Parecía que River Plate cortaba el largo invicto que Olimpia tiene en su cancha, pero un penal, bien cobrado vale men­cionar, terminó salvando al equipo franjeado, que parece haberse quedado sin ideas para generar peligro hacia el arco rival en el momento más importante del semestre, quizás, donde ya hay doble competencia.

Es increíble lo que le costó al Decano generar situaciones de peligro en todo el partido. Es cierto que el equipo alter­nativo no está tan aceitado en los movimientos como el titular, pero hay que decir que equivocó siempre los cami­nos y además cometió dema­siados errores producto del nerviosismo y la ansiedad por hacer las cosas bien.

Nunca hubo conexión entre Benítez y Silva por dere­cha; se eligió atacar siempre por izquierda, en el primer tiempo, donde Arias cumplió hasta donde pudo (no es su posición original); las pelo­tas no le llegaron limpias a Adebayor y, pese a intentarlo, Willian Candia no le pudo dar claridad al juego.

El juez muestra la tarjeta roja a Jorge Recalde, quien hizo un gesto grosero y tuvo que ser expulsado.FOTO:ATILIO FERNÁNDEZ

El equipo de Celso Ayala, por su parte, jugó con una línea de cuatro en el fondo que muy rápido se convirtió en cinco para provocar los errores franjeados en zona de ata­que (aunque casi no hubo necesidad de “provocarlos”) y salir rápido de contra­golpe. El manejo insulso del balón de Olimpia, casi siem­pre entre sus centrales, y los contragolpes desaprovecha­dos por River formaron parte de la radiografía del primer tiempo.

En la complementaria, el Kelito pudo golpear cuando Dionicio Pérez filtró una pelota para González y este definió cara a cara con Azcona.

A partir de ahí, Rambert mandó todo a la cancha y jugó con tres delanteros de área (Brian, Roque y Adebayor) y defendió prácticamente con un solo hombre. El gran trabajo defensivo de River estuvo a punto de rendir fru­tos, pero la mano de Marcelo González en el área le ter­minó impidiendo una vic­toria que, si se daba, hubiese sido bien merecida. Recalde anotó, pero fue expulsado por un gesto grosero.

Tabaré Viudez tuvo una fea lesión, se torció el brazo izquierdo y será baja por buen tiempo en el Decano. Ya son cuatro los parti­dos que el Decano no puede ganar. Así, con la pobre ima­gen futbolística y el nervio­sismo de su gente debuta de local en la Copa Libertado­res el próximo miércoles. El final fue caliente teniendo como principal protagonista a Diego Polenta en un confuso episodio en el que todos pro­testaron al árbitro.


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