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Lima

En un pequeño pueblo peruano, sobrevive el método de los incas para llevar un registro. San Andrés de Tupicocha inicia cada año con la juramentación de nuevos líderes, como muchos pequeños poblados en Perú. En lugar de dar a la persona en el cargo una banda o una medalla, se le entrega un quipu, un registro de información hecho con cuerdas anudadas de colores.

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Los quipus, o “khipu”, que en quechua significa “nudo” o “nudos que hablan”, fueron usados para administrar el vasto imperio de los incas, que duró alrededor de un siglo hasta 1533. En la actualidad, nadie sabe cómo se utilizaban. San Andrés, en la zona montañosa cerca de Lima, es el último lugar en Perú donde los quipus desempeñan una función oficial, aunque esta es ceremonial. “Representan quiénes somos”, dijo Tito Rojas, presidente de una de las diez comunidades de la población. En diciembre, el gobierno de Perú declaró el ritual de conferirlos a líderes comunitarios como Rojas parte de la herencia cultural del país.

Se piensa que los quipus de esa población datan de una fecha posterior a que Perú se independizara de España en 1821. Fueron usados hasta la mitad del siglo XX para registrar la asistencia a reuniones, dijo Roy Vilcayauri, un ex alcalde. Sin embargo, la última persona que podía leerlos falleció en 1990.

Algunos académicos han intentado descifrar los mensajes codificados en las cuerdas de registro contable con nudos, que usualmente son hechas con lana de alpaca teñida (también pueden contener fibras de llama y vicuña, así como de algodón). El tipo de nudo, su cantidad y el espacio entre ellos brindaba información numérica. La colocación de la cuerda principal y las secundarias podría mostrar relaciones familiares o tribales.

El uso principal de los quipus fue como una herramienta de administración, dijo Gary Urton, que organizó el Proyecto de la Base de Datos Khipu en la Universidad de Harvard. Desde la capital inca en Cusco a los confines externos del imperio en un área que en la actualidad forma parte de Argentina, Ecuador y Colombia, los quipus ayudaron a los funcionarios a llevar el registro de la recolección de tributos, a comandar los ejércitos y a mantener los registros de los censos. Los incas no tenían un lenguaje escrito. Los quipus son el único registro documental de su vida que no proviene de las crónicas españolas. Urton ha registrado en forma digital las características de más de mil quipus y ha pasado más de treinta años intentando entenderlos.

En la actualidad, la colección más grande de quipus, alrededor de 350 piezas, se encuentra en el Museo Etnológico de Berlín. Alrededor de 500 están en Perú y Chile. Para ver a los quipus desempeñar una función distinta a la de servir como objetos de estudio o de curiosidad, tendrás que pasar un Año Nuevo en San Andrés de Tupicocha.

Etiquetas: #nudos incas

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