En un país como Paraguay, optar por especializaciones fuera de las profesiones más tradicionales puede parecer arriesgado, pero también representa una oportunidad para impactar a nivel global.
El derecho de la discapacidad es una de esas áreas que, aunque poco conocida y menos demandada en el mercado paraguayo, está en expansión y con una gran necesidad de expertos en la región. Esta especialización no solo demanda conocimientos jurídicos, sino una comprensión profunda de la diversidad humana y de cómo las normas pueden transformar la vida de cada persona.
Para quienes se preguntan sí vale la pena dedicarse a áreas menos convencionales, la respuesta que nos trae la historia de la abogada Renata Olmedo es sí. A medida que el mundo se vuelve más interconectado, el conocimiento no tiene fronteras y, desde Paraguay, es posible contribuir significativamente en otros países.
Ejemplo de esto es la trayectoria que ha logrado construir Renata Olmedo, abogada, master en Derecho de la Discapacidad y experta en políticas públicas con enfoque en Derechos Humanos, quien ha logrado consolidarse como una experta a nivel regional.
En reconocimiento a su trayectoria, Renata ha recibido premios a nivel internacional y nacional, por su destacado y comprometido trabajo con las organizaciones de la sociedad civil y el Estado paraguayo.
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Miembro de RIADIS
Recientemente ha sido electa como parte del grupo de expertos latinoamericanos que conforman el Observatorio Latinoamericano de la Discapacidad de la Red Latinoamericana de Organizaciones No Gubernamentales de Personas con Discapacidad y sus Familias (RIADIS) una de las organizaciones más importantes de América Latina en temas de discapacidad.
Ser parte de esta plataforma le permitirá aportar su experiencia local a debates y políticas que abarcan toda América Latina y a su vez seguir posicionándose como experta a nivel regional y global.
Además, su rol como especialista en derechos de la discapacidad la ha llevado a viajar por toda la región contratada por importantes organizaciones internacionales e incluso por los gobiernos de otros países. En menos de un año, Renata nos cuenta que ha trabajado para países como Argentina, España y Panamá, demostrando que especializarse en temas no convencionales puede abrir puertas en múltiples países.
Oportunidades globales
Para los jóvenes que están considerando carreras no tradicionales, la invitación de Renata es a no limitar sus expectativas al mercado nacional. En un mundo donde el conocimiento especializado es cada vez más valorado y buscado, formarse en áreas poco convencionales puede ser la clave para abrirse a oportunidades globales. Desde Paraguay, y con una visión más amplia, es posible no solo acceder a un mercado mayor, sino también aportar en la construcción de un mundo más justo e inclusivo.
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Liz González, la paraguaya que llegó en tiempo récord a los pies de Leónidas en el Spartathlon de Grecia
- Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Paraguay tiene en sus filas a la ultramaratonista Liz González Duarte, que está dejando en alto al país en todo el mundo y demostrando que la garra guaraní es implacable, en donde sea. Ella no solamente fue la primera sudamericana y la segunda latina en llegar a los pies de Leónidas en la edición 2021 de la competencia de Spartathlon, carrera de ultradistancia que se realiza anualmente en Grecia, entre Atenas y Esparta, sino que también lo hizo en tiempo récord.
Con mucho orgullo, esta paraguaya sobresaliente comentó a La Nación/Nación Media que es contadora de profesión, carrera que culminó gracias a las becas de Itaipú y que su vida deportiva comenzó como una lucha contra la depresión, por lo que actualmente considera a este deporte como un reinicio de su vida. “Soy Liz González, contadora de profesión y corredora de corazón, y toda mi vida siempre fue un esmero”, detalló.
Sus primeros pasos en el deporte arrancaron en el 2016 logrando cosechar reconocimientos internacionales, lo que hizo que su vida diera un giro bastante inesperado. “Estaba atravesando un momento difícil, entonces buscaba llenar espacios y encontré eso en el deporte, específicamente en el running. Empecé a correr 6 kilómetros, a finales de ese año ya estaba corriendo 15 kilómetros en campo traviesa, que es trail”, apuntó.
En el 2017 logró el vicecampeonato en un ultratrail de 80 kilómetros y en el 2018 empezó a correr el campeonato de trail y ultratrail en el Yvytyrusu. “El ultratrail es una de las más desafiantes que tenemos en Paraguay y fue también una de las experiencias más lindas que tuve. Luego me inicié en lo que es el ultramaratón de pista, eso fue en el 2019, primero corriendo 12 horas en una pista de 400 metros en el comité olímpico paraguayo, donde salí tercer puesto. Este fue el inicio de una apasionante carrera deportiva”, aseguró.
En competencias internacionales, Liz llegó al Spartathlon de 246 kilómetros, de Atenas a Esparta. Esta competencia tiene un tiempo límite de 36 horas para llegar a la meta. “En mi primera y única edición lo hice en 34 horas 57 minutos, fue en el año 2021 y fui la primera sudamericana y segunda latina en llegar a los pies de Leónidas. Esa fue mi mejor carrera a nivel ultra”, señaló.
¿Qué es la Spartathlon?
Consiste en correr 246 kilómetros desde Atenas a Esparta, en esta distancia hay 75 puestos de control y en cada puesto una hora de cierre, eso quiere decir que si llegas fuera de la hora establecida para ese puesto quedas fuera de carrera. A esta parte de la carrera solo llega el 40 % de los inscriptos, se trata de una carrera tan desafiante porque en el kilómetro 160 hay una montaña de 1.200 metros de elevación.
“Toda la carrera está basada en lo narrado por Heródoto, que es un historiador griego. Para poder postularse hay ciertos requisitos, tanto para hombres como para mujeres. Yo había conseguido la marca mínima en el autódromo de Termas, en el ultramaratón de Río Hondo, con 174 kilómetros en el 2020, pero ese año no se corrió porque comenzó la pandemia del covid”, indicó.
Esta fue la carrera más significativa para la ultramaratonista, ella no contaba con los recursos económicos para viajar a la competencia y sus compañeros de trabajo organizaron una gran actividad para que pueda participar. “Todos me ayudaron en el barrio donde vivo, en la empresa donde trabajo, en las distintas sucursales, Ciudad del Este, Loma Plata, en la parroquia San Lorenzo de Ñemby y gracias a ello pude conseguir el 50 % de los pasajes”, confirmó.
Un equipo de apoyo
Su familia siempre la apoyó, desde el día uno, desde esos seis kilómetros cuando inició y hasta hoy, pero prepararse para un ultramaratón hizo que esté ausente en los momentos más especiales. “Mi familia estuvo al pie del cañón en cada una de las carreras, en cada una de las preparaciones. Los nombres de las personas que estuvieron siempre son Elizabeth y Griselda González, que son mis hermanas, Julia Duarte, que es mi mamá y Roberti González, que es mi papá”, indicó.
Reconoció el gran trabajo de su nutricionista, Rodrigo Gabriaguez, “cuando las cosas se pusieron difíciles y yo no creía en mí, él me devolvió a la carrera”, dijo. Así también, resaltó la constancia de sus entrenadores Fabián Campanini y Urbano Craco, dos profesionales experimentados en la materia del ultramaratón, que fueron claves para la preparación física de la compatriota.
Proyectos
“Tengo varios proyectos, primero buscar las mejores marcas para la Spartathlon y los recursos financieros para volver a representar a Paraguay en eventos oficiales. Mi idea es darle más participación a Paraguay en eventos oficiales. En el 2022, en el ultramaratón de Brasil, fui la única paraguaya en participar. Todas las delegaciones iban con un equipo técnico, después estaba yo y mi hermana representando a Paraguay, quiero buscar más apoyo de las autoridades deportivas”, recordó.
Liz desea darle visibilidad a Paraguay en el mundo e instó a los jóvenes a que sueñen en grande. “Confíen en Dios y en ustedes mismos, vayan tras sus sueños. Para los atletas que están iniciando, vayan lento, no busquen atropellar todo lo que hay, vayan conociendo modalidad tras modalidad, vayan experimentando, vayan conociéndose a sí mismos, porque el deportista llega a un punto en el que se conoce a uno mismo”, puntualizó.
Otros datos
- Liz también participó en el campeonato continental de 24 horas en Brasil, São Paulo; en el campeonato continental de 24 horas en Argentina, Mar del Plata, y en el sudamericano de 12 horas en la misma ciudad.
- En estas tres participaciones internacionales representó a Paraguay a través de la Federación Paraguaya de Atletismo.
- En la Spartathlon el corredor puede tener una asistencia por fuera, puede ser el entrenador o sus familiares que se encuentran en los 75 puestos de control.
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Paraguaya obtuvo beca de prestigiosa casa de traductores de Suiza
La traductora paraguaya de lengua guaraní Emilia Espínola fue seleccionada para realizar una residencia en la reconocida Casa de Traductores Looren, en Suiza, en el mes de febrero de 2025. Emilia es traductora, promotora y defensora del idioma guaraní, y recientemente publicó el libro “Cuentos de la selva” de Horacio Quiroga en la lengua nativa.
Emilia Espínola es técnica superior en Traducción e Interpretación Guaraní – Castellano del Instituto Técnico Superior Yvy Marãe’y, de la ciudad de San Lorenzo. Hoy, necesita del apoyo de la gente solidaria, ya que debe juntar dinero para cubrir los gastos del viaje y estadía en Suiza. Para el efecto, comparte su número de WhatsApp +55 45 9838-5148.
Durante su estancia en Suiza, la compatriota trabajará en la traducción de “Quarto de despejo - Diário de uma favelada”, de la autora brasileña Carolina Maria de Jesus, una obra emblemática que documenta la vida de una mujer de la favela en Brasil.
El proyecto, titulado “Sudamérica: ¿Qué estamos traduciendo?”, tiene como objetivo hacer accesibles en guaraní las realidades de otros contextos latinoamericanos y fomentar el diálogo entre culturas.
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Además, Emilia realizará la traducción de la obra “Heidi”, de Johanna Spyri, al guaraní. Esta nueva adaptación de un clásico de la literatura infantil suiza permitirá a los jóvenes hablantes de guaraní acceder a la historia de Heidi en su lengua materna, ampliando así el alcance de la literatura internacional y acercando esta obra a nuevas generaciones.
Este logro tiene una relevancia única, ya que el guaraní es una de las pocas lenguas indígenas con reconocimiento oficial en Paraguay y es hablada en gran parte de la región litoraleña de Argentina y Brasil. La traducción al guaraní de obras de relevancia latinoamericana y universal contribuye a enriquecer el acervo cultural de los pueblos guaraníes y fortalecer su lengua como un medio de comunicación global.
La residencia en Looren le permitirá a la joven traductora acceder a un entorno de intercambio con traductores de todo el mundo y ampliar sus perspectivas en torno a la traducción literaria, un paso fundamental para afianzar el rol del guaraní en la literatura internacional.
Al regresar, compartirá su experiencia en Paraguay mediante actividades de transferencia como talleres, charlas y seminarios, buscando sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de las traducciones en lenguas indígenas para la preservación y promoción del patrimonio cultural.
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Mayumi Sosa, primera médica cirujana de origen mbya guaraní de Itapúa
Por Valentina Jara. Entrevista de Rocío Gómez, corresponsal de Nación Media.
La doctora Mayumi Sosa se convirtió en la primera médica cirujana graduada de la etnia mbya guaraní y ahora planea especializarse en cirugía general. En una entrevista con la corresponsal de Nación Media en Itapúa, Rocío Gómez, contó un poco de sus raíces, los desafíos que superó para llegar a este gran logro en la carrera universitaria de medicina y sus expectativas a futuro.
La nueva doctora compartió su felicidad con el logro alcanzado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Itapúa: “Siento satisfacción, me siento muy orgullosa, también siento que no defraudé la confianza depositada en mí. Me siento bastante agradecida también con la vida, con Dios, mi familia, mis amigos y todas las personas que me apoyaron”.
Sosa comentó a La Nación/Nación Media que pertenece a la etnia mbya guaraní por parte de su familia materna, y que su padre es paraguayo. Declaró que tiene familia mbya, pero que no vive en la comunidad, sino en Encarnación. También dio a conocer que entre sus planes se encuentra realizar la especialidad en cirugía general en el Hospital Nacional de Itaguá o el Hospital Nacional de Encarnación.
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Superando adversidades
Sobre cómo accedió a la educación universitaria, la doctora comentó: “Acudí a un llamado que hizo el entonces gobernador de Itapúa, el doctor Luis Gneiting. Fue un llamado a jóvenes provenientes de pueblos originarios para que accedan a educación universitaria, y yo me postulé para medicina. Me dieron una beca, después de ya entrar en el primer año, que es la de EBY (Entidad Binacional Yacyretá) y de la Gobernación de Itapúa, con la que hasta el tercer año más o menos fui beneficiaria”.
Luego de tres años, Sosa tuvo que desprenderse del respaldo financiero. “Lo que pasa es que la renovación de becas muchas veces no coincide con los últimos exámenes de medicina porque nosotros rendimos hasta marzo, más o menos. No solamente yo, varios compañeros también perdieron esa beca”, dijo. Al perder el subsidio, costeó lo que quedaba de la carrera por medio del comercio. “Desde siempre vendí cosas. Vendía perfumes, cosméticos, llegué a vender comida, ropa, hice rifas y adhesiones. También tuve el apoyo de mis padres y familiares”, recordó la médica.
A pesar de sentirse muy afortunada, señaló que el camino a seguir para alcanzar esta meta no fue nada fácil: ”Fue un logro difícil e importante, porque también soy la primera en mi familia en acceder a una carrera universitaria”. Entre los mayores retos, la doctora se encontró con el fallecimiento de su madre. “Mi mamá falleció hace dos años, a mitad de mi carrera, más o menos, se le diagnosticó una enfermedad renal crónica ya en etapa muy avanzada y terminó falleciendo”, expresó.
“Para mí fue difícil porque se fue cuando yo estaba en los últimos exámenes finales. Tenía dos opciones, quedarme a llorar la pérdida y perder también la carrera, o ir a atropellar, que es lo que hice. Fui y me presenté”, recordó Sosa sobre el complicado momento que atravesó.
Un solo cupo
Además, denunció la adversidad ante la que se encuentran las personas de pueblos originarios para acceder a una educación de calidad, pues la beca ofrecida sólo posee un cupo. “Se hace cursillo y hay un sólo cupo, podes ingresar entre los 45 cupos normales, pero si vas por el de los pueblos originarios tenemos que pelear todos los que estamos representando, por así decir. Yo era la única, pasa que es costoso y si no hay apoyo en ese primer año de cursillo al menos, es difícil que puedas acceder“.
Por último, Sosa desmintió los rumores sobre discriminación durante su tiempo en la universidad: “Yo no recibí o no percibí discriminación, ni durante el cursillo ni durante la carrera, nadie de manera personal fue a agredirme por ese motivo”. Sin embargo, manifestó que sí escuchó ciertos comentarios sobre la apertura de un nuevo cupo en la época de cursillo, a pesar de esto nunca se sintió atacada, pues no lo tomó de manera personal. ”Una vez que entré sentí el apoyo de todos, me trataron siempre muy amablemente”, añadió.
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Rompiendo barreras: Belén Arce, un ejemplo de valentía y determinación
Por Sara Valenzuela, sara.valenzuela@nacionmedia.com
Belén Arce es una joven paraguaya que ha decidido hace siete años vivir y estudiar en el extranjero. Y si bien salir de su zona de confort fue claramente un desafío para ella, hacerlo enfrentando su realidad como persona no vidente es un plus innegable. Su historia se convierte en un testimonio de valentía y superación personal, que despierta admiración en quienes la conocen y es un ejemplo para otros.
Belén es la trilliza de otros dos varones y si bien no fue la única de sus hermanos que sufrió problemas de salud tras el nacimiento, fue a quien semanas posteriores le diagnosticaron con una ceguera total de manera permanente.
Si bien podría considerar esta condición como un obstáculo o limitante, el espíritu y el testimonio de la joven paraguaya demuestra que muy lejos de sentirse derrotada, ella siempre tuvo claro sus objetivos y lucha por ellos, siempre con el apoyo incondicional de su familia, la cual no solo es testigo de sus logros y triunfos, sino parte importante de los mismos.
En conversación con La Nación/ Nación Media, Belén Arce nos comentaba que desde pequeña sintió una pasión hacia los idiomas, en especial por el inglés, por lo que siempre le pedía a sus padres que le permitieran estudiar esta lengua, ya sea en cursos de verano o de tiempo completo. Llegó inclusive a ser inscripta en un colegio americano, ya con la mirada puesta en un futuro poder viajar a los Estados Unidos.
“El colegio americano en el que estuve era muy riguroso y digamos que académicamente eso me preparó para la transición que daría en la facultad. Cuando llegué allá me dijeron que mi inglés era bueno, igualmente, antes de ir a estudiar allá me preparé, leí todo lo que necesitaba y fui adelantándome en ciertos contenidos”, indicó Belén.
Relató que uno de los principales temores, tanto de sus padres como de ella, era considerar el hecho de que debía vivir en el campus universitario casi de manera autónoma. Esto era algo que jamás había experimentado, motivo por el cual antes de tomar la decisión final de continuar sus estudios en los Estados Unidos, realizaron un tour por las instalaciones.
El desafío de la independencia
“Con respecto a lo académico, ellos ya lo tenían todo cubierto prácticamente, porque se encuentran regidos por la ley en materia de inclusión, donde se estipula que cuenten con una oficina que se encarga de darte los recursos si sos una persona con alguna discapacidad. Ver y darte adecuaciones en el tiempo para entregar los trabajos o exámenes y los profesores saben eso”, indicó Belén Arce.
En cuanto a la independencia en general, sí debieron de explicar que necesitaba de cierta ayuda para conocer el campus, saber dónde quedaban los salones en los cuales debía de dar sus clases y también adecuarse a los mecanismos generales de manejo en los dormitorios.
“Cuando empecé, recuerdo que escribí en un grupo de Facebook de los alumnos de primer año y comenté que era una persona no vidente y necesitaría de mucha ayuda, y pedí si alguien quería ser mi compañera de cuarto. Enseguida una chica se ofreció y ella me ayudaba, lo que es muy diferente con Paraguay. Allá la sociedad ya es mucho más inclusiva”, comentó Arce.
Recordó, además, que en las primeras semanas su principal sorpresa se dio en el marco de la dinámica social en la que empezó a desenvolverse, ya que desde la institución promueven actividades recreativas y de integración para que los alumnos puedan conocerse y sepan más sobre sus compañeros. En ese momento ella tuvo un excelente recibimiento y se sintió de inmediato una más, sin mayores diferencias.
Alumna destacada
Belén se recibió de Licenciada en Ciencias en Estudios Bíblicos y Teológicos, recibiendo a su vez el reconocimiento como alumna destacada en esta carrera. Rápidamente realizó una pasantía este verano y al finalizarlo empezó un máster que le permitirá también ampliar sus conocimientos en consejería bíblica.
Para sus pasantías, por ejemplo, debió de mudarse y convivir durante todo el verano con un grupo de chicas, al cual rápidamente logró adaptarse, según ella, gracias en gran parte por la colaboración y solidaridad que siempre ha encontrado por parte de toda la comunidad.
“Yo creo que si no hubiera tantas diferencias y estuvieran tan preparados aquí, tanto en el campo académico como en el social, creo que no hubiera durado tanto tiempo, porque realmente la diferencia es enorme. Yo recibí mucha ayuda al principio, y hasta ahora, es impresionante el nivel de inclusión”, comentó Belén Arce.
Luchar por sus metas
La joven paraguaya destacó que desde su juventud tuvo claro que necesitaba su independencia y por sobre todo quería ser una persona profesional, con una vida completamente normal, no dejando que su discapacidad la limitara en ningún sentido y menos en perseguir sus sueños.
Reconoció que no fue fácil, en especial porque al principio no sabía cómo sería su vida en el extranjero, pero que con el acompañamiento de su familia y amigos logró superar muchos de los obstáculos que jamás pensó poder hacer. Además, ha conquistado nuevos desafíos, viéndose victoriosa en ellos, hecho que hace que cada vez se sienta más en confianza con su desarrollo personal.
“Cuando pensé en venir a estudiar, pensaba en que sería difícil que pueda desenvolverme en Paraguay, yo no me quise quedarme en un ambiente que sabía que no iba a poder desenvolverme del todo ni explotar todo el potencial que tengo. Yo siempre quise tener una vida estable e independiente”, manifestó Belén.
Ahora, a sus 25 años, asegura que se siente feliz de haber tomado la decisión de vivir sola en el extranjero y probar sus capacidades, a pesar de cualquier tipo de limitaciones. Alentó a las personas a que sigan sus sueños y luchen por las metas.
Datos clave
- Belén Arce es una joven paraguaya que ha decidido hace siete años vivir y estudiar en el extranjero
- Tiene 25 años y desde su nacimiento fue diagnosticada de una ceguera total y permanente.
- Actualmente, se encuentra realizando un máster.
- Desde niña sintió una gran atracción por los idiomas, en especial por el inglés.
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