• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista Político.

La semana que concluyó estuvo marcada por la visita de Amir Ohana, presidente de la Knéset, que es el Congreso de Israel, y constituye un hito en la historia que viene a reatar el hilo conductor que une hace décadas a Paraguay y a Israel. Para que ello ocurra hubo todo un trabajo delicado y en silencio, similar al que realiza un orfebre, del cual en algún momento se sabrá.

Decisiones revanchistas y con una mirada basada en oscuros intereses pretendieron en el gobierno de Mario Abdo que Paraguay se alinee con países, regímenes y organizaciones que promueven y llevan a cabo los más deleznables crímenes, como sin duda lo son el terrorismo, los atentados y los ataques a civiles. En algún momento de la historia se sabrá lo que impulsó al gobierno anterior a tomar decisiones como las que tomó. Las reales intenciones y lo que encubren, no las que esgrimen públicamente en sus vanos intentos de justificar lo injustificable.

Con la asunción de la administración del presidente Santiago Peña se logró reencausar los lazos de amistad con el Estado de Israel. Los mismos que se fortalecieron y afianzaron con el gobierno de Horacio Cartes, la posición de la que Paraguay nunca debió haber tomado distancia. Una de las actividades marcadas en la agenda de Ohana fue la reapertura de la embajada de Israel en Paraguay, en la misma el presidente de la República anunció que en diciembre nuestro país abrirá oficialmente su sede diplomática en Jerusalén. Como corresponde. Otra de las actividades también relevantes fue la sesión de honor donde el Congreso Nacional otorgó a Ohana la máxima distinción.

“En estos tiempos tan difíciles para Israel, sabemos reconocer el valor de la amistad verdadera. Este es el caso del presidente de la Honorable Cámara de Diputados del Paraguay, Raúl Latorre. Además de ser un acérrimo defensor del Estado de Israel, es el primer líder latinoamericano en visitar nuestro país tras los sucesos del 7 de octubre. Raúl, muchas gracias por invitarme a hablar ante las dos cámaras de representantes, por otorgarme la distinción del Congreso, por firmar el memorando de entendimiento destinado a la cooperación, por el trato amable con las familias de los asesinados y por las atenciones brindadas a la delegación de la Knéset, pero, sobre todo, por ser un verdadero amigo de Israel”, con estas palabras Ohana expresaba su agradecimiento y reconocimiento a uno de los principales articuladores de su venida al Paraguay.

La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, pasa por estar del lado correcto de la historia. Como dijo Latorre en parte de su mensaje que fue tomado por los sitios oficiales del Congreso de Israel, “quiero que lleven este mensaje: no están solos. En Paraguay también tienen un hogar y los vamos a acompañar, aunque seamos los últimos en hacerlo, Paraguay se parará con su hermana nación de Israel”.

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