Los 4,7 millones de paraguayos y paraguayas que figuran en la nómina de electores del Tribu­nal Superior de Justicia Elec­toral (TSJE) tienen el gran compromiso impuesto en nuestra Constitucional Nacional de acudir a las urnas y marcar el rumbo de este país.

Mañana domingo, como cada 5 años, esta­mos llamados a elegir a nuevas autorida­des nacionales, es el momento en el que se impone el poder de cada elector, ese poder de decisión a conciencia incomparable con ningún otro cargo o poder político.

Los paraguayos y paraguayas merecemos tener una mejor calidad de vida, exigir nuestros derechos y para ello el compro­miso de elegir sobre todo, el saber elegir es una acción ineludible del país al que apos­tamos en el presenta como para el futuro. El voto es la herramienta y la responsabi­lidad de ejercerlo es de cada persona habi­litada por el TSJE.

El desafío es enorme, en puja están 9.095 candidatos que se postulan por un cargo público, puesto desde los que nos deben representar y atender nuestras necesi­dades, velar por nuestros derechos y el cumplimiento de las obligaciones consti­tucionales.

Este domingo 30 de abril, día de los maes­tros y maestras en nuestro país, el pueblo, soberano, decidirá por mayoría quién goza de su confianza para administrar el Para­guay mediante un presidente y un vice­presidente de la República. También ese pueblo sufrido, pero digno en sus convic­ciones, votará por los próximos 45 sena­dores titulares y 30 suplentes, además de 80 diputados titulares y 80 suplentes, que representarán a la nación desde el Con­greso Nacional.

Los 17 departamentos del país elegirán a sus respectivos gobernadores y jun­tas departamentales que en total son 257 miembros titulares y 257 suplentes. En total, deberán ser ocupados 780 cargos nacionales y departamentales.

El sistema democrático que rige en el Paraguay llama a sus habitantes a ejercer el derecho del voto para definir en mayoría a los postulantes que nos representarán por los próximos 5 años. Esta democracia es suprema y debe ser honrada acatando los cómputos de las instituciones de con­trol involucradas en la jornada electoral.

El TSJE es el órgano rector y a través de él se adhieren varios otros estamentos para que el día de las elecciones sea otro día his­tórico, una verdadera fiesta cívica que nos enorgullezca de ser esta República. Las advertencias infundadas sobre las atribu­ciones de este tribunal superior deben ter­minar en el momento en que los diferentes candidatos entren a la cancha, los goles se consiguen con esfuerzo, entrenamiento, mojando la camiseta, con destreza, no con ataques al árbitro del partido.

Toda una nación y el mundo se harán eco de los sucesos de mañana. Los políticos, sus adherentes están obligados a desen­volverse civilizadamente, respetando a cada elector que vaya hasta su respectivo local de votación. Por ello, se aboga insis­tentemente por el respeto hacia los votan­tes, sea del color que fuera.

Hay que acabar con el bastardeo de las instituciones, con las amenazas dicta­toriales, eso no condice con el sistema que nos representa. El TSJE es el único que tiene las atribuciones legales para validar, reconocer, proclamar a los ele­gidos con el voto de los ciudadanos y ciudadanas.

Los amedrentamientos, enfrentamientos, agresiones y descalificativos hacia nues­tro propio Estado atacando sus institucio­nes no nos conducen al objetivo de llegar a unas elecciones sanas, transparentes, en las que primen los números que levante cada candidato. Este escenario, por el con­trario, asusta y espanta a la gente, y eso va contra el espíritu de nuestra democracia.

Necesitamos tranquilidad y garantías para que los votantes ejerzan su volun­tad. Las mañas que buscan inestabili­dad no contribuyen con esa libertad que requerimos en ocasiones como la que nos espera mañana.

Las fuerzas de seguridad están en pro­ceso de despliegue, los del derecho público, a través del Ministerio Publico también, los observadores internacio­nales, etc. La logística estatal es enorme y conlleva mucho esfuerzo, pensemos también en estos servidores públicos que mañana prestarán servicios y estarán al pie del cañón.

Nos merecemos una jornada cívica tran­quila, segura y ante ello estamos obligados a cumplir como ciudadanas y ciudadanos paraguayos.

Dejanos tu comentario