- París, Francia. AFP.
El astro argentino Lionel Messi, coronado por todo lo alto como campeón mundial en diciembre, se prepara para reaparecer con su club, el París Saint-Germain, este miércoles en el Parque de los Príncipes contra el Angers en la 18ª jornada de la Ligue 1 francesa.
Será en principio el primer partido de Messi después de Qatar-2022 y después de haber regresado a Francia de sus vacaciones en Argentina a principios de este mes. Messi, quien se reincorporó a los entrenamientos el pasado miércoles, participó con normalidad en la sesión de práctica, igual que el brasileño Neymar, suspendido en el anterior partido del PSG en liga (derrota 3-1 en Lens) y preservado por precaución el pasado viernes en la victoria 3-1 sobre el modesto Châteauroux en la Copa de Francia.
“Ha jugado un Mundial extraordinario, con muchos esfuerzos físicos y choques”, declaró el entrenador Christophe Galtier.
Kylian Mbappé y Achraf Hakimi, que después del partido de Lens recibieron unos días de descanso tras su esfuerzo en el Mundial, no estarán todavía de vuelta al equipo.
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PSG y Real Madrid se citan en semis
Con el estreno goleador de Kylian Mbappé, el Real Madrid venció 3-2 al Borussia Dortmund ayer y disputará una semifinal de alto voltaje en el Mundial de Clubes con el Paris Saint-Germain, que horas antes venció 2-0 al Bayern Munich en Atlanta.
El sorprendente juvenil Gonzalo García abrió la cuenta en el minuto 10, mientras que el lateral izquierdo Fran García remató a los alemanes en el 20 de un juego disputado en el MetLife Stadium, a las afueras de Nueva York.
Cuando todo parecía consumado, la contienda tomó una nueva cara en la recta final, cuando el Dortmund acortó distancia en el descuento a través del delantero Maximilian Beier (90+2). Mbappé llamó a la calma dos minutos después con una media chilena, pero el artillero aurinegro, el guineano Serhou Guirassy, de penal (90+8), puso los pelos de punta hasta el pitazo final.
En tanto, el PSG superó 2-0 al Bayern, con goles de Desire Doue (78’) y Ousmane Dembelé (90+6’), este último cuando ya estaba con dos hombres menos en la cancha por las expulsiones de Willian Pacho y Lucas Hernández. La nota negativa del día fue la grave lesión del delantero del club alemán Jamal Musiala.
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De viejas y viejos en plenitud. Edadistas, abstenerse
- Ricardo Rivas
- Periodista
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
El edadismo es una patología social que da cuenta de quienes victimizan y discriminan por edad sin observar la condición humana ni respetar la dignidad infinita de cada persona.
La semana que viene –el domingo– finalizará el Mundial de Clubes de la FIFA (Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol). Habrá terminado también esta suerte de ensayo general de otro campeonato “mundial”, el de selecciones nacionales, que durante el 2026 se desarrollará en México, Canadá y Estados Unidos.
Es preciso, entonces, para las entidades organizadoras, capacitar a quienes tendrán la responsabilidad de aportar sus conocimientos para que ese evento cuatrienal –deportivo y cultural– sea estupendo y, finalmente, un meganegocio brillante.
También es preciso capacitar a los públicos que –por qué no decirlo– tienen prácticas sociales diferentes para consumo y disfrute de ese tipo de espectáculos. No es sencillo, por cierto. El encuentro en el que se definirá el campeón se realizará en el Metlife Stadium de Nueva Jersey, a las cinco de la tarde de la hora del este.
Los múltiples ecosistemas comunicacionales –con medios tradicionales o no– también son parte de tales aprendizajes que se realizan sobre la marcha. Las narrativas –en línea con lo dicho– también serán diferentes ante tanta diversidad. Con esos objetivos obvios entre tantos otros que solo conocen unos pocos, desde el 14 de junio último –cuando el Inter de Miami y el Al-Ahly empataron sin goles en el Hard Rock Stadium de Miami Gardens– 32 formaciones constituidas con destacados deportistas disputaron y disputan sin descanso, aunque algunos, por los avatares de las competencias, ya volvieron a casa porque sus formaciones quedaron en el camino.
DATOS, METADATOS Y CURIOSIDADES
Entre los 230 futbolistas de alta competencia que se enfrentan en cada disputa, 80 de ellos tienen 22 años; 77, más de 21; 69 superan los 25 y 64 son mayores de 29. En este último grupo se encuentran Lionel Messi (38), Luis Suárez (38), Sergio Busquets (36) y Jordi Alba (36). Seguramente, ese cuarteto bien podría devenir en quinteto si añadiéramos a Cristiano Ronaldo (40), que no participa de la copa en juego, pero claramente son gigantes profesionales de altísima competencia con máxima visibilidad –entre aficionados y quienes no lo son– desde poco más de un par de décadas.
Sin embargo, no son pocas ni pocos aquellos que no dudan en llamarlos viejos y criticarlos por ello, dado que “ya no juegan como antes”. Para muestra alcanza con un botón. Apenas un año atrás, el periodista Dylan Hernandez (36), en el diario Los Angeles Times, enlazó apenas once palabras para decir de sus contemporáneos futbolistas que “Messi es viejo. Luis Suárez está viejo. Sergio Busquets está viejo”. Pese a ese parecer, su mirada crítica fue benevolente con Jordi. “El único miembro del (ex) cuarteto de Barcelona que no parecía estar jugando con el depósito de gasolina vacío fue Alba, el lateral izquierdo de 34 años que corría de un lado a otro de la banda como si fuera 10 años menor que él”.
Bordeó el edadismo, esa patología social que da cuenta de quienes victimizan y discriminan por edad sin observar la condición humana ni respetar la dignidad infinita de cada persona. “Es preciso comprender y comprehender que desde el mismísimo momento en que se abandona la vida intrauterina comienza el envejecimiento, también llamado senescencia”, decía el bien querido Helvio “Poroto” Botana, uno de mis maestros de vida que me indujo al periodismo. “Es inevitable”, advertía.
Hay quienes, pese a ello, se animan a explicar que la vejez comienza en torno de los 60 años. Eufemistas, muchas y muchos, nos dicen que somos parte de la llamada tercera edad, mientras que otros nos señalan como “adultos mayores”. En China, no son pocas las y los periodistas con los que compartimos 15 años de trabajo en la agencia de noticias Xinhua que me apodan lǎo . Veterano. Confieso que me divierte. Y, cuando los tiempos dan tiempo para la reflexión, me sorprendo y asombro de ser tan viejo como lo era don Ricardo, nuestro querido viejo. ¡Y que mis hijos me llamen amorosamente “viejo” como llamábamos a mi viejo!
ESPERANZA DE VIDA
Allá por 1951 –cuando nací, en Buenos Aires, Argentina, unos 1.250 kilómetros al sur de mi querida Asunción, un viernes 12 de enero, tal vez, cerca de las cuatro de la tarde– médicos, médicas y expertos en estadísticas explicaban que la esperanza de vida era de 65 años. Especificaban también que ese dato era “un promedio” (¿cuándo no lo es el resultado de un trabajo estadístico?) porque los estudios de entonces precisaban que las mujeres llegaban hasta los 68 y los hombres hasta los 63.
Esperanza de vida… Curiosa expresión. Aunque –ahora que lo pienso, en esta noche de viernes arropado por la silenciosa paz de la nocturnidad, muy cerca de los leños crepitantes, sentado en mi exclusiva silla mecedora– la esperanza era de ellos y ellas, productores de estadísticas. Sonreí.
Afuera, en las calles desiertas los termómetros marcan -6°. La ola polar pega con la fuerza. Veintisiete mil doscientos cuatro días pasaron desde entonces hasta este domingo. La luz encandiló mis ojos por primera vez hace ya seiscientos cincuenta y dos mil ochocientas noventa y seis horas. La curiosidad me llama.
DeepSeek –la IA (inteligencia artificial) china de código abierto– me dice que las niñas y niños que nazcan este domingo, siempre según los estudios de aquellas y aquellos que todo lo miden– en promedio vivirán 77,5 años. La vida se prolonga. “¡Ahora vivimos más y mejor!”, escuchamos una y otra vez. ¿Será tan así? No puedo con el oficio. Siempre me emergen preguntas. Nunca respuestas. Esas solo aseguran tenerlas los que se dedican a la política o a las creencias. Pensamientos y recuerdos vuelan por sobre mí. Descubro que no tienen techo.
PLENITUD
No son pocos los viejos y viejas que aparecen y desaparecen luego de entrecerrar mis ojos. Ringo Starr (84), Paul MacCartney (83), Mick Jagger (81), Keith Richards (81), Ronnie Woods (78), Bill Wyman (88), Mick Avory (81), Ricky Fenson (80), Palito Ortega (84), Yoko Ono (92), Raúl Lavié (87), Amelita Baltar (84), Arnaldo André (82), Joan Manuel Serrat (82), Joaquín Sabina (76), Pedro Almodóvar (76) y millones más de anónimos que –como como ellos, ellas, Lionel, Luis, Sergio y Jordi– no son viejos ni viejas, sino que están en otra etapa de sus vidas y en plenitud.
¿Qué es lo que no se entiende? “Este día no significa mucho para mí… Cuando cumplí un año, seguramente mi madre (Leonor Acevedo Suárez) celebró. Aquellos doce meses eran toda mi vida. Hoy, usted me pregunta qué significa cumplir 85… Debo decirle que… muy poco. Se trata solo la 85ava parte de mi vida”, me dijo Jorge Luis Borges, el gran maestro, durante una entrevista para la tele.
Era el 24 de agosto de 1984. Después de aquella respuesta que –palabras más palabra menos– recibí en silencio y, lo aseguro, sin comprender, me reuní con él socialmente unas pocas veces más para compartir momentos simples, sencillos, graciosos (el viejo maestro era un fino humorista). Profundos, inolvidables. Sé que algo –no mucho– conocí a Borges y que me aceptó como tertuliano.
Algunas veces dialogábamos en el tan mítico como histórico café La Biela, frente al mismísimo cementerio de la Recoleta, hacia donde don Jorge miraba sin ver con sus manos apoyadas en descanso sobre el cayado de su bastón. Siempre inconsulto, Ricardo, el calvo mesero, servía un café ristretto y un té en hebras. Yo iba por el primero. Con las campanas de la iglesia Nuestra Señora del Pilar, ubicada allí, a unos 200 metros, donde los jesuitas la construyeron en el 1732, sabía que eran las seis de la tarde. “Hora del Ángelus…”, recordaba que decía su madre. También era el momento de desandar el camino. Lentamente lo acompañaba. Caminábamos primero unos pocos pasos hacia el Paseo de Chabuca Granda y –desde allí– hasta el 994 de la calle Maipú, donde vivía en el sexto piso.
TIEMPO DE DICHA
“La vejez (tal es el nombre que los otros le dan) / puede ser el tiempo de nuestra dicha. / El animal ha muerto o casi ha muerto. / Quedan el hombre y su alma. / Vivo entre formas luminosas y vagas / que no son aún la tiniebla…”, dije una tarde en su presencia. ¿El tiempo de la dicha? “Sí, Cicerón estaba equivocado cuando escribió, en ‘Senectute’, que ‘la vejez es la peor edad del hombre’”, respondió.
Guardé silencio. Recordé, mientras andábamos, que aquel poema –“Elogio de la sombra”–, que Borges escribió en 1969, concluía con cuatro sencillas palabras: “Pronto sabré quién soy”. Casi finalizaba agosto de 1985. Nos despedimos con un afectuoso apretón de manos. En el fin de aquel año marchó a Suiza, donde también viviera cuando quinceañero entre 1914 y 1919. No regresó. Su noche eterna transcurre – desde el 14 de junio de 1986– en el cementerio de los Reyes, Ginebra. Allí fue inhumada toda su vida, aunque sobrevive en sus obras y legado.
Desde su ausencia comprendí que Borges, cuando aquel último paseo, me indujo a reflexionar sobre el paso de los años. Sobre el envejecimiento. En la senectud. Inusual, tal vez, a los 35. Cuando don Jorge nació, la esperanza de vida en la Argentina la medicina la estimaba en torno de los 40 años. Borges partió cuando le faltaban pocos días para cumplir 87.
A quienes inevitablemente alguna vez lo consultamos sobre la muerte, con ironía solía responder que “no” podía imaginar, “siendo tan viejo, que pudiera conocer algo nuevo”. Sospecho que su encuentro con la Parca hubo de ser “para alquilar balcones”. Especular sobre el paso de la vida a la muerte o… a la otra vida, para quienes creen en que la hay en un posible más allá, desde siempre es un tema atrapante. Envejecer, también. Aunque en ambas situaciones es común que se vean esos temas como propios de las otredades.
MATUSALÉN
¿Qué es lo viejo? ¿Qué es ser viejo? ¿Quién es viejo? Aunque casi es una expresión caída por derribo, hasta no mucho tiempo atrás ser señalada o señalado como “más viejo que Matusalén” socialmente determinaba y no positivamente. Así llamado, el hijo de Enoc, el padre de Lamec y, también, el abuelo de Noé –el constructor del arca antediluviana– en el libro del Génesis, al parecer, nació en el Antiguo Oriente Próximo en el 3074 y murió en el 2015 antes de nuestra era. No es un error. No. Según esos textos sagrados para cristianos, judíos y musulmanes, vivió 969 años. Existen aún quienes lo señalan como “el hombre más longevo de la historia”. ¿Habrá sido así? ¿Será así o solo será una relevante y muy respetable cuestión de dogma o fe? ¿Será acaso metafórico?
PENUMBRA
Vuelvo a Borges y a su “Elogio de la sombra” que fragmentariamente recuerdo… “Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas; / Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar; / el tiempo ha sido mi Demócrito. / Esta penumbra es lenta y no duele; / fluye por un manso declive / y se parece a la eternidad. / (…) Mis amigos no tienen cara, / las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años, / las esquinas pueden ser otras, / no hay letras en las páginas de los libros. / Todo esto debería atemorizarme, / pero es una dulzura, (…) pronto sabré quién soy”.
Sospecho que Borges sentía que aquel del 85 era parte de su último viaje. Tal vez, sus ojos que no veían se miraban en aquel Hamlet que, atormentado –como William Shakespeare lo creó– sostiene que “la conciencia, así, hace a todos los cobardes y, así, el natural color de la resolución; se desvanece en tenues sombras…”.
El relato de los tiempos produce sentido. Lionel, Luis, Sergio y Jordi no son viejos. Diego Bernardini, médico que recorre una y otra vez la aldea global para explicar de qué se trata la “nueva longevidad”, suele comentar que “en la adolescencia, te preguntas qué quieres ser de mayor; a los 40 años, miras qué has hecho con tu vida; cuando ya has cumplido con los demás, te planteas qué quieres hacer con el tiempo que te queda”.
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Dos muertos y disturbios empañan festejos del PSG en Francia
- París, Francia. AFP.
El histórico triunfo del PSG contra el Inter en la final de la Liga de Campeones y el posterior festejo en toda Francia quedaron enlutados por la muerte de dos personas, en una madrugada en la que se registraron muchos incidentes y más de 500 detenidos.
El Ministerio del Interior informó que en la ciudad de Dax, en el suroeste, un menor de 17 años murió apuñalado durante una concentración para celebrar la victoria contra el Inter de Milán, y el autor está prófugo. En París, un hombre que iba en moto fue atropellado por un automóvil y sucumbió a sus heridas.
En Grenoble, en el este, varios miembros de una misma familia resultaron heridos, dos de ellos graves, después de que un automóvil atropellara a una multitud que celebraba la victoria del París SG. El conductor dio negativo en las pruebas de drogas y alcohol, informó la fiscalía.
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Enfrentamientos con la policía
En Coutances, en el norte, un policía fue alcanzado por un petardo y tuvo que ser trasladado a un hospital en Caen, donde se encuentra en coma inducido. La mayoría de los incidentes se registraron en París y el Ministerio del Interior indicó que 559 personas fueron detenidas, 491 en París, y 320 permanecen bajo custodia policial, 254 de ellas en la capital.
A lo largo de la noche, 22 miembros de los cuerpos de seguridad resultaron heridos, 18 en París, según la misma fuente. Siete bomberos resultaron heridos, al igual que 192 manifestantes.
El Ministerio contabilizó, según un balance provisional, 692 incendios, 264 de ellos de vehículos.
En París, la mayor parte de los incidentes se registraron en la emblemática avenida de los Campos Elíseos, que fue cerrada a la circulación, así como en los alrededores del Parque de los Príncipes, el estadio del nuevo campeón de Europa, que goleó 5-0 al Inter en Múnich para ganar su primer título continental.
Durante varias horas después del pitido final, se produjeron enfrentamientos esporádicos entre grupos de aficionados y las fuerzas de seguridad, que respondieron con el uso de gases lacrimógenos y cañones de agua al lanzamiento de petardos y proyectiles.
Pese al numeroso despliegue (5.400 policías y gendarmes habían sido movilizados en París y sus suburbios cercanos), se registraron saqueos, destrozos del mobiliario urbano, vitrinas destruidas e incendios de bicicletas de libre servicio.
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El desfile, nuevo desafío
Una tienda de zapatos deportivos de los Campos Elíseos fue saqueada antes de que las fuerzas de seguridad intervinieran y detuvieran a 30 personas. En la puerta de Saint-Cloud, cerca del Parque de los Príncipes, seguidores con bengalas bajaron al periférico (la carretera de circunvalación) e interrumpieron el tráfico.
En un mensaje publicado en X, el club parisino “condenó firmemente” los incidentes en “un momento de felicidad colectiva, no de agitación o disturbios” y llamó a los aficionados “a mostra responsabilidad y respeto para que esta victoria histórica siga siendo un momento de orgullo compartido por todos”.
Este mensaje fue publicado horas después de que el ministro francés del Interior, Bruno Retailleau, mostrase en la misma red su indignación “contra los bárbaros que vinieron a las calles de París para cometer delitos”.
Retailleau defendió que el dispositivo de seguridad estuvo “a la altura” y advirtió que no se tolerarán exacciones este domingo.
El prefecto de policía de París, Laurent Nuñez, declaró este domingo que el dispositivo policial no resultó “ni un éxito, ni un fracaso”.
Lo primero “porque nos fijamos el objetivo de que no hubiese daños a los comercios y los hubo”, declaró el prefecto ante la prensa, destacando que “miles de personas vinieron para cometer exacciones y, en la mayoría de los casos lo impedimos”.
El partido de ultraderecha Reagrupamiento Nacional (RN) calificó de “fiasco” lo sucedido al considerar que las autoridades “subestimaron el riesgo” y responsabilizó a Retailleau, “el tonto útil del gobierno”.
Las autoridades y las fuerzas de seguridad se enfrentarán a un nuevo desafío el domingo por la tarde, cuando los jugadores del PSG, que ya aterrizaron en la capital parisina sobre las 14H00 GMT, desfilen en los Campos Elíseos para festejar el título con sus aficionados.
La prefectura de policía de París ha previsto delimitar tres zonas para albergar al público, unos 110.000, según los cálculos, mientras que los jugadores viajen a bordo de un autobús descapotable. Tras el desfile, todos los miembros del club serán recibidos en el Elíseo por el presidente francés Emmanuel Macron y luego irán al Parque de los Príncipes para la presentación del trofeo a los seguidores.
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Una exhibición de fútbol total del PSG
Con una exhibición de fútbol total, el París Saint-Germain es el indiscutible nuevo rey del fútbol europeo tras aplastar 5-0 a un Inter de Milán sin respuestas, ayer sábado en Múnich, para lograr la primera Liga de Campeones de su historia.
No hubo mucho espacio para la emoción. El marroquí Achraf Hakimi abrió el marcador en el minuto 12, Désiré Doué escribió un doblete (20’ y 63’) y además marcó el georgiano Khvicha Kvaratskhelia (73’) y nada más entrar Senny Mayulu (87’).
Pocas veces se vio una final tan desequilibrada. Nunca un equipo había ganado el título por cinco goles de diferencia: el PSG fue una apisonadora que sumó 23 tiros –ocho a portería–, por siete y dos para el Inter.
Con su incontestable triunfo, el PSG empieza a curar la profunda herida del fútbol francés con la competición que creó hace 70 años.
Su corona se une a la del Marsella, lograda en 1993 también en Múnich. Había sido un sábado festivo en Múnich: cielo azul y 30 grados, las calles repletas de hinchas, los muniqueses se bañaban en el río, un concierto de Dua Lipa casi en simultáneo a la final.
El PSG clavó la búsqueda de este equilibrio: desde el saque inicial sometió al Inter a un baile basado en la circulación rápida y el intercambio de posiciones en ataque que desarboló la poblada defensa italiana.
TRAS 127 AÑOS
Tuvieron que pasar 127 años de historia para que el PSG termine con la racha negativa en la Champions League hasta que por fin pudo levantar su primera Orejona al vencer 5-0 en el Allianz Arena de Múnich, a Inter de Milán, que una vez más perdió una final del torneo europeo más importante a nivel de clubes.
Los franceses acabaron con una temporada gloriosa en la que lograron triplete de títulos: Liga, Copa de Francia y este campeonato internacional.