El doctor en microbiología e inmunología guatemalteco Rodrigo González, investigador de la Universidad de Harvard, habló vía Skype con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, emitido por el canal GEN/Nación Media, sobre el escenario mundial en la pospandemia. Sobre las enseñanzas que dejó la crisis sanitaria a nivel mundial, destacó que dejó en evidencia la fragilidad de los sistemas sanitarios y la necesidad de trabajar de manera mancomunada en pos de su fortalecimiento, pues en un contexto globalizado nadie está a salvo hasta que todos lo estemos.

Fotos: gentileza

–ADS: ¿Qué es lo que podemos decir que se acabó y qué es lo que tenemos que sostener que sigue vigente cuando hablamos de covid?

–RG: Lo primero que podemos decir que finalmente acabó y es una gran ventaja que tenemos, algo incluso inesperado al principio de la pandemia, es que se acabó el riesgo inminente de muerte por enfermedad severa o incluso el padecer de enfermedad severa, y eso se lo debemos a la vacuna. Y en lo que respecta a lo que todavía sigue, es que existen todavía contagios y van a existir por bastante tiempo. También existe la posibilidad de que circulen nuevas cepas para las cuales las vacunas no sean eficientes. Eso es algo que va a seguir por los siguientes años, por una cantidad de tiempo indefinido.

–¿Hubo antes una respuesta tan rápida por parte de la ciencia respecto de encontrar inmunización?

–Yo creo que hubo una respuesta muy rápida en cuanto a tiempo, pero también una respuesta bastante prominente en cuanto a fondos que se invirtieron en esta pandemia. Por lo tanto, se consiguieron resultados muy rápidos y tuvimos también que a nivel de la biología del virus y del contagio y de las vacunas digamos que tuvimos suerte, que todo funcionó a nuestro favor, o sea inversión en tiempo, inversión en dinero y diría yo un poquito de suerte.

EL DÉFICIT

–Si la ciencia hubiera estado al tanto un poco antes, seis meses antes de la inminencia de este brote, ¿se hubieran buscado otros caminos de abordaje inicial?

–Pues yo creo que el problema principal que tuvimos en cuanto a esta pandemia, más allá de los acercamientos que pudo haber tenido la ciencia, fue a nivel de control, de epidemiología en cuanto a la administración de distintos gobiernos en distintos países. A mi criterio ese ha sido el gran fracaso que se ha vivido durante la pandemia, más que cualquier otra situación que pudo haberse evitado a nivel científico. Por ejemplo, tenemos ahora una vacuna muy eficiente que funciona a niveles increíbles de seguridad y que nos asegura a niveles más altos del 90% que no vamos a padecer de enfermedad y, sin embargo, tenemos una gran cantidad de la población que no quiere utilizar. Esto no habla de la ciencia en sí, sino habla de nuestra sociedad y de nuestros sistemas de salud a nivel de gobierno y de la falta de educación que tenemos respecto a estos puntos.

–Todo ese brote casi medieval de los antivacunas por ejemplo.

–Exacto, es algo que no es inesperado. Ha existido siempre desde los inicios de las pandemias. Posiblemente llega con un poco de sorpresa que en los tiempos en los que tenemos un poco de más información persista, pero aun así es algo que se esperó en esta pandemia y se esperará las siguientes que vengan.

–Finalmente qué se sabe sobre cómo empieza, cómo fue el día cero de esta pandemia.

–No ha aparecido absolutamente nada que indique que fue un virus creado o que fue un error de laboratorio. Existen todavía personas investigando, pero cada vez menos porque simplemente no hay nada de eso hasta la fecha. Además de esto, no es inesperado que aparezca un virus como este y como han aparecido otros y como aparecerán muchos más. No se necesita que alguien construya un virus o que lo libere de un laboratorio para que se dé un brote como este y hemos tenido en el pasado otros brotes muy similares de otras enfermedades que simplemente han pasado al olvido porque se ha logrado controlar o porque la naturaleza del virus no le ha permitido progresar a más, pero es algo que seguirá pasando. Recordemos que en algún momento en la historia no hubo tuberculosis o en algún momento en la historia no hubo influenza y estos eran momentos en los que no existían laboratorios para construir ninguno de estos organismos; sin embargo, aparecían y así aparecieron y seguirán apareciendo.

EXPANSIÓN HUMANA

–¿Cuánta probabilidad hay de que sigan apareciendo con los cambios que se dan en el mundo a raíz de los fenómenos medioambientales?, ¿hay alguna certeza de que esta cadena empieza con la posibilidad de una transmisión desde un animal?

–Exacto. A este tipo de enfermedades les llamamos zoonosis, que implica que un animal es portador de algún patógeno y en algún momento entramos en contacto como humanos con este animal y podemos contagiarnos. El riesgo principal radica en cuestiones ecológicas, especialmente en la expansión de la vida humana en medios que antes no se nos permitía. Por ejemplo, talamos árboles y entramos a las selvas que antes no eran accesibles para nosotros. Entonces estamos en contacto con ambientes con los cuales antes no interactuábamos y estoy hablando de insectos principalmente, pero no solamente. Estamos hablando también de otros animales como mamíferos, los cuales al entrar en estos entornos no solo se convive más directamente con ellos o con animales intermediarios, sino que incluso la gente puede consumirlos como comida. Entonces estamos exponiéndonos más y más a riesgo de poder interactuar con estos organismos. Muchos de estos virus no se están creando en la naturaleza. Muchos de estos virus ya tienen muchísimos años de estar circulando, pero en un ambiente bastante cerrado. Por ejemplo, entre murciélagos, muchos murciélagos tienen cantidades enormes de virus que no han sido descritas o que no han sido estudiadas a profundidad y que parecen convivir, por decirlo así, en armonía con los murciélagos. Pero cuando se interrumpe ese ciclo, no es lo mismo que un murciélago, que está adaptado a este virus, conviva con él que un humano que nunca lo ha visto. Entonces es en ese momento cuando se rompe el ciclo, cuando entramos en el riesgo de una situación como la que pasamos.

–Qué seguridad existe de cara al futuro de que no vuelva una cepa que sea sustancialmente virulenta del covid.

–No podemos asegurar que no exista. De hecho, se podría decir que hasta se puede esperar que exista alguna selección natural en la cual cepas que sean resistentes a la vacuna o algún medicamento puedan persistir y, por lo tanto, es de gran importancia tener un monitoreo, que es lo que se está haciendo en la actualidad, de cuáles son las cepas que están circulando, con cuál de las cepas se están contagiando las personas y qué tan eficientes son estas cepas para la transmisión y qué tan reactivas son a los medios que tenemos para controlarlas, especialmente la vacuna. Los monitores son relativamente fáciles de realizar, aunque por lo general llegan tarde porque se puede detectar en una población una variante cuando ya hay muchas personas en la población que la portan. Entonces digamos que se ve solamente la punta del iceberg, pero hay mucho más debajo. Entonces es un reto para la epidemiología y para los gobiernos poder actuar eficientemente y a una velocidad que sea eficiente para poder encontrar precisamente en dónde se están distribuyendo estas cepas y cómo combatirlas.

LA VACUNA

–¿Qué pasos se han dado en materia de tratamiento y de cura hipotética de esta enfermedad?

–El paso más importante que se ha dado es poder llegar a contar con una vacuna suficiente para controlar la enfermedad severa. La amenaza de esta enfermedad es casi únicamente la enfermedad severa que causa y el riesgo de que cause la muerte. Y de nuevo, insisto, porque es muy importante aclararlo para la audiencia, que la vacuna es el mayor triunfo que se ha tenido en esta lucha. Más allá de esto, existen ahora nuevas drogas y algunos medicamentos que pueden ser eficientes, pero no hay nada que se compare con la eficiencia de tener una vacuna que pueda ser suministrada antes de que exista incluso enfermedad y que pueda prevenirla. Los retos que quedan todavía es que la vacuna no es lo suficientemente eficiente para controlar la transmisión. Aunque de nuevo, insisto, sí lo es para controlar una enfermedad severa, pero existen todavía retos en ese sentido. La transmisión es algo que todavía no podemos controlar y para lo cual necesitamos todavía de las estrategias de salud pública, como el distanciamiento, como las mascarillas y principalmente el monitoreo para saber en qué estado se encuentran nuestras ciudades y a qué riesgo se exponen las personas que las habitan, especialmente las personas que no han contado con una vacuna.

–¿Cómo va a ser el futuro?, ¿cómo vamos a convivir con el covid?

–El futuro va a depender principalmente de lo que hablaba, hacer un monitoreo, que tiene que ser llevado a cabo por los distintos países para entender la realidad local. Este monitoreo va a ser el que va a definir cómo vamos a reaccionar de acuerdo a este virus. Por ejemplo, no está establecido todavía si va a ser un virus que va a tener que estar relacionado, como la influenza, con las estaciones del año o simplemente algo que va a estar circulando siempre. De acuerdo a esto se va a establecer si las vacunaciones conviene hacerlas en una época específica del año. Y si las vacunaciones van a tener que hacerse también de acuerdo a una cepa específica, pero por ahora no hay indicaciones de que eso vaya a suceder. Las cepas que están circulando ahora y que siguen circulando parecen reaccionar todavía a las vacunas y no hay un cambio muy grande que se haya generado, aunque la última vacuna que se ha generado es una vacuna bivalente que actúa contra las cepas más recientes y se está recomendando.

–Coméntenos sobre el rol de los biólogos en este contexto.

–Bueno, todo lo que hemos discutido en el programa hasta ahora, la vacuna o los medicamentos, o toda la información que tenemos a nivel de epidemiología de muestras de secuenciación se hace únicamente a nivel de un laboratorio por personas como biólogos o personas especializadas en trabajo de laboratorio, no por médicos. En Latinoamérica, donde no estamos en contacto tan directo con la ciencia, posiblemente se omite esto, pero tenemos que tomar en cuenta que fue una parte fundamental para encontrar al fin una salida a este problema que hemos tenido y lo será en el futuro también. Vale la pena mencionar que se marca una diferencia enorme entre los países desarrollados que han invertido en ciencia, que tuvieron un control mucho mayor, mucho más rápido y mucho más eficiente que los países que no lo tuvieron. Contaron con vacunas mucho más rápido por supuesto. Y al mismo tiempo también tenían mucha más información que circulaba y facilitaba el desarrollo económico, que es muy importante. No solamente estamos hablando de salud y la contribución de la biología a la salud de las personas y a que no existan muertes, sino que estamos hablando también de una parte muy fuerte en la economía. Los gobiernos que invirtieron en investigación no solo tuvieron un producto que pudo generar muchas divisas, la vacuna, entre otros medicamentos, sino que pudieron restablecer sus economías mucho más rápido y mucho más fácilmente que los países que no han invertido en investigación.

Entonces creo que es fundamental tomar en cuenta que los biólogos, por llamarlos así en general, fueron fundamentales para salir de esto.

NUEVOS BROTES

–El mundo no se recupera aún del susto del covid y aparece ahora la viruela del mono. ¿Por qué ocurren esas apariciones?

–La viruela del mono ha existido desde hace mucho tiempo. Fue reportada, si no estoy mal, a principios de los años 70. O sea, no es algo nuevo y ha estado circulando. Lo único nuevo que tenemos en este caso es que por primera vez en la historia de esta enfermedad infecciosa hubo muchos casos muy prominentes fuera de los países de África Central, en donde se había detectado antes. Entonces hay muchos virus o muchas enfermedades que circulan en lugares específicos que son endémicos de esos lugares, pero hay alarma cuando se escapan de algún lugar. Ahora estamos en una época de globalización en la cual yo puedo viajar de Boston a Londres en solamente 7 horas. Entonces las personas viajamos, las personas estamos en contacto directo. Lo sorprendente para mí es pensar que no existen más contagios y que no existen más apariciones, puesto que viajamos mucho, interactuamos. Ha habido un brote de cólera de nuevo en Sudamérica hace no mucho. Esto ha sucedido siempre y seguirá sucediendo siempre, con virus nuevos o con virus que ya están circulando por muchos años.

–Han trabajado puntualmente en el tema del VIH. ¿Cuál es el momento actual con relación a este virus?

–Este es un virus muy interesante y muy complejo. Para hacer una comparación con el covid, con el VIH tenemos una incubación de 10 años. Por lo tanto, una persona que está infectada con el VIH puede estar transmitiendo el virus por un número de años que puede extenderse incluso hasta 10 años sin saberlo. Con el covid las personas asintomáticas podrían distribuir el virus por un asunto de días. Estamos hablando de un virus bastante distinto. La diferencia también radica en que tenemos 30 a 40 años de estar trabajando con VIH y tenemos en este caso, al contrario del covid, no una vacuna eficiente, pero tenemos medicamentos que son muy eficientes. Entonces la situación actual del virus es que existen medicamentos que pueden controlar a un paciente a niveles que son totalmente comparables con una persona que no padece la enfermedad mientras esté tomando la medicina y que no puede transmitir la enfermedad tampoco. O sea, una persona que tiene VIH que está tomando las medicinas adecuadas tiene una vida totalmente normal. No solo eso, sino que recientemente estamos contando con profilaxis con medicamentos que pueden prevenir el adquirir el virus a través de una pastilla que se toma una vez al día. Entonces las personas que son de alto riesgo pueden tomar esta pastilla una vez al día y con esto se asegura en un 95% que no pueden adquirir esta enfermedad aun al estar en situaciones en riesgo. Tenemos otros comportamientos a nivel de educación sexual también que han sido muy eficientes y esto marca la gran diferencia entre lo que es covid y el VIH.

LECCIONES

–¿Qué se aprendió respecto a coordinaciones globales a partir de esta crisis del covid?

–Creo que aprendimos muchísimo, primero aprendimos que nuestros sistemas de salud son mucho más débiles de lo que pensábamos. Necesitamos recordar que no es un asunto de quién tiene y quién no tiene, sino que todos a nivel mundial o estamos preparados o todos estamos en riesgo. Entonces tenemos que encaminarnos a una situación más equitativa en cuanto a recursos de salud. Creo que ha sido una de las grandes lecciones que hemos aprendido. En cuanto a ciencia, hemos aprendido muchísimo acerca de la virología y la epidemiología de un virus y cómo puede distribuirse a nivel mundial a niveles bastante rápidos. Creo que una de las lecciones más importantes que hemos aprendido a nivel técnico es la implementación de estas vacunas de ARN. Estas vacunas habían sido ya descritas en los 80, pero no habían sido utilizadas en humanos, o sea, no son nuevas en cuanto a concepto. Habían sido evaluadas ya extensivamente en animales y en otros organismos, pero no en humanos, y hemos encontrado que han sido tan eficientes que ahora se están extendiendo a otras enfermedades. Precisamente hablando de nuevo de VIH, están haciendo ahora ensayos para ocupar estas vacunas y es posible que sean tan eficientes que vamos a tener que de nuevo pensar en olvidarnos de los medicamentos y utilizar simplemente la vacuna para controlar enfermedades tan serias como el VIH. Esas creo que son las lecciones más importantes.

–¿Ya hay más información sobre las secuelas o esa investigación sigue en curso?

–Este es el aspecto que menos entendemos actualmente respecto a todo lo que es el covid- 19. Está aceptado ya que existe una condición a la que se le llama el covid largo o covid de resistencia, que tiene síntomas bastante difíciles de entender desde el punto de vista de la fisiología y que no tienen una relación totalmente entendible de acuerdo a lo que es una infección viral. Pero está muy bien documentado que sucede y que afectan a las personas de distinta manera. No es claro por qué algunas personas desarrollan y otras no, y tenemos mucho menos claro cuál va a ser la manera de proceder para controlar estos síntomas. Sabemos que estas personas no tienen ya un virus, por lo cual la conclusión que hemos tomado es que es una reacción totalmente dependiente del sistema inmune, que como respuesta al virus ha sido alterado y continúa de alguna manera manifestándose para causar estos síntomas, pero es el aspecto del que menos información tenemos, principalmente porque la población que es afectada es muy baja. Entonces es mucho más complicado poder seguir los síntomas en cada una de las personas para llegar a alguna conclusión. Existe una gran cantidad de laboratorios que están interesados en este tema y espero que en los próximos meses podamos tener mucha más información respecto a cómo controlarlo.


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