Hoy, 13 de setiembre, se celebra el Día Internacional del Chocolate, uno de los manjares más deliciosos que nos ofrece la naturaleza. Este día conmemorativo nació en Francia, en 1995, en honor al escritor británico Roald Dahl, autor de la fabulosa historia “Charlie y la fábrica de chocolate” (1964), que fue llevada al cine en dos ocasiones, e interpretada por Johnny Depp en la última adaptación.

Cabe mencionar que el Día del Chocolate no es igual al Día del Cacao, este último se recuerda el 7 de julio; proclamada por la Organización Internacional de Productores de Cacao y la Academia Francesa de los Maestros Chocolateros y Confiteros y celebrada desde el 2010.

El chocolate es el producto obtenido a partir de la mezcla del cacao con otros ingredientes. En tanto que el cacao es una semilla proveniente del árbol del cacao y que es de origen tropical, el cual fue bautizado con el nombre científico theobroma cacao y en griego significa “el alimento de los dioses”.

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Su existencia se remonta al periodo precolombino, en épocas de las civilizaciones mayas, incas y aztecas, pero según algunas publicaciones, dicen que fueron los aztecas los que empezaron a hablar del “xocolātl”, nombre que le asignaron los antiguos para denominar a la bebida amarga que se producía a partir de los granos de cacao.

En aquellos tiempos, el cacao era considerado como una moneda, es decir, fue un medio de pago. Inclusive hasta luego de la llegada de los españoles al nuevo mundo, gracias a su sabor, nobleza y versatilidad, era considerada una mercancía de lujo. Los principales productores del cacao se encuentran en África y América del Sur, países que gozan de un clima tropical, con características y condiciones especiales para su cultivo.

Según algunas publicaciones sobre historia, cuentan que la preparación para consumir el cacao era muy parecida a la elaboración del café como bebida, ya que se tomaba el polvo de la semilla de cacao, se diluía en agua dejándolo reposar, para luego ser ingerida. Hasta que un día los negros zambos tuvieron la maravillosa idea de combinar el polvo con leche y es ahí donde nace el manjar al que conocemos como chocolate.

Por otro lado y para sorpresa de algunos, “el chocolate blanco no existe” debido a que es producto de la mezcla de azúcar, manteca de cacao, azúcar y leche condensada. No contiene la pasta de cacao que se produce a partir de las semillas del cacao que es el ingrediente principal en el chocolate.

Existe una gran variedad de chocolates, pero estas son las principales: chocolate con leche: contiene un mínimo de 25% de cacao y un 14% de sólidos de leche; chocolate amargo: contiene un mínimo de 40% de cacao y generalmente no contiene leche; chocolate blanco: debe contener como mínimo 20% de manteca de cacao y 14% de leche y el chocolate propiamente dicho que posee un sabor semiamargo.

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El chocolate se muestra en diversas presentaciones para su consumo como: chocolate en polvo, tabletas, cremas, chocolate en líquido etc.

A criterio de expertos, estas son las características principales que posee el verdadero chocolate: no se pega al paladar y se disuelve con facilidad en tu boca, no brilla o presenta diversas tonalidades. Su color es marrón, al masticarlo sientes un sabor amargo que dura por varios minutos y su aroma es intenso y entre sus ingredientes no incluye saborizantes.

El chocolate y algunos de sus beneficios: evita la depresión, es altamente nutritivo (si el porcentaje de la tableta es en gran parte cacao puro), mejora el flujo sanguíneo y regula la presión arterial, es un aliado del cuerpo para evitar el exceso de radicales libres, mejora la memoria y el estado de ánimo, eleva el colesterol bueno en sangre, mejora las funciones cerebrales, equilibra el cuerpo de las mujeres durante la menstruación, ayuda a proteger el cuerpo del daño solar, disminuye las migrañas, etc.

Estética

Y como pudimos ver, el chocolate es un producto tan bondadoso que cuenta con propiedades asombrosas para la salud y la estética no es la excepción. Ya que existe la chocolaterapia, un tratamiento de belleza que puede ser implementado en el rostro, en el cuerpo e inclusive en el cabello, aportando múltiples beneficios al que lo practica.

La técnica utiliza cacao 100% puro, no de los que se consumen. El procedimiento consiste en extender el chocolate fundido y caliente sobre la piel limpia mediante un masaje o bañándose con él. Diversos estudios han demostrado que la aplicación de chocolate directamente sobre la piel mejora la producción de colágeno y lo convierte en un tratamiento hidratante y renovador perfecto.

Contribuye a desintoxicar la piel, permite reponer la energía térmica de la piel después de la exposición al sol, es relajante y estimula al máximo todos los sentidos.

Gastronomía

En cuanto al arte culinario, el chocolate es uno de los productos estrella de la gastronomía, que además propone un mundo variado de opciones, que incluyen recetas desde las más sencillas hasta las más elaboradas: bombones, brigadeiros, mouse, salsa de chocolate, helados, galletitas, caramelos, tortas, bizcochuelos, bebidas frías y calientes. Así como también tiene uso en comidas saladas, como codornices estofadas con chocolate, ensalada con vinagreta de chocolate, etc.

Y finalmente aquí te dejamos una receta dulce, fácil y deliciosa, para festejar este día y refrescar el paladar con un helado cremoso de chocolate. Para lo que vamos a necesitar: 200 g de chocolate, 500 c.c. de crema de leche, 300 c.c. de leche, 100 g de azúcar glas, 25 g de azúcar, 35 g de cacao amargo en polvo, 3 huevos y sal.

Fundir a temperatura media el chocolate en trozos con el azúcar glas. Agregar el cacao amargo en polvo, mezclar, apartar del fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente. Cuando la preparación del chocolate esté fría, agregar los huevos de a uno y remover con un batidor de alambre.

El chocolate es toda una cultura en la gastronomía.

Añadir una pizca de sal y azúcar. Batir con el batidor de alambre y posteriormente incorporar el chocolate a la crema de leche con ayuda de una espátula y en movimientos envolventes. Poner el helado de chocolate cremoso en un bol metálico y tapar con papel film.

Llevarlo al refrigerador durante 8 horas como mínimo, batiendo cada 30 minutos durante las primeras 2 horas y después cada 45 minutos unas 4 veces más. Finalmente dejar enfriar sin batir el resto del tiempo. Al pasar las 8 horas, retirar el helado de chocolate y dejarlo fuera de la nevera durante 15 minutos para que se ablande antes de servirlo.

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