La presencia de la estrella Lionel Messi revolucionó al Inter Miami de la MLS, que dirige el conocido Gerardo Martino. El sábado alzó su primer título de la Leagues Cup el campeón mundial albiceleste y hoy de nuevo ya tiene otro reto en la semifinal de la US Open Cup ante Cincinnati.
El volante paraguayo Diego Gómez (20 años), que llegó al club hace más de un mes, igualmente ya logró su primer cetro de la Leagues Cup jugando varios partidos, inclusive algunos de titular. En la definición de la corona anotó uno de los goles desde el punto penal. Hoy nuevamente está llamado a hacer historia en su ascendente carrera profesional.
Así, el Inter Miami buscará alcanzar su segunda final en un corto lapso de tiempo aprovechando la presencia del astro argentino.
La visita a Cincinnati no será sencilla para Messi, Sergio Busquets y Jordi Alba; sin embargo, el hecho de llegar como campeones de Leagues Cup y lo que esto representa le da el impulso anímico al equipo de los Herons para afrontar este compromiso ante un club que marcha como el mejor de la fase regular en la MLS.
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De viejas y viejos en plenitud. Edadistas, abstenerse
- Ricardo Rivas
- Periodista
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
El edadismo es una patología social que da cuenta de quienes victimizan y discriminan por edad sin observar la condición humana ni respetar la dignidad infinita de cada persona.
La semana que viene –el domingo– finalizará el Mundial de Clubes de la FIFA (Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol). Habrá terminado también esta suerte de ensayo general de otro campeonato “mundial”, el de selecciones nacionales, que durante el 2026 se desarrollará en México, Canadá y Estados Unidos.
Es preciso, entonces, para las entidades organizadoras, capacitar a quienes tendrán la responsabilidad de aportar sus conocimientos para que ese evento cuatrienal –deportivo y cultural– sea estupendo y, finalmente, un meganegocio brillante.
También es preciso capacitar a los públicos que –por qué no decirlo– tienen prácticas sociales diferentes para consumo y disfrute de ese tipo de espectáculos. No es sencillo, por cierto. El encuentro en el que se definirá el campeón se realizará en el Metlife Stadium de Nueva Jersey, a las cinco de la tarde de la hora del este.
Los múltiples ecosistemas comunicacionales –con medios tradicionales o no– también son parte de tales aprendizajes que se realizan sobre la marcha. Las narrativas –en línea con lo dicho– también serán diferentes ante tanta diversidad. Con esos objetivos obvios entre tantos otros que solo conocen unos pocos, desde el 14 de junio último –cuando el Inter de Miami y el Al-Ahly empataron sin goles en el Hard Rock Stadium de Miami Gardens– 32 formaciones constituidas con destacados deportistas disputaron y disputan sin descanso, aunque algunos, por los avatares de las competencias, ya volvieron a casa porque sus formaciones quedaron en el camino.
DATOS, METADATOS Y CURIOSIDADES
Entre los 230 futbolistas de alta competencia que se enfrentan en cada disputa, 80 de ellos tienen 22 años; 77, más de 21; 69 superan los 25 y 64 son mayores de 29. En este último grupo se encuentran Lionel Messi (38), Luis Suárez (38), Sergio Busquets (36) y Jordi Alba (36). Seguramente, ese cuarteto bien podría devenir en quinteto si añadiéramos a Cristiano Ronaldo (40), que no participa de la copa en juego, pero claramente son gigantes profesionales de altísima competencia con máxima visibilidad –entre aficionados y quienes no lo son– desde poco más de un par de décadas.
Sin embargo, no son pocas ni pocos aquellos que no dudan en llamarlos viejos y criticarlos por ello, dado que “ya no juegan como antes”. Para muestra alcanza con un botón. Apenas un año atrás, el periodista Dylan Hernandez (36), en el diario Los Angeles Times, enlazó apenas once palabras para decir de sus contemporáneos futbolistas que “Messi es viejo. Luis Suárez está viejo. Sergio Busquets está viejo”. Pese a ese parecer, su mirada crítica fue benevolente con Jordi. “El único miembro del (ex) cuarteto de Barcelona que no parecía estar jugando con el depósito de gasolina vacío fue Alba, el lateral izquierdo de 34 años que corría de un lado a otro de la banda como si fuera 10 años menor que él”.
Bordeó el edadismo, esa patología social que da cuenta de quienes victimizan y discriminan por edad sin observar la condición humana ni respetar la dignidad infinita de cada persona. “Es preciso comprender y comprehender que desde el mismísimo momento en que se abandona la vida intrauterina comienza el envejecimiento, también llamado senescencia”, decía el bien querido Helvio “Poroto” Botana, uno de mis maestros de vida que me indujo al periodismo. “Es inevitable”, advertía.
Hay quienes, pese a ello, se animan a explicar que la vejez comienza en torno de los 60 años. Eufemistas, muchas y muchos, nos dicen que somos parte de la llamada tercera edad, mientras que otros nos señalan como “adultos mayores”. En China, no son pocas las y los periodistas con los que compartimos 15 años de trabajo en la agencia de noticias Xinhua que me apodan lǎo . Veterano. Confieso que me divierte. Y, cuando los tiempos dan tiempo para la reflexión, me sorprendo y asombro de ser tan viejo como lo era don Ricardo, nuestro querido viejo. ¡Y que mis hijos me llamen amorosamente “viejo” como llamábamos a mi viejo!
ESPERANZA DE VIDA
Allá por 1951 –cuando nací, en Buenos Aires, Argentina, unos 1.250 kilómetros al sur de mi querida Asunción, un viernes 12 de enero, tal vez, cerca de las cuatro de la tarde– médicos, médicas y expertos en estadísticas explicaban que la esperanza de vida era de 65 años. Especificaban también que ese dato era “un promedio” (¿cuándo no lo es el resultado de un trabajo estadístico?) porque los estudios de entonces precisaban que las mujeres llegaban hasta los 68 y los hombres hasta los 63.
Esperanza de vida… Curiosa expresión. Aunque –ahora que lo pienso, en esta noche de viernes arropado por la silenciosa paz de la nocturnidad, muy cerca de los leños crepitantes, sentado en mi exclusiva silla mecedora– la esperanza era de ellos y ellas, productores de estadísticas. Sonreí.
Afuera, en las calles desiertas los termómetros marcan -6°. La ola polar pega con la fuerza. Veintisiete mil doscientos cuatro días pasaron desde entonces hasta este domingo. La luz encandiló mis ojos por primera vez hace ya seiscientos cincuenta y dos mil ochocientas noventa y seis horas. La curiosidad me llama.
DeepSeek –la IA (inteligencia artificial) china de código abierto– me dice que las niñas y niños que nazcan este domingo, siempre según los estudios de aquellas y aquellos que todo lo miden– en promedio vivirán 77,5 años. La vida se prolonga. “¡Ahora vivimos más y mejor!”, escuchamos una y otra vez. ¿Será tan así? No puedo con el oficio. Siempre me emergen preguntas. Nunca respuestas. Esas solo aseguran tenerlas los que se dedican a la política o a las creencias. Pensamientos y recuerdos vuelan por sobre mí. Descubro que no tienen techo.
PLENITUD
No son pocos los viejos y viejas que aparecen y desaparecen luego de entrecerrar mis ojos. Ringo Starr (84), Paul MacCartney (83), Mick Jagger (81), Keith Richards (81), Ronnie Woods (78), Bill Wyman (88), Mick Avory (81), Ricky Fenson (80), Palito Ortega (84), Yoko Ono (92), Raúl Lavié (87), Amelita Baltar (84), Arnaldo André (82), Joan Manuel Serrat (82), Joaquín Sabina (76), Pedro Almodóvar (76) y millones más de anónimos que –como como ellos, ellas, Lionel, Luis, Sergio y Jordi– no son viejos ni viejas, sino que están en otra etapa de sus vidas y en plenitud.
¿Qué es lo que no se entiende? “Este día no significa mucho para mí… Cuando cumplí un año, seguramente mi madre (Leonor Acevedo Suárez) celebró. Aquellos doce meses eran toda mi vida. Hoy, usted me pregunta qué significa cumplir 85… Debo decirle que… muy poco. Se trata solo la 85ava parte de mi vida”, me dijo Jorge Luis Borges, el gran maestro, durante una entrevista para la tele.
Era el 24 de agosto de 1984. Después de aquella respuesta que –palabras más palabra menos– recibí en silencio y, lo aseguro, sin comprender, me reuní con él socialmente unas pocas veces más para compartir momentos simples, sencillos, graciosos (el viejo maestro era un fino humorista). Profundos, inolvidables. Sé que algo –no mucho– conocí a Borges y que me aceptó como tertuliano.
Algunas veces dialogábamos en el tan mítico como histórico café La Biela, frente al mismísimo cementerio de la Recoleta, hacia donde don Jorge miraba sin ver con sus manos apoyadas en descanso sobre el cayado de su bastón. Siempre inconsulto, Ricardo, el calvo mesero, servía un café ristretto y un té en hebras. Yo iba por el primero. Con las campanas de la iglesia Nuestra Señora del Pilar, ubicada allí, a unos 200 metros, donde los jesuitas la construyeron en el 1732, sabía que eran las seis de la tarde. “Hora del Ángelus…”, recordaba que decía su madre. También era el momento de desandar el camino. Lentamente lo acompañaba. Caminábamos primero unos pocos pasos hacia el Paseo de Chabuca Granda y –desde allí– hasta el 994 de la calle Maipú, donde vivía en el sexto piso.
TIEMPO DE DICHA
“La vejez (tal es el nombre que los otros le dan) / puede ser el tiempo de nuestra dicha. / El animal ha muerto o casi ha muerto. / Quedan el hombre y su alma. / Vivo entre formas luminosas y vagas / que no son aún la tiniebla…”, dije una tarde en su presencia. ¿El tiempo de la dicha? “Sí, Cicerón estaba equivocado cuando escribió, en ‘Senectute’, que ‘la vejez es la peor edad del hombre’”, respondió.
Guardé silencio. Recordé, mientras andábamos, que aquel poema –“Elogio de la sombra”–, que Borges escribió en 1969, concluía con cuatro sencillas palabras: “Pronto sabré quién soy”. Casi finalizaba agosto de 1985. Nos despedimos con un afectuoso apretón de manos. En el fin de aquel año marchó a Suiza, donde también viviera cuando quinceañero entre 1914 y 1919. No regresó. Su noche eterna transcurre – desde el 14 de junio de 1986– en el cementerio de los Reyes, Ginebra. Allí fue inhumada toda su vida, aunque sobrevive en sus obras y legado.
Desde su ausencia comprendí que Borges, cuando aquel último paseo, me indujo a reflexionar sobre el paso de los años. Sobre el envejecimiento. En la senectud. Inusual, tal vez, a los 35. Cuando don Jorge nació, la esperanza de vida en la Argentina la medicina la estimaba en torno de los 40 años. Borges partió cuando le faltaban pocos días para cumplir 87.
A quienes inevitablemente alguna vez lo consultamos sobre la muerte, con ironía solía responder que “no” podía imaginar, “siendo tan viejo, que pudiera conocer algo nuevo”. Sospecho que su encuentro con la Parca hubo de ser “para alquilar balcones”. Especular sobre el paso de la vida a la muerte o… a la otra vida, para quienes creen en que la hay en un posible más allá, desde siempre es un tema atrapante. Envejecer, también. Aunque en ambas situaciones es común que se vean esos temas como propios de las otredades.
MATUSALÉN
¿Qué es lo viejo? ¿Qué es ser viejo? ¿Quién es viejo? Aunque casi es una expresión caída por derribo, hasta no mucho tiempo atrás ser señalada o señalado como “más viejo que Matusalén” socialmente determinaba y no positivamente. Así llamado, el hijo de Enoc, el padre de Lamec y, también, el abuelo de Noé –el constructor del arca antediluviana– en el libro del Génesis, al parecer, nació en el Antiguo Oriente Próximo en el 3074 y murió en el 2015 antes de nuestra era. No es un error. No. Según esos textos sagrados para cristianos, judíos y musulmanes, vivió 969 años. Existen aún quienes lo señalan como “el hombre más longevo de la historia”. ¿Habrá sido así? ¿Será así o solo será una relevante y muy respetable cuestión de dogma o fe? ¿Será acaso metafórico?
PENUMBRA
Vuelvo a Borges y a su “Elogio de la sombra” que fragmentariamente recuerdo… “Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas; / Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar; / el tiempo ha sido mi Demócrito. / Esta penumbra es lenta y no duele; / fluye por un manso declive / y se parece a la eternidad. / (…) Mis amigos no tienen cara, / las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años, / las esquinas pueden ser otras, / no hay letras en las páginas de los libros. / Todo esto debería atemorizarme, / pero es una dulzura, (…) pronto sabré quién soy”.
Sospecho que Borges sentía que aquel del 85 era parte de su último viaje. Tal vez, sus ojos que no veían se miraban en aquel Hamlet que, atormentado –como William Shakespeare lo creó– sostiene que “la conciencia, así, hace a todos los cobardes y, así, el natural color de la resolución; se desvanece en tenues sombras…”.
El relato de los tiempos produce sentido. Lionel, Luis, Sergio y Jordi no son viejos. Diego Bernardini, médico que recorre una y otra vez la aldea global para explicar de qué se trata la “nueva longevidad”, suele comentar que “en la adolescencia, te preguntas qué quieres ser de mayor; a los 40 años, miras qué has hecho con tu vida; cuando ya has cumplido con los demás, te planteas qué quieres hacer con el tiempo que te queda”.
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Pintatas de barrio: la gran pintata del Inter
- Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Este domingo, Toni Roberto destaca el hecho artístico que representan los murales de los alumnos y exalumnos del centenario colegio del barrio Las Mercedes.
Era Asunción en 2011 en una elegante afrancesada sala de otrora. Un balcón con vistas a la esquina de la calle Mariscal Estigarribia y Caballero.
Una charla con una de las más importantes curadoras de arte del cono sur, Marina De Caro, que me decía palabras más palabras menos: “Cualquier mural o proyecto público debe ser consensuado con los vecinos”.
Estas palabras iban y venían en mi mente cuando disfrutaba de la “cocina del arte” en el veredón de la legendaria cancha del Inter, en los límites del sur del barrio Las Mercedes.
LA PINTATA NACIDA DE UN MURAL
Es que el proyecto “Pintata del Inter, 105 años”, nacido de un gran mural que hacen todos los años los padres de las nuevas promociones, pero que allá por 1990 no se realizaban, inspiró a Ivonne Guerrero Torreani, de la promoción de aquel año, a plantearle al director del colegio y a la comisión directiva a intervenir las murallas de la cancha del colegio por los 100 años en 2020.
Después vino la pandemia y todo quedó trunco hasta que Hugo Penayo, el director, le pide a la exalumna Guerrero Torreani retomar la idea para los 105 años.
Se convocó a todas las promociones antiguas y a las actuales, hasta del kínder; cada promoción presentaba bocetos, una memoria y se encargaba del costo de los materiales.
LA COCINA DEL ARTE Y ANDRÉS GUEVARA
Caminar el domingo de tarde por ese tramo de la calle José Berges entre Mary Lyons y Washington era como recorrer una gran instalación artística, donde familias enteras de hijos, nietos y hasta bisabuelos, que se pasaron el día haciendo la pintata, eran parte de la obra, excompañeros cocinando y alentando a las distintas promociones.
Me hicieron recordar al gran artista paraguayo Andrés Guevara, cuya obra más importante no era la pintura terminada, sino los bocetos.
En este caso, representados por esa multitud de alumnos y exalumnos del Colegio Internacional, se convertían en la gran obra. Encontrar a muchos amigos de ese colegio, de distintas épocas, los abrazos, las charlas, los tarros de pintura ya me era suficiente para decir “se produjo un hecho artístico”.
LA EXPRESIÓN SALVADORA
Muchas veces escuché de conspicuos personajes decir despectivamente “se quedaron en la época del colegio”. Y si es así, yo digo: “Me quedo por un rato en el pasado que me gusta”. En aquellas épocas de infancia, de ternura, de maestras y de recuerdos; total, todos somos siempre un poco niños.
“Pintar, mancharse, ensuciarse hace muy bien”, parafraseando a ese recordado reclame publicitario de principios de los años 2000 de una conocida marca de limpieza. Sigamos pintando. La expresión, en cualquiera de sus formas, podrá salvar al mundo, desde la más pequeña hasta la gran pintata del Inter por sus 105 años.
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Inzaghi dejó Inter tras la goleada
El entrenador del Inter de Milán, Simone Inzaghi, ha decidido abandonar el club lombardo, según anunció el equipo ayer martes en un comunicado, tres días después de la final de Liga de Campeones perdida 5-0 contra el PSG.
“Los ‘tifosi’, los jugadores y los empleados se acordarán de la gran pasión” implantada por Inzaghi, añade el Inter en su comunicado, sin mencionar ni la derrota en la Champions ni la razón de su salida.
Según los medios italianos, Simone Inzaghi debería ocupar próximamente el banquillo del equipo saudita Al Hilal, que habría propuesto un contrato de 50 millones de euros en dos años. En cuatro temporadas como entrenador “nerazzurro”, Inzaghi, de 49 años, logró llevar a sus jugadores a ganar un “Scudetto”, dos Copas de Italia y tres Supercopas de Italia.
El presidente del Inter, Giuseppe Marotta, citado en el comunicado, desea “agradecer a Simone Inzaghi por todo el trabajo realizado, por la pasión que ha demostrado y por la sinceridad en nuestra entrevista hoy (martes) que ha tomado a la decisión de separarnos”.
La del sábado fue la segunda derrota en una final de Liga de Campeones para Inzaghi y el Inter en las últimas tres ediciones, tras haber perdido también en 2023 contra el Manchester City.
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Una exhibición de fútbol total del PSG
Con una exhibición de fútbol total, el París Saint-Germain es el indiscutible nuevo rey del fútbol europeo tras aplastar 5-0 a un Inter de Milán sin respuestas, ayer sábado en Múnich, para lograr la primera Liga de Campeones de su historia.
No hubo mucho espacio para la emoción. El marroquí Achraf Hakimi abrió el marcador en el minuto 12, Désiré Doué escribió un doblete (20’ y 63’) y además marcó el georgiano Khvicha Kvaratskhelia (73’) y nada más entrar Senny Mayulu (87’).
Pocas veces se vio una final tan desequilibrada. Nunca un equipo había ganado el título por cinco goles de diferencia: el PSG fue una apisonadora que sumó 23 tiros –ocho a portería–, por siete y dos para el Inter.
Con su incontestable triunfo, el PSG empieza a curar la profunda herida del fútbol francés con la competición que creó hace 70 años.
Su corona se une a la del Marsella, lograda en 1993 también en Múnich. Había sido un sábado festivo en Múnich: cielo azul y 30 grados, las calles repletas de hinchas, los muniqueses se bañaban en el río, un concierto de Dua Lipa casi en simultáneo a la final.
El PSG clavó la búsqueda de este equilibrio: desde el saque inicial sometió al Inter a un baile basado en la circulación rápida y el intercambio de posiciones en ataque que desarboló la poblada defensa italiana.
TRAS 127 AÑOS
Tuvieron que pasar 127 años de historia para que el PSG termine con la racha negativa en la Champions League hasta que por fin pudo levantar su primera Orejona al vencer 5-0 en el Allianz Arena de Múnich, a Inter de Milán, que una vez más perdió una final del torneo europeo más importante a nivel de clubes.
Los franceses acabaron con una temporada gloriosa en la que lograron triplete de títulos: Liga, Copa de Francia y este campeonato internacional.