Más de 300.000 personas abandonaron sus casas y hoteles de playa luego de que el tifón Rai arrasó el sur y centro de Filipinas, dejando a varias zonas sin comunicaciones y servicio eléctrico, mientras en otros sitios arrancó techos y derribó postes de electricidad. Este domingo se reportaron al menos 80 muertos.

Arthur Yap, el gobernador de Bohol, un popular destino turístico, dijo que los alcaldes de esa isla reportaron 63 muertes en sus localidades, lo que eleva a 89 el número de víctimas por el tifón, según las últimas cifras oficiales. Pero es probable que el balance aumente a medida que las agencias del gobierno comiencen a evaluar la totalidad del desastre.

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El tifón Rai azotó Filipinas el jueves con vientos de 195 km por hora y actualmente hay desplegados miles de policías, militares, guardias costeros y bomberos para asistir en las búsquedas y en el rescate en las zonas afectadas.

Maquinaria pesada como retroexcavadoras y tractores, fue usada para ayudar a despejar carreteras bloqueadas por la caída de postes y árboles. Una evaluación aérea de los daños al norte de Bohol dejó “muy claro” que la gente ha sufrido mucho en términos de casas destruidas y pérdidas agrícolas, indicó Yap, quien declaró estado de emergencia en la isla.

Reminiscencias de Haiyan

El tifón también generó destrucción generalizada en las islas de Siargao, Dinagat y Mindanao. Imágenes aéreas distribuidas por los militares mostraron los daños en la localidad de General Luna, en Siargao, donde se encontraban numerosos surfistas y turistas antes del período navideño. Las imágenes mostraron edificios sin techo y el suelo recubierto de escombros.

Este domingo se comenzó a evacuar a los turistas. La gobernadora de Dinagat, Arlene Bag-ao, dijo el sábado que el daño a la isla “es una reminiscencia similar o peor” que la provocada por el supertifón Haiyan de 2013. Haiyan es el ciclón más mortal en los registros de Filipinas, con más de 7.300 personas muertas o desaparecidas.

“Yo vi como el tifón Odette arrazó la capital provincial”, indicó el portavoz de autoridad de Dinagat Jeffrey Crisostomo, a la estación DZBB, utilizando la denominación local para Rai. “Había mesas tan grandes como una persona que salieron volando por la embestida de la tormenta”, dijo.

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En Surigao City, en el norte de Mindanao, las calles quedaron cubiertas de vidrios rotos, láminas de acero de los techos y tendido eléctrico. Los vientos de Rai bajaron a 150 km por hora al avanzar por el país con lluvias torrenciales, arrancando árboles y destruyendo estructuras de madera. El ciclón salió el sábado sobre el mar de China Meridional y se dirigió a Vietnam. Rai golpeó a Filipinas tardíamente en la temporada de tifones, debido a que los ciclones suelen formarse entre julio y octubre.

Los científicos han advertido que los tifones se vuelven cada vez más poderosos y se fortalecen más rápidamente como efecto del cambio climático. Filipinas es considerado como uno de los países más vulnerables al cambio climático y recibe anualmente unos 20 tifones y tormentas, algunos de efectos devastadores.

Fuente: AFP.

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