- Por ÓSCAR GÓMEZ
- Periodista
- oscargomez@gruponacion.com.py
Qué gran partido nos regalaron Olimpia y Luqueño anoche. Y lo que para nosotros fue un gran partido (especialmente el segundo tiempo), para los técnicos seguramente habrá encendido alguna que otra alarma, por la cantidad de situaciones de gol que se generaron y por la cantidad de goles que se convirtieron, más allá del resultado propiamente dicho.
Ayer se vio durante casi todo el partido la prioridad del Olimpia de Aldo Bobadilla, aunque con muchísima intermitencia. La pelota debe pasar la menor cantidad de tiempo posible por el medio y para lastimar, se tiene que hacerlo por los costados.
El hecho de que Otálvaro y Sánchez estuvieran muy enchufados anoche, hizo que el Decano pueda generar mucho peligro desde ese costado. Así llegó el primer tanto. En el otro sector, la cosa fue distinta porque si bien Bogado jugó un muy buen partido, Fernando Giménez no lo acompañó de la mejor manera y otra vez volvió a decepcionar.
Al equipo de Sanguinetti le costó asentarse, más que nada porque Julio dos Santos no generaba y porque Di Vanni y Arévalos no aguantaban arriba. Aún así, con Alegre por derecha, generó las mejores del primer tiempo.
En la complementaria, Luqueño creció en volumen de juego, pero en una genialidad de Walter González, quien se "vistió" de asistidor para Bogado, Olimpia aumentó la ventaja.
Gracias al rápido descuento de Alexis Rojas, de excelente nivel, pero opacado por el resto de los de arriba del auriazul, hubo partido los restantes 30 minutos.
Cuando Olimpia se estaba ordenando en el medio con la salida de Ortigoza y el ingreso de Caballero, recibió el empate. Pero no hubo lugar para el festejo luqueño, porque en el siguiente ataque Camacho puso el 3-2 y de ahí ya no se movió el resultado.
Pese a la intermitencia en su juego, el Decano sigue mirando de cerca la cima de la tabla de posiciones, donde ahora se encuentra su archirrival, Cerro Porteño. Luqueño, por su parte, se frenó y tendrá que retomar fuerza para golpear desde atrás.