfermedad”, señala.
Con más de 50 años de labor, su mensaje llegó a miles a quienes ayudó creando espacios y trabajando sobre los doce pasos, a salvar familias y vidas. Sin embargo, no siempre la vida le pudo ofrecer un final feliz.
“El Señor me mandó a sembrar, no a cosechar, pero estoy viendo la cosecha, ves que es bueno conmigo, me hace ver la cosecha. Yo siembro, el Señor es el que riega y que hace crecer, no yo. Es que yo soy un micrófono solamente, el único que tiene poder en el mundo es el Padre”, sentenció.
RESISTIR
Los prejuicios de la sociedad en parte aún perduran. Por ello, la hermana Regina Sian sigue, a sus 92 años, difundiendo un mensaje religioso y de salud. La mirada de la sociedad sobre los espacios de AA ya ha cambiado; sin embargo, el Estado todavía no se hace cargo de que los enfermos por el consumo de alcohol tengan una atención integral en cada centro donde sea necesario, que es algo que reclama la religiosa.
Echada de distintos lugares, esta entusiasta religiosa fue mudando los espacios de reunión durante décadas, enseñando y ayudando mediante menaje de vida. Ese resistir a las adversidades hoy también le devuelve en frutos y afectos de aquellos que encontraron en ella un respaldo, entre ellos muchos que no la conocen personalmente.
“La relación entre el alcohol y la violencia es innegable”
El licenciado Óscar Patiño Riveros, vicepresidente de Alcohólicos Anónimos Paraguay, expresó su preocupación respecto a que esta enfermedad tiene la capacidad de exceder el daño individual y conlleva otros males que afectan a la sociedad.
“Es una enfermedad que afecta profundamente todos los estamentos, comenzando por la familia. Y cuando la familia es golpeada, las consecuencias son nefastas”, asevera.
Patiño es un custodio no alcohólico, y como psicólogo, periodista y abogado cuenta con una mirada holística de la situación.
“El consumo de alcohol nunca podrá ser evitado por completo, pero sí es necesario fomentar el consumo responsable para, de esta forma, mitigar las consecuencias negativas del alcoholismo, que es un flagelo a nivel mundial”, señaló.
“En cuanto a la comisión de hechos punibles que se cometen y en los que el alcohol tiene una innegable influencia, son varios. Por citar un caso que conozco muy bien, en el Ministerio de la Defensa Pública hay una unidad especial que atiende casos de violencia familiar. Allí el 90 % de las denuncias tienen algún condimento de alcohol. Generalmente, el agresor es alcohólico o simplemente está en plena carrera alcohólica”, agregó.
La realidad social muestra que los conflictos derivados del consumo de alcohol permean todos los estratos sociales y culturales de forma agresiva.
“La relación entre el alcohol y la violencia es innegable, van de la mano. Alcohólicos Anónimos del Paraguay como organización no guarda datos ni estadísticas, porque sus normas no lo permiten”, explicó.
El alcoholismo acarrea como resultado en muchos casos una exclusión social, afectiva y económica, fruto de una praxis social poco compartible.
“El alcoholismo no se cura. La palabra ‘terapia’ tiene una definición muy amplia. Lo que se hace en AA es fomentar la integración y el desarrollo de los grupos de autoayuda, donde el enfermo comparte con otros enfermos su problema y entre todos se ayudan para sobrellevar y sobrevivir al huracán que significa la enfermedad. El único requisito para esto es el deseo de dejar de beber”, subrayó el profesional.
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Polarización, la palabra del año
La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) ha escogido el término ‘polarización’ como su palabra del año 2023, debido a su “gran presencia en medios de comunicación y a la evolución de significado que ha experimentado”.
El término ‘polarización’ se ha impuesto al resto de candidatas, varias de ellas relacionadas con la actualidad, tecnología, el medioambiente o las catástrofes naturales, ya que las otras finalistas eran ‘amnistía’, ‘ecosilencio’, ‘euríbor’, ‘FANI’, ‘fediverso’, ‘fentanilo’, ‘guerra’, ‘humanitario’, ‘macroincendio’, ‘seísmo’ y ‘ultrafalso’.
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La entidad destaca que el uso de la palabra ‘polarización’ se ha extendido en los últimos años para aludir a situaciones en las que hay dos opiniones o actividades muy definidas y distanciadas (en referencia a los polos), en ocasiones con las ideas implícitas de crispación y confrontación. Según el Diccionario de la Lengua Española, polarizar es, entre otras cosas, orientar en dos direcciones contrapuestas, y en el Diccionario esencial se ofrece el siguiente ejemplo: ‘La guerra polarizó la sociedad’.
Además de su interés lingüístico, el otro motivo para la elección de este término ha sido su elevada presencia en los medios de comunicación durante los últimos meses. Aplicada a la política y al ámbito ideológico, al mundo deportivo, al debate en las plataformas digitales y, en general, a cualquier escenario en el que sea habitual el desacuerdo, la palabra polarización se ha extendido a lo largo de 2023.
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El término ‘polarización’ aparece recogida en el diccionario académico desde la edición de 1884 con la misma definición que tiene actualmente: ‘acción y efecto de polarizar o polarizarse’. No obstante, hace más de un siglo, polarización incluía la marca física, que indicaba que era un término restringido al lenguaje de esta ciencia, en relación con los polos.
Las anteriores ganadoras fueron ‘escrache’ (2013), ‘selfi’ (2014), ‘refugiado’ (2015), ‘populismo’ (2016), ‘aporofobia’ (2017), ‘microplástico’ (2018), ‘emojis’ (2019), ‘confinamiento’ (2020), ‘vacuna’ (2021) e ‘inteligencia artificial’ (2022).
Fuente: Europa Press.
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¿Una civilización desaparecida en lo profundo del Amambay?
Entre 1975 y 1979, un grupo de militares y exmilitares paraguayos junto con académicos venidos de la Argentina incursionaron en lo profundo del Amambay en busca de lo que, según la versión de un aventurero alemán, serían los vestigios de una antiquísima fortaleza vikinga. Esta es la historia de aquella desconocida serie de expediciones y de su peculiar líder, el controversial antropólogo francés Jacques de Mahieu.
- Por Gonzalo Cáceres
- Periodista
La saga vikinga inspiró auténticos ríos de tinta. Desde Escandinavia a Bizancio, pasando por el mar del Norte, el Mediterráneo, las islas británicas, Sicilia; sur, centro, este y oeste de Europa y la Rus de Kiev, entre otras tantas locaciones, aquel intrépido pueblo de guerreros y comerciantes se hizo a la mar con una determinación tal que expandió su influencia de la mano de sus veloces drakkars.
Pero no todo fue sangre, fuego y conquista; también descubrimiento y colonización. Los más antiguos registros hablan de nombres que llegaron a los puntos más recónditos del mundo conocido hasta entonces y a tierras nunca antes vistas.
Gracias al sitio de L’Anse aux Meadows, en la isla de Terranova, (provincia canadiense de Terranova y Labrador), se sabe que los vikingos llegaron a América al menos 500 años antes que Cristóbal Colón y se especula que este sería Vinland (la tierra descrita en las fascinantes sagas de Eric el Rojo y la de los groenlandeses).
Resulta imposible saber si estos hábiles navegantes consideraron –o pudieron– seguir más al sur del continente americano, recorrer las costas y buscar un lugar seguro donde pasar el invierno, o quizás instalarse, interactuar y mezclarse con la población local.
En este sentido, hay académicos que se aventuran a trabajar esta última posibilidad y esbozar osadas teorías. Uno de estos fue el polémico Jacques de Mahieu, férreo defensor de la presencia vikinga en la América precolombina.
JACQUES DE MAHIEU
Jacques de Mahieu nació a finales de octubre de 1915 en Marsella, Francia. Se sabe que durante su juventud se relacionó con movimientos de extrema derecha y habría actuado como informante del régimen de Vichy. Además, peleó contra los soviéticos al servicio de la Alemania nazi en la 33.ª División de Granaderos SS Voluntarios Charlemagne en las Waffen-SS.
Como –presunto– colaborador de los nazis durante la ocupación, De Mahieu sabía de los riesgos de permanecer en Francia y huyó a la Argentina a poco de concretarse la derrota de las potencias del Eje en la II Guerra Mundial. El francés echó raíces en suelo sudamericano. Ganó prestigio y se hizo de un lugar en los círculos de estudios antropológicos de Buenos Aires, escalando posiciones hasta llegar a los grandes salones universitarios, gozando de una importante reputación como graduado en filosofía y doctor en ciencias políticas y ciencias económicas.
Nuestro protagonista escribió al menos media docena de libros sobre las presuntas aventuras vikingas desde los helados páramos del norte del continente hasta la actual frontera entre Brasil y Paraguay.
Para entender a De Mahieu y las razones que le alentaron a arriesgar su vida en la calurosa selva paraguaya y enfrentarse a toda la comunidad convencional de científicos, primero se debe comprender la creencia que profesó.
IMPORTANCIA DE LA RAZA
De Mahieu mezcló ideas aristocráticas y nacionalistas, y centró sus estudios antropológicos y sociológicos en la importancia de la raza en la historia y la cultura. Se vio influenciado por el racismo científico y concibió teorías “reforzadas” con el esoterismo al abrazar lo referente a la “raza aria”, la piedra angular de la mitología nazi.
Así también, siguió la teoría del “nordicismo”, que se relaciona con la de la “raza aria” porque los nazis consideraban que la “raza nórdica” (vikingos y sus parientes) era la rama más superior de la “raza aria” (Herrenvolk).
Convencido de las grandes aventuras que solo los miembros de la “raza aria” podían emprender, se empapó de la capacidad de los vikingos para alcanzar, explorar y conquistar tierras lejanas y buscó cualquier indicio por estos lares que le sirviera para destacar la grandeza de los “arios”.
FRITZ BERGER
Poco se sabe del ingeniero alemán Fritz Berger. Cincuentón, obeso y dado al whisky, Berger recorrió Sudamérica sin establecerse en ninguna parte. Estuvo en Asunción durante la guerra del Chaco y prestó “muy buenos y leales servicios” al Ejército paraguayo al mando de uno de los talleres donde se reacondicionaban las armas capturadas del Ejército boliviano. Tras la contienda, emprendió la búsqueda de yacimientos petrolíferos en el estado de Paraná, Brasil, sin mucho éxito.
Su exploración lo llevó hacia la frontera con el Paraguay, donde “hizo descubrimientos de otra naturaleza” como ser “el mayor complejo rúnico del mundo”, o de lo que creyó eran runas vikingas.
Berger pasó tiempo con los nativos, los más antiguos habitantes de la zona, y se obsesionó con las runas al verse seducido por las historias de inimaginables tesoros y vestigios de un pueblo desaparecido, olvidado, entre versiones que recogió de sus charlas con los ancianos aborígenes.
“En aquel tiempo reinaba en la región un rey poderoso y sabio que se llamaba Ipir. Era blanco y llevaba una larga barba rubia. Con hombres de su raza y con guerreros nativos que le eran leales vivían en una gran aldea situada en la cima de un cerro. Disponía de armas temibles y grandes riquezas en oro y plata. Un día, sin embargo, fue atacado por tribus salvajes y desapareció para siempre. Así me lo contó mi padre, quien lo había oído del suyo”, anotó De Mahieu. Berger captó al entonces mayor Marcial Samaniego, quien de inmediato se interesó en las tradiciones orales.
Samaniego era por esos días el jefe del destacamento de la frontera. Como entusiasta de la etnografía, se mostró “muy interesado” en las supuestas marcas de origen nórdico que el alemán le describió. Así, Berger, en 1941, “obtuvo del Ejército la creación de la Agrupación Geológica y Arqueológica (AGA), que le contrató y donde trabajó dura y eficazmente”.
El ingeniero y Samaniego recorrieron la región y constataron “inscripciones y dibujos” en las rocas “que no era posible atribuir a los indios” y otros “numerosos vestigios de una civilización desaparecida”.
“Sus zapadores (del Ejército, al mando de Samaniego) desmontaron casi totalmente un cerro en cuya cima se hallaba una imponente muralla. Nadie, sin embargo, en el Paraguay dio mayor importancia a los resultados obtenidos”, escribió De Mahieu.
La AGA acabó disuelta en 1945 y Fritz Berger, “desalentado y enfermo”, se quedó en el Amambay hasta la guerra civil de 1947, cuando abandonó el Paraguay para morir al año siguiente en Dourados, Brasil.
A decir de De Mahieu, Berger no paró de hablar del “tesoro del Rey Blanco” del Amambay hasta el último de sus días, no sin sospechar que “los jesuitas ya lo habían encontrado antes”.
Por su lado, Samaniego utilizó el trabajo de Berger para continuar explorando, información que luego compartió con Jacques de Mahieu.
PRIMERA EXPEDICIÓN
De Mahieu había contactado a principios de 1975 con el “ex mayor Samaniego, ya entonces general de División y ministro de Defensa Nacional del Paraguay”, quien “no dudó en unirse al proyecto”.
Samaniego recibió a la comitiva encabezada por el francés en su despacho y “se dignó, en el curso de una larga audiencia, a darnos indicaciones tan precisas como prudentes sobre los sitios arqueológicos descubiertos 30 y pico de años antes, e insistió en el papel desempeñado, en ese entonces, por Fritz Berger”.
De Mahieu aseguró el apoyo del ministro con un primer recabamiento de datos, hecho dos años antes, en 1973, por colaboradores suyos que “constataron en el cerro Guazú un conjunto rúnico de 61 caracteres ya traducidos”.
Samaniego le reveló a De Mahieu los relatos que guardó de Berger y consideró desde el primer momento que “Ipir no era nombre guaraní”, pues se esforzó en vincularlo con el futhark, la lengua nórdica.
De Mahieu explica que la primera expedición tuvo como principal objetivo “estudiar la zona y los accesos” y entender “la finalidad de la siguiente expedición estipulada”. El equipo ingresó a Cerro Corá de la mano del teniente coronel Escobar, que ya conocía de antemano los trabajos realizados por la extinta AGA, 30 años antes, y del “casi ciego sargento López”.
“Gracias a ellos pudimos localizar el cerro del murallón y el muro del Aquidabán-Nigui, que se hallaba en el interior del Parque Nacional”.
SEGUNDA EXPEDICIÓN
La segunda incursión a Cerro Corá se realizó entre junio y julio de 1976. En esta ocasión, el equipo se nutrió con la participación del profesor Herman Munk, “runólogo del Instituto de Ciencias del Hombre”, que De Mahieu dirigía en Buenos Aires. También se les sumó el ingeniero Hansgeorg Bottcher, de la misma casa de estudios.
El grupo identificó un presunto “muro” en uno de los cerros, a razón de tener “una base natural”, pero sus laderas eran de “características diversas que permiten diferenciarla en tres grupos”. Según De Mahieu, un geólogo “nos confirmó que un fenómeno de este género solo puede ser obra de la naturaleza si se trata de una roca dura sometida a la acción de glaciares”, lo que avivó la llama de la curiosidad.
“Ningún movimiento geológico podría haber quebrado la roca con rigor de geómetra, ni tallado aristas vivas, ni respetado el alineamiento de los bloques que hubiera producido”, concluyó.
Localizado el “muro”, De Mahieu marcó la zona. Estaba convencido de que esa formación fue parte de la antigua fortaleza de “Ipir, el Rey Blanco”, del que tanto Fritz Berger le habló al ministro Samaniego.
Sin más provisiones pero con el entusiasmo de los primeros indicios, se levantó la segunda expedición con la firme esperanza de volver y excavar el presunto sitio arqueológico.
TERCERA EXPEDICIÓN
Para la tercera expedición, De Mahieu invitó al profesor paraguayo Vicente Pistilli, matemático e ingeniero y director del Instituto Paraguayo de Ciencias del Hombre, quien estaba fascinado por echar algo de luz sobre la historia precolombina del Paraguay.
Juntos, y con la anuencia de sus acompañantes, lanzaron la siguiente hipótesis: “El ‘murallón’ constituía parte de un recinto fortificado cuyos otros tres flancos estaban construidos con estacas, procedimiento que no ignoraban los vikingos”.
El grupo continuó la revisión a lo largo y ancho del cerro en cuestión, dando con cavernas, paredes y galerías repletas de dibujos y marcas, que De Mahieu interpretó “inequívocamente” como de “autoría aria” a razón de supuestas representaciones del dios nórdico (Odín) y de una amalgama de personajes mitológicos.
Los zapadores del Ejército paraguayo enviados por el ministro Samaniego trabajaron incansablemente, revelando “indicios de un túmulo que contenía un verdadero palacio subterráneo” en el Yvyty Perõ, otro de los sitios que despertó gran curiosidad en la misión, ya que se trataría de la tumba de “Ipir, el Rey Blanco”, como Berger describió.
Al término de la temporada, el equipo anotó “grandes descubrimientos” como “un túnel” en la base del “cerro del Murallón”, mismo que Berger, más de 30 años antes, ya dijo haber localizado y por el cual De Mahieu mantuvo a los zapadores “trabajando el mayor tiempo posible”.
EL TUPAO CUE DE TACUATÍ
La expedición dejó el bosque y llegó por último al pueblo de Tacuatí. Allí, tras una serie de movidas, De Mahieu y Pistilli obtuvieron la autorización para excavar la base de la iglesia, que habría sido levantada sobre, o con, las piedras y partes de un templo mucho más antiguo, de supuesta inspiración vikinga, al cual los locales se referían como el Tupao Cue.
“Los cimientos se constituyen de piedra labrada y, pues, se dejan notar los restos de gruesos pilares de madera, casi petrificada, algunos que llevamos de vuelta a Buenos Aires para estudiarlos. Los bloques, ajustados sin argamasa, están tallados con una precisión que supone el uso de herramientas de metal. Se ven, pues, alineamientos de gruesos cantos rodados, uno de los cuales llevaba el signo que corresponde al gebo (g) rúnico. Según testimonios varios, la base hubiese sido mayor de no ser por obra de los lugareños, que con el paso de los años han quitado las piedras para construir hornos para pan”.
De Mahieu escribió que estos indicios serían difícilmente refutables, ya que “los jesuitas jamás se instalaron en Tacuatí” y los restos del Tupao Cue tampoco son atribuibles a los nativos, “que no sabían trabajar la piedra”.
“El muro que desenterramos soportaba paredes hechas de troncos escuadrados, al estilo vikingo, lo que viene a explicar los gruesos pilares de madera que excavamos en el lado sur. Esta es una indicación sobre el origen ario del Tupao Cue”, indicó De Mahieu.
De Mahieu cerró su estadía en Paraguay con una última visita al ministro Samaniego, con el informe correspondiente, y volvió a la Argentina junto con todo su equipo. En los años siguientes, se dedicó a clasificar sus descubrimientos, divulgándolos a través del Instituto de Ciencias del Hombre de Buenos Aires. Algunas de las fotografías que se tomaron durante aquellos días fueron incluidas en el libro “El rey vikingo del Paraguay (editorial Hachette, 1979).