Por Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com

Este domingo Toni le hace un homenaje a la recientemente desaparecida Ada “Chusca” Sanabria de Ibarrola, también recuerda a su madre Ramona y a sus numerosas hermanas, todas destacadas mujeres que llegaron hace muchos años de Carapeguá a Asunción, haciendo un gran aporte a la educación paraguaya.

“Las Sanabria” parece el título de un conjunto musical, pero no, son unas legendarias hermanas que llegaron hace muchos años desde Carapeguá para estudiar magisterio, convirtiéndose todas en influyentes educadoras paraguayas en Asunción, desde mediados del siglo pasado.

UNA MAMÁ GUASU

Si los guaireños tienen la leyenda de la “Marca A”, las numerosas hermanas Alvariza, los carapegueños tienen su “Marca S”, las Sanabria y pueden estar más que orgullosos de ellas, que comandadas por una mamá guasu, doña Ramona Trinidad Vda. de Sanabria llegaron a Asunción y se destacaron cada una en diversas actividades tanto a nivel público como privado.

NENÉ

La partida de una de ellas, Ada “Chusca” Sanabria de Ibarrola, me trajo una larga película de recuerdos maternales, desde la infancia del TAL “Taller Artístico Literario”, hasta mi fugaz paso por el “Ibero”, así le llamábamos al colegio Iberoamericano aquellos adolescentes de mi época, “desterrados” por una educación expulsiva y pacata que no comprendía las diferencias. Éramos echados de colegios tradicionales de la época para llegar hasta las aulas de aquella institución, con la fachada con una eterna mirada a la vieja Plaza Italia, ahí en los límites del centro de Asunción. En la puerta de esa dirección de la calle 15 de Agosto estaba Nidia “Nené” Sanabria de Romero para recibirnos con los brazos abiertos y empezar “la vida de nuevo”, cautivándonos con sus recuerdos del arte paraguayo o de don Aníbal Romero, su recordado esposo. Hace unos años tuve el honor de ser invitado a uno de sus últimos homenajes estando ella presente y con la emoción de recordarme públicamente tan cariñosamente, hecho que me llevó hasta las lágrimas.

TOTA

Un día, allá por el año 1985, le encuentro a una de las hermanas sentada en primera fila en una de las aulas del desaparecido ISIRP (Instituto Superior de Relaciones Públicas), como una alumna más, era nada más y nada menos que Ilsa “Tota” Sanabria de González Cabello, quien en aquella época ya era una destacada docente y exitosa empresaria del rubro médico, con la que tuve la suerte de charlar y escuchar las historias más increíbles de su madre, una sacrificada mujer paraguaya que desde su lejana Carapeguá le había enviado a Asunción a todas sus hijas de pupilas al colegio María Auxiliadora.

CHONA Y CHUSCA

Todas estudiosas, una de ellas, Blanca “Chona” Sanabria de Da Costa, convertida en la primera mujer bioquímica, en una época en que esas actividades estaban exclusivamente dedicadas a los varones, llegó además al grado de Coronel del Ejército Paraguayo. Así también, la recientemente desaparecida Ada “Chusca” Sanabria de Ibarrola, quien fuera decana de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, Vicedecana de Ciencias Contables de la Universidad Católica, cargos casi siempre destinados a los hombres, además directora por muchos años del Colegio Experimental Paraguay Brasil, cuyo edificio inaugurado en 1964, es un gran aporte a la arquitectura moderna internacional. A ella también se le debe la autoría de dos libros: “Apuntes de la Geometría Plana” y “Geometría del espacio”, que fueron muy utilizados en el “método viejo” de la antigua educación paraguaya.

CHINA Y TETELA

Otras de las hermanas, Concepción “China” Sanabria de Pinazo, destacada docente y Angelina “Tetela” Sanabria de Ferreiro, abogada y filósofa, quien falleciera hace muchos años.

Hago una mirada atrás y le recuerdo de nuevo a “Chusca” Sanabria y a su marido “Pai’cho” Ibarrola en su viejo “Tercel”, yéndose religiosamente todos los sábados a una antigua confitería de la avenida España, a la misma hora, sentados siempre en el mismo lugar, en las mismas sillas, en la misma mesa, atendidos por el mismo mozo, parece que los veo, los busco, pero solo los encuentro ya en los recuerdos.


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