Cándido Alcides Valenzuela Mora es detenido y esposado, denunciado por estafa ante el Ministerio Público por la entonces ministra de la Senavitat, Soledad Núñez. Ahora aparece como operador político del oficialismo y dirigente de una organización social. Al lado, el director de Yacyretá, Nicanor Duarte Frutos, y la coordinadora general de Acción Social de la entidad, Noelia Núñez de Figueredo.
“Dirigente” con antecedentes recibe un millón de dólares de Yacyretá
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ANÍBAL SAUCEDO RODAS.
Hace apenas algunas semanas que los amigos y compañeros del diario me hacían la liga para incursionar nuevamente en el modo sarcástico que definía mi estilo en tiempos idos y que servía para moldear la sátira política y social.
No tardé en darme cuenta de que los hechos ya venían cargados con su propio sarcasmo, grotesco y trágico, burlándose de nosotros con esa risa macabra que señala nuestro itinerario de infortunios. La ironía hasta puede caer agradable cuando es fina y disimulada, pero no cuando refleja una situación de menosprecio a nuestra capacidad intelectiva y de mueca mordaz a un pueblo que sufre bajo el peso de la mediocridad y la corrupción de un gobierno nefasto.
Y esa burla atroz a la sociedad tiene como (mal) ejemplo a la Entidad Binacional Yacyretá, que entregó un millón de dólares, supuestamente en concepto de víveres, a un hombre que en el pasado fue acusado de estafar a humildes familias que soñaban con la casa propia. La denuncia ante el Ministerio Público fue realizada por la entonces ministra de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat, Soledad Núñez. Se trata de Cándido Alcides Valenzuela Mora, quien está al frente de una Federación Nacional de Organizaciones Hábitat (Fenaoht), y que tiene, además, entre sus antecedentes invasión de propiedad privada y prohibición de salir del país. Pero, por lo visto, para la institución que tiene a Nicanor Duarte Frutos como director no existe ningún requisito para otorgar los “aportes institucionales”.
Valenzuela Mora es un operador del precandidato oficialista Arnoldo Wiens en el departamento Central y, también, pide votos para Duarte Frutos, quien encabeza la lista nacional para la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana. El nexo para que este personaje se acercara a Yacyretá, según nuestra bien informada fuente, fue la coordinadora general de Acción Social, Noelia Núñez de Figueredo, candidata a convencional por la seccional 366/4 de Mariano Roque Alonso.
No hace mucho, a través de un teléfono celular que comprobamos es de Valenzuela, estuvo invitando para un recorrido que Wiens haría por la zona: “Buenas tardes grupo, les quiero invitar mañana para una caminata con el candidato de la Lista 3 Arnoldo Wiens para las 7:00 de la mañana. Si podemos encontrarnos en la casa de la compañera Nani. Espero contar con su apoyo. A los que tienen el kepi y la remera que habíamos repartido, que se lleven puesto. Por favor”.
Nuestra “Deep throat” de Yacyretá, desde su sitio de “Hacke mate” aumentó mis penas. “Don Aníbal –me escribió– vi que en tu columna de ayer publicaste que Yacyretá le dio víveres por 5.119.834.880 guaraníes a este sujeto que se hace llamar Cándido López, pero en realidad es Cándido Valenzuela Mora. Te faltaron algunos ceros. En total asciende a 7.319.903.160 guaraníes. ¡Un millón de dólares! En once meses”. Y a continuación me pasó los detalles:
• 997.402.000 guaraníes por resolución del director de la Entidad Binacional Yacyretá del 9 de noviembre del 2021.
• 1.007.507.200 guaraníes por resolución 2322 del 17 de diciembre del 2021.
• 1.105.747.600 guaraníes por resolución 2452 del 24 de febrero del 2022.
• 1.202.666.280 guaraníes por resolución 2669 del 12 de julio del 2022.
• 1.235.420.080 guaraníes por resolución 2818 del 21 de setiembre del 2022.
• 1.771.160.000 guaraníes por resolución 2889 del 13 de octubre del 2022.
Hace días, Cándido Alcides Valenzuela Mora anunció que “en las encuestas ya está arriba luego el próximo presidente de la República, es un señor de iglesia, lo importante es que todos nos acordemos de Dios, venga de donde venga, sea católico, creyente, mormón o lo que sea (…) Entonces, es bueno apoyar la candidatura del próximo presidente Arnaldo (sic) Wiens también al doctor Nicanor Duarte Frutos como miembro de la Junta, Lista 3″. Luego, advirtió: “Gente dejo bien claro una cosa, el que está con nosotros vendrán en el día D. Vamos a demostrar que estamos juntos y unidos. El que no viene, yo le digo responsablemente gente, soy responsable de mis dichos, hechos y acciones, voy a borrar de mi planilla y del grupo. ¿Están entendiendo? ¿Saben por qué? Porque tienen que saber elegir los políticos que entienden de la política de Estado”. Es el claro ejemplo del uso prebendario que están realizando con los llamados aportes institucionales de la Entidad Binacional Yacyretá.
Algún vuelto para “la gente” habrá quedado de este intríngulis. Porque una de nuestras heroínas acaba de estrenar residencia en San Bernardino con una fiesta de órdago. Mientras el otro prócer tuvo resto “extra” para regalar una camioneta cero kilómetro. Se vienen grandes cosas. Más grandes que cuando Cristóbal Colón desembarcó en la isla de Guanahani.
Valenzuela Mora es operador de Arnoldo Wiens en Central y, también, pide votos para Duarte Frutos, quien encabeza la lista nacional para la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana.
Por lo visto, para la institución que tiene a Nicanor Duarte Frutos como director no existe ningún requisito para otorgar los “aportes institucionales”.
El exmandatario Nicanor Duarte Frutos dio su parecer sobre el primer informe de gestión del presidente de la República, Santiago Peña. Foto: Eduardo Velázquez
“El presidente bajó una línea ambiciosa”, afirma Duarte Frutos
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El expresidente de la República, Nicanor Duarte Frutos, dio su parecer sobre el primer informe de gestión presentado por el presidente Santiago Peña ante el Congreso Nacional y toda la ciudadanía. Para el exmandatario, Peña bajó una línea, una hoja de ruta muy ambiciosa para lo que se viene en su gobierno.
“Yo creo que el presidente Peña hizo una transcripción muy aproximada de la realidad que estamos viviendo. El presidente va al Congreso para dar un informe de gestión, el presidente no va al Congreso para autoflagelarse ni para hacer un discurso que agrade a determinada agenda mediática, se va para decir, ´esto hemos hecho, esto estamos haciendo y esto queremos hacer’”, dijo en entrevista al programa “Arriba hoy” de GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Duarte Frutos indicó que el jefe de Estado relató lo que ya ha hecho en este tiempo, lo que está haciendo y lo que se va hacer desde el Gobierno como una bajada de línea donde el presidente Peña “marca un destino muy ambicioso, muy interesante, que va marcar una continuidad y una innovación de todas las acciones políticas hasta hoy”.
En este punto, afirmó que esto también es una bajada de línea para los integrantes de su gabinete. “Eso también es un desafío a sus ministros. El presidente Peña plantea una hoja de ruta y se espera que sus ministros estén a la altura, porque él solo muchas cosas no va poder levantar”, apuntó.
Reconoció limitaciones
Por otra parte, Duarte Frutos dijo que además de las ambiciones, Peña también reconoció las limitaciones, principalmente en el marco de la seguridad, que en todos los gobiernos fue un punto difícil de combatir, como la delincuencia y los crímenes transnacionales.
“Obviamente reconoce también que hay limitaciones en el campo de la seguridad y que el Gobierno está haciendo un gran esfuerzo y grandes inversiones. La seguridad siempre ha sido un problema en todos los gobiernos y especialmente con el avance de la tecnología al servicio del delito, del crimen”, señaló.
El expresidente Nicanor Duarte Frutos afirmó que Santiago Peña no tiene margen de error con la gran mayoría en el Congreso. Foto: Gentileza
Debe mirar hacia adelante
El expresidente sostuvo que Peña debe mirar hacia adelante, debe demostrar que es capaz de superar a los gobiernos que le precedieron, teniendo en cuenta que es el único presidente que cuenta con una mayoría en el Congreso Nacional.
“Santi Peña no tiene excusa, no puede decir que la oposición está poniendo palos en la rueda. Santi Peña tiene la mayoría que ningún presidente tuvo a lo largo de la transición, ningún presidente, mayoría en Diputados, mayoría en Senadores. Él tiene que avanzar, tiene que afinar su imaginación política, su conocimiento, la cohesión de su equipo para cumplir sus promesas”, expresó.
Además de una mayoría en el Poder Legislativo, Duarte Frutos también destacó el apoyo del Partido Colorado con el que cuenta en este momento el jefe de Estado y la buena gestión del presidente partidario, Horacio Cartes. “No tiene excusas para decir mañana, no pude porque me sabotearon, y ahí está el Partido Colorado, dándole una gran mayoría, una gran estabilidad, la gran gestión del presidente del partido, Horacio Cartes, nunca ningún presidente tuvo la tranquilidad que tiene Peña para gobernar”, puntualizó.
Nicanor Duarte Frutos destacó que en el gobierno existe una buena armonía, no existe tensión ni convulsión social, cuenta con mayoría parlamentaria. Foto: Archivo
Duarte Frutos destacó que Santiago Peña tiene una imagen fortalecida
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El exmandatario Nicanor Duarte Frutos, destacó que el presidente de la República Santiago Peña es el primer jefe de Estado en la transición, que llega con mayoría propia en su primer año de mandato, y sobre todo resaltó que la figura del presidente Peña está fortalecida.
A su llegada en la explanada del Congreso Nacional para participar de la presentación del primer informe de gestión del presidente Santiago Peña, el dirigente político destacó que en el partido de gobierno existe una buena armonía, no existe tensión interna, cuenta con mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.
“Este gobierno cuenta con gobernabilidad, y creo que es el primer presidente de la República, Santiago Peña, que durante toda la transición es el primer presidente que tiene mayoría propia en el Poder Legislativo. Yo veo que la figura del presidente Santiago Peña está fortalecida”, remarcó.
En ese sentido, explicó que lo que debilitaría la imagen del jefe de Estado, es que si en el país existiera inestabilidad, situación que no se vive actualmente, no hay convulsión social; no existen procesos inflacionarios, la economía funciona. “El desempleo está entre el 6 %, que es normal, pero hay que generar más producción y más empleos”, indicó.
En esta edición del programa “Expresso”, transmitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al expresidente de la República Nicanor Duarte Frutos, quien analiza la situación política actual del país. Duarte Frutos sostiene que, más allá de la feroz crítica a los partidos políticos y sus disputas, además de la tan mentada “crisis de representación”, es la sociedad toda la que se encuentra dividida y alimenta el círculo de la confrontación.
Fotos: Carlos Juri
¿Cómo fue tu niñez?
–Mi niñez fue la de un niño de familia de escasos recursos. Mi mamá era modista y mi papá era comisario rural, pero más tiraba hacia la bohemia, la guitarra, cantaba y yo le ayudaba a mi mamá. No teníamos luz eléctrica todavía en Coronel Oviedo.
–¿Y cuándo se te despierta el interés por el periodismo?
–Estando ya en el Cimefor (Centro de Instrucción Militar y Formación de Oficiales de Reserva de la Fuerza Aérea Paraguaya) mi primo Marcos Frutos trabajaba como operador de radio. Yo era su ayudante y empiezo ahí en el periodismo en radio Caaguazú a los 16 años. Ahí ya fui jefe de prensa rápido, después fui segundo relator con Flaviano Díaz y era la época de la explosión de la radiofonía en el Paraguay, especialmente en el interior del país, los años 70 y 80. En el año 81 vengo a Asunción. Fernando Cazenave me hace una prueba. Me dice: “vas a entrar a prueba por tres meses”. Ivai la porte. Nunca fui un alumno brillante en nota, pero siempre lideré varios procesos políticos en la universidad, ya en Villarrica, después acá en Asunción.
–¿Y el periodismo que ejercías tenía relación con el periodismo político?
–En principio yo estaba en el periodismo deportivo. Después como era estudiante de derecho, Fernando Cazenave me dice para incorporarme al plantel de redacción de noticias nacionales. Y ahí fui primero cronista de área judicial, ha upéi jefe, ha upéi editorialista y después jefe de área política. Y terminé mi carrera en el 82 y me caso en el 84.
–En esos tiempos un cargo de jefe de política de un diario era un cargo de una jerarquía y un prestigio muy importante.
–Sí, para mí fue un momento importante de mi vida porque en la redacción empecé a conocer a varios líderes políticos de Asunción. En el 81 a los 23 años yo vengo a Asunción porque el papá de Gloria le envía a Asunción para separarnos. Che name’e guasúi esperanza, era periodista de radio Caaguazú, gran bohemio.
SERVICIO PÚBLICO
–¿Cómo llevás el ser presidente jubilado? No debe ser fácil, ¿verdad?
–Yo no me creo jubilado en el buen sentido de la palabra porque la política es una actividad que tiene que ver con una vocación que podemos sintetizar en la inclinación por el servicio público. Yo siempre estoy hablando con los amigos, estuve cinco años en Yacyretá, no ocurre con frecuencia que un expresidente de la República vuelva a la función pública. Horacio Cartes es el primer expresidente que disputa y gana la presidencia del partido. Generalmente los expresidentes se retiran.
–Lastimosamente el estronismo nos heredó el miedo incluso a instituciones que son muy lógicas en diversas regiones del mundo, por ejemplo la reelección. Esa persona es prácticamente exiliada de la categoría de elegible.
–Y hay una contradicción en nuestra Constitución que un presidente que se elige y termina democráticamente tiene sus derechos políticos amputados. Sin embargo, un presidente electo democráticamente que por alguna u otra razón termina destituido de la Presidencia de la República mantiene sus derechos políticos, el caso de (Fernando) Lugo, que fue destituido y mantiene intactos sus derechos políticos. Elegir y ser elegido. En nuestro caso no y eso me parece una injusticia, un exceso de arbitrariedad. En realidad nosotros hemos competido igual que Cartes, pero hay una mayoría en el Senado que ha convertido la negación al juramento de un expresidente como una norma de pacto que se fue repitiendo, pero yo creo que los expresidentes deberían poder disputar no la Presidencia, porque eso no está previsto en la Constitución, pero sí los cargos de representación política en el Congreso. Muchos expresidentes en América Latina ingresaron luego al Congreso.
CRISIS
–¿Cuál es tu concepto sobre la calidad de la representación hoy en Paraguay? ¿Se ha degradado?
–Para mí que la crisis moral siempre tuvimos, la ausencia de determinada ética en el manejo de la gestión pública. Ahora, hay una crisis intelectual, hay una devaluación del valor del conocimiento, del pensamiento crítico, de la dialéctica en la comunidad política nacional. La gente dice “estos senadores, estos diputados”, pero resulta que estos senadores y estos diputados no vinieron de otro planeta. ¿Quiénes les catapultaron? La ciudadanía, la sociedad. Por eso es que en los espacios donde no hay elecciones hay una crítica feroz a los partidos políticos.
–Hoy en día la polarización de los medios también lleva a tener casi resuelta la situación para el ciudadano. “Estos son buenos, estos son malos”, elegí vos quién es tu personaje. Es la victoria del sintetismo, del etiquetado fácil, ¿no?
–Evidentemente. Por eso es que la crisis de representación tiene que ver con la crisis intelectual y con la pérdida del compromiso ciudadano del representante. El representante es el que está presente en nombre del ausente en los órganos de representación política de democracia indirecta, o sea en juntas municipales, senadores, diputados y ese presente que está por el ausente no defiende los derechos del ausente generalmente. Empiezan los representantes a defender sus propios intereses o los intereses de las élites. De ahí viene la protesta contra los senadores y diputados. Pero ahí también surge la contradicción de la crítica a los partidos políticos, que no sirven, la crisis de representación que escuchamos en los espacios interelectorales donde no se producen elecciones, pero una vez que llegan las elecciones, sin embargo, nos encontramos con que los partidos siguen teniendo una gran fortaleza, participación del 60 a 70 por ciento. Y también nos encontraremos con la sorpresa de que 60 o 70 por ciento de los diputados y senadores cuestionados vuelven a ocupar sus bancas.
POLARIZACIÓN
–¿Entonces qué ocurre?
–Y hay una ciudadanía pasiva, hay una sociedad que no tiene un compromiso con el bienestar general y que generalmente vota por cuestiones mecanicistas o por cuestiones que tienen que ver con etiquetados. “Estos son comunistas, estos son demócratas, estos son providas, estos son abortistas” y se produce esa polarización que bien señalaste. Entonces la polarización no es solamente un fenómeno que se produce en el campo de los partidos políticos. No es cierto cuando escuchamos en la opinión pública que los políticos solo saben pelearse, todos los días contiendas verbales. Es que todo el universo está organizado de esa manera. Como dice el autor de un libro reciente llamado “Polarización”. Él dice “condenamos la división, el antagonismo, las contiendas, pero nos gusta la polarización”. La familia está polarizada, hay domingos que en un asado de pronto no termina bien la reunión, ya sea porque uno es cerrista o porque el otro es olimpista, porque el otro es colorado y el que llegó es de otro partido. Entonces, la polarización empieza en la sociedad, en la cultura de la polarización, del antagonismo, de los pleitos insuperables. Y eso se traspola en los partidos políticos y en los medios de comunicación, que evidentemente también están polarizados en términos de interpretación y de calificación de los hechos sociales, económicos y políticos.
–¿Y a quiénes invitan a sus mesas de debate antes de las elecciones? A los que se van a pelear. El esfuerzo que para mí está ausente en todos los sectores es la construcción de una cultura de lo público.
–Así es. Y generalmente asisten a las convocatorias mediáticas los que van a generar audiencia y desarrollar con mayor intensidad la morbosidad porque ahí las discusiones son personales, hay insultos, discusiones que tocan la intimidad y así sucesivamente y no hay un debate programático, no hay un debate, por ejemplo, sobre cuál es la alternativa al modelo económico y social predominante en el país. Yo siempre dije que en 2008 en Paraguay hubo una alternancia ejemplar. Después de 200 años de vida independiente se produce el primer traspaso de poder de un partido a otro partido en un clima de respeto constitucional. Hubo alternancia, pero no hubo un gobierno que plantee un proyecto radicalmente distinto al proyecto o al modo de ejercer el poder que los paraguayos conocen. Alternancia, pero no alternativa, sino inclusive amplificación de vicios y algunas reformas importantes.
IDEOLOGÍAS
–¿Cuál es el estado de salud de las ideologías desde tu punto de vista? ¿O es una cuestión ya nostálgica seguir hablando de eso?
–Mientras exista la humanidad, mientras vivamos en este mundo, las ideologías siempre van a existir. No confundamos las ideologías con la categoría izquierda o derecha, que son categorías que pueden estar en desuso. Pero si nosotros entendemos por ideologías el sistema de creencias y conjunto de valores y principios a partir del cual queremos organizar el Estado, la sociedad, la economía, entonces las ideologías nunca van a extinguirse. El problema de la ultraderecha que hoy resuena en Europa y en América del Sur, con (Jair) Bolsonaro primero y ahora con (Javier) Milei, qué es. Es la ideología exacerbada al extremo de una posición dogmática que no acepta ninguna visión ni interpretación diferente. Entonces esa es la ideología realmente totalitaria. Cuando el portador de una ideología de que el Estado es una organización criminal, que el mercado tiene que actuar libremente se convierte en un artículo de fe, cuando la ideología es hermética, cerrada y no tiene apertura hacia las demás visiones.
–¿Dónde está realmente parado el Partido Colorado en términos ideológicos?
–La grandeza doctrinaria del Partido Colorado se construye en la época preestronista. Los grandes lineamientos programáticos, ideológicos del partido se dan durante la larga época de hegemonía liberal, 1904-1940. Y ese nacionalismo yo sigo reivindicando. Nacionalismo para mí es cuidar nuestras fronteras frente al crimen organizado. Nacionalismo para mí es defender nuestra identidad cultural en un mundo globalizado y cuáles son esas identidades a defender, nuestra lengua, nuestra música, nuestro canto. Qué pasaría de un pueblo que pierde su identidad cultural. Estaría en el limbo, no tendría autorreferencias para enseñar a las nuevas generaciones lo que significa ser paraguayo. Nacionalismo para mí es defender los bienes estratégicos. El nacionalismo colorado no es chauvinista. El nacionalismo colorado no pretende presentarse como una raza o como una etnia superior. Ni tiene afanes de dominación, ni de conquista, ni de imperialismo. El nacionalismo colorado es un nacionalismo noble frente a la invasión, justamente como decía Natalicio González, de las ideas foráneas, de los pensamientos que se nos presentan como superiores porque vienen de Europa o de otras potencias. El nacionalismo es no alinearse a ninguna potencia y estar abierto al mundo.
PROGRESISMO
–¿Cómo se conjugan esas miradas tuyas más vinculables a un concepto progresista con el presente del Partido Colorado?
–El concepto progresista en lo económico lo que pretende es desmarcarse del pensamiento marxista-leninista. El progresismo lo que quiere es un Estado social de derecho. El Estado social de derecho no significa la negación del mercado como un factor dinamizador de la economía, como un factor incentivador de la producción, de los emprendimientos, pero el mercado per se no puede generar equilibrio social, equidad social, mayores niveles de igualdad, ni defensa de los intereses de los consumidores o de los intereses de los más débiles que operan en el mercado.
–¿Cómo estás evaluando las principales referencias que se tienen en la región?
–El error de los gobiernos progresistas en América del Sur, que creo que ni Lugo ni mi gobierno han cometido, es extender los derechos sociales al infinito sin preservar la macroeconomía, la responsabilidad fiscal, la necesidad de mejorar la calidad del gasto. Muchos gobiernos progresistas extendieron derechos a sectores que tenían solamente capacidad de movilizarse, eran las minorías intensas, provida, proagenda LGTBI, derechos humanos. Entonces los gobiernos progresistas tomaron estas agendas como agendas serias y finalmente se dieron cuenta de que eran agendas de organizaciones minoritarias, pero que tenían una capacidad de movilización y de plantear sus demandas como si fueran universales. Entonces, pierden las elecciones.
–Pero no hay derechos no serios.
–Podemos hablar de derechos que no deberían consagrarse si con ello vamos a poner en riesgo el endeudamiento, la inflación, la crisis fiscal, la pérdida de una política monetaria. Yo no puedo extender derechos si con ello tengo que echar mano a la emisión inorgánica, a reprimir o a limitar los gastos de las inversiones que necesitamos.
ANTISISTEMA
–¿Cómo te llevás con las figuras del antisistema?
–Primero hay que definir qué se entiende por antisistema. Para los libertarios que hoy tratan de imponerse en el mundo, antisistema es primero reducir el Estado a su mínima dimensión, el Estado mínimo, el Estado gendarme, un Estado que tiene que solamente preocuparse del cumplimiento de los contratos y de la defensa de la propiedad privada. Ninguna participación en las relaciones entre el capital y el trabajo. Antisistema es destruir los partidos políticos, negar la importancia de los partidos políticos, declarar que los derechos humanos prácticamente no existen, trabajar sobre inclusive la liquidación de las instituciones públicas. Ese concepto antisistémico que hoy rige en algunos lugares es para mí nefasto. Primero, el Estado es una necesidad. El Estado se crea por nuestra maldad y por nuestro egoísmo. El Estado surge, como decía uno de sus grandes pioneros, Thomas Hobbes, para evitar la guerra de todo contra todo, el Homo homini lupus. Entonces, el Estado es una necesidad. Sin el Estado viene la anarquía. Sin el Estado va a venir el darwinismo social y económico. El más fuerte comiéndose al más débil.
–¿Qué es Payo Cubas desde tu punto de vista a la luz de este debate que estamos haciendo sobre antisistemas?
–Payo Cubas plantea un antisistema a medias porque finalmente él quiere gobernar por decreto. No con base en las leyes, a la construcción de consenso, de acuerdos. Él plantea un gobierno totalitario, una dictadura blanda o dura. Ese es un discurso que le gusta a mucha gente, porque la gente también quiere un Estado fuerte, quiere un gobierno que defienda al trabajador, a la clase media, a las personas de a pie, porque finalmente el problema más grave es la criminalidad de calle.
CLIENTELISMO
–¿Cómo se sale del clientelismo en un futuro respecto de la vigencia de un partido que ha sido tan protagónico en Paraguay?
–Primero hay que definir qué es el clientelismo. ¿El clientelismo es entrega de alimentos a los sectores populares? ¿El clientelismo es otorgar contrato de limpieza, de franja de dominio a determinadas organizaciones sociales? ¿Clientelismo es incorporar gente en el Estado sin pasar por un concurso de méritos? ¿Qué es el clientelismo? ¿A qué podemos denominar clientela? ¿Hay realmente una relación matemática indiscutible entre clientela y voto a favor. Para mí no existe esa relación, porque yo tengo una larga experiencia de que los sectores más ayudados y beneficiados te votan en contra. Cuando los pobres salen de ese rango y empiezan a transitar en la clase media, se vuelven los más conservadores y los enemigos más furiosos de los gobiernos que les sacaron de la pobreza. El coloradismo vuelve al poder estando en la llanura. El coloradismo, teniendo el control del Estado, durante 30 años perdió la Gobernación de Central y durante muchos periodos la intendencia en capital. Entonces, ¿cuál es el verdadero alcance del clientelismo? El coloradismo sí es un partido de las mayorías populares. Es un partido que moviliza las pasiones, que genera todavía esperanza.
–¿Qué está faltando para que haya mayor fervor juvenil en la participación política?
–Yo veo que la mayor renovación en los cuadros políticos con una incorporación de jóvenes de manera casi sorprendente ocurre especialmente en el coloradismo y también en el Partido Liberal. Muchos jóvenes intendentes, muchos diputados, senadores. La juventud evidentemente en un país en desarrollo, con universidades públicas desfinanciadas, tiene grandes frustraciones y yo suelo decirles a los jóvenes que la juventud no debe ser simplemente consumidora de poder. Un estamento que está pescando que le den algunos cargos, sino que la juventud debe ser constructora de poder y eso es posible con organización, participación y contestación al orden que genera malestar.
Hay una contradicción en nuestra Constitución que un presidente que se elige y termina democráticamente tiene sus derechos políticos amputados. Sin embargo, un presidente electo democráticamente que por alguna u otra razón termina destituido de la Presidencia de la República mantiene sus derechos políticos, el caso de (Fernando) Lugo, que fue destituido y mantiene intactos sus derechos políticos. Elegir y ser elegido. En nuestro caso no y eso me parece una injusticia, un exceso de arbitrariedad”.
“Para mí que la crisis moral siempre tuvimos, la ausencia de determinada ética en el manejo de la gestión pública. Ahora, hay una crisis intelectual, hay una devaluación del valor del conocimiento, del pensamiento crítico, de la dialéctica en la comunidad política nacional. La gente dice “estos senadores, estos diputados”, pero resulta que estos senadores y estos diputados no vinieron de otro planeta. ¿Quiénes les catapultaron? La ciudadanía, la sociedad”.
La variación en cuanto a fecha es de un día, aunque la diferencia en años es de catorce. El miércoles 26 de mayo de 2010, el presidente de la República del Paraguay Fernando Lugo Méndez se sentaba en el sillón de la presidencia de la Junta de Gobierno del Partido Colorado (simbólicamente, el sillón de Bernardino Caballero) durante una sesión extraordinaria en la cual informaba sobre el “Proyecto de innovación estructural del Poder Ejecutivo”, con el propósito de que no tenga trabas en el Legislativo. Estuvo acompañado del secretario general y jefe del Gabinete Civil de la Presidencia de la República Miguel Ángel López Perito y la ministra de la Función Pública Lilian Soto. Lilian Samaniego era titular de la asociación política a la que, por primera vez en la transición democrática, le tocaba el papel de oposición, producto de la soberbia y la ordinariez de Nicanor Duarte Frutos y la traición de Luis Alberto Castiglioni, quien alegó fraude en las internas partidarias.
Lugo aprovechó para “poner otros temas en la agenda ciudadana”, como las vacancias en la Corte Suprema de Justicia. Semanas después, el 17 de junio, a través del llamado “superministro” López Perito solicitó que la ANR designe a dos representantes para integrar el equipo interinstitucional que iba a tener a su cargo trabajar sobre “la reforma del Estado”. No existía una tragedia jurídica –como lo pinta hoy– para el entonces ministro del interior, Rafael Filizzola, actual senador por el Partido Democrático Progresista (PDP) e incondicional aliado del gobierno de Mario Abdo Benítez. Pero los tiempos cambian. Y los discursos, también.
El lunes 27 de mayo, pero de 2024, el presidente de la República asiste al local del Partido Colorado para dar a conocer su gestión de nueve meses al pleno de la Junta de Gobierno. Quien le dio el justo calibre a la reunión fue el diputado Roberto González, de la disidencia interna del oficialismo: “No es nada malo, tampoco extraordinario”. Fue un trámite exclusivamente político, probablemente inducido por el veterano dirigente Juan Carlos Galaverna, para enviar señales de paz y buenas relaciones, sin fisura alguna, entre Santiago Peña y Horacio Cartes. No había tremendismo apocalíptico como el planteado por el exsenador y exafiliado a la ANR Hugo Estigarribia, ni hacían falta los lengüetazos lameculos de Duarte Frutos para justificar tal encuentro. No representa ningún atropello constitucional ni colisiona con el detallado informe que deberá presentar al Congreso de la Nación el próximo 1 de julio del año en curso. Se trata, simplemente, de un presidente de la República que relata sus acciones de gobierno al partido político que lo llevó al poder.
Donde sí hubo fallas evidentes fue en la organización del evento. No debió digitarse la lista de oradores. Y, para colmo, el primero de ellos, sin ninguna autoridad moral, indigestó al auditorio, como efectivamente lo hizo el expresidente de la República Nicanor Duarte Frutos (quien debería estar enfrentando cargos por corrupción ante la Justicia) con una perorata empalagosa, repetitiva y anodina, donde lo único resaltante fue su salto del socialismo humanista de 2007 al capitalismo social del pasado lunes 27 de mayo. Un abrupto giro que denota sus conocimientos de hojarasca y sus gelatinosas “convicciones”. Pero le entiendo: hay que evolucionar al ritmo de las urgencias personales, familiares y de alguna protegida en la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), desvinculada (el 5 de diciembre) y devuelta al cuadro de personal (el 21 del mismo mes) mediante un lacrimógeno ruego, según las chanzas que circulan por los pasillos áulicos. Gana 46.175.078 guaraníes con apenas dos años y medio de antigüedad. Fecha de ingreso: 4 de octubre de 2021, con un contrato de 8.000.000 guaraníes. Un meteórico ascenso que desafía los consejos de la cordura, los códigos de la decencia y los misterios del Triángulo de las Bermudas.
De paso, tocando de oído, dio “lecciones” acerca de la criptominería, cuando su único título habilitante para dar cátedra, y con rango de PhD, es sobre la cleptominería. De Yacyretá extrajo todo lo que pudo. Y aún más. Bastardeando hasta los recursos que debieron destinarse a la distribución de víveres a las familias pobres, según se comprobó en una auditoría externa, que por ahí debe andar todavía y que le costó a la entidad 35.000 dólares. La verdad sea dicha. Alguien tiene que hacerlo.
El presidente Santiago Peña es una persona joven que aún no cumplió el primer año de los cinco que dura su mandato. Nadie como él tiene la luminosa ocasión de inaugurar el modelo de la sinceridad política y la meritocracia, sin importar quién caiga bajo su peso, por encima de la contaminante hipocresía que asfixió la credibilidad de la clase dirigente. Siempre será más recomendable la crítica del adversario que los elogios embusteros y oportunistas de los insaciables vividores del Estado. Y sin ninguna influencia –antes bien, el desprecio– en la opinión ciudadana. Buen provecho.