Por Laura Morel
laura.morel@gruponacion.com.py
Cuando siguiendo a sus hermanos Paola Ferrari ya estaba dando sus primeros pasos en el equipo de básquetbol del Deportivo Internacional, a los siete años, Gaby Ocete todavía descubría los encantos de la gimnasia rítmica. Hasta que un día las amigas la invitaron a jugar al básquetbol y, desde entonces, no volvió a la gimnasia.

Dos décadas después de que cada una iniciara su propio camino en este deporte, seguir los pasos de la paraguaya es prácticamente lo mismo que seguir los de la española. Al principio fue casualidad. Luego se convirtió en causalidad.

"Pasa que nos decían que éramos como el talismán de la Liga, porque era como 'Donde van Pao y Gaby, siempre hacen cosas buenas'. Entonces, la gente ya nos buscaba a las dos", confiesa entre risas la oriunda de Palma de Mallorca, que por segunda vez aceptó la invitación de Ferrari de jugar en Paraguay.

"Cuando Pao me dijo que había la oportunidad de venir, pues con los ojos cerrados vine", explica, sin dejar de mencionar las innumerables veces que preguntó a su amiga "¿cuándo podré ir a conocer tu casa, tu familia?, porque conocía a parte de la familia y tenía ganas de experimentar otra Liga".

Entonces, tras su paso por Argentina y Ecuador, la española de 29 años decidió probar suerte en otra liga sudamericana, y el resultado fue perfecto: campeona invicta con Sol de América. Jugando, por supuesto, al lado de Pao Ferrari.

Todo por una lesión

Dicen que uno siempre debe rescatar lo positivo de un hecho negativo. No cabe duda que para Gaby, haber sufrido una grave lesión le dejó como saldo positivo el haber podido conocer a Pao. Era el año 2009 y la directiva de su club, el Sóller Bon Día, necesitaba reemplazarla.

"Yo estaba jugando en Estudiantes de Madrid y, aunque soy alero, puedo jugar de base. Gaby era la base titular de Sóller y a mitad de temporada se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla. Entonces, el Sóller le hizo una oferta a Estudiantes y me ficharon por dos años", relata Ferrari. Así sus caminos finalmente coincidieron, aunque al principio casi ni se vieron porque Ocete estaba en rehabilitación.

Para la siguiente temporada Gaby había vuelto, y junto a Pao fueron elegidas capitanas del equipo. "No nos conocíamos, pero tuvimos que empezar a hablar bastante para mantener contacto con el cuerpo técnico y los dirigentes. Éramos la cara del equipo y pasábamos mucho tiempo en reuniones. Así nos hicimos amigas", rememora Pao.

Tras cuatro años en Sóller, se dio la primera y hasta aquí única separación. La española fue a la Liga de Ecuador y luego a la de Francia, mientras que la paraguaya pasó al Perfumerías Avenida, donde logró sus más importantes títulos, así como en la Liga de Brasil.

Dos años después volvieron a encontrarse. En esta ocasión,en el Mann Filter de Zaragoza, cuyo entrenador "estaba empeñado" en fichar a las dos porque las había visto jugar juntas en Sóller. "Sabía de la conexión que teníamos en pista y nos quería a las dos", recuerda Gaby.

Desde entonces, ya todo fue compartido. "Después de esos años en Sóller, aparte de lo deportivo tengo que admitir que la familia de Gaby me acogió como a una hija. Yo tenía 23 años, pasé navidades sola y ellos se portaron increíble conmigo. Formamos un vínculo muy grande", destaca Pao, para luego recordar que "hace dos años, cuando estaba en Sol, le llamé y le dije 'Gaby, tenes que venir a Paraguay, tenemos que salir campeonas' y salió genial. Este año le volví a llamar y le dije 'Sos la cábala, tenés que venir'", y así, ahora comparten equipo en Olimpia.

De hecho, cuando Gaby Ocete retornó con el título de campeona a su país, lo hizo decidida a volver: "Dije ¡jolín!, puestos a irme a otro sitio, ya que aquí estoy tan bien, tengo amigos, la familia de Pao que también me acogió súper bien en todo momento -le agradeceré siempre a su mami que me cuida como si fuera su hija-, encantada de venir".

Conexión perfecta

En Mann Filter hicieron historia. De ser un equipo de mitad de tabla para abajo, lo dejaron en cuarta posición, clasificando por primera vez a los play off. "¡Fue un año espectacular!", destaca Pao, reconociendo que no solo lo fue para el club sino que también para ellas, porque el agente les decía "las quieren casi todas las ligas. Y nosotras: Bueno, perfecto. Porque si bien cada una mira por su lado, si llega una oferta que a ambas nos gusta, ¿porqué no?"

Es tal la conexión que existe entre ambas en la cancha, que Paola Ferrari siempre dice que "si le puedo tener a Gaby Ocete en mi equipo, acepto. Para mí, lo más importante del básquetbol es la base del equipo, la armadora, y Gaby es con la que estás tranquila, la que sabés que siempre va a estar. Entonces, yo siempre dijo: yo firmo".

Sonriendo, la española explica que ese deseo de ficharlas por partida doble se debe a que "todo el mundo puede ver cómo nos entendemos en la pista. Con sus hermanos hablamos de que nunca vimos una conexión de no mirarnos y saber dónde está cada una". "Eso en verdad es tan complicado de conseguir y con una anotadora como Pao en mi equipo, yo sé que cuando no tenga algo que hacer, basta darle el triple y ella lo va a meter", asegura.

Países que enamoran

Cuando le preguntamos a Gaby ¿qué te gusta más de Paraguay?, los ojos se le llenaron de luz y respondió con entusiasmo: "¡Uh… la comida!". "A mí me gusta muchísimo lo dulce y aquí, lo que son los alfajores, las medialunas, el dulce de leche, la Copa Ana… Me vuelvo loca con todo eso. Pero también las comidas tradicionales: probé el mbejú, la sopa paraguaya, muchas cositas que me gustan mucho", detalla.

Pero eso no fue lo único que conquistó a la española: "Una de las cosas que me impresionó mucho es la calidad humana de la gente. Venir y que todo el mundo te salude con esas ganas, con esa sonrisa, tan amables… Eso es increíble, te sientes muy querida. Por eso también me gusta volver".

Al llegarle el turno a Pao, ella no duda en responder que le "encanta España", un país en el que lleva ya casi 12 años viviendo y al que considera su "segunda casa". "Nunca se sabe si voy a vivir o no allí, porque me encanta", admite.

Luego, cita algunos motivos: "En lo deportivo, es un país espectacular, donde apoyan a los deportes de una manera increíble, además de tener el nivel de Primera. En lo general, me encanta la gente, la vida, lo abierto que son en todos los sentidos. Se puede hablar de todos los temas y eso te hace crecer mucho. Básicamente me formé allí, salí a los 18 años de Paraguay y quizás tenga una mentalidad muy española en ese sentido, lo que me pone muy orgullosa".

La última temporada también hicieron historia, esta vez en el IDK. Foto: @txente2010

Que dentro de ese apoyo se brinde cada vez más oportunidad al deporte femenino, es algo que tanto Ferrari como Ocete destacan y valoran, aprovechándolo al máximo, pues no sucede en todos los países del mundo. Mucho menos en Paraguay.

Por ello Pao se imagina, en un futuro, realizando algo similar en el país: "La pregunta más difícil que uno se hace es '¿qué querés hacer después (del retiro)?'. Por como soy, por mi carácter, creo que voy a estar ligada al deporte. Me encantaría traer todo lo que aprendí en Europa con el tema de la mujer. Quizás me veo más en lo dirigencial que como entrenadora, aunque nunca se sabe. Pero sí que me veo apoyando y tratando de levantar el deporte en Paraguay".

Inevitablemente, este plan a futuro de la paraguaya, nos tenía que llevar a consultar a su inseparable compañera de equipo si se instalaría en el país para sumarse al proyecto. Sonriendo, y mirando con cierto temor a Pao, se anima a responder: "¡ahí ya no creo!".

"Como siempre digo 'nunca digas nunca', pero la verdad que España, Mallorca, mi familia… Yo soy muy familiera. También, aparte del baloncesto, soy maquilladora profesional y me gustaría, cuando me retire, poner mi propia empresa, pero en España. Me encantaría, pero como España no hay nada", explica Gaby, al tiempo que Pao interrumpe y dice: "No te preocupes que si tengo alguna duda, ella va a ser mi confidente por teléfono y me va a ayudar".

"¡Eso sin duda!", se apresura a acotar la española, dejando en claro que "de visita, siempre" vendrá a Paraguay y que "si sigue haciendo el Campus PF5, vendré a ayudarla. Yo eso, sin problemas".

Mientras tanto, el camino las mantiene unidas. Hasta que termine el torneo local, jugando por el Olimpia; a partir de septiembre, nuevamente en el Mann Filter español.

Donde haya un balón de básquetbol, allí estarán ellas para brindar espectáculo. Foto: Aníbal Gauto.

Dejanos tu comentario