Tres fechas atrás, nadie hubiera imaginado que Luqueño comenzaría una racha de triunfos que lo posicionarían en una situación bastante cómoda ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Pero tras sus tres triunfos al hilo, el cuadro de Julio César Cáceres respira mucho más tranquilo y visitará hoy a Resistencia en Barrio Obrero con un optimismo diferente.
El cuadro celeste, en contrapartida, está en una situación complicada, en zona directa del descenso y necesita sumar como sea para salir de ese agujero negro. Perdió tres de sus cuatro últimos partidos y no gana desde hace cinco fechas, por lo que su técnico, Carlos Recalde, tuvo que meter mano en su equipo para buscar volver a los triunfos.
La derrota por goleada ante Cerro Porteño desnudó todos sus males, a los que sumó incluso la discreta actuación de su hasta ahí seguro arquero Rhuan Dos Santos.
En el Auriazul como nunca antes se respiran aires de tranquilidad, pero a los buenos resultados también le agregó un mejor juego colectivo, por lo que parte como favorito en este partido, que pinta bastante atractivo por el momento especial de ambos equipos.
Solo el triunfo servía a los dos equipos por la incómoda posición en la tabla y salieron a buscarlo. El Auriazul en el funcionamiento general fue mejor y, si no fuera por las manos de Servín, hubiera logrado el objetivo.
El Gallo Norteño madrugó con la gran proyección del lateral izquierdo César Castro, quien se internó en el área y sirvió un gran pase a los pies de Sergio Bareiro para abrir el marcador al minuto 2.
Luqueño comenzó en desventaja y se armó de valentía para llevar peligros. Tuvo dos claras chances, primero con Rodi Ferreira y luego con Federico Santander, pero emergieron las manos salvadoras de Servín para proteger en tres ocasiones su arco, todas de cabeza.
En tanto que Diego Acosta tuvo en sus pies para aumentar la ventaja al local, pero su disparo salió desviado tras un rebote concedido por Aguilar.
Luego del descanso, el Auriazul, con los ingresos de Brahian Ayala y Lautaro Comas, salió decidido a tomar mayor protagonismo. Julián Marchio puso la paridad luego de un córner y se hizo justicia por el trámite del juego.
El elenco de Gustavo Morínigo con el gran trabajo de Ayala generó mucho peligro y estuvo cerca de la victoria, solo las intervenciones de Servín evitaron la caída del 2 de Mayo, que sobre el final igualmente salió con todo en busca de los tres puntos en casa, mas no pudo.
El triunfo es la única opción del Sportivo Luqueño, que esta noche desde las 23:00 de Paraguay visita en Lima al peruano Atlético Grau, que tampoco ha podido ganar en el marco del Grupo D de la Fase de Grupos de la Copa Sudamericana.
El Auriazul paraguayo busca cortar una mala racha, que se inició con derrota de local por 2-1 frente a Gremio de Brasil y otra caída de visitante ante el Godoy Cruz de la Argentina por 2-0.
La mala racha del representativo paraguayo también se da a nivel local, ya que el equipo dirigido por Gustavo Morínigo no levanta cabeza en el torneo Apertura y cayó 3-1 el último fin de semana ante Olimpia.
El Grupo D tiene en punta al Godoy Cruz argentino, con seis puntos, igual que el Gremio brasileño, pero con mejor diferencia de goles.
En la continuidad de la fecha 14 del torneo Apertura en la cancha del 12 de Octubre de Itauguá, Luqueño hizo de local en pleno Martes Santo frente al Sportivo Trinidense.
Pese al estropeado césped con tantos partidos en su haber, el trámite fue dinámico y bastante peleado, aunque no se pudo abrir el marcador en le primer tiempo.
Con los cambios de la etapa complementaria en ambos equipos, el desarrollo ganó en vivacidad y emociones.
A los ochenta minutos se produjo la jugada clave y fabulosa que decidió el partido. El ofensivo Lautaro Comas marcó un golazo al rematar en gran forma desde fuera del área, sorprendiendo al arquero Víctor Samudio. Previamente, Walter González primero y después Federico Santander peinaron el balón ganando de cabeza a los defensores del Sportivo Trinidense. El conjunto luqueño volvió al triunfo luego de bastante tiempo para recuperar en algo la parte anímica en el torneo local.
Era obligación para ambos ganar. Sus posiciones en la tabla y las necesidades propias de uno y otro equipo hacían presagiar un partido abierto y hasta de muchos goles, pero nada de eso ocurrió.
Cerro Porteño y Sportivo Luqueño cerraron un agrio empate sin goles, que no benefició a ninguno de los dos.
Para el Ciclón es definitivamente una despedida de la lucha por el título. Si al final de la fecha pasada, con la derrota ante Libertad, su propio técnico reconocía que la distancia de 12 puntos era importante, ahora a 14 lo es mucho más y solo le queda pelear por los puntos que le permitan llegar lo más alto posible. Una realidad penosa para uno de los grandes de nuestro fútbol.
Para el Auriazul todo partido que no termine en victoria, también es un retroceso, porque permanece en las últimas posiciones y con el promedio complicado.
Yendo al trámite del partido, hubo una diferencia marcada a favor del Ciclón en el primer tiempo. Lo intentó bastante, pero se encontró con una sólida defensa auriazul, comandada por su capitán Pablo Aguilar, para repeler las acciones de peligro. Le faltó claridad al equipo de Diego Martínez, por lo que jugadores como Jonatan Torres no pudieron recibir pelotas limpias de cara al gol.
En contrapartida, a Luqueño le costó llegar con jugadas elaboradas al arco de Alexis Martín Arias y solo se limitó a algunos remates de Federico Santander que no generaron mucho peligro.
La temática no cambió mucho en el segundo tiempo, pese a los cambios ofensivos que metió Cerro y también Luqueño, que se arriesgó un poco más, pero no lo suficiente como para merecer algo mejor. Al final, la igualdad representa un castigo para ambos y un retroceso para sus objetivos en el torneo.