Estamos comenzando la última semana del quinto mes y en breve se inicia junio que repre­senta la mitad del año. Por todo lo que se ha vivido hasta ahora ya se tiene una pauta de cómo están transcurriendo los acontecimientos de la vida nacional y lo que podría venir en el resto de 2024.

Los datos revelan que estamos en un buen momento económico y que el incre­mento sería este año del 3,8 %, o un poco más. Pero además de la satisfacción por los logros obtenidos, lo decisivo es que hay que seguir sembrando con actitud positiva para continuar el crecimiento alcanzado y obtener las metas que se persiguen. Para ello es fundamental hacer que el capital se vaya utilizando para nuevas realizacio­nes con vistas a ganancias futuras y que aumenten con fuerza y en forma conti­nuada. Los especialistas sostienen que nuestro país está en un momento clave para las inversiones y que hay que apro­vechar todos los elementos favorables de esta coyuntura.

El Gobierno posee ideas claras de lo que hay que hacer para conseguir tales objeti­vos, pues como ha dicho el presidente San­tiago Peña, se tiene una mirada política industrial, en el sentido de aprovechar los recursos que cuenta el país, como ener­gía renovable y abundante agua, que ase­gura el futuro de las nuevas inversiones. “Lo que tenemos que hacer es maximi­zar ese beneficio y prepararnos”, resaltó el primer mandatario, en la conferencia magistral que se llevó a cabo en la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Para­guay (CNCSP). Ocasión en que se ana­lizó la importancia de atraer las inversio­nes extranjeras que posibiliten un mayor crecimiento económico, que es una de las obsesiones del Gobierno. Porque ahora que nuestro país dispone de toda la ener­gía de Itaipú para provecho propio la clave es utilizarla no tanto para venderla al exterior sino sobre todo para facilitar nuevas inversiones, que ayudarán al cre­cimiento económico, el aumento de los empleos, el incremento de las exportacio­nes y en mejores resultados tributarios.

El experto argentino Claudio Zuchovicki hizo hincapié en las condiciones bási­cas para que un país pueda recibir capi­tales que se inviertan en él, para movili­zarlo y sacarlo del estancamiento. Dijo que se deben garantizar tres puntos fundamentales: “Reglas claras sosteni­das en el tiempo, una menor burocracia y una infraestructura eficiente, que es lo más relevante para retener la inversión extranjera”.

“Estamos en un excelente momento para la toma de decisiones acá en la región. Es el momento justo para las inversio­nes, y Paraguay tiene que aprovecharlo”, remarcó el especialista del vecino país.

Si bien el papel del Estado es de indiscu­tible relevancia, no cabe dudas que el del sector privado empresarial es imprescin­dible. En eso hizo hincapié el directivo de la Cámara de Comercio, Ernesto Coronel, quien señaló que como gremio van a cola­borar en el contexto de confianza y creci­miento para atraer la inversión extranjera como prioridad en las políticas públicas de gobernabilidad. Agregó que es necesario dar pasos más concretos para que la econo­mía aterrice en el bolsillo de la gente, para lo cual es contundente la atracción de capi­tal extranjero que genere mayor demanda de trabajo y haga crecer el salario.

Justamente la atracción del capital, sea nacional o extranjero, es una tarea que debe involucrar a todo el país, no solo al sector público sino también a la ciudada­nía en general, que será una de las benefi­ciadas de los efectos de la dinamización de la actividad económica.

La idea es muy clara y no admite discusio­nes: si se pretende un crecimiento de gran nivel, el progreso del Paraguay y el bienes­tar de la mayor parte de la ciudadanía, es imprescindible aumentar fuertemente las inversiones. Que venga la mayor cantidad de proyectos económicos encaminados a las más diversas actividades de la produc­ción a los que hay que abrirles la puerta con facilidades y atractivos especiales. No hay otra.

Abrir las puertas a más negocios que pue­dan utilizar su capital para nuevas reali­zaciones económicas en nuestras tierras es la tarea fundamental que debemos encarar. Para cumplir ese propósito hay suficiente espacio que abarca a todos los sectores que tienen ganas de trabajar. Ese es el camino que se ha iniciado y que hará posible el mayor desarrollo y el bienestar de los paraguayos.

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