- Por Luis Irala
- Nación Media
Nacional fue mucho más ambicioso en todo el partido y el 4 a 0 quedó corto.
El cuadro albo sometió a Guaraní a una presión pegajosa en casi todo el campo de juego y al recuperar el balón recurrió a rápidos contragolpes como principal fórmula. Ya al término del primer tiempo vencía por 2-0.
El mejor andar tricolor se cristalizó en la red adversaria a los 22 minutos. Una serie de rebotes encontró el pie del juvenil Tiago Caballero para poner en ventaja a la Academia. Y cerca del final de la etapa inicial, Nacional anotó el segundo tanto, en una jugada sacada del manual del contragolpe, elaborada y culminada por la gran figura de Mathías Martínez, quien a 100 km por hora superó a Luis Martínez y luego al golero Rodríguez marcando el segundo gol.
En la complementaria, el técnico De Muner puso toda la carne al asador con la realización de tres cambios masivos con afanes ofensivos; sin embargo, la defensa seguía otorgando ventajas y era una invitación para los rápidos ataques de los albos. Promediando la etapa prácticamente se selló la victoria local al marcar Aguilar el tercer tanto, luego de una jugada monumental de Feliciano Brizuela por la derecha y pasados los 30 minutos, el mismo Brizuela puso cifras definitivas a la gran goleada Tricolor. Así, la Academia dio lecciones de un gran fútbol ante un desconocido Guaraní, que luego de ocho cotejos invictos en la era del técnico De Muner, cayó sin pena ni gloria.
Dejanos tu comentario
Las lecciones no aprendidas anticipan repetidos fracasos
Después de los duros reveses en los comicios municipales (2021) y generales (2023), la oposición trata de reconstruirse electoralmente con la única estrategia de la unidad para derrotar a los candidatos de la Asociación Nacional Republicana (ANR). Es una mezcla variopinta de fundamentos ideológicos totalmente contrapuestos que, en el pasado, siempre ha sido el principal obstáculo para presentar un frente sólido desde la perspectiva programática. Una plataforma que dispare confianza en la ciudadanía mediante propuestas consistentes, creíbles y, sobre todo, realizables. Esa dispersión de ideas dificulta enormemente la consolidación de un colectivo con criterios de coincidencias plenas. Asunción es el centro de todas las batallas. Porque se la considera el epicentro para avanzar hacia el premio mayor: la Presidencia de la República. Mas, no se trata de una fórmula infalible, de cumplimiento obligatorio.
El 26 de mayo de 1991, Carlos Filizzola, un exdirigente estudiantil de la Facultad de Ciencias Médicas, es el primero en llegar a la comuna capitalina por la vía del voto popular. Sin embargo, dos años después, en 1993, el ingeniero Juan Carlos Wasmosy, en representación de los colorados, triunfa sobre el histórico dirigente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Domingo Laíno, y al crédito de un gran sector de la ciudadanía, Guillermo Caballero Vargas, del recientemente creado, por entonces, Partido Encuentro Nacional (PEN). Este último, según las encuestas publicadas por los dos periódicos de mayor peso de la época (Abc Color y Última Hora), estaba muy por delante de los otros aspirantes al sillón de López. A partir de ese momento se produce otro fenómeno que afectó profundamente a las empresas que se dedican a consultar las opiniones y preferencias del electorado: la pérdida de credibilidad, generando razonables dudas sobre la correspondencia entre los datos recogidos y los resultados registrados.
La conclusión de este fenómeno tenía dos aristas posibles: la adulteración deliberada de las encuestas o la improvisada formación de los encuestadores. Con el tiempo y a partir de nuevas experiencias se analizó otra hipótesis: que la gente no responde con sinceridad sobre su intención de votos, a raíz de tabúes que posteriormente fueron derribándose lentamente. Incluso así su infalibilidad sigue generando dudas. No solo en nuestro país, hay que subrayarlo. Y pasó, también, al revés. En 2008, Fernando Lugo es presidente de la República, poniendo fin a 60 años de hegemonía de la ANR (en el poder desde 1948). Pero eso no evitó que dos años después, en 2010, el candidato republicano Arnaldo Samaniego se convirtiera en intendente de Asunción, además de alcanzar los colorados una mayoría absoluta en muchos gobiernos locales.
Aparte de los diferentes sectores de la oposición que ya anunciaron que buscarán un mecanismo para alcanzar acuerdos que les permitan tener un candidato único, por el lado del Partido Colorado el frente interno de Fuerza Republicana también aspira a la Intendencia de Asunción, por ahora, con tres probables postulantes. Y dentro del movimiento Honor Colorado, liderado por Horacio Cartes (actual presidente de la Junta de Gobierno de la ANR), todavía no se habla de quién o quiénes lo representarían en estas justas municipales, que están previstas para finales de 2026. Por tanto, aún queda un largo tramo por recorrer.
Pero volvamos a lo que decíamos al principio: la unidad de la oposición basada únicamente en la sola intención de derrotar al oficialismo siempre tuvo un destino de fracaso inevitable. Lo de Fernando Lugo fue un caso especial. No ganó por la coalición de partidos y movimiento sociales, sino por su raíz religiosa: exobispo de San Pedro, a tal punto que le votaron hasta algunos colorados afiliados, principalmente, por la agria ruptura entre el entonces presidente Nicanor Duarte Frutos y el candidato que había perdido las internas Luis Alberto Castiglioni, quien alegó fraude. De todas maneras, será, como ya dijimos, otro experimento más de cara a las elecciones generales de 2028.
Y aquí planteamos una cuestión crucial para el presente y futuro del país: que estas internas no constituyan un obstáculo entorpecedor de los programas y propuestas del gobierno de Santiago Peña, como ya ha ocurrido anteriormente. Ahora mismo, con fines proselitistas se critican y rechazan hasta aquellas obras y proyectos que contribuirán al bienestar y progreso de toda la población, sin distinción de banderías políticas ni estratos sociales. Aunque, hay que reconocerlo, la gente ya aprendió a castigar estas actitudes egoístas y mezquinas en el día de las votaciones. Veremos, a su vez, si realmente la oposición aprendió también la lección de historia electoral o, por el contrario, si todavía seguirá con el mismo rumbo torcido, que les ha significado estrepitosos fracasos continuos por el groso error de ubicar a la carreta delante de los bueyes.
Dejanos tu comentario
Lecciones de una rueda baja
- Por Josefina Bauer
- Club de Ejecutivos del Paraguay
Tenía una reunión con un posible cliente a las 10 de la mañana. Era viernes y llovía. Sabía que el clima y el tráfico podían jugarme en contra, así que me preparé con tiempo. Salí con margen suficiente para llegar tranquila, sin estrés. Pero cuando me senté en el auto para arrancar, noté algo que cambió todos mis planes: la rueda estaba baja.
De un momento a otro, todo lo que había planificado con tanto cuidado se desmoronó. Mi organización, mi puntualidad y la sensación de control absoluto se esfumaron. Un pequeño detalle, aparentemente insignificante, fue suficiente para poner a prueba toda mi preparación.
¿Cuántas veces nos pasan cosas similares en nuestra vida laboral?
Pasamos horas armando análisis, diseñando presentaciones, pensando en cada detalle. Y “justito” en el momento crucial, nos hacen una pregunta que no previmos o nos consultan sobre un dato que no controlamos, que no está correcto y hace que el resultado sea erróneo. En un segundo, todo el esfuerzo que hicimos parece desmoronarse por algo que no anticipamos.
La rueda baja del auto, ese “pequeño detalle”, no solo me obligó a replantear toda mi logística, sino que también me recordó algo esencial: la importancia de los imprevistos. En nuestras vidas, los imprevistos no son la excepción, son la regla. Lo que realmente nos diferencia como profesionales es la manera en cómo los enfrentamos: ¿Nos frustramos? ¿Nos justificamos? ¿Nos desafiamos a mejorar? ¿Aprendemos?
Busqué una solución rápida a mi problema pidiendo el auto prestado a mi hija que estaba haciendo home office y cambié el enfoque de frustrarme o enojarme por hacerme cargo de la situación, avisando al cliente que llegaría tarde y mientras tanto pidiendo asistencia para que me solucionen la rueda pinchada.
Estos son los momentos donde la diferencia no se da por evitar los imprevistos, sino por la capacidad para enfrentarlos con soluciones prácticas y mantener la calma.
Lo mismo ocurre con nuestras presentaciones. Podemos preparar los análisis más minuciosos e incluso algo puede fallar. El dato que olvidamos controlar o consultar el motivo por el cual varió, la diapositiva que no cargó bien, un cargador de la computadora olvidado o una pregunta inesperada que no habíamos considerado.
No podemos eliminar los imprevistos, pero sí podemos minimizar su impacto con un plan de contingencia y con una actitud abierta al cambio. En vez de ponernos a la defensiva, podemos aprender y mejorar en cada presentación.
Llegué 10 minutos tarde a la reunión, pero me enfoqué en el cliente, en sus necesidades y en cómo podía agregarle valor, entregando mi mejor versión como profesional, dejando atrás el inconveniente para dar lo mejor de mí frente a los demás.
Esta situación me hizo aprender una lección importante: los pequeños detalles importan, pero nuestra capacidad de reaccionar ante ellos es lo que realmente marca la diferencia.
En cada reunión o presentación, la clave está en aceptar que no podemos controlar todo, pero sí podemos prepararnos para responder de manera efectiva. Lo importante no es evitar a toda costa los inconvenientes (que sería imposible), sino aprender de cada uno de ellos para evitar que se repitan. Cuando nos suceden siempre las mismas cosas, cuando cometemos los mismos errores, o cuando seguimos preparando los análisis sin tomarnos el tiempo de revisar esos datos clave sobre los que podrían consultarnos, estamos dejando pasar una oportunidad de mejorar. Dicho de otra forma, es como salir a la ruta sin tomarnos el tiempo de calibrar las cubiertas y revisar su estado.
Cada tropiezo nos presenta la oportunidad de ser resilientes, mantenernos enfocados y aprovechar la experiencia para crecer como profesionales. Pero eso requiere voluntad de cambio. Hacer siempre lo mismo esperando resultados diferentes, nos estanca en una zona de confort que a la larga resulta más peligrosa que cualquier error puntual.
Al final del día, lo que verdaderamente importa no es el error en sí, sino cómo lo manejamos, cómo lo utilizamos como trampolín para evolucionar y convertirnos en mejores profesionales. Porque el verdadero impacto no está en la perfección, sino en la capacidad de adaptarnos, corregir y avanzar.
Y ustedes, ¿están listos para enfrentar su próxima “rueda baja”? ¿O seguirán sin revisar sus cubiertas? La elección está en sus manos.
Dejanos tu comentario
5 lecciones de Ayrton Senna en la Fórmula 1 aplicables en los negocios
En la F1, al igual que en los negocios, la clave está en la combinación de liderazgo, innovación, estrategia y ejecución impecable.
La reciente serie televisiva sobre la vida del tres veces campeón del mundo de la Fórmula 1, Ayrton Senna, a 30 años de su muerte en el circuito de Imola, Italia, recordó la personalidad y el liderazgo del piloto brasileño que vivió dedicado a su pasión, el automovilismo.
El repaso de sus inicios en el karting, su paso por la Fórmula 3 Británica y su consolidación en la Fórmula 1 como uno de los mejores pilotos de la historia, evidencia lo que el mismo había señalado: “Si quieres ser exitoso, necesitas tener una dedicación total, buscar tu máximo límite y dar lo mejor de ti mismo”.
Tomando esta premisa, presentamos algunas lecciones que los empresarios pueden aprender de la Fórmula 1, donde no solamente se conjugan el talento y el liderazgo de los pilotos, sino también la innovación, la gestión y el trabajo en equipo, tal como se ve en la serie sobre la vida de Senna.
Estas son las lecciones que podemos tomar de la Fórmula 1:
1. Innovación constante: Durante la serie, Ayrton Senna busca constantemente el mejor auto, el mejor motor y ajustarlo a su cuerpo para ganar. Esto implica que el desarrollo continuo de tecnología para mejorar el rendimiento es esencial.
En la F1, cada equipo invierte en innovación para ganar milésimas de segundo. En los negocios, la innovación constante permite mantener la competitividad. Para lograrlo, es ideal invertir en I+D para mejorar productos, procesos y servicios.
2. Decisiones rápidas y fundamentadas: Al subir al auto y prácticamente integrarse al mismo, Senna y su equipo saben que tienen segundos o milésimas de segundos para tomar decisiones durante una carrera, y principalmente, que estas deben estar basadas en análisis de datos en tiempo real.
Lo mismo ocurre en las empresas, donde es fundamental utilizar análisis de datos y herramientas tecnológicas para tomar decisiones informadas, especialmente en entornos dinámicos.
3. Trabajo en equipo y sincronizado: El piloto, el director de equipo, los mecanicos, los ingenieros, tal como se ve en la serie, deben trabajar en equipo y de manera sincronizada para lograr el mejor resultado. Todos operan como una máquina perfectamente engranada, ya que cada segundo cuenta.
En las empresas, es importante fomentar la colaboración, asignar roles claros y practicar una comunicación eficaz dentro de la empresa.
4. Planificación estratégica y adaptabilidad: En la serie sobre Senna, se ve como antes de cada carrera, los equipos junto con el piloto diseñan estrategias, pero a sabiendas que las condiciones climáticas o accidentes en pista pueden requerir de ajustes rápidos.
Por ejemplo, Senna tenía una facilidad mayor para conducir durante la lluvia o sobre la pista mojada, por lo que este no era un problema para él ni para su equipo y si lo era para los demás pilotos. Para las empresas, es importante tener un plan claro y estar preparado para pivotar ante cambios en el mercado o imprevistos.
5. Importancia del liderazgo: El liderazgo de Senna era innato. Dominaba tanto el deporte que prácticamente era insuperable. Durante sus 10 años de carrera demostró un liderazgo claro y visionario como la clave para el éxito.
En toda empresa, es importante contar con un líder que sepa inspirar, motivar y dirigir al equipo hacia objetivos comunes, manejando presiones y desafíos. Dicho esto, no cabe duda de que la F1 es una competencia es intensa, al igual que el mundo de los negocios, donde el margen de error es mínimo y la clave está en la combinación de liderazgo, innovación, estrategia y ejecución impecable.
Dejanos tu comentario
Garnero dio sentencia
Daniel Garnero casi dio por sentado que Diego Gómez será convocado para la Copa América USA 2024 (y seguramente para el amistoso ante Rusia, el 25 de marzo), por lo que es un hecho que la mejor figura del seleccionado preolímpico Sub- 23, campeón en Venezuela, no estará en los Juegos Olímpicos de París 2024.
El estratega argentino de la Albirroja absoluta, que participó del congreso “Encuentro del Fútbol Sudamericano” en la Conmebol, habló con “Versus” GEN/Nación Media y fue claro al afirmar que lo verdaderamente importante es lograr que Paraguay clasifique al próximo mundial.
“Yo veo que hablan de Diego, como que es un desconocido para mí, lo conozco muy bien a Diego, le seguimos toda su evolución deportiva, queríamos que vaya al Preolímpico porque sabíamos que podía pasar esto. Hoy es un jugador distinto y nos pone muy contentos a todos”.
A continuación su veredicto sobre el caso del jugador de Inter Miami. “Después seguramente se van a tomar las determinaciones que correspondan (sobre Diego Gómez), acá lo importante es la selección, que la selección madure, crezca y logremos el objetivo que es ir al mundial. Entonces en función a todo eso vamos a tomar las mejores decisiones que podamos”, indicó.
En cuanto al amistoso ante Rusia, cuya convocatoria se dará a conocer el viernes, indicó que se optó por disputar un solo partido para que pueda tener un mayor tiempo de trabajo previo con los jugadores.
“Estamos siguiendo a todos, esperando que ya no haya más contratiempos (de lesiones) para hacer una lista acorde, buscando tener esa convivencia y que se vea una selección mucho más agresiva”, remarcó finalmente.