Por: Andrés Barrios. Enviado especial.

En la celebración de la misa central de Caacupé monseñor Ricardo Valenzuela instó a los católicos a conocer más a María Felicia Guggiari Echevarría, más conocida como “Chiquitunga”. Durante la homilía se abogó por su canonización.

“Tener a Chiquitunga como beata es una gran bendición y agradecemos al señor y a la iglesia. Toda la gente del pueblo le quiere, es importante este don que la iglesia nos hace y demuestra ser nuestra madre. Podemos insistir en la canonización”, dijo el padre Romano Gambalunga, durante la homilía.

Sostuvo que la gente debe ser más cristiana, a Dios, ayudando al prójimo y valorando la beatificación de Chiquitunga. Sin embargo, instó a los feligreses a seguir luchando por su canonización.

Explicó que María Felicia Guggiari Echevarría siempre se entregó a Jesús y que es el fiel reflejo del pueblo paraguayo, principalmente de la mujer paraguaya en su lucha a favor de la gente y el prójimo, además del amor infinito que tiene en su corazón.

“Nos da energía para amar y alegría en el corazón. Chiquitunga es una luz, una esperanza que viene del amor de Jesús. Ella quería ayudar a todos, empezando por los que más necesitaban. Hay que conocerla más en la oración, sería muy importante”, agregó.

El intendente de Caacupé, Diego Riveros, manifestó que todos los paraguayos están orgullos de la beatificación de Chiquitunga ya que genuinamente representa al pueblo paraguayo en la forma de ser y en la devoción hacia la Virgen de Caacupé.

“Es algo muy importante para todos nosotros y para los caacupeños simboliza muchísimo porque en esta tierra a escasas horas de la beatificación. Sobre todo porque es devota de la Virgen de los milagros de Caacupé”, destacó el jefe comunal, en entrevista con La Nación.

La sonrisa perenne de una joven Chiquitunga, adornaba con sus inconfundibles y perfumados jazmines este sábado el estadio General Pablo Rojas del club Cerro Porteño durante la celebración de la misa de beatificación.

Se convertió en la primera beata paraguaya. Se trata de la carmelita María Felicia Guggiari, quien como religiosa adoptó el nombre de María Felicia de Jesús Sacramentado, conocida popularmente como Chiquitunga.