Continúa el aumento de casos de hepatitis aguda en niños alrededor del mundo. Semanas atrás se reportaba la detección de 170 casos en diferentes países; actualmente ese número ha subido a 650.

Hace unos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicaba que todavía se desconocen las causas de este brote que se ha cobrado 9 víctimas. Un total de 33 países han reportado al menos un caso desde el 23 de abril, fecha en la que se hicieron públicas las informaciones sobre los casos de hepatitis.

Ya en marzo de este año, el Reino Unido alertó sobre la detección de casos de hepatitis en niños, especialmente en menores de 10 años. En este país, de un total de 114 casos, 10 necesitaron trasplante de hígado y los demás pudieron recuperarse en sus casas.

Inicialmente se consideró que el principal sospechoso de ser responsable de los casos de hepatitis aguda en niños era un tipo de adenovirus (41 F), el cual había sido identificado en algunos de los pacientes; sin embargo, la OMS había pedido prudencia, pues no estaba del todo claro que existiera una relación directa entre el adenovirus y los casos de hepatitis que eran detectados. De hecho, varios investigadores manifestaron no estar convencidos de la hipótesis del adenovirus ya que, el subtipo 41 de adenovirus anteriormente solo se ha relacionado con síntomas gastrointestinales de leves a moderados; por tanto, el adenovirus no explicaría la severidad de los casos observados.

Es decir, si resultara que la infección por adenovirus es la principal responsable del brote de la enfermedad, habría que explicar por qué la historia natural de la infección ha cambiado tan dramáticamente en el 2022.

Por otro lado, una nueva hipótesis ha surgido: la suma de covid más adenovirus. La hipótesis ha sido publicada en la revista The Lancet Gastroenterology & Hepatology en un artículo en el que se explica el origen de estos brotes a través de la existencia de un nuevo virus, o cofactor, que agrava la naturaleza de la infección por otro virus. En este caso, la infección previa por SARS-CoV-2 generaría las condiciones para empeorar una posterior infección por adenovirus. Los expertos han establecido que es probable que el coronavirus haya estado latente en los niños, y que en el sistema digestivo quedaban algunos reservorios del virus. Estos virus al entrar en contacto con otros patógenos han multiplicado la fuerza de su mecanismo patológico.

Los especialistas explican que se identificó el SARS-CoV-2 en el 18 % de los casos notificados en el Reino Unido y en 11 de los 97 casos en Inglaterra para los que se tienen datos disponibles y que dieron positivo en el SARS-CoV-2 al ingreso. Otros tres casos dieron positivo durante las ocho semanas anteriores a la admisión.

Aunque se trata de una hipótesis apoyada por varios especialistas, existen algunos inconvenientes en esta teoría, como, por ejemplo, en los niños afectados, no se ha hecho el estudio correspondiente para indicar que tenían SARS-CoV-2 latente en su tracto digestivo ni se hizo el estudio serológico para saber si covid-19 ha dejado su huella.

Algo que fue totalmente descartado fue la atribución a las vacunas de los casos de hepatitis aguda en niños. Según expertos en el área, esta idea se ha descartado ya en varias investigaciones. La relación en la que se indaga es la del adenovirus de la hepatitis pediátrica con la covid-19, alguna de sus variantes y también con el encierro prolongado que mantuvo a los niños ajenos, durante meses, a la exposición a virus de su sistema inmunológico. Notablemente, algunos de los niños estaban enfermos de coronavirus cuando contrajeron la hepatitis, pero el vínculo exacto aún es un misterio.

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