Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com - Fotos: gentileza

Este domingo Toni Roberto recuerda a la recientemente desaparecida artista María Alejandra García, a quien le había rendido un homenaje hace dos meses. La misma fue además colaboradora de estas páginas de “Cuadernos de barrio”.

Los recuerdos se convierten en presente cuando un ser muy querido parte y el pasado pareciera conjurar con la memoria para rememorar historias, algunas de hace más de 40 años.

El viaje que hacemos tiene todo que ver con los paseos urbanos que hacía en los años 80 con ella. Un championcito blanco, un desteñido vaquero Cone, una remerita mangas cortas con florcitas que de broche llevaba un moñito y por su puesto su cámara Nikon al cuello. Por mi parte, relatar mis historias de antaño contadas por mi bisabuela era todo lo que necesitábamos para caminar y hacer instantáneas de arquitecturas, muchas de ellas pasadas a mejor vida. Así era María Alejandra García, pintora, grabadora, docente y fotógrafa. Una larga explicación mía, en tanto que ella con cortas y concisas respuestas en alguna vieja esquina de la ciudad.

DESDE EL CARACOL A CATEURA

Con Alejandra García aprendimos a hacer un mundo distinto dando vueltas por los pequeños olvidados rincones asuncenos, esos que no se veían en aquella época. En muchas ocasiones los sábados por la noche salíamos a recorrer. Desde finales de 1983 nuestra zona preferida era la avenida Perón. Ya en sus últimos días le recordé: “Verdad, Ale, que nos gustaba caminar por la zona del Caracol”. Y ella me respondió sorprendentemente: “Sí, mientras algunos se divertían ahí con la música y el ruido nosotros disfrutábamos escuchando el sonido de los sapos y las ranas ahí cerca, en las proximidades de Cateura”.

Las anécdotas de las clases junto al maestro Lívio Abramo y Edith Jiménez en los años 80 son innumerables. Rescato una historia muy particular. Al salir antes de la hora, caminábamos por la calle Irrazábal y cruzamos la avenida Mcal. López y detrás nuestro salía nada más y nada menos que Edith Jiménez, que nos decía: “Yo sé a dónde se van ustedes”, refiriéndose a los talleres de Olga Blinder. Esas pocas palabras, de la gran grabadora latinoamericana, denotaba las diferencias entre una y otra artista, que con el tiempo, hoy, se convirtieron en archivo del anecdotario de las pequeñas historias urbanas asuncenas.

Los recuerdos van y vienen como una ancestral hamaca paraguaya, como el día que ganó el prestigioso premio Martel en 1990 con un jurado de la talla del argentino Jorge Glusberg. Nadie podía dar con ella porque no tenía línea baja. Entonces tuve que partir hasta “Mi chalet”, así rezaba la entrada del hogar de los García en los años 80, sobre, en aquella época, la silenciosa avenida Madama Lynch. Su emoción fue tan grande y pensando que era una “broma de Tinelli”, como decía ella, me pidió que le acompañe hasta el Museo Paraguayo de Arte Contemporáneo y recién ahí creyó, echándose a llorar de la emoción por tan importante galardón.

LA ALEJANDRA DOCENTE

Licenciada en arte por la Universidad Nacional de Asunción, docente en varias instituciones como el Instituto Superior de Bellas Artes, el taller MultiArte de Liliana Segovia en el barrio cultural escalinata, pero por sobre todo maestra de niños en el antiguo Taller de Expresión Infantil (TEI) junto con Olga Blinder, Maricha Heisecke, Gloria Muñoz, Rosarito Mersán, entre otros. Participante de varias asociaciones como Gente de Arte, de la cual era socia fundadora; miembro de El Aleph, cuyo espacio físico quedaba en el barrio Las Mercedes. Además, fue diseñadora industrial, participando activamente en el proceso de creación de zapatos en la vieja zapatería Walk Over y su planta industrial que perteneciera a su familia.

EL GRUPO 6 X 6

El Grupo 6 x 6 se crearía en 1996 a partir de un grupo grande que expuso en 1995 y de los cuales quedaron solo seis artistas: Cristina Paoli, Celso Figueredo, Jorge Ocampo y otros tres, hoy lamentablemente ya desaparecidos, Lisandro Cardozo, Osvaldo Camperchioli y la dama del arte a la que hoy le rendimos este homenaje.

Sus compañeras del Colegio de la Providencia la recuerdan como aquella niña alta y elegante de ojos verdes y rubio flequillo, entre las que se encuentran Sara Radice, Yerutí Abed, Raquel Galeano, Maribel Esteche, Tere Cristaldo, Rosa Giagni, Edith Salomón, Gilda Fois, Mali Kang, entre otras. Todas coinciden en una Alejandra reservada, pero decidida y sintética a la hora de dar una opinión.

DE EDITH A ALEJANDRA

En el año 2004 en ocasión de la partida de Edith Jiménez el crítico Manolo Prieto decía: “Se fue una artista de calidad internacional que jamás pretendió cambiar el mundo, solo expresar todo lo que tenía adentro”. Esas mismas palabras se ajustan a Alejandra García, que fuera su destacada discípula. Al final de la historia, toda despedida se vuelve difícil, pero sin embargo con un ser tan silencioso y laborioso como era Alejandra García, gran artista y colaboradora de estas páginas, pareciera ser eterna; siempre presente para dar un consejo, eso sí, corto y conciso como lo era el “click” que hacía su majestuosa Nikon, siempre al cuello, acompañada de la elegancia que siempre caracterizó a esta niña de Asunción nacida el 9 de junio de 1963.

Alejandra García y sus compañeras de promoción. Colegio de la Providencia. Asunción, 1981.
Olga Blinder, Alejandra García, Pupi Duarte Rodi, Marina Cazenave, Mavi Servín, Stella Cherry, Gerardo Escobar, entre otros. IDAP (Instituto para el Desarrollo Armónico de la Personalidad). Asunción, c.1988.
Alejandra García con Carlos Colombino, Claudia Boettner, Félix Toranzos, Adriana González Brun, Margarita Morselli, Norma Aponte, Mariana Jantus, las hermanas Urrutia, entre otros. 1983.
Marité Careaga, Rosa Rosso, Olga Blinder, Totó Cataldo, Alejandra García, Rosarito Mersán y Ricardo Meyer. Muestra IDAP/TEI. Asunción, c. 1987.
Mavi Servín y Alejandra García, con sus alumnos. TEI (Taller de Expresión Infantil). Asunción, c.1988.
Alejandra García y su “Serie cajas”. Asunción, 1986.

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