Racing de Argentina se proclamó campeón de la Copa Sudamericana 2024 al vencer 3-1 al Cruzeiro de Brasil ayer sábado en Asunción, en la final disputada en el estadio La Nueva Olla ante unos 45.000 espectadores en su mayoría hinchas de la Academia.
Los goles del equipo dirigido por el técnico argentino Gustavo Costas fueron obra de Gastón Martirena, Adrián Martínez y Roger Martínez, a los 15, 20 y 90+5 minutos.
El descuento de Cruzeiro fue una conquista de su delantero Kaio Jorge, a los 52 minutos.
La Academia se llevó el trofeo del segundo torneo de clubes en importancia de la Conmebol y un premio de 6 millones de dólares, una consagración que consigue después de una sequía de 36 años sin lauros internacionales. Frente a 45.000 espectadores, en su mayoría fanáticos de la Academia que se trasladaron hasta la capital paraguaya desde distintos puntos de la Argentina, el conjunto de Costas sufrió hasta el final del partido.
El delantero colombiano Roger Martínez se encargó de sellar la victoria a través de una rauda incursión por derecha, que terminó en un remate potente que se incrustó dentro del arco defendido por el habitualmente solvente portero Cassio, a los 90+5 de juego.
Desde ese instante, Costas y sus muchachos saltaron a los gritos de “campeón”, “campeón” hasta el pitazo final del árbitro uruguayo Esteba Ostojich. Racing, además del título, se aseguró la clasificación a la Copa Libertadores de 2025.
COSTAS, EL ALMA DE RACING
Gustavo Costas, director técnico del Racing argentino que conquistó ayer sábado la Copa Sudamericana 2024, es un símbolo histórico de la Academia, además de ser el artífice de llevar al club a ganar un título continental que deja atrás 32 años de sequía.
Nacido en febrero de 1963, la relación entre Racing y Costas comenzó desde muy pequeño. Cuando tenía apenas tres años era una de las mascotas que acompañaban a “el equipo de José”, dirigido por Juan José Pizzutti, que conquistó el campeonato de primera de 1966 y al año siguiente la primera y única Copa Libertadores de la Academia.
Como jugador actuó durante ocho años como defensor central de Racing y fue el capitán del equipo que devolvió a primera a la entidad de Avellaneda en 1985. Además, conoció la gloria de ganar la Supercopa Sudamericana 1988, con triunfo sobre Cruzeiro (2-1 y 1-1). Guiño del destino, el mismo rival del sábado en Asunción, al que la Academia derrotó por 3-1.