• POR LUIS IRALA
  • Nación Media

Tacuary y Nacio­nal empataron sin abrirse el marca­dor en un partido que tuvo poco fútbol y sí mucho des­orden. La igualdad perju­dica a ambos conjuntos. Los arqueros tuvieron casi nula participación. Hubo un ritmo sostenido, eso sí, pero todo fue muy desorde­nado y de muchas pelotas divididas, que produjeron algunos choques que por fortuna no tuvieron con­secuencia nociva para los jugadores.

Tacuary fue un poco más incisivo que Nacional en varios pasajes de la etapa inicial. Ambos conjuntos eligieron atacar por las ban­das, pero todo quedó en insi­nuaciones, con poco peligro para los goleros.

Al comienzo del partido, la Academia pasó por pro­blemas porque los volantes tenían un retorno muy lento y en un par de ocasiones los defensores albos quedaron en inferioridad frente a los atacantes de Tacuary; luego fue corregido ese déficit.

No se registraron jugadas límite frente a las vallas. Apenas unos apuntes. Un cabezazo de Alfaro que Ser­vín sacó con dificultad, en otra ocasión Cabral resol­vió con el taco una situación riesgosa y dos remates peli­grosos de Marcos Benítez, apenas fueron desviados.

La complementaria tuvo la misma temática que la fracción inicial. Los cam­bios introducidos por los dos entrenadores le die­ron un poco más de ritmo a sus equipos, pero en gene­ral hubo poca precisión y además fueron muchas nuevamente las fricciones especialmente en la zona medular. En tiempo de adi­ción, Óscar Ruiz remató al travesaño lo que pudo haber sido el triunfo de Tacuary y no se dio el viejo dicho que reza: “técnico que debuta gana”.

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