- POR ROSSANA ESCOBAR M.
- Editora de Investigación
- Grupo Nación
- rossana.escobar@gruponacion.com.py
Absurdo, derroche, despilfarro, desigual, una joda, humillante, asqueroso, dioses del Olimpo son algunas expresiones de indignación ciudadana que podemos rescatar de las redes sociales, principales medios de desahogo para muchos comunes que debemos hacer de tripas corazón ante los escandalosos privilegios en las binacionales viralizados de vuelta en la última semana, con mayor destaque en Yacyretá.
Por lo bajo, hay 34 bonificaciones o cobros extras en Yacyretá, según un levantamiento de datos del portal de la entidad que hicimos en la redacción de La Nación en estos días. La lista, sin exagerar, trasciende los límites de cualquier lógica. El extenso índice de bonificaciones desafía a la razón y muestra el ingenio que tienen los administradores para poner nombres a los rubros cuando se trata de inflar sus bolsillos.
Los de la “élite” tienen bonificaciones más exclusivas, como la establecida por Resolución 19304/20 firmada por Nicanor Duarte Frutos y Raúl Silva Busto de “ajuste de gastos de traslado” en setiembre del 2020 (año de pandemia) con un importe de G. 18.375.000 y ratificada en octubre del mismo período.
Por citar, entre los más ridículos sobresueldos están los pagos por “dedicación funcional” (dedicarse a la función), “guardia pasiva” (por estar disponible el personal a la llamada del trabajo, “por semana no calendarizada” (trabajo en equipo durante el año), “gratificación adicional, ayuda habitacional y desarraigo a la vez, porcentaje adicional, antigüedad de la EBY y antigüedad (afín)”, etc., etc., dentro de una lista de 34 que en la binacional ya ni respondieron de qué se tratan.
Gracias a estas bonificaciones es que en Yacyreá existe una “élite” que cobra entre G. 80 millones a G. 100 millones al mes, así como operadores de medio pelo como una maquilladora sin registros de título universitario en las planillas con G. 16 millones en un mes, una fotógrafa con ingreso de G. 20 millones en un mes, los matrimonios vip con G. 60 millones, G. 87 millones o más de remuneración en un solo mes, equivalente a 40 salarios mínimos en nuestro país.
Por estas razones es que el director de Yacyretá como su séquito de leales oportunistas no quieren transparentar el uso del dinero en la entidad. Con la sola filtración de los exorbitantes salarios que cobran se volvieron locos en la EBY al punto de que una diputada denunció días pasados en sus redes que Nicanor comenzó a incautar computadoras para “pillar” quiénes filtraron los recibos de la liquidación de los sueldazos.
Cuántos amigos y operadores más hemos de encontrar a través de los servicios tercerizados cuyos contratos se guardan bajo siete llaves. O cuántos proveedores amigos, precios superinflados, maniobras, han de haber en cada contratación si vemos cómo nos meten la mano en el bolsillo con sus salarios privilegiados.
Así que debemos insistir en que los entes de control, en este caso la Contraloría General de la República, ingresen a las binacionales, como a todas las instituciones del Estado para que, con documentos, la ciudadanía se entere cómo se usa su dinero y eliminar estos gastos tirados de los pelos.