Año a año volvemos a plantear ante los mismos de siempre el mismo problema endémico del Estado paraguayo. Tenemos hoy en ambas cámaras del Congreso y en la Bicameral de Presupuesto una ausencia total del más importante de los sentidos para vivir… El “sentido común”.
Ante las reiteradas posiciones y explicaciones de todo el equipo del Ministerio de Hacienda a la Bicameral de Presupuesto, la misma continuó con su mismo discurso y planteamiento que los viene teniendo en todo este gobierno. Ampliar los gastos rígidos, dar más privilegios con el dinero del pueblo, hacer al Estado paraguayo más ineficiente generando más y más nombramientos. No les importa que la Caja Fiscal, que da las jubilaciones para los funcionarios públicos, esté ya en colapso casi terminal y que en solo un quinquenio será insolvente.
Continuamos viendo ejemplos de irresponsabilidad en Diputados, donde estas acciones fueron ratificadas como si hubiera un pacto para anular la capacidad de cumplir con el rol del Estado, que uno de los más importantes es generar desarrollo a través de inversiones estratégicas.
Hoy el Estado continúa su senda de ser un Estado paquidérmico donde aún esperamos la aprobación del anteproyecto de ley del servicio civil. Proyecto clave para introducir la meritocracia y la capacidad de dar oportunidad a los mejores. No se trata de evitar que se contraten más posiciones para la Fiscalía o para el Poder Judicial, se trata de aprobar un plan de evaluación y ajuste del total de funcionarios y ver que se contraten las posiciones misionales. El mismo Congreso tiene una sobrepoblación de funcionarios, se inventan cargos y posiciones para favorecer solo la apetencia de políticos de turno.
Debemos insistir en la iniciativa de decir: “no votemos más a los políticos que nos llevan a aumentar el gasto de manera irresponsable”. Debemos castigar en las internas y mucho más en las generales a todos los que no den una clara respuesta a qué haremos con nuestros impuestos. No es que no alcanza lo que recaudamos, es que se rifa en favores y en una inescrupulosa acción de gastar lo que no podemos recaudar.
Los que trabajamos en el sector formal estamos muy cansados de ser los que no tenemos seguros médicos VIP, los que tenemos que trabajar 9 a 10 horas por día para conseguir el pan de cada día, los que para jubilarnos debemos llegar a los 65 años y que al final del mes el fisco nos confisque con el “im-puesto” el tributo para que luego estos políticos hagan un mal uso de nuestro esfuerzo.
Es hora de decir basta. Basta señores irresponsables del Congreso. Basta de jugar con nuestro sudor del día a día y con el pan de nuestros hijos. El PGN 2023 debe ser respetado tal y como el Ministerio de Hacienda lo presentó. No es negociable. Dejemos de rifar el futuro de la nación y adquiramos sentido común.