• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • Columnista

Término utilizado en los 80, esencialmente en la moda y en la música, el “new wave” o la “nueva onda”, también terminó aplicándose a todo aquello que venía a revolucionar o cambiar el estilo en que se hacían las cosas.

En la política, la nueva onda o la nueva manera de hacer política, se utilizó como muletilla de los outsiders, los que venían a cambiar aquella vieja política, llena de vicios, de corrupción, etcétera. Se prometía un giro de 180 grados y se terminó haciendo uno de 360. Se convirtieron todos, salvo muy escasas y honrosas excepciones, en más o peor de lo mismo.

Aparecieron empresarios, artistas, periodistas, analistas, locutores, modelos, sociólogos, tecnócratas que venían a enseñarle a la vieja guardia política cómo se hacía política y cómo había que gobernar. 99% bleff. 99% de mentirosos peores y más descarados, 99% de sujetos que ni siquiera tenían un mínimo de empatía con los que a quienes estaban cagando, cosa que algunos políticos, al menos, tienen.

Los dueños de la honestidad, de la virtud, los impolutos, se volvieron, rápidamente, en aventajados alumnos de los que ya estaban, ladrones rapaces, cuando no incapaces, inútiles, absorbidos por entornos sórdidos, sumidos en la soberbia de creerse los elegidos, fueron un fracaso y una desilusión tras otra. Algunos hoy, después de décadas, siguen siendo mala palabra.

Otros se han reciclado y se han quedado a vivir, cómodamente, de la política que tanto despreciaban y que querían desterrar. Y ahí pululan en bancas y “rekutuses” interminables. Ni tienen la dignidad de morirse o que.

Hoy, nuevamente, las elecciones municipales nos trae la oferta de los “new wave”, de los que se meten “en la arena política para hacer algo por la ciudad... para cambiar todo desde adentro”, y puede ser que inclusive algunos de ellos tengan intenciones sanas. ¿Por qué no? Otros ya han mostrado, en menos de tres tiernos añitos en sus bancas, que son, repito, parte de lo mismo y peores, con más hambre por lo ajeno y público.

No hay ningún empacho en aliarse y proteger a sus supuestos némesis, procesados, imputados, condenados, ladrones pillados in fraganti con audios y videos, obtenidos legalmente, documentos y cheques certificados por peritos.

Pero nuestros “new wave” no se dan por notificados. Los caracteriza un mismo norte, el que dictan el cada vez más decadente medio de la calle Yegros y sus grotescos perifoneros, aliados a la más rancia podredumbre política que se hace llamar opositora y es más oficialista que el gato de Mario Abdo, prendida a todo tipo de zoquetes, prebendas, negociados, tráficos, lavados y robos de toda laya. Traidores a la patria, gritan, los apañadores de los “traicionantes”.

Miremos bien quiénes son los candidatos, pero aún con más cuidado miremos quiénes están detrás y con quiénes se juntan y les dan apoyo... no cambiemos seis por media docena, no todo lo que hay es malo ni todo lo nuevo es bueno. Ojito.

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